I Want A Lover
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Sus oídos parecían distorsionar las voces a las que aparentemente admitía, sus ojos viajando el mismo camino en tantas ocasiones que el disimulo hacia el sujeto de su pretencioso pensamiento se convirtió en la invitación al muchacho asentado del otro lado del gran auditorio.
Los versos se pronunciaban dramáticos por aquellas fauces saltarinas de los intérpretes, pero no eran suficientes para evitar el constante encuentro de aquellos, sin embargo, eran atrayentes al resto por lo que no podían agradecer más a la inigualable mano de obra de aquel guión.
Descaradas ojeadas y tímidos gestos que a la vez se mostraban seductores.
La obra culminó, los golpeteos incesantes de las palmas del auditorio entero llenaban de estrepitoso pero armonioso ruido que alimentaba el júbilo de los actores. Reverencias de quienes se encontraban en el escenario y rosas lanzadas hacia ellos con el agradecimiento fascinado por el desempeño extraordinario que bien ganado portaba su renombre.
El telón se cerraba, dividiendo de nueva cuenta el mundo actoral de la realidad pública. Unos segundos pasaron suficientes para que los espectadores dejaran de felicitar y se retiraran; algunos en compañía, comentando sobre la obra, otros recogiendo el atolondrado marco histórico que sombreaba al trabajo del renacimiento español en sus palabras, finalmente, perdidos entre todos ellos, se encontraban solitarios unos pocos, que sin mediar palabra abandonaban el lugar en medio del silencioso sacrilegio del mensaje oculto.
Y sin darse cuenta, Taehyung había quedado parado, pretendiendo admirar la arquitectura dorada y sublimemente elegante del grandioso teatro; en realidad, estaba al pendiente del muchacho en uno de los asientos de arriba. El panorama podría mezclarse con la imaginación teatral en la que uno de los integrantes de una posible pareja observaba desde el suelo a su contrario, quien se encontraba álgido en el balcón, desde arriba gobernando las acciones apacibles del interesado.
El joven, cuyo nombre aún resultaba ser un misterio, le escrutaba con la mirada, manteniendo su interés en Taehyung, evaluando sus intenciones. Decidió bajar de la platea, en cuanto el peliazul notó aquello, se apresuró a ir donde se ubicaban las escaleras que conectaban la parte superior e inferior. Llegando justo a tiempo para cruzarse con el castaño, quien se mantenía sereno. En cambio, él quedó anonadado con la presencia y gracia, delineando la figura gallarda, los ojos oscuros y expresivos, los labios rellenos y rosados.
Una vez que hubo terminado de bajar el último escalón, se detuvo frente al hombre que le había estado observando durante la presentación.
-"Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo. Aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido; bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor, pues el delito mayor del hombre es haber nacido" -musitó, confundiendo por unos momentos al de cabellos azules, que con el paso de unos cuantos segundos comprendió que se trataba de parte de uno de los diálogos de la obra, por lo que optó por continuarlo.
-"Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos -dejando a una parte, cielos, el delito del nacer-, ¿qué más os pude ofender, para castigarme más?" -pronunció, sacándole una altanera sonrisa al contrario.
-Pensé que no habías puesto atención, así que no solo te la pasaste viéndome.
-Tal vez eso lo logré escuchar antes de encontrarte, bonito -si bien en esa misma situación Taehyung sentiría bochorno, en ese lo se permitió ser coqueto, considerando el hecho del porqué había decidido seguir al chico.
-¿Será? -cuestionó divertido, despertando algo distinto e indescriptible en el de tez canela.
Siguiéndole un poco más la corriente, extrañamente se sentía a gusto con el bello muchacho, reteniéndole con adulaciones varios minutos más hasta que fueron obligados a salir del recinto, riendo como niños pequeños al ver el enojo del encargado del lugar.
Al salir fue que decidieron presentarse, ahí supo que el jovencito tenía por nombre Jeon Jungkook, unos años menor que él. Y cuando el chico ya identificado se disponía a retirarse, tuvo el impulso de invitarlo a su departamento, solamente a tomar un poco y seguir la charla que difícilmente querían dejar.
Tras meditarlo un poco, aceptó, confiando ciegamente pero certero en que había algo más detrás de esa invitación, algo que se notaba a kilómetros de distancia. Caminaron un par de minutos en un silencio dulce hasta donde Taehyung había aparcado.
Con pomposa invitación, extendió su mano hacia el hermoso joven, ayudándole a subir en el asiento del copiloto para después cerrar la puerta y dar la vuelta para meterse en su respectivo lugar. Una vez que el motor encendió y comenzaron a moverse rumbo al apartamento de Taehyung, la lujuriosa tensión se volvía cada vez más emocionante; música letárgica coloreaba el ambiente entre ambos, quienes de vez en cuando platicaban un poco hasta callar nuevamente en expectación.
