9.2

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Las palabras de Hyungwon habían abierto la puerta a lo que deseaba no dejar salir de ningún modo, pero que no fue capaz de contener por más tiempo; con desesperación quitó la sudadera negra que llevaba él puesta y pegó sus labios nuevamente dejando ir absolutamente todo lo que había reprimido, sus dientes atacaron el cuello color caramelo y los besos a su clavícula que era prominente fueron incrementando el deseo por tenerlo y que lo tuviera.

que fueran uno sin más.

Separándose de la pared retrocedió de regreso a la sala y en el camino se dedicó a quitarle la camiseta blanca que le había dado para que se cambiará y atacó con los dientes su hombro mientras hundía los dedos en su cabello negro sedoso y largo; la respiración  errática del otro chocaba contra su piel y sus manos delgadas le acariciaban bajo la ropa, los largos dedos tocaban cada músculo como si rememoraran y soltó un jadeo cuando él supo hallar su punto débil.

— sigues siendo tan sensible, quiero escucharte...— se escogió en el momento en que Hyungwon acarició su pezon con la yema de su dedo, soltó un nuevo jadeo y luego respiró entrecortado; sus labios gruesos repartieron besos detrás de la oreja y luego metió su lengua haciendo que el cuerpo entero se le estremeciera, se apretó al cuerpo contrario y hundió sus uñas en su espalda haciéndolo sisear y jadear seguido a ello.

— si sigues así vas a lograr que pierda un poco el control, sweetie. — Hyungwon se separó tomándolo del rostro y mirándolo con gracia, sonreía mientras le corría el cabello para ver su frente; Hoseok no entendió a lo que se refería el menor exactamente, porque no supo qué era lo que había hecho que lo tenía en tal estado siquiera, sólo unió de nuevo sus labios en un beso exigente, jaló su cabello llevando su cabeza hacia atrás, besó su manzana de adán y  hasta el hueco en donde su clavícula se unía, estaba absorto en el sentimiento y no le daba vueltas a nada. Hyungwon jadeo ante cada caricia exigente que le daba y lo detuvo en un momento dado, primero besando lentamente sus labios, sus mejillas y luego su frente — primero quiero saber qué esperas obtener de mí, Hoseok, saber si estás de acuerdo con el hecho de que quiero hacerte mio completamente ¿entiendes a lo que me refiero? ¿Lo recuerdas?

Tenía los ojos cerrados recibiendo de manera dócil los besos tiernos que el menor le daba en el rostro, sintió una cálida caricia a su cabello y asintió primero que nada — sí. Te necesito, Hyungwon... demasiado... — era como si sus respuestas se hubieran vuelto algo mecánicas, su piel dolía inclusive como si hubiese soportado por siglos enteros, y se vio como el sediento que se arrastra hacia una hermosa y brillante fuente de agua en medio del desierto. Hyungwon lo llevó hasta el sillón, lo empujó haciéndolo sentar y lo vio desde arriba con una mirada totalmente oscura y demandante que sólo significaba una cosa, así que agachó la suya y se doblegó por completo sin siquiera haber escuchado una sola palabra u orden de su parte.

— quítate la ropa, déjame verte. — sus manos temblaron al escuchar esa voz siniestra y poderosa siendo tan gobernante; no querría hacerlo enojar jamás, así que agarró el borde de su camiseta y comenzó a quitarla dejando ver sus prominentes músculos, todos en perfecta tensión haciéndolos más notables e irresistibles, y abrió su jean y lo deslizó junto a su ropa interior por sus piernas blancas siempre sintiendo como el menor veía con atención cada movimiento sin perderse de nada.

completamente desnudo Hoseok esperó ansiosamente por otra orden; lo había extrañado tanto, a él y al sentimiento de sentirse al limite de algo igual, que sólo pudo sentirse más y más excitado con cada segundo que ese grandioso ser pasaba ahí de pie dominandolo con sólo su majestuosa presencia. Lo escuchó quitar lo que quedaba de su ropa, vio el pantalón negro caer al suelo y suspiró al ser consciente de que estaba desnudo; quería sentirlo, besarlo y que lo besara como sólo él sabía.

— bésame, por favor, Hyungwon.. — Hoseok lo rogó con una voz débil y necesitada, mantenía la mirada gacha aún porque no se atrevía a desobedecer su orden sin palabras; el pelinegro se acercó hasta abrirle las piernas con ayuda de las suyas, lo obligó a abrirlas dejándolo completamente expuesto, y luego usó su  pie para empujarlo y hacer que recostara la espalda en el respaldo del sillón haciéndolo sentir vulnerable ante él que era tan poderoso. Durante los segundos en que mantuvo los ojos abiertos hasta cuando los cerró de nuevo, pudo notar que la mirada de Hyungwon seguía siendo severa y no daba espacio a queja alguna, por lo que mordió su lengua para callarse y se dedicó a sentir su cuerpo caliente porque se encontraba locamente excitado.

— No. Se un buen niño y ganatelo. — Esa voz fue tan absoluta, que gimoteo y su pecho comenzó a subir y bajar de manera errática; aún tenía las piernas abiertas y su pene comenzaba a exigir atención de alguna u otra forma. Gimió con sólo imaginar lo que tendría Hyungwon planeado, lo que se sentía y sentiría. — Mírame. — lo hizo sin dudar, sus ojos recorrieron de inmediato ese bello rostro y cuerpo entero confirmando lo que todos sus sentidos ya le habían advertido; él permanecía de pie frente suyo y sus ojos oscuros, absolutamente llenos de deseo, le ocultaban algo inexplicable que amaba. — Ahora tocate.

La orden fue esa.  Tomó su propio miembro, se hundió en el sillón y abrió la boca tensionando cada músculo del cuerpo y luego dejó escapar un jadeo seguido de un leve gemido. El pelinegro seguía con la mirada fija en sus acciones y por alguna loca razón eso sólo aumentó el intenso placer que lo recorría; él, que se había hecho en medio obligándolo a mantener las piernas abiertas, tenía la boca entreabierta apenas y respirando totalmente absorto en la manera en que masajeaba su propio mienbro bajo su mirada que lo absorbía.

Perdido en la sensación que se brindaba a sí mismo y en la forma en que Hyungwon recorría su cuerpo con esa mirada dura, acarició su propio abdomen y cerró los ojos recibiendo un regaño de su parte. — uhm uhm — hizo salir un sonido desde su garganta con una severidad tal que tembló — abre los ojos y mírame, Hoseok. Sé un buen niño y te daré tu recompensa. — abrió los ojos al instante, se mordió el labio inferior intentando y fallando de inmediato en ahogar un gemido; su mano se movió vertiginosa por la extensión de su errecion y tocó sus propios pezones abusando de ellos, perdiéndose en el inmenso placer de sentir la mirada hambrienta del menor devorandole. — come on, sweetie...

Él comenzó a tocarse en frente suyo luego de lanzar esas palabras en un tono de voz caliente que lo motivaba a continuar y se obligó a tener los ojos abiertos mientras lo veía manstrubarse; eso sólo lo hizo perder más el control, la velocidad en su propia mano aumentó y dejó su pecho para jugar con sus bolas, intentó cerrar las piernas en un espasmo repentino pero Hyungwon simplemente le impedía cerrarlas, haciéndolo sentir totalmente rendido y doblegado ante él.

Gruñó y gimió por cuenta nueva, su pecho ahora subía y bajaba con real fuerza y usó su dedo pulgar para jugar con su punta y esparcir el líquido que salía por toda la extensión, gimoteando y maldiciendo casi al mismo tiempo; Hyungwon se inclinó hasta apoyar la mano en el respaldo del asiento quedando justo arriba en su margen de visión, se sintió poseído con esa mirada y esa expresión llena de deseo, pero uno que por supuesto él sabía controlaba muy bien.

Era débil y frágil ante él.

— mierda, Hoseok, sólo sigue así. — él no le apartó la mirada de encima en ningún momento, por su parte tenía ansias de tocarlo y no se permitió tal tontería porque no quería arruinarlo, y sólo continuó aumentando el ritmo de su mano, gimiendo con fiereza en su cara y llenándose de los suyos que le elevaban el alma.

Su cuerpo se estremeció con mayor violencia luego de un par de minutos, abrió la boca por completo dejando salir un fuerte gemido, su semen se esparció por su abdomen y los espasmos fueron evidentes pues se hundió aún más en el sillón; con esa imagen Hyungwon se vino casi enseguida encima suyo, cerró con fuerza su mano en la textura del sillón, mordió su labio y un sonrojo fue evidente al fin luego de que cerrara los ojos y soltara un gemido ronco entre un evidente espasmo.

Con regocijo lo vio agacharse y besar su abdomen, mordía la piel intensificando la sensación en todo su cuerpo y lamia la esencia de ambos; con eso lo vio acercarse a su boca y lo recibió con sumo gusto porque estaba anhelandolo tanto, su lengua lamio dentro de su cabidad chocando con la suya, sus labios fueron maestros moviéndose sobre los propios y por fin se permitió tocarlo temeroso de sí eso era algo que pudiera realmente hacer.

— eres tan buen niño, sweetie. Uno muy tierno. — suspiró lentamente por la sensación de los dedos del menor recorrer sus muslos para luego apretar la piel, eso, añadido a los besos que le daba entre palabras le hicieron sentir un agujero en el pecho al darse cuenta de que era demasiado lo que había necesitado su presencia, sus manos, todo de él...

— Hyungwon, Hyungwon te amo.

— lo sé — recibió un efusivo beso que lo dejó aún débil y un par de lágrimas salieron al volver a escucharlo — lo sé, sweetie. — Hyungwon repartía besos por su rostro con cariño, se contuvo de llorar, pero las lágrimas habían salido sin poderlo evitar. Sintió sus caricias por el tiempo en que necesitó su afecto como a más nada y en el fondo de su corazón se sintió agradecido de que el menor lo leyera sin necesidad de mucho, porque daba besos en su hombro, acariciaba su cabello y le daba el calor de su cuerpo sin queja alguna.

Terminaron yendo a su habitación, Hyungwon había ayudado a limpiar el desastre que era su abdomen y accediendo a quedarse se acostó a su lado en la cama; sintiéndose temeroso de perderlo se abrazó a su cuerpo delgado cuidando de no apretar mucho su agarre y lastimarlo, así acarició su espalda y sus costillas memorizando cada parte, contando cada una y besándolo sin cansancio alguno.

— necesitas comer más...— lo murmuró con los ojos entrecerrados, por alguna razón acariciarlo le producía una calma tan natural, que su cuerpo se adormecia sutilmente casi cayendo en un sueño súbito.

Hyungwon lo miró al rostro sonriendo, pasó la punta de su nariz por su mejilla y terminó en besarlo de nuevo como si no tuviera ya suficiente. — como me gustaría, pero este mes no puedo darme ese lujo. Ya habrá oportunidad, lo prometo.

— sólo dile a Kihyun que se joda — lo dijo frunciendo el ceño ya con los ojos cerrados; seguía pasando sus dedos, esta vez, por sus brazos largos y delgados — no puede obligarte a nada si ya haces suficiente. Eres el mejor de todos, Hyungwon.

— ¿en serio? — asintió, estaba cayendo del sueño y aún así se obligó a permanecer consciente, al menos lo suficiente para responder a su pregunta. Sintió un beso en su frente y sus brazos cobijarlo, sus pieles desnudas se tocaban entre sí y no creyó que hubiera mejor sentimiento que ese.

Es lo que siempre has deseado...

◇◇◇

Al rato de caer dormido sintió un cosquilleo en la espalda, siendo consciente abrió los ojos notando que la habitación estaba un poco clara y se fijó en que Hyungwon lo besaba de una manera dócil; sonrió y trató de ver la hora en el reloj de su escritorio, cayendo en cuenta que eran poco más de las cinco de la madrugada.

— ¿por qué estás despierto? — lo preguntó y Hyungwon sonrió sobre su piel.

— no puedo dormir contigo así, me haces mal. — los besos en su espalda ancha y musculosa se hicieron más profundos bajando hasta llegar a sus nalgas, él las mordió y hundió el rostro en la almohada en parte avergonzado, pero lleno de placer. — levanta ese trasero bonito que tienes, sweetie. — lo hizo, podía Hyungwon no estarlo viendo pero su rostro