09.
Tzuyu no se movió de la puerta, se quedó inmuto luego de haber visto los ojos y la nariz de la menor, éstas dos rojas e hinchadas, claramente de tanto llorar.
No sabía si correr y abrazarla, o simplemente irse. Pero, ¿por qué creía que había estado llorando por ella?
Podía llorar por más cosas, un hueso roto, ¿pero sin vendajes? Entonces un... No, pero no podía declarar sin evidencias.
Además, era su mejor amiga, estaba casi cien por ciento seguro de que esa chica fuerte, no lloraba fácilmente, o al menos por ella.
Se acercaba lentamente tras cerrar la puerta, sintiendo sus piernas temblar y sin saber por qué, sus pasos inseguros.
Minatozaki simplemente agachaba su cabeza, según ella no quería que la viera, pero era imposible, Tzuyu ya se había percatado de su condición desde que había pasado la puerta.
—¿C-Cómo estás?— preguntó al fin, un poco más cerca de la chica, con miedo e inseguridad—. Te extrañé en clase, pequeña.
—Ah, estoy... estoy bien, unnie— dijo pero por supuesto, era mentira, estaba herida, rota y no quería verla, pero tampoco echarla, la amaba, al igual que su presencia—. Se me hizo tarde a ir, y pensé que era mejor no asistir— sabía tan bien como mentir, claro, a personas que no eran Nayeon, o Tzuyu.
—Tengo algo que contarte— dijo y se mordió el labio inferior internamente. ¿Era buena idea decirle o no?—. Pero no aquí, ¿vamos por un helado o un café?
Sana no estaba en ninguna disposición de salir, quería seguir enrollado en sus sábanas, llorar un rato más, pero no, tenía que mostrarse fuerte, así que accedió.
Además, la idea de salir con Tzuyu a desestresarse de todo lo que ha vivido esa semana, tampoco era malo.
Después de todo, Tzuyu siempre era quien le sacaba sus sonrisas.
Fue rápidamente a su cuarto, se lavó la cara, tratando de quitar alguna evidencia de llanto,
—en vano—.
También cambió su suéter negro por uno de un color más vivo, y por supuesto, le avisó a su prima que saldría, la cual desaprobó, pero no le negó y la dejó ir.
Algo dentro de ella le brincó, sintiendo un poco de felicidad.
Ciertamente, Tzuyu es su calma luego de la tormenta, su risa luego del llanto; y luego de unos días tan oscuros para ella, Tzuyu era su luz, su brillo, y eso le hacía sentir cálida.
Bajar y verla ahí, esperando por ella con sus manos en sus bolsillos, le recordaban cada que siempre estaba de visita, y sonrió, apenas notable.
Y fue un poco más al tener la pequeña sonrisa de Tzuyu en ella, haciéndola querer saltar de felicidad.
Finalmente salieron caminando por la puerta, donde Tzuyu inconscientemente tomó la mano de Sana, entrelazando sus dedos.
Eso hizo que el corazón de Sana revoloteara rápidamente, poniéndola incluso nerviosa.
Un camino silencioso en aquel mismo acto, donde pensaban diferentes cosas con algo en común; que estaban pensando en la otra.
Agradecía internamente por un lado que el lugar donde se dirigían no estuviera tan lejos, estaba ansiosa por lo que Tzuyu tenía que hablarle.
Y llegando a la cafetería, se aferró mucho más su mano. Realmente no quería soltarla, sentiría que la dejaba ir y eso la derrumbaría nuevamente.
Pidieron para ambas y se sentaron aún sin poder verse a los ojos, Tzuyu estaba nerviosa y podía notarse, igualmente que Sana, hacía mucho que no salía con ella a comer o a algún lado.
Había olvidado lo que era, la extrañó.
Un suspiro largo, y cansado fue lo último que escucharon.
—¿Q-Qué ibas a decirme?— rompió aquel hielo la menor. Por debajo de la mesa, jugaba con sus manos, estaba ansiosa y nerviosa.
—Cierto— alargó Tzuyu luego del debate mental que se había auto-armado sobre decirle o no, se mordió los labios, aún sin saber si era de felicidad o de tristeza—. Ehh... Yo... Yo terminé con Taehyung.
La mirada de Sana que antes estaba en el suelo, fue alzada hasta su unnie sorprendida.