Las manos del peliazul picaban soñadoras mientras sostenían firmemente el volante, no sabía realmente de qué manera describir esa clase de fascinación en la que su pecho parecía hundirse un poco antes de golpetear rápido y fuerte en conjunto a la euforia del acomodo con el casi desconocido con quien había intercambiado de forma grácil los diálogos de una de sus obras favoritas.
Mera vanagloria dedicaba a ese muchachito con el que descubrió que podía hablar fácilmente, sin necesidad de saber a fondo de él todavía, como si fueran conocidos de toda la vida, como si a la vez tuvieran un conocimiento profundamente oculto en el inconsciente. Una conexión dada en el primer segundo en que Taehyung notó los tiernos ojos de Jungkook, que lo hacían resaltar de entre el cúmulo de asientos llenos de otras personas que no podían importarle menos.
Estacionó el automóvil, y como antes, tendió su mano a Jungkook para ayudarlo a bajar, demostrando su caballerosidad seductora al azabache que, complacido, correspondía el gesto y se apoyaba en él mientras caminaban al hogar del más alto.
Disimulando bien su repentino nerviosismo, Taehyung sacó las llaves de su bolsillo y las incrustó en la abertura metálica, girándola con fuerza y dejando pasar primero a Jungkook, éste observaba curioso la galante decoración, ilustrando el gusto del dueño por el arte y dando entender que ganaba el suficiente dinero como para darse esas comodidades.
El pálido le dio su saco al otro, pues amablemente le ofreció colocarlo en el perchero al lado de la entrada.
A Taehyung se le ocurrió sacar una botella de los mejores vinos que tenía en la pequeña licorería de su hogar, tomó un par de copas del mueble donde guardaba con recelo los cristales y las llenó hasta el borde de lo aceptable para un primer trago.
Le ofreció una a su invitado y con un brindis acechante, en que sus gestos se encontraban divertidos, bebieron el líquido burbujeante, sintiendo acaramelada frescura.
Siguieron bebiendo, conociéndose más, siendo hechizados por el anhelo jovial que comenzaba a fortalecerse con cada sorbo y mirada. La cercanía en el cómodo sofá iba haciéndose mínima con cada descuido y no sabiendo cómo y cuándo, ya estaban besándose lento pero certero, batiéndose en el creciente calor que cubría cada rincón de la habitación.
Cuando las extremidades se unían a tientas, rompieron el asfixiante gesto que orquestaban sus organismos tan juntos, se separaron momentáneamente, quedando de acuerdo con lo que la cordura restante proponía, dejando abandonadas las copas en la mesita y yendo a la amplia habitación principal que pertenecía al mayor.
Entraron a la alcoba a paso lento, sin despegar sus ojos uno del otro, pronto, sus manos de igual forma, moviéndose con ansia pícara en cuanto Taehyung quedó reposando la espalda en el colchón y la atención de sus labios se enfocaba en los contrarios, sus dedos toqueteando con intrínseca ternura y libido la piel por debajo de la tela que cubría la esbelta cintura. Entre sus acalorados movimientos, donde sus intimidades se friccionaban placenteramente, el peliazul consiguió posicionar a Jungkook debajo suyo, sus dedos desabotonando la sedosa camisa y sintiendo la vergüenza del más pequeño con cada centímetro que salía a la luz y se encargaba de estimular con su boca.
La prenda estaba totalmente abierta, y sus ojos trazaban admiración, notando cómo subía y bajaba el pecho blanquecino. No queriendo quedarse atrás, el azabache se endereza, de tal manera que queda sentado frente a Taehyung, atacó sus labios, sediento, gimiendo cuando el sin hueso del mayor entraba al juego, quitó la camisa contraria y la arrojó a cualquier lugar, sintiendo lo caliente de la morena tez.
Continuaron en ello, prontamente ambos quedando sin pantalones ni ropa interior, el más alto relajaba a Jungkook con toqueteos en la pelvis, pronto la travesura sin anuncio se guió hasta el miembro necesitado del chico, masajeando con avidez, asimismo, mordía por la curvatura del cuello hasta llegar al hombro, sintiendo sus hebras mimadas por el poco control que quedaba en el pensar del menor, derrotándolo en cuanto inició el revoloteo de sus dígitos alrededor de su entrada, lubricando con el pre-semen que había recogido de sus acciones anteriores.
Un primer dedo entró, provocando un agudo chillido, dejando a Taehyung sentir un poco de su estrechez, balanceándolo dentro y fuera, hasta que la reacción calma del pasivo le indicó que podía introducir uno más. El par de dedos agitaba a Jungkook con locura cuando el movimiento en forma de tijera hizo que su espalda se arqueara levemente, haciendo sonreír galante al mayor. Finalmente, el tercer dedo entró y el azabache meneaba sus caderas, buscando más contacto, deseando más.
