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Salía de mi hogar de ves en cuando para dar respiros, por alguna razón mi pareja me mantenía muy despierto y mi razón era desconocida.
Sólo quería dormir ocho horas diarias y nisiquiera eso, solamente pedía seis pero ni eso podía..
¿La razón?
Aún desconocida para mí y no lograba hayar que parara el tormento de mis sueños, ayer por la noche fue igual cuando me arropé junto con Daniel (mi pareja, el chico normal que conocí en la carretera que derrotó a mi ex novia) no sin asegurarme de correr a los animales rondando por la casa o los perros callejeros aullando como lobos.
Esa misma noche no como ninguna de nuevo escuché un ruido proveniente de las habitaciones vacías y aveces ocupadas por los no tan frecuentes huéspedes que recibimos en fiestas patrias o en alguna pijamada (en el mundo adulto llamadas noches de diversión, y nada infantil).
Las patadas que se escuchan para terminar en pasitos... Esos pasitos que casi nunca ocurren y si eso sucede Daniel se despierta rápidamente por alguna razón, me comenta que tiene miedo a que alguien ronde por la casa así que pasa a echar un vistazo y nunca es asi según él.
Ahora estoy sentado en el comiemzo del anochecer esperando dormir despejando mi mente, de pequeño todos creemos que nosotros somos inmunes a la magia hipnotizadora del sueño pero una vez que eres adulto recuerdas que al día siguiente tienes que ir a trabajar no sin antes tratar de desayunar, y eso,es algo casi imposible en personas con trabajos de medio tiempo como yo.
Siempre creí que un hombre implicaría menos gastos que una mujer y creo que esa se suma a una de mis muchas razones por las cuales estoy con Daniel, pero creo que ya no es una razón. No puedo evitar imaginar en qué problemas está él involucrado que vacía mis tarjetas de crédito hasta el último centavo.
Por supuesto que he hablado con él, le he dicho que ahora somos los dos y que si algo le pasa a uno algo le pasará al otro. De eso tengo miedo cada que comienzo una relación ,el mundo es una esfera pero no una segura.
Ahora necesito dormir.
-- ¡Jack! -- grita mi "querido" Daniel para interrumpir mi sueño. -- salgamos a cenar no hay ni cebolletas. -- me habla acercándose a mí con pasos firmes (como los que tiene Daniel cada vez que camina)
-- por qué no vamos al supermercado sin gastar dinero en salir -- sugiero tallando mis ojos del cansancio.
-- hace mucho que no salimos a comer, hace mucho que no eres romántico conmigo pero sabes, lo entiendo debes estar muy cansado así que -- tiende su mano con la palma abierta frente a mí --, préstame dinero y compraré en línea ahora.
Sonrio un poco cansado con los ojos semi cerrados -- por eso me gustas -- saco mi cartera y le doy mi tarjeta de crédito con mi salario recién depositado.
Tal vez no sea una tarjeta deslumbrante color roja que llame la atención como en las películas, libros y aveces en la realidad pero es algo con lo que hago feliz a Daniel que a pesar de gastar mucho dinero a veces se lo merece por soportarme. Sí, así de fácil me convence él.
En fin Daniel pidió lo antes posible lo que se necesita para preparar una ensalada y algo más puesto que aprecié la poca comprensión de los repartidores de correo cuando llegaron lo más tarde posible haciendo que Daniel se sentara conmigo afuera un rato.
Esa misma noche Daniel preparó una ensalada con aderezo para digerir bien antes de dormir, él pensando en todo, y al final nos cepillamos los dientes y nos fuimos juntos a la cama yo arrope a Daniel y él a mí no sin antes darme el ya acostumbrado beso de "las noches sin pesadillas" que él me da. Solo quiere asegurarse de que yo haga caso omiso a aquellos sonidos extraños situados en diferentes habitaciones cada noche, es raro pero... Llevo en esta casa casi cinco años y en los pasados tres años jamás había escuchado cosas asi.
-- hoy, vas a dormir y, -- Daniel se levanta y cierra la puerta del cuarto,-- no te desvelaras por fiestas de los vecinos y esos ruidos que te causan tanto malestar -- dice volviendo a la cama a mi lado.
-- no quisiera pero es como si me persiguieran. -- añadí deseando que esta noche si pueda dormir.
-- nadie te está persiguiendo Jack yo estoy aquí y si alguien viene por ti... Espero ser yo.
Rió por su comentario.-- jaja eso esperemos cariño.
Esa noche creí poder estar bien dormido gracias al comentario de Daniel.
Pero no fue asi, y a media noche desperté solo para escuchar de nuevo aquellos pasos por el tercer piso de la casa. Sonaban cada vez más desesperados por la madera y su estructura en el suelo..De repente se suspendió, pasos que al principio eran una fantasía pero que después de unos momentos parecían correr parecía para tratar de salir. No quería escuchar más aquellos pasos y patadas, no quería no quería no quería.
Me hundí hasta abajo de la cobija dejándome ver como un pequeño bulto en la cama y comenzaba a sudar mucho cada vez que escuchaba aquellos pies demasiado cerca de la habitación, y luego más cerca, y más cerca.
No quiero vivir esto
No quiero vivir esto
No quiero vivir esto
Me repetía una y otra vez, y cuando ya los sentía en el pasillo.. me volteé hacia Daniel y observar como abría sus ojos como platos en una pocision de dormir boca arriba, se levantó rápidamente y salió de la habitación sin dejar ver bien la percepción de lo que sucedía fuera de esta.
Ahí es donde todo acababa, siempre que Daniel se despertaba con esos pasos salía corriendo de la habitación, nunca le pregunté por qué porque después de eso se detenían. La primera vez creí que no regresaría y creí tener que enfrentarme a un asesino en serie sólo.. pero al parecer esa era mi cura, Daniel es como un ángel para mí cada vez que ruidos extraños aparecen. No sé la razón pero eso me hace quererlo más y más cerca todas las noches, hay veces en las que él duerme plácidamente y no percibe escuchar los pasos al parecer es cuando tengo las ansias de despertarlo para que vuelva a salir a espantar espíritus con su presencia pero siempre lo hace, siempre se despierta.
Solo que esta vez se despertó algo tarde.
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