Tzuyu y él sólo llevaban un corto periodo de tiempo de ser pareja y ya habían terminado. ¿Por qué no le extrañaba?
—¿Puedo saber por qué?— preguntó, aún insegura.
—Bueno... Es algo así como que sólo fuí sólo un juego para él, y me enteré de la peor forma— Sana frunció su ceño, no había entendido, entonces Chou volvió a explicar, pero más directa lo que había visto—. Lo encontré besándose con Jungkook, su "primo"— explicó, formando las comillas.
La boca de Sana formó una "O" al finalmente entender la información, igualmente que alzó sus cejas.
Por fuera se veía algo triste por la otra, pero por dentro saltaba de la emoción.
—Lo-Lo siento por ti, unnie— dijo ella tratando de apartar su vista, o bien, la felicidad de sus ojos.
—No tienes por qué— dijo Tzuyu—. Sentirías lástima por mí y no quiero eso porque no estoy triste— la menor asintió lentamente procesando todo.
Luego de que sus cosas llegaron, se dedicaron a comer, en silencio.
Cada cierto punto compartían miradas, tornándose ambas algo ruborizadas.
Sana continuó comiendo hasta acabar con su helado, Tzuyu por su parte también.
No se quedaron mucho, por lo que luego de acabar y pagar, se fueron.
Se dispusieron a dar un paseo por un pequeño parque antes de que Tzuyu la dejara en su casa.
En el parque, Minatozaki no soltó la mano de la mayor, quién la volvió a tomar, pues le gustaba su agarre, al igual que ella.
¡Joder, le gustaba Sana no se había dado cuenta antes! Quería darse contra un palo por haber sido tan cerrada antes.
Les gustaba estar juntas, dedicarse tiempo mutuamente y saber que sólo eran las dos en su mundo, sin que alguien o algo las interrumpiera, sólo ser Tzuyu y Sana, eso era lo único para ellas.
Caminaron hasta la casa de la menor nuevamente, aún sin soltarse.
Tzuyu no quería despedirse, ni Sana tampoco, habían pasado un buen día las dos solas, pero mañana se verían nuevamente, era lo bueno.
Definitivamente Sana iría mañana.
La menor estaba a punto de darle la vuelta a la perilla y entrar, pero su unnie la llamó y la otra se dió la vuelta.
—Quería decirte... otra cosa por la que terminé con Taehyung— Sana estaba exasperada de volver a escuchar ese nombre, pero igual siguió escuchando, sintiéndose un poco ávida— . Además de su engaño, también hay algo más.
La rubia esperó, parecieron largos y eternos segundos, pero al ver que Tzuyu no dijo nada, habló.
—¿Q-Qué cosa?— dijo ansiosa por saber.
—Es que— dijo buscando las palabras correctas, que finalmente dijo sin pensar—, hay alguien más que me gusta y soy una estúpida por no haberme dado cuenta de ello antes.
Sana tragó grueso—Y... ¿Quién es?— dijo, pero no esperó demasiado una respuesta.
Tzuyu había colocado desesperadamente sus labios sobre los de Sana, quién rápidamente le correspondió al beso mientras sentía como su corazón comenzaba a latir más rápido, era su primer beso.
Las manos de Tzuyu viajaron hasta la espalda de Sana, dándole un leve apretón pero tierno a la vez, y la juntó más a su cuerpo.
La notable ausencia de altura de parte de Sana le hicieron una ventaja. Lentamente, la mayor puso una de sus piernas en medio de las de la rubia, dándose paso a más cercanía, si es que se podía, mientras que la menor, simplemente jugaba con el cabello de su unnie.
Estaba disfrutando de su momento con ella.
Finalmente, Tzuyu se separó unos centímetros de los labios de Sana, sonrió en medio de ese beso aún con sus ojos cerrados.
Sana aprovechó y mordió su propio labio sin poder digerir ese beso aún.
—Tú— dijo ya con sus ojos abiertos—. La persona que me gusta... eres tú, Sana.
Sin poder creerlo aún, la menor volvió a acercarse para darle otro beso.
Estaba feliz que las dos reían en medio de ese momento.
Esa noche Sana lloró, pero de felicidad, pues tenía para ella lo que más quería, a Tzuyu. Y pensándolo bien, nuevamente; ella ya no quería ser él.
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