El moreno retiró su mano, acomodándose correctamente encima de Jungkook, excitándose al ver el ruego en las pequeñas lágrimas acumuladas en las oscuras pupilas, y sin objeción, le cumplió.
El chico gimió y sus pulmones se sosegaron en cuanto el peliazul comenzó a invadir su entrada, haciendo que jadeara sorprendido por la sensación, sus sentidos ardiendo. Relamía su boca constantemente en lo que se acostumbraba a la intrusión, buscaba soporte en las caricias y el toque de los ósculos pasionales de Taehyung. Una vez que se sintió lo suficientemente preparado, se movió en señal de permiso.
Se hundió en el querer del joven sagaz, convirtiéndose en el poseedor etéreo de su alucinante sencillez y sus añoranzas revolotearon en busca de algo más duradero. Su tacto ababol tranquilizaba la agitación del que se encontraba debajo suyo, repartía besos por su rostro y continuaba con el fuerte movimiento de caderas, escuchando su nombre en suspiros y lloriqueos sutiles.
Los brazos y piernas de Jungkook apresaban su cuerpo, concentrando el agarre en sus dedos que se clavaban en la espalda de Taehyung, y sus muslos tensos, agraviando su curvatura muscular que incitaba la lascivia exploradora del otro, las mangas se doblaban hasta dejar descubiertos los antebrazos, el tejido blanco colgaba, zarandeándose en el aire. De sus bonitos belfos, hinchados y fogosamente colorados, se escapó el gritillo que anunció su culminación.
Apretando sus músculos, apoyó a que el de piel canela le siguiera, y así fue. Su respiración estaba agitada y con esfuerzo poco a poco la normalizaba, quitando algunos mechones de la frente de Jungkook que se habían adherido húmedamente en su perlada piel.
Dio un último beso en el cuello de Jungkook, cuidadosamente salió y fue a por algo para asear el notable desastre que habían hecho de sí mismos. El menor tenía sus orbes entrecerrados, luchando por no quedar dormido, y se dejaba hacer por Taehyung, quien le limpiaba suavemente y acariciaba inocente algunas de las marcas que con orgullo había plasmado en su anatomía.
Logró poner al adormilado azabache bajo las sábanas, no sin antes acomodar un poco su camisa para evitar que llegara a tener demasiado frío, quien como gato, refregó sus mejillas en la suavidad de la almohada. Seguido de aquello, Taehyung se posicionó en el otro lado, acurrucando al menor cerca de él, sonrojándose un poco ante la sonrisa cansada que le fue dedicada antes de que optara por dormir, acto que no dudó en acompañar, y aunque al inicio había pensado en velar los sueños del joven, su fatiga no se lo permitió.
Esa noche tuvo la compañía invaluable de aquel muchacho, alguien que parecía un amante de vago recuerdo que en lugar de ello, se plasmó en su ser, invitándolo cada vez a una pasantía nocturna más.
Dedicado a SamanthaHirszenberg:
Finalmente lo terminé bubú uwu, este es tu regalo de cumpleaños atrasado, pero más vale tarde que nunca. Espero y realmente te guste (mi mediocridad, ah), me costó trabajo acabarlo, sobretodo con los diálogos, así que disculpa la incongruencia pero al momento de que los personajes se comunican no sé de qué manera manejarlo, y espero que identifiques a qué obra se referían ;). Te quiero muuuucho, eres una chica muy genial, inteligente, amigable y talentosa; mereces mucho más <3.
Para quien haya leído esta historia:
Realicé esto con mucho amor, espero que haya sido de tu agrado. Y (publicidad) te invito a pasar por mis otras publicaciones, además de que votes y me sigas (aclaro que esto es si quieres, si al final la oferta no te interesa, bien por ti, te salvaste de tener alguna enfermedad causada por mis babosadas ;_;).
Y aprovechando también que a nadie le importa pero a mí me gusta hablar mucho de mi perro hembra Tutsi (quien tuvo celos de la hermosa personita a la que esta historia le fue dedicada), aquí les dejo una foto porque es hermosa y llena de amor uvu.
-Efeati
NO OLVIDEN HACER STREAM DE "BE" EN TODAS LAS PLATAFORMAS QUE PUEDAN, LO IMPORTANTE ES SABER MANTENERNOS EN CHARTS Y PARA ELLO ES MUY NECESARIO QUE TODOS COOPEREN. NO OLVIDEN VOTAR POR LOS CHICOS EN LOS MAMA Y DEMÁS. Y DE PASO, SI PUEDEN DARLE LIKE (hasta el final, claramente) A ESTE MV DE MIS NIÑAS, SE AGRADECERÍA E INCLUSO PODRÍAN AÑADIRLO A LISTA DE VIDEOS PARA INTERCALAR ENTRE LOS MV'S DE LOS BaToS (y ya si pueden ir más allá, escucharse todo Walpurgis Night porque es una joyita, ah, una disculpa por la promoción descarada).
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