El viento fresco del otoño le otorgaba calma a la cabeza perdida de Baekhyun, se encontraba en una banca del parque esperando a que Chanyeol regresará con sus helados, era el parque que frecuentaban desde niños, dónde prácticamente habían crecido, siempre que volvía le daba nostalgia ver qué tanto Chanyeol y él habían crecido.

—¡Aquí están los helados! —llego Chanyeol con dos helados en sus manos de chocolate y vainilla, dándole el de vainilla a Baekhyun.

El pelinegro agradeció con una sonrisa y un asentamiento para volver mirar el paisaje ante si mientras comía helado, estuvieron en un silencio tranquilo admirando su lugar de infancia.

—Baekkie, ¿Quieres probar? —ofreció amablemente Chanyeol su helado.

Baekhyun asintió y probó un bocado del helado, era algo ya normal entre ellos, a veces intercambiaban lo conos o le otorgaban un bocado al otro, dependía de la estación y el día.

En un ambiente tranquilo acabaron sus helados y con las servilletas limpiaron sus manos, el bote de basura estaba a un lado de ellos por lo cuál no se debieron parar para botar los desechos, ambos decidieron silenciosamente seguir en el parque disfrutando de las risas de los niños y la ternura de la estación, Chanyeol jaló de un hombro a Baekhyun y éste se giró para ver qué quería, el pelirrojo palmeaba su muslo en una clara invitación a que el pelinegro se recostara ahí, Baekhyun no lo pensó mucho, tal vez ese era el empujón que le hacía falta para decidirse, se acomodó para acomodar su cabeza en el muslo de Chanyeol y cerró sus ojos un momento para disfrutar del momento.

Le pidió a su mente que dejara de maquinar a todo vapor y lo dejará ser, sin evaluaciones de pros y contras con respecto a su amistad con Chanyeol, sin pensamientos de él en la friendzone justo cómo los demás, sólo quería desahogarse con su mejor amigo.

—Channie —un "mmh" la afirmó que tenía la atención del pelirrojo —¿Puedo contarte una historia?

—Claro —respondió con ligereza Chanyeol.

Baekhyun antes de empezar el relato respiró profundamente, su mente seguía soltando sus alarmas y argumentos en contra de lo que iba a hacer, pero el que no arriesgaba no ganaba y Baekhyun estaba cansado de no arriesgar.

—No me interrumpas en ningún momento —aclaró Baekhyun antes de empezar, se acomodó mejor quedando acostado en el regazo de Chanyeol y suspiro. —En está historia tenemos a dos protagonista, Bajito y Rojito, ambos se conocieron desde muy niños, cuándo se vieron la primera vez Bajito sintió un "click" con Rojito, supo inmediatamente que su amistad iba a ser duradera, y así fué, Bajito y Rojito se volvieron inseparables, hacían todas las travesuras juntos y salían con las rodillas y codos raspados juntos siendo los dolores de cabeza de sus mamás —ambos sin poder evitarlo rieron ante el recuerdo —Inclusive les dió una vez gripe juntos, pero Rojito se negó a no dormir por lo menos una noche con Bajito, esa noche Bajito durmió sin poder respirar bien pero tranquilo de que su amigo estuviera cerca de él.

Baekhyun se quedo callado un momento recordando esas bonitas épocas de la infancia, Chanyeol respetó el silencio hasta que el pelinegro volvió a hablar y prestó su atención nuevamente.

—Llego la adolescencia para ambos, nuevas personas llegaron a sus vidas y sus tiempos juntos se redujeron, Bajito se sintió mal, echado de lado, ciertamente Rojito hacía lo posible para pasar el mayor tiempo con Bajito, pero es que los sentimientos de él eran muy fuertes por Rojito, el joven Bajito no lo entendía en aquel entonces, pero sentía celos de las personas que rodeaban a Rojito, por eso no le gustaban las parejas que tenía Rojito, él quería ser la prioridad de Rojito —pauso un momento para recuperar el aliento, en todo el relato no había abierto los ojos, no se sentía con confianza de ver a Chanyeol —Bajito tuvo que aprender a vivir con eso, el pequeño no quiso nunca confesar sus sentimientos por no llegar a ser correspondido, así cómo veía parejas, veía los rechazos, Rojito siempre era amable al decirles que no les podía corresponder, pero Bajito no creía que su corazón soportará que se lo dijera a él, no podría.

»Bajito creció ocultando sus sentimientos lo mejor que pudo de Rojito, pero cada año ese sentimiento se hacía más fuerte, más grande, Bajito quería serle sincero a Rojito y decirle que sentía, pero no sabía cómo decirle, era su único y adorado mejor amigo, ¿Cómo podría arruinar esa amistad?.

Baekhyun no quiso agregar más, dió por terminado el relato mientras se acomodaba mejor en el regazo del gigante, el silencio se acentuó entré ellos pero extrañamente no era incómodo cómo Baekhyun supuso que sería, luego de un rato fué que Chanyeol rompió el hielo.

—¿Bajito y Rojito?, ¿No se te ocurrieron otros nombres?.

Baekhyun por fin miró a Chanyeol y se dió cuenta de que tenía una expresión de diversión, supuso que su mejor amigo a la final si era tonto y no había captado la indirecta, con un suspiro volvió a cerrar los ojos.

—Lo mío son los números, Channie.

—Claro —contesto irónico Chanyeol —Con respecto a la historia, sólo tengo una duda —Baekhyun abrió sus ojos para volver a mirar a Chanyeol notando su mirada penetrante en él —¿Por qué asumiste mis sentimientos?

Baekhyun lo miró sin comprender y Chanyeol sólo pasó su mano por el pelo negro en una larga caricia cargada de ternura.

—Rojito tampoco ha sabido cómo hacer frente a los sentimientos que tiene por Bajito, Baek, también tenía miedo de arruinar su amistad.

Baekhyun miraba con su ceño levemente fruncido a Chanyeol, incapaz de creerle, el gigante notó la duda y con su otra mano que estaba libre empezó a masajear en la carne tierna del entrecejo hasta deshacer el ceño fruncido.

—Trabajaremos juntos en nuestros sentimientos Baek, ¿De acuerdo? —propuso el más alto mientras seguía mimando al pelinegro en su regazo —Sólo puedo asegurar que tus sentimientos son correspondidos.

Baekhyun observó la bonita sonrisa que le regaló Chanyeol, la misma sonrisa que utilizaba el pelirrojo para calmar al pequeño pelinegro, sintió que sus ojos se aguaban y pestañeo varias veces para que Chanyeol no viera ese espectáculo, finalmente asintió a sus palabras y se perdió entre las caricias de su gigante, por fin su gigante.

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