Capitulo 1
Algún día nos juramos
Ser amigos hasta el fin
Hoy me animo a confesarte
Lo que yo siento por ti
Día a día me pregunto
Que le digo al corazón
Que se siente abandonado
Derretido por tu amor
Sin rumbo, yo estoy perdido
No puedo disimular
Yo lo siento, amiga mía
Yo lo siento, te lo tengo que contar
Desde que te vi
Todo es tan distinto para mí
Porque tu corazón vivirá siempre en mí
Desde que te vi
Supe que eras solo para mí
Que mi vida eres tú
Y la quiero vivir junto a ti
Desde que te vi
Ya no aguanto lo que siento
Y no puedo fingir más
Sin tu amor me estoy muriendo
Valgo con mi soledad
Hice todo por no amarte
Me esacape de esta pasión
Imposible es olvidarte
Hoy necesito tu amor
Sin rumbo, yo estoy perdido
No puedo disimular
Yo lo siento, amiga mía
Yo lo siento, te lo tengo que contar
Desde que te vi
Todo es tan distinto para mí
Porque tu corazón vivirá siempre en mí
Desde que te vi
Supe que eras solo para mí
Que mi vida eres tú
Y la quiero vivir junto a ti
Desde que te vi
Desde que te vi
Todo es tan distinto para mí
Porque tu corazón vivirá siempre en mí
Desde que te vi
Supe que eras solo para mí
Que mi vida eres tú
Y la quiero vivir junto a ti
Desde que te vi
Rocío Juliette Igarzabal Abaddie, o simplemente Rocío, conocida como Rochi por sus amigos más cercanos, es una joven de una belleza clásica, con cabello rubio que cae en suaves ondas sobre sus hombros, alta y esbelta, con unos ojos café cálidos que siempre parecen llenos de vida y una sonrisa sincera, que refleja su alma noble y bondadosa. Desde pequeña, su sonrisa ha sido su carta de presentación, mostrando su disposición a ayudar a los demás, su optimismo y su cariño por quienes la rodean. En ella, hay una dulzura innata, pero también una fuerza interior que sus amigos valoran profundamente.
Nació en Francia, siendo la hija amada del Rey Adrien y la Reina Melodie, quienes la criaron no solo con todo el lujo y privilegios que conlleva la realeza, sino también con los valores que los definen: la nobleza, la valentía, y el amor por los demás. De su padre, Rocío aprendió lo que significa ser astuta e inteligente, cómo tomar decisiones rápidas y sabias y cómo enfrentar los desafíos con coraje y firmeza. Adrien le enseñó a no rendirse nunca, a pelear por lo que cree correcto, y sobre todo, a no tener miedo a alzar la voz cuando es necesario. Melodie, por su parte, le inculcó el amor por los libros, por el romanticismo y la familia. De ella heredó su dulzura, su capacidad de soñar en grande, y la convicción de que el amor verdadero es lo más poderoso que existe.
Rocío es también sobrina de Beatrice, la hermana de su padre, una mujer que le enseñó a amar el arte y la belleza en todas sus formas. Desde niña, Rochi ha sido una apasionada por la música, la fotografía, la pintura y la escritura, encontrando en estas expresiones creativas una manera de canalizar su profunda sensibilidad y sus pensamientos más íntimos. También es sobrina de Philippe, un hombre que le enseñó el valor de seguir los dictados del corazón sin importar el riesgo, y de August, cuya seriedad y pasión por sus objetivos la inspiraron a mantener siempre la vista en sus metas, sin dejar de lado el corazón. Cada miembro de su familia ha dejado en Rocío una huella imborrable, dándole las herramientas necesarias para convertirse en la mujer que es hoy.
Si algo define a Rocío, es su inteligencia. A menudo descrita como el "cerebro" del grupo, siempre encuentra la manera de resolver los problemas con una mezcla de lógica y creatividad. Es esa amiga que, sin importar lo complicado que parezca el desafío, siempre encuentra la solución perfecta. Habilidosa en todo lo que hace, su capacidad de aprender nuevas cosas es sorprendente, lo que la convierte en una mujer versátil y siempre en crecimiento.
En su grupo de amigas, Rocío ocupa un lugar especial. Mientras que Lizzy es el corazón, con su energía y magia contagiosa, Eugenia es la rebeldía y la pasión desbordante, y Candela representa el romance y la dulzura, Rocío es la voz de la razón, el equilibrio. Su naturaleza más realista y fría la hace ver las cosas desde una perspectiva más lógica, aunque esto no le quita su ternura. En comparación con sus amigas, Rochi es más reservada y tranquila, menos efusiva, pero igualmente amorosa. No es tan colorida ni extrovertida como Lizzy, ni tan alocada como Eugenia, pero su calma y su empatía son esenciales para el grupo.
Su vida ha estado marcada por el deseo de seguir los pasos de sus padres, quienes le han dado el ejemplo de lo que significa un amor verdadero. Rocío sueña con encontrar su propio príncipe azul, una figura que ha idealizado en parte por la relación de sus padres. Adrien y Melodie tienen un vínculo inquebrantable, y Rocío aspira a encontrar a alguien que, como su padre, sea caballeroso, dulce y trabajador, y como su madre, alguien que esté dispuesto a dejarlo todo por amor. Desde pequeña, Melodie le contó las historias más románticas, especialmente la de Romeo y Julieta, motivo por el cual Rocío lleva el segundo nombre Juliette. Melodie siempre deseó para su hija un amor que superara las barreras del destino, un amor como el que ella tiene con Adrien.
Como sus amigas, Rochi cree en el amor, pero lo ve desde una perspectiva más realista. Aunque sueña con vivir una historia de cuento de hadas, también sabe que el verdadero amor requiere esfuerzo, dedicación y valentía. Su personalidad es una mezcla fascinante de dulzura y determinación. Mientras que Candela representa la inocencia y Eugenia la pasión, Rocío combina la habilidad y la astucia con una profunda compasión por los demás.
Para Rocío, la amistad es uno de los pilares fundamentales de su vida. Con sus amigas, tiene un vínculo irrompible, y está dispuesta a hacer lo que sea por ellas. A lo largo de los años, han compartido risas, lágrimas y aventuras, y Rocío siempre ha sido la pieza fundamental que mantiene el grupo unido. Es esa amiga que, cuando todo parece desmoronarse, aparece con una sonrisa, un plan y la convicción de que todo estará bien. Haría lo imposible por ellas, y ese amor incondicional que tiene hacia sus amigas también lo extiende a su familia.
Rocío es una chica que brilla en su simplicidad. No necesita grandes gestos ni extravagancias para destacar. Su brillo viene de su bondad, de su capacidad para escuchar y de su habilidad para entender el mundo desde una perspectiva única. Como el cerebro del grupo, es una mezcla perfecta entre lógica y emoción, una chica que vive con los pies en la tierra, pero que no deja de mirar al cielo, soñando con lo que el futuro le depara.
Rocío Juliette Igarzabal, a pesar de haber nacido en una cuna de oro, siempre se destacó por su humildad y nobleza. Aunque su vida estaba rodeada de lujos y comodidades, ella nunca permitió que esas superficialidades la definieran. No era la típica princesa apegada a los protocolos y a las formalidades, sino una joven de espíritu libre y soñador, que prefería seguir los latidos de su corazón antes que las reglas impuestas por su posición. Rocío siempre estaba dispuesta a escuchar a los demás, a comprender sus realidades y a tender una mano amiga, sin importar de dónde vinieran o quiénes fueran. Lo que realmente la movía no eran las riquezas o el poder, sino las aventuras y la búsqueda de su verdadera pasión: el arte.
Por eso, cuando Lizzy, su amiga de toda la vida, la invitó a unirse a ellas en el Hangar, Rocío no dudó ni un segundo en aceptar. Sabía que esa sería la oportunidad de dejar atrás, aunque fuera por un tiempo, el palacio en París y todas las responsabilidades que venían con ser parte de la realeza francesa. La idea de explorar nuevos lugares, de compartir momentos con sus amigas y, sobre todo, de sumergirse en la libertad que siempre había soñado, era irresistible para ella. Pero aceptar la invitación era solo el primer paso. Lo más difícil sería convencer a sus padres, en especial a su padre, el Rey Adrien.
Adrien era su devoción. Para Rocío, su padre no era solo su monarca, sino el hombre que la cuidaba y la protegía como si fuera el mayor tesoro del mundo. Adrien siempre había sido un padre amoroso, atento a cada una de las necesidades de su hija, y profundamente protector. La amaba con cada fibra de su ser, y su mayor deseo era verla feliz, sana y a salvo. Pero, al mismo tiempo, sabía que Rocío tenía un espíritu inquieto, una necesidad de descubrir el mundo y vivir sus propias experiencias, algo que a él le costaba aceptar, pero que comprendía profundamente.
Convencerlo no fue fácil. Adrien sabía que su "pequeña princesa" quería más que la vida en el palacio, y que sus sueños de ser una gran artista eran genuinos. Además, Rocío no solo ansiaba dedicarse al arte, sino también vivir grandes aventuras, compartir momentos inolvidables con sus amigas, y, en el fondo, buscar un lugar donde pudiera ser ella misma sin las presiones que su título imponía. Rocío, con su dulzura y determinación, logró que Adrien viera lo importante que era para ella emprender ese viaje, y, aunque le doliera en el alma verla partir, terminó cediendo.
Lo que terminó de convencerlo fue, sin duda, la confianza que tenía en las amigas de Rocío. Sabía que Lizzy y Candela, aunque eran princesas como su hija, eran responsables y de buenos corazones. Lizzy, con su personalidad vibrante y su capacidad de liderazgo, siempre había sido una figura protectora y centrada. Candela, por su parte, era más soñadora, pero igualmente dulce y siempre dispuesta a cuidar de quienes la rodeaban. Incluso confiaba en Eugenia, la más rebelde del grupo, porque, aunque su carácter era más impulsivo, Adrien sabía que Eugenia tenía un corazón sincero y leal.
Además, la presencia de Damián, quien se unió al viaje, le trajo aún más tranquilidad. Damián siempre había sido como un hermano mayor para todas ellas. Su sentido de responsabilidad y su naturaleza protectora garantizaban que nada les pasaría bajo su vigilancia. Era el tipo de persona que no solo se aseguraría de que estuvieran seguras, sino también que ningún chico se les acercara con intenciones poco claras. Era tan sobreprotector que, incluso, competía con los propios hermanos de las chicas: Ares, el hermano mayor de Candela, apasionado y educado, y Theo, el hermano trillizo de Lizzy, dulce, romántico y de buen corazón.
Con todos estos factores a favor, Adrien finalmente aceptó dejar que Rocío cumpliera su sueño. Sabía que, rodeada de amigas tan leales y cuidadas por figuras protectoras como Damián, Ares y Theo, su hija estaría a salvo. Y aunque su corazón de padre se llenaba de temor por dejarla ir, también se sentía orgulloso de la joven valiente y decidida en la que se había convertido.
Cuando por fin logró convencer a su padre, Rocío no pudo contener la emoción. La rubia estaba ansiosa y feliz por lo que estaba por venir. Dejar su amada Francia, su hogar en París, no era fácil, pero la idea de embarcarse en nuevas aventuras, rodeada de sus amigas, hacía que cualquier tristeza desapareciera. Sabía que Buenos Aires y el Hangar les traerían experiencias inolvidables y que, junto a Lizzy, Candela, Eugenia y Damián, viviría momentos que cambiarían sus vidas para siempre.
Lo que Rocío no sabía era que ese viaje, que parecía ser solo una búsqueda de aventuras y experiencias artísticas, le traería mucho más. En ese lugar lejano, entre los días de risas y aventuras con sus amigas, estaba a punto de conocer al amor de su vida, un encuentro que cambiaría su destino para siempre.
Rocío finalmente llegó al hangar, rodeada de sus amigos, quienes la recibieron con entusiasmo y emoción. El lugar, transformado en un vibrante estudio de arte, estaba lleno de colores y creatividad, una mezcla de lienzos, pinceles y esculturas que resonaban con la energía del arte contemporáneo. Lizzy, siempre tan cálida y carismática, se encargaba de mostrarle cada rincón, como si le estuviera revelando un secreto preciado.
Mientras caminaban, la conversación fluyó naturalmente. Eugenia, con su humor mordaz y su risa contagiosa, empezó a molestar a Lizzy. "Así que, ¿te has fijado en Rey? El chico más egocéntrico y rebelde que he conocido", dijo, con una sonrisa traviesa. Rocío no pudo evitar reírse. La idea de que Lizzy, dulce y soñadora, se interesara en alguien como Rey parecía casi un chiste. Pero Eugenia continuó, "aunque tengo que admitir que con Lizzy es diferente. Se vuelve dulce, romántico y caballeroso. Es el poder del amor".
"¿Y qué hay de ti, Candela?", interrumpió Lizzy, mirándola con complicidad. "¿Te has fijado en Otto? Eres la soñadora y él es el más frío y tecnológico que existe. ¿Cómo se supone que eso va a funcionar?". Candela se encogió de hombros, una sonrisa coqueta asomando en su rostro. "Quizás hay algo en su frialdad que me atrae, Lizzy. Él puede ser mi príncipe de hielo", respondió, con un brillo travieso en sus ojos.
"No me hagas reír", dijo Eugenia, pero su risa era cálida y amistosa. Candela devolvió la jugada, "Y tú, con Merlin, el clásico príncipe azul. Un cuento de hadas en el que no deberías estar interesada. ¿No eres tú la rebelde sin causa?". "A veces, los cuentos de hadas son más reales de lo que parecen", replicó Eugenia con un guiño, mientras todos reían.
Rocío observaba a sus amigos, disfrutando de sus bromas y dinámicas. A pesar de ser nueva en este grupo, la calidez y la alegría que emanaban la hacían sentir como en casa. Pero había algo más en su corazón. En el aire había una chispa, una vibración que la emocionaba.
Pipe estaba sentado en uno de los cómodos sofás del hangar, cerca del escenario, con su guitarra en mano y Margarita a su lado. La música siempre había sido su refugio, su pasión, y en ese momento, él estaba en su mundo, riendo y hablando con su amiga de toda la vida. Juntos eran invencibles, compartiendo sueños y risas, hasta que algo cambió.
Fue cuando la vio. Rocío llegó, y al girarse, escuchó su dulce voz, tan angelical que hizo que todo lo demás se desvaneciera. Pipe se sintió atrapado en una burbuja de felicidad y calma al verla. Sus ojos castaños parecían irradiar paz, y su sonrisa sincera lo llevó a tocar el cielo con las manos. Desde ese instante, ya nada más importó. Era solo ella, con su cabello rubio que caía delicadamente por sus hombros y su espalda, una visión que lo dejó sin aliento.
Las mariposas revolotearon en su estómago. Era amor a primera vista, amor verdadero, profundo y sincero. Se había enamorado primero de su risa, de su voz, de su físico, de su personalidad; cada faceta de ella lo fascinaba. No podía apartar la mirada, y el mundo exterior se desdibujó. No escuchaba a Margarita, ni a Lizzy, ni a Candela; era como si estuviera en un trance, completamente perdido en la belleza de Rocío.
Ella, sintiendo la intensidad de su mirada, giró la cabeza. Al encontrarse con él, sintió el mismo hechizo. Se enamoró del chico de la sonrisa sincera y torpe, de su mirada dulce que parecía reflejar un océano de emociones. En ese instante, tampoco pudo pensar en nada más. El tiempo se detuvo, y ambos sabían que algo mágico estaba sucediendo.
Lizzy, ya amiga de Margarita y Pipe, decidió actuar como cupido. Con su habitual energía y ternura, se acercó a ellos, haciendo las presentaciones necesarias. "Chicos, este es Pipe. Y ella es Rocío, la nueva del grupo", dijo con una sonrisa amplia, sintiéndose feliz de haberlos reunido.
Pipe se puso nervioso, la ansiedad y la emoción enredándose en su estómago. Jamás había sentido algo así; era como si estuviera parado en una encrucijada entre la realidad y un sueño del que no quería despertar. Intentó buscar las palabras adecuadas, pero todo lo que logró fue sonreír torpemente mientras sus ojos se perdían en el profundo color de los ojos de Rocío.
Ella, sintiendo su nerviosismo, también se sonrojó, atrapada por su mirada y la intensidad de su presencia. Se sintieron como dos planetas girando en torno a un sol, ignorando a todos los demás a su alrededor. Lizzy y Margarita intercambiaron miradas llenas de ternura, disfrutando del momento. Incluso Eugenia, conocida por su ironía y frialdad, sintió que había algo adorable en la conexión entre ellos, mientras que Candela sonreía con un brillo en sus ojos soñadores.
Finalmente, Rocío rompió el hechizo y se presentó. "Hola, soy Rocío Juliette Igarzabal Abaddie, pero todos me dicen Rochi", dijo, extendiendo su mano hacia Pipe, sintiendo que el corazón le latía con fuerza. Al contacto con su piel, Pipe sintió un escalofrío recorrerlo, como si una chispa de electricidad atravesara la conexión entre ellos.
Con una sonrisa tímida y sincera, Pipe tomó su mano y, sin pensarlo dos veces, dejó un suave beso sobre esta. No sabía por qué lo había hecho, pero estaba perdido en su mirada castaña. "A mí me dicen Pipe", dijo, su voz un poco más baja de lo habitual, mientras su corazón latía desbocado.
Rocío sonrió, sus mejillas aún sonrojadas. "Es un lindo nombre", le respondió, y en ese instante, ambos supieron que había algo especial en esta conexión. Era como si el destino les estuviera diciendo que estaban hechos el uno para el otro.
Desde que Pipe la vio, supo que ella era para él. Desde el momento en que sus miradas se cruzaron, supo que era su gran amor. En su interior, resonaba una melodía que parecía encajar perfectamente con el ritmo de su corazón. Y Pipe comprendía que su vida había tomado un nuevo rumbo, que había algo en Rocío que llenaba un vacío que nunca había reconocido.
"Desde que te vi, todo es tan distinto para mí", pensó, sintiendo que cada palabra de esa frase se grababa en su corazón. "Porque tu corazón vivirá siempre en mí. Desde que te vi, supe que eras solo para mí, que mi vida eres tú, y la quiero vivir junto a ti".
Mientras los demás seguían hablando, riendo y compartiendo anécdotas, Rocío y Pipe se sumergieron en su propio mundo. Era un momento puro, un instante donde todo encajaba a la perfección, donde cada latido de sus corazones parecía resonar en armonía. La música del hangar se convirtió en un eco lejano, y solo existían ellos dos, unidos por un hilo invisible de amor y promesas. En ese rincón del mundo, supieron que, a pesar de todo, siempre estarían dispuestos a luchar juntos contra cualquier adversidad, porque se tenían el uno al otro.
Pipe seguía mirando a Rocío, perdido en un océano de amor y devoción. Cada vez que sus miradas se cruzaban, sentía que el mundo se desvanecía a su alrededor, dejando solo espacio para la chispa de conexión entre ellos. La ternura que emanaba de su sonrisa lo cautivaba, y no podía evitar el deseo que crecía en su pecho, anhelando conocer cada rincón de su alma. Ella, a su vez, lo miraba con la misma intensidad, sus ojos castaños brillando con una mezcla de sorpresa y alegría. La atmósfera a su alrededor se cargaba de energía, y las risas de sus amigos parecían un eco lejano.
Mientras tanto, las chicas, como si se hubieran puesto de acuerdo, comenzaron a planear cómo dejarlos a solas. Empujaron a Damian hacia ellas, riéndose y gesticulando. "¡Vamos, Damian! Tienes que acompañarnos a buscar algo para picar", dijeron, con una complicidad que dejó claro que estaban dispuestas a darles un respiro.
Rey, en ese instante, llegó abrazando a Lizzy con una sonrisa dulce. La miró con adoración y, sintiendo el ambiente cargado de amor, les preguntó: "Hola, princesa, ¿qué es lo que estamos viendo?". Lizzy, sintiéndose feliz y afortunada por estar con su príncipe azul, sonrió con dulzura. Era un momento perfecto, no solo porque vivía su propia historia de amor, sino porque también era testigo de cómo surgía una nueva entre Pipe y Rocío. Abrazando a Rey por el cuello mientras él la sostenía por la cadera, le respondió: "Oh, es solo el amor, lo bonito del amor. Mejor los dejamos, ¿sí?".
Rey notó la mirada cómplice de Lizzy hacia Pipe y se dio cuenta de que se refería a Rocío. Una sonrisa sincera se dibujó en su rostro al reconocer el brillo en los ojos de Pipe, el mismo que siempre le dedicaba a Lizzy. Era un reflejo del amor que ambos sentían, y no podía evitar alegrarse por ellos. "Creo que sí, deberíamos irnos para darles un poco de espacio", sugirió, guiñándole un ojo a Lizzy.
Merlin también apareció en la escena, como siempre, aportando un toque de humor a la situación. Se acercó a Eugenia, quien le coqueteó con una sonrisa pícara. "¿Ves lo que está sucediendo aquí? ¡Es un momento romántico, y debemos dejar a Rochi y a Pipe a solas!", le dijo, mientras lanzaba un guiño.
"Bueno, yo solo quiero que me dejes ver un poco de amor verdadero, pero no tengo problema en irme contigo", contestó Eugenia, jugando con su cabello. "Pero prométeme que después iremos a un lugar donde pueda ver todo este romanticismo en acción", añadió, provocando una risa en Merlin.
"Te prometo que cuando terminemos con esto, habrá una velada romántica solo para nosotros", le dijo, acercándose un poco más a ella, mientras su mirada se llenaba de complicidad. Candela, observando la interacción entre ellos, no pudo contener su risa. Era evidente que, a pesar de las constantes peleas y provocaciones, había una conexión especial entre Merlin y Eugenia. Ellos eran como dos imanes que se repelían y atraían al mismo tiempo.
"Chicos, deberíamos buscar a Daisy", sugirió Candela de repente. "Quizás pueda convencer a Damian de que se una a nosotros. Sería divertido tenerla con nosotros". Se giró hacia Damian con una sonrisa traviesa. "Vamos, ¿qué dices? Solo tenemos que decirle que Pipe y Rocío necesitan su momento a solas, y ella vendrá corriendo".
Damian sonrió, sabiendo lo mucho que Daisy valoraba el tiempo con sus amigos. "Eso podría funcionar. Siempre está dispuesta a ayudar, especialmente cuando se trata de hacer que Pipe y Rocío tengan su tiempo", respondió.
Con el plan en marcha, el grupo comenzó a dispersarse, dejando que los nuevos enamorados pudieran disfrutar de su momento.
Mientras caminaban hacia el hangar, Pipe comenzó a mostrarle su espacio personal, lleno de arte y creatividad. Cada rincón tenía su historia, y no podía esperar para compartirla con Rocío. Mientras caminaban, las palabras fluían entre ellos como si se conocieran de toda la vida.
"Me encanta la música, y a veces me gusta plasmar lo que siento en mis canciones", le confesó Pipe, mientras sus dedos jugaban con las cuerdas de la guitarra, creando melodías suaves que llenaban el aire. Rocío lo miraba fascinada, viendo no solo al chico que había capturado su corazón, sino también a un artista apasionado y auténtico.
"Eres increíble", le dijo ella, con una sonrisa que iluminaba su rostro. "Siempre supe que tenías talento, pero verte aquí, creando, es... asombroso". La sinceridad de sus palabras hizo que Pipe sintiera que su corazón latía con más fuerza. Había encontrado en Rocío no solo a una chica hermosa, sino a alguien que realmente apreciaba su arte y lo comprendía.
"Gracias, realmente significa mucho para mí que digas eso", respondió Pipe, sintiendo cómo la conexión entre ellos se intensificaba. "¿Te gustaría escuchar una de mis canciones? Aún no está terminada, pero creo que podría gustarte".
"Por supuesto, ¡me encantaría!" exclamó Rocío, sus ojos brillando de emoción.
Pipe tomó su guitarra y comenzó a tocar suavemente, su voz fluyendo como un susurro. Rocío se quedó en silencio, atrapada en la música y la magia del momento. Cada nota parecía un reflejo de lo que ambos sentían. Al terminar, la miró, ansioso por conocer su reacción.
"Eso fue hermoso", dijo ella, sus ojos llenos de admiración. "Tienes un don, Pipe. Estoy segura de que todos van a querer escuchar más". Pipe se sonrojó, sintiéndose más conectado a ella que nunca.
Mientras tanto, el resto del grupo estaba en la búsqueda de Daisy. Candela, Damian y Rey se acercaron a la habitación donde se sabía que estaba.
"Daisy, ¿estás lista para unirte a nosotros? Pipe y Rocío están teniendo su momento a solas, y necesitamos tu magia para que Damian se una a nosotros", le dijo Candela al entrar. Daisy sonrió, encantada. "¿Y qué puedo hacer para ayudar?", preguntó con curiosidad.
"Convéncelos de que se unan a nosotros y que podemos tener una pequeña fiesta de celebración por el amor", sugirió Rey, mientras se sentaba junto a Candela. "Sería una manera perfecta de hacer que todos se sientan incluidos".
"Me encanta la idea", respondió Daisy, entusiasmada. "Vamos, Damian, tenemos una misión que cumplir".
"Estoy contigo, siempre", dijo Damian, sonriendo a su novia.
Con Daisy en camino, el grupo se sintió más unido que nunca. Había una magia en el aire, un amor que no solo unía a las parejas, sino también a la amistad que los rodeaba.
Mientras tanto, de regreso en el hangar, Pipe y Rocío continuaban disfrutando de su tiempo a solas. Pipe se acercó a ella, con una expresión seria en su rostro. "Rocío, me alegra tanto que estés aquí. Desde el primer día que te vi, sentí algo especial, como si el mundo se detuviera por un momento", confesó, sintiendo la sinceridad en cada palabra.
"Yo también lo sentí", respondió Rocío, sonriendo tímidamente. "Nunca había tenido una conexión tan intensa con alguien. Es como si siempre hubiéramos estado destinados a encontrarnos".
La profundidad de sus palabras resonó entre ellos, creando un lazo que parecía indestructible. "Quiero que sepas que estoy aquí para ti, para lo que necesites. Me gustaría que exploráramos esta conexión juntos", dijo Pipe, tomando su mano suavemente.
"Me encantaría, Pipe. Siento que hay tanto más por descubrir entre nosotros", respondió Rocío, apretando su mano con cariño.
Mientras tanto, en otro rincón, Merlin y Eugenia también estaban disfrutando de su tiempo juntos. Eugenia miró a Merlin, un brillo juguetón en sus ojos. "No puedo creer que estemos haciendo esto", le dijo, riendo. "Siempre estás tratando de actuar como si no te importara nada, pero te veo. Te veo enamorado".
"¿Quién, yo? Nunca", contestó Merlin, haciéndose el desentendido. Pero su sonrisa delataba sus verdaderos sentimientos. "Solo estoy aquí para asegurarme de que los demás no se maten entre sí".
"Claro, y yo soy la reina de Inglaterra", replicó Eugenia con sarcasmo, acercándose a él. "Sabes que hay algo especial entre nosotros, ¿verdad? No puedes negar la química que hay".
Merlin se quedó en silencio un momento, mirándola a los ojos. "Lo sé, y me asusta un poco", admitió, su tono volviéndose más serio. "No quiero arruinar lo que tenemos, pero también siento que hay algo más, algo que no puedo ignorar".
"Eso es lo que hace que todo esto sea emocionante", le dijo Eugenia, acercándose aún más.
"Quizás deberíamos dejar que las cosas fluyan, sin presionarnos. Después de todo, lo mejor de una conexión es disfrutarla sin pensar demasiado en el futuro", sugirió Eugenia, con un brillo en los ojos que desafiaba cualquier duda que pudiera haber.
Merlin asintió, sintiendo cómo su corazón latía más rápido a medida que se acercaba a ella. "Tienes razón, a veces me pierdo en mis propios pensamientos. Pero es difícil cuando estoy contigo, porque siempre me haces querer ser una mejor persona", respondió, sincero.
Eugenia sonrió, sabiendo que esas palabras eran un gran paso para él. "Y tú también me inspiras. Nunca pensé que podría sentirme tan cómoda con alguien. Pero contigo, puedo ser yo misma". La conexión que compartían era palpable, como si el aire a su alrededor estuviera electrificado.
Merlin dio un paso hacia ella, sintiendo que había llegado el momento de ser más audaz. "Eugenia, creo que... no, estoy seguro de que lo que siento por ti es especial. No quiero apresurar las cosas, pero también quiero ser honesto. Me gustaría que fuéramos más que amigos".
"Yo también lo quiero, Merlin", dijo Eugenia, acercándose aún más. "Siento que tenemos algo increíble aquí. Podemos reírnos juntos, pelear, y todo lo que venga. Pero siempre hay algo más profundo que eso, ¿verdad?".
"Sí, definitivamente. Y quiero explorarlo. Pero, ¿qué tal si empezamos a hacer cosas juntos, solo nosotros? Tal vez una cita, para que podamos ver hasta dónde nos lleva esto", sugirió Merlin, sintiéndose un poco nervioso. Era un gran paso, pero la determinación en su voz lo llenó de valor.
"Eso suena perfecto", respondió Eugenia, su corazón acelerado ante la idea de una cita con él. "Podríamos ir a cenar, o a un concierto, o simplemente dar un paseo. Lo que sea, pero solo nosotros".
Ambos compartieron una sonrisa cómplice, el entendimiento fluyendo entre ellos como un río. Se sentían listos para comenzar un nuevo capítulo en su historia, y eso les llenó de emoción.
Mientras tanto, en otra parte del lugar, el grupo había logrado encontrar a Daisy.
"Daisy, estamos buscando tu ayuda. Necesitamos convencer a Damian para que se una a nosotros y haga esto más divertido", dijo Candela, mientras cruzaban el umbral de la habitación donde Daisy estaba. La emoción en su voz era contagiosa.
Daisy sonrió, levantándose de su asiento. "¿Por qué no vamos a buscarlo y le decimos que Pipe y Rocío necesitan su espacio para, ya sabes, lo que sea que estén haciendo? Estoy segura de que vendrá corriendo al ver que no puede perderse la diversión", sugirió, sus ojos brillando con entusiasmo.
"Perfecto, esa es la idea", respondió Candela, sintiéndose más animada. "Vamos a buscarlo, y luego podemos planear cómo sorprender a Pipe y Rocío. Sería divertido hacer algo especial para celebrar su conexión".
El grupo se separó, cada uno entusiasmado con la idea de reunirse nuevamente. Candela y Daisy fueron hacia donde estaba Damian, quien estaba ocupado hablando con algunos amigos.
"¡Damian! Ven aquí un momento", lo llamó Candela con un tono animado. Cuando él se acercó, ella continuó: "Tenemos un plan para que te unas a nosotros, pero primero, necesitamos que hagas algo. Pipe y Rocío están teniendo su momento a solas y me parece que podríamos hacer algo para darles un poco de magia".
"¿Qué tipo de magia?" preguntó Damian, intrigado.
"Vamos a buscar a Pipe y Rocío, y luego a Daisy, y nos aseguraremos de que los demás se sientan incluidos en este momento. Queremos que todos se sientan como parte de esta gran historia de amor", explicó Candela.
Damian sonrió, dándose cuenta de que todos estaban disfrutando de la conexión entre Pipe y Rocío. "Me parece genial. Estoy dentro. Solo tenemos que encontrar a Daisy y hacer que venga con nosotros. Ella es la que siempre sabe cómo hacer que las cosas sean divertidas".
Mientras tanto, en el hangar, Pipe y Rocío continuaban disfrutando de su momento especial. La conexión entre ellos crecía con cada palabra, cada sonrisa, cada nota de la guitarra.
"Me encanta cómo la música puede unir a las personas. Es como si pudiera tocar sus corazones", dijo Rocío, inspirándose en la magia que rodeaba el ambiente.
"Exactamente. Y me encantaría que, si alguna vez decides que quieres tocar conmigo, podamos hacer algo juntos. Crear una canción que sea solo nuestra", respondió Pipe, sus ojos brillando al pensar en esa posibilidad.
"Eso sería increíble. Siempre he querido hacer algo así, pero nunca había encontrado a alguien con quien compartirlo", dijo Rocío, sintiéndose emocionada por la idea. "Tal vez podríamos escribir sobre lo que estamos viviendo ahora, sobre este momento y cómo nos sentimos el uno con el otro".
"Eso suena perfecto", contestó Pipe, sintiendo que la química entre ellos era inquebrantable. "Podríamos capturar todo lo que está surgiendo entre nosotros. Porque honestamente, siento que esto es solo el comienzo".
Rocío se sonrojó, sus mejillas adquiriendo un leve tono rosado. "Yo también lo siento. Nunca había tenido una conexión tan profunda, y creo que solo está creciendo", dijo, mientras sus ojos se encontraban y se sostenían en un hermoso silencio compartido.
"Y estoy aquí para lo que necesites. Quiero que sepas que puedes contar conmigo en todo momento. Si alguna vez sientes que las cosas se ponen difíciles, estaré a tu lado", prometió Pipe, su voz llena de sinceridad.
"Lo sé. Y eso significa mucho para mí. Es tan reconfortante saber que tenemos a alguien en quien apoyarnos", respondió Rocío, sintiendo que sus corazones latían al unísono.
Mientras tanto, Damian, Candela y Daisy finalmente encontraron a su amigo.
"¡Damian! Ven, tenemos que hablar contigo", lo llamaron al unísono, con entusiasmo. "Necesitamos que te unas a nosotros para sorprender a Pipe y Rocío. ¿Te parece bien?".
"Claro, estoy dentro. Siempre me ha encantado ser parte de estas locuras, especialmente si se trata de hacer feliz a Pipe", respondió Damian, sintiéndose parte de algo especial.
Candela sonrió, disfrutando de la conexión entre ellos. "Perfecto. Sabía que no te resistirías. Ahora, vamos a reunirnos con el resto y preparar algo especial para ellos".
El grupo se unió de nuevo, llenos de ideas y entusiasmo, listos para hacer que el momento de Pipe y Rocío fuera aún más memorable.
Mientras regresaban, Pipe y Rocío continuaban compartiendo sus pensamientos y sentimientos. La música y las palabras parecían entrelazarse, creando un puente entre sus corazones.
"Es increíble cómo el amor puede transformar nuestra percepción del mundo, ¿no crees?" comentó Pipe, su voz llena de ternura.
"Sí, y también la música. Puedo sentir cómo cada acorde me acerca más a ti. Es como si cada nota fuera un susurro de lo que siento", respondió Rocío, sintiendo que su corazón latía con más fuerza.
"Así es. Y me encanta cómo todo parece tener sentido cuando estoy contigo. Es como si nunca hubiera estado completo hasta ahora", dijo Pipe, su mirada fija en ella.
"Yo también lo siento. Es como si nos hubiéramos encontrado en el momento adecuado", dijo Rocío, sintiendo que sus palabras resonaban en su interior.
Ambos se sonrieron, disfrutando de la conexión que habían creado. Mientras tanto, las chicas se preparaban para sorprenderlos, sabiendo que el amor y la amistad eran fuerzas poderosas que podían cambiar el rumbo de cualquier historia.
Finalmente, el grupo llegó de nuevo al hangar.
"¡Sorpresa!" gritaron todos al unísono, y Pipe y Rocío se miraron, sorprendidos y encantados.
"¿Qué está pasando?" preguntó Pipe, con una sonrisa radiante.
"Solo queríamos hacer algo especial para ustedes. Celebremos el amor y la amistad", dijo Candela, lanzando un abrazo hacia ambos.
"Es un momento perfecto para nosotros, gracias", respondió Rocío, sintiendo que el amor y la felicidad llenaban el espacio.
"Vamos a hacer esto aún más divertido. ¡A tocar música, a bailar y a disfrutar de la vida!", exclamó Daisy, mientras todos se unían para celebrar, creando una noche mágica llena de risas y amor.
La música comenzó a sonar, y todos se unieron en un baile que simbolizaba la conexión entre ellos.
Así, en medio de la música y las risas, las historias de amor y amistad se entrelazaron, creando recuerdos que perdurarían en el tiempo. La noche se convirtió en un testimonio del poder del amor, un hilo que unía a cada uno de ellos de maneras que nunca habrían imaginado.
Mientras Pipe y Rocío bailaban juntos, las miradas se encontraban y sonrisas cómplices se compartían. La felicidad estaba en el aire, y cada uno de ellos sabía que estaban construyendo algo especial, un legado de amor y amistad que duraría para siempre.
La música seguía resonando en el hangar, envolviendo a todos en un ambiente de alegría y celebración. Los amigos se movían al ritmo, disfrutando del momento mientras se lanzaban sonrisas cómplices y miradas llenas de promesas. La noche estaba destinada a ser memorable, un recuerdo que atesorarían para siempre.
En un rincón, Lizzy y Rey se alejaron un poco del bullicio, encontrando un espacio más tranquilo donde podían hablar sin distracciones.
"¿Sabes? No puedo creer lo afortunada que soy de tenerte aquí", dijo Lizzy, mientras observaba a Rey, quien sonreía tímidamente.
"Yo también me siento afortunado. Nunca imaginé que compartiría momentos así con alguien tan especial", respondió Rey, acercándose un poco más a ella. La luz suave del hangar iluminaba sus rostros, y Lizzy podía ver la sinceridad en sus ojos.
"Te he estado observando, y cada vez que tocas la guitarra, siento que el mundo se detiene. Es como si todas las melodías te llevaran a mí", dijo Lizzy, su voz suave como un susurro.
"Es fácil tocar cuando estoy contigo. Tu presencia hace que todo se sienta más significativo", admitió Rey, sintiendo cómo el aire a su alrededor se cargaba de tensión romántica. Se inclinó un poco hacia ella, nervioso pero decidido. "Lizzy, desde que llegaste, he sentido que hay algo entre nosotros. Algo real".
"Lo siento también, Rey. Cada vez que estoy contigo, me siento viva. Es como si tu música y mi corazón estuvieran en la misma sintonía", respondió Lizzy, su corazón latiendo con fuerza.
Rey, sintiendo que era el momento adecuado, tomó la mano de Lizzy y la sostuvo suavemente. "¿Te gustaría salir conmigo, a algún lugar donde podamos ser solo tú y yo? Quiero que exploremos esto juntos, sin distracciones".
Lizzy sonrió, sus ojos iluminándose. "Me encantaría. Siempre he querido tener una cita contigo". Sin pensarlo dos veces, se acercó un poco más, y en ese instante, Rey se inclinó para darle un suave beso en la mejilla, un gesto que hizo que ambos sonrieran como si estuvieran compartiendo un secreto.
"Es un comienzo perfecto", dijo Rey, sintiendo cómo la conexión entre ellos se profundizaba. "No puedo esperar a compartir más momentos contigo".
Mientras tanto, Damian y Daisy se encontraban en un rincón del hangar, observando cómo todos disfrutaban de la celebración.
"¿Qué te parece la fiesta?" preguntó Daisy, sonriendo con dulzura.
"Es genial, pero siento que deberíamos aprovechar este momento para nosotros", respondió Damian, su mirada fija en ella.
Daisy se sonrojó, notando la intensidad de su mirada. "¿Tú crees? A veces me siento un poco abrumada con tanto ruido".
"Yo también. Por eso quiero que hagamos algo diferente", sugirió Damian, tomando su mano y guiándola hacia un área más apartada, donde las luces eran más suaves y la música se escuchaba como un eco distante.
"¿Como qué?" preguntó Daisy, intrigada por su tono misterioso.
"Como esto", respondió Damian, acercándose más y, sin pensarlo, se inclinó para besarla suavemente. Fue un beso lleno de ternura y promesas, un momento que parecía detener el tiempo.
Daisy, sorprendida al principio, cerró los ojos y se dejó llevar, sintiendo cómo el mundo desaparecía a su alrededor. Cuando se separaron, ambos estaban sonriendo, sus rostros iluminados por la felicidad del instante.
"Wow, no esperaba eso", dijo Daisy, aún con la calidez del beso en sus labios.
"Yo tampoco, pero sentí que tenía que hacerlo. Quiero que sepas lo mucho que significas para mí", confesó Damian, su voz llena de sinceridad. "No solo eres una amiga increíble, también eres alguien con quien quiero compartir más momentos".
"Eso me gustaría también, Damian. Siempre he sentido que había algo especial entre nosotros", respondió Daisy, su corazón latiendo con fuerza.
"Entonces, ¿qué te parece si hacemos esto más a menudo? Te prometo que cada vez será más divertido", sugirió Damian, su mirada llena de complicidad.
"Me parece perfecto. No puedo esperar a ver qué más nos depara este viaje juntos", dijo Daisy, sintiendo que su conexión se fortalecía.
Mientras tanto, en otra parte del hangar, Candela y Otto estaban riendo y disfrutando de la compañía de sus amigos.
"¿Te imaginas si alguna vez terminamos como Pipe y Rocío? Tendríamos que trabajar mucho en nuestras canciones", dijo Candela, riendo.
"Eso suena divertido, pero no estoy seguro de poder igualar esa química", bromeó Otto, mirando a Candela con una sonrisa traviesa.
Candela se acercó, sintiendo la energía chispeante entre ellos. "Tal vez solo necesitamos un poco de práctica. ¿Qué tal si intentamos escribir una canción juntos?"
Otto se quedó en silencio, contemplando la idea. "¿De verdad? Me encantaría. Pero solo si prometes no reírte de mis habilidades".
"Te prometo que no lo haré. Además, seré tu apoyo", dijo Candela, su mirada llena de complicidad. "Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase".
"Eso significa mucho para mí, Candela", respondió Otto, sintiendo una calidez en su pecho. "Siento que contigo puedo ser yo mismo, sin máscaras ni pretensiones".
Candela se sonrojó, sintiendo que había algo más entre ellos. "Quizás deberíamos tener más momentos así, donde solo podamos ser nosotros y explorar lo que sentimos".
"Me encantaría. Tal vez podríamos hacerlo una tradición", sugirió Otto, acercándose más. "Después de todo, cada gran canción comienza con una buena conexión, ¿verdad?".
"Exactamente", respondió Candela, con una sonrisa llena de promesas. "Así que, ¿qué dices? ¿Escribimos algo ahora mismo?".
Otto asintió, su mirada fija en ella mientras se acercaban un poco más. "Sí, ¿por qué no? Vamos a crear algo único, algo que sea solo nuestro".
Candela tomó la mano de Otto y lo guió hacia un rincón tranquilo, donde podrían hablar y soñar sin distracciones.
"Entonces, ¿de qué deberíamos escribir? Quizás sobre el amor, las aventuras, o incluso sobre esta noche mágica", propuso Candela, sus ojos brillando con emoción.
"Podemos escribir sobre lo que sentimos. Sobre nosotros, esta conexión especial que parece crecer cada vez que estamos juntos", sugirió Otto, su voz llena de sinceridad.
Candela sintió su corazón latir con fuerza, consciente de que lo que estaban creando iba más allá de una simple canción. "Eso suena perfecto, Otto. Es como si nuestras almas estuvieran en sintonía", dijo, su voz suave como un susurro.
Mientras comenzaban a anotar sus ideas, la magia de la noche continuaba envolviéndolos. La música seguía sonando, las risas resonaban en el aire, y cada pareja se sumergía en sus momentos, creando recuerdos que perdurarían para siempre.
El ambiente se llenaba de una energía especial, un hilo invisible que conectaba a todos los presentes. La risa de Pipe y Rocío, los susurros de Lizzy y Rey, los besos de Damian y Daisy, y los sueños de Candela y Otto se entrelazaban en una hermosa melodía de amistad y amor.
El grupo, al darse cuenta de que la noche estaba llegando a su fin, decidió unirse en un círculo, sosteniéndose de las manos.
"¡Por todas las conexiones que hemos hecho esta noche! ¡Por el amor y la amistad!", exclamó Lizzy, levantando su copa con entusiasmo.
"¡Salud!", respondieron todos, sintiendo que esa celebración era solo el comienzo de algo mucho más grande.
Mientras brindaban, cada uno de ellos sabía que, a pesar de los desafíos que pudieran enfrentar, siempre tendrían a sus amigos y a esos momentos especiales que habían creado juntos.
La música continuaba sonando, y todos se unieron en un baile, disfrutando de cada paso, cada risa, cada susurro de amor que llenaba el aire. La noche se convirtió en un testimonio del poder de las conexiones humanas, de cómo el amor puede surgir en los momentos más inesperados y de cómo, juntos, podían enfrentar cualquier cosa que la vida les deparara.
Y así, bajo el brillo de las luces, los lazos se fortalecieron, las historias de amor florecieron, y la magia de la amistad se convirtió en el hilo que unía a todos en una hermosa sinfonía de vida y amor.
La música resonaba en el hangar, creando una atmósfera festiva que acompañaba las risas y los murmullos de los invitados. Sin embargo, un grupo de chicas se había apartado un poco del bullicio, encontrándose en un rincón más tranquilo, con una chispa de emoción brillando en sus ojos.
"Chicas, tengo algo que contarles", dijo Rochi, su voz llena de nerviosismo y emoción. Se pasó una mano por el cabello, tratando de calmarse antes de soltar la bomba.
"¿Qué pasa? ¡Cuéntanos!" respondieron al unísono Lizzy, Candela, Eugenia, Daisy y Margarita, mirándola con curiosidad.
"Estoy... estoy enamorada de Pipe", confesó Rochi, sonrojándose al pronunciar su nombre. Sus amigas la miraron con una mezcla de sorpresa y alegría.
"¡Eso no es nada nuevo, Rochi! Es bastante obvio", comentó Eugenia con una sonrisa burlona, levantando una ceja.
"¿Cómo que obvio? ¡No se me había notado tanto!", defendió Rochi, aunque las risas de sus amigas la hicieron sentir un poco más aliviada.
"Ey, no se me nota tanto. En cambio, yo no soy la que suspira por el príncipe azul Merlin. Ay no, esa eres tú. Y a ti sí se te nota", le lanzó con picardía, mirando a Eugenia con complicidad.
"¡Eso fue hace siglos! No me digas que te diste cuenta de eso!", protestó Eugenia, sintiendo el calor del rubor en sus mejillas mientras las demás se reían.
Candela, sintiendo que la tensión del momento se disipaba, propuso: "Chicas, no peleen. Ambas relaciones son preciosas. ¿Por qué no hacemos la ronda de amigas que solíamos hacer? ¡Es hora de que nos acostemos en el suelo y pongamos cabeza con cabeza para contar todo!".
Las chicas se miraron con complicidad y risas, y rápidamente se acomodaron en el suelo, formando un círculo. La emoción era palpable mientras se acomodaban cabeza a cabeza, dispuestas a compartir sus historias.
Rochi fue la primera en hablar. "Desde la primera vez que vi a Pipe, sentí como si me hubiera dado un golpe de electricidad. Cada vez que me mira, siento que el mundo se detiene", confesó, su voz suave y llena de emoción. "Y creo que él siente lo mismo. ¡Se nota cómo me mira!".
"Es cierto, se nota mucho", asintieron las chicas, sus ojos brillando de emoción. "Él no puede evitar sonreír cuando estás cerca", añadió Daisy, mirando a Rochi con complicidad.
"Y hablando de sonrisas, ¡Damian me besó!" exclamó Daisy, y las chicas la miraron con sorpresa y alegría.
"¿¡Qué?!", gritaron al unísono, sus ojos llenos de emoción.
"Sí, fue increíble. Fue en medio de la fiesta, y todo se sintió perfecto", relató Daisy, su rostro iluminado por la felicidad.
"Te lo dije, Daisy. Se nota que hay una chispa entre ustedes", comentó Lizzy, sonriendo. "¡Felicitaciones!".
"Gracias, chicas. Ustedes son las mejores", respondió Daisy, sintiéndose aún más feliz por tener a sus amigas a su lado.
Eugenia, sintiendo que era su turno, añadió: "Yo tengo una cita con Merlin. Va a ser la primera vez que salgamos solos". Las chicas la miraron con complicidad.
"¡Ves! Te lo dijimos, te encantaba. Siempre lo supimos", dijeron, riendo y animándola.
"¿De verdad? No quiero parecer desesperada, pero... estoy emocionada", admitió Eugenia, sintiendo que la conexión con Merlin era especial.
"¡Tienes que contarnos todo después de la cita! Necesitamos saber todos los detalles", insistió Candela, sonriendo con entusiasmo.
"Por supuesto. No hay manera de que no les cuente cada pequeño detalle", prometió Eugenia, imaginando ya cómo sería esa cita.
Candela, sintiéndose inspirada, compartió su propia experiencia. "Otto me ofreció escribir una canción conmigo. ¡Fue tan dulce!".
"¿¡Y por qué no lo besaste!?" preguntaron Daisy y Margarita, con un tono travieso en sus voces.
"Porque no sabía si era el momento adecuado. Pero definitivamente lo haré la próxima vez que nos veamos", dijo Candela, sintiendo que su corazón latía más rápido al pensar en Otto.
Las chicas le dieron un ligero empujón, riendo. "¡Vamos, Candela! Si tienes esa conexión, ¡ve a por ello!".
"Lizzy y Rochi, ¿ustedes no creen que van a terminar juntos?", preguntó Margarita, mirando a ambas con una sonrisa pícara.
Lizzy sonrió, sintiendo que la pregunta era válida. "Es muy probable. Estoy emocionada por mi cita con Rey. Siento que hay una conexión real entre nosotros".
"¡Ay! La dulce princesa se enamoró del villano, ¡nos encanta!", exclamó Eugenia, riendo. "Esto se está poniendo cada vez mejor".
Mientras las risas resonaban en el hangar, las chicas se sintieron más unidas que nunca, compartiendo no solo sus secretos, sino también sus esperanzas y sueños.
"Me encanta que tengamos estos momentos juntas", dijo Rochi, mirando a sus amigas con ternura. "Siempre es bueno poder compartir nuestros sentimientos".
"Sí, a veces solo necesitamos un espacio para ser nosotras mismas y hablar de lo que sentimos", añadió Lizzy, sintiendo que cada una de ellas aportaba algo especial al grupo.
Candela sonrió y dijo: "Es por eso que siempre debemos hacer estas rondas. No hay nada mejor que la amistad y el apoyo incondicional que nos damos entre nosotras".
"Prometamos que siempre estaremos aquí, en las buenas y en las malas. Que siempre habrá tiempo para compartir nuestras historias", sugirió Daisy, levantando la mano en señal de promesa.
"¡Prometido!", exclamaron todas, levantando las manos y chocándolas entre sí, sintiendo que ese momento era solo el inicio de un viaje lleno de aventuras, amor y complicidad.
Mientras continuaban hablando y riendo, las luces del hangar brillaban intensamente, reflejando la felicidad y la amistad que habían cultivado a lo largo del tiempo. En ese instante, sabían que podían enfrentar cualquier desafío que la vida les deparara, porque siempre tendrían la fuerza de su amistad a su lado.
En un rincón del hangar, alejado del bullicio de las chicas, un grupo de chicos se había reunido para charlar y compartir sus propias experiencias. Merlin, con una sonrisa que iluminaba su rostro, fue el primero en romper el hielo.
"Chicos, tengo que contarles algo", comenzó, su voz llena de entusiasmo. "¡Finalmente le pedí una cita a Eugenia!"
Rey, quien estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados, levantó la vista y sonrió ampliamente. "¡Por fin, hombre! ¡Ya era hora de que hicieras algo al respecto!".
Otto asintió, riendo. "Sí, por fin abriste los ojos. Siempre hemos sabido que hay algo especial entre ustedes. Los que se pelean se aman, es totalmente real".
Pipe, quien se había estado riendo al escuchar a sus amigos, agregó: "¡Tienes razón! Es como si se necesitaran para existir. Es obvio que terminan juntos".
Los chicos comenzaron a reírse, sintiendo que el ambiente se tornaba cada vez más relajado. Otto, sintiendo que tenía que compartir su propia noticia, interrumpió la conversación. "Chicos, les tengo que contar algo también. Le propuse a Candela que escribiéramos una canción juntos".
"¿¡En serio!? ¡Eso es genial!", exclamó Rey, abriendo los ojos de par en par. "¿Y era romántica o qué?".
Otto sonrió con un toque de nerviosismo. "Sí, es romántica. Se me ocurrió que sería una buena manera de conectar, tú sabes".
"¡Tienes que hacerlo!", le animó Romeo, su mirada llena de complicidad. "¿Y la besaste?".
Otto sintió que el color le subía a las mejillas. "¡Me muero de ganas! Pero no quiero incomodarla. No estoy seguro de que sea el momento adecuado".
"¡Eso no importa! Si sientes algo, ve a por ello!", insistió Pipe, asintiendo enérgicamente. "Nadie va a decir que eres un tonto por querer un beso".
Rey, viendo la emoción en los ojos de Otto, decidió compartir su propia noticia. "Hablando de citas, yo tendré una cita con Lizzy", dijo con una sonrisa, esperando las reacciones de sus amigos.
"¡Wow, eso sí es un gran paso!", exclamó Merlin, aplaudiendo. "¡Felicidades, hermano! Pero asegúrate de cuidarla. Es muy importante para todos nosotros".
"Sí, sí, cuídala bien", agregó Romeo con un tono juguetón. "No quiero que la decepciones".
Damian, quien había estado escuchando, decidió unirse a la conversación. "Yo también tengo algo que contar. Besé a Daisy", confesó, sonriendo con satisfacción.
"¡Eso es increíble, Damian! ¡Felicidades!", gritaron los chicos al unísono, dándole palmaditas en la espalda. "No puedo creer que finalmente te hayas atrevido".
"Sí, man, eso es un gran avance", dijo Otto, levantando su vaso en un brindis. "¡Por los besos y las citas!"
"Y por las canciones románticas", agregó Rey, sonriendo.
Mientras las risas y el bullicio llenaban el aire, Pipe se sintió un poco nervioso, pero decidió que era el momento de compartir lo que había estado guardando. "Chicos, yo... estoy enamorado de Rochi", dijo con un tono de voz que casi se perdió entre el ruido.
Los demás lo miraron con sorpresa, y luego comenzaron a reír. "Eso no es nada nuevo, Pipe. Se te nota un montón", comentó Rey, dándole una palmadita en la espalda. "No puedes esconderlo. Es más evidente que el amor que Merlin tiene por Eugenia".
"Exactamente", añadió Otto, riendo. "Es igual de obvio que el amor que tienes por ella, pero a diferencia de ti, ¡un logro para Pipe! Al menos él lo admitió primero. No se excusó diciendo que la chica le caía mal o que no era su tipo".
Pipe se sonrojó, pero no pudo evitar sonreír al escuchar las palabras de sus amigos. "No sé cómo decirle. Me da un poco de miedo, pero cada vez que la veo, siento que el mundo se ilumina".
"Eso es lo que sientes cuando realmente te importa alguien", explicó Merlin, poniéndole una mano en el hombro. "Tienes que ser valiente y decírselo. No hay nada que perder".
"Sí, Pipe. La vida es demasiado corta para no arriesgarse. Ve a por ella", le animó Rey, sintiendo que la emoción del momento les estaba uniendo aún más.
Los chicos continuaron bromeando y compartiendo sus historias, creando un ambiente de camaradería y apoyo. Cada uno de ellos tenía su propia historia de amor, de dudas y de esperanzas, pero lo que más resonaba entre ellos era la conexión genuina que compartían.
"Chicos, estoy tan feliz de tenerlos en mi vida", dijo Damian de repente, levantando su vaso. "A las citas, a los besos y a la amistad".
"¡A la amistad!", gritaron los demás, levantando sus vasos y chocándolos entre sí.
Esa noche, en medio de risas y confidencias, los chicos supieron que, sin importar lo que pasara, siempre tendrían un lugar donde compartir sus miedos y alegrías. Con cada broma, cada confesión y cada brindis, el vínculo entre ellos se hacía más fuerte, dejando claro que la amistad, así como el amor, era un regalo valioso que siempre debían atesorar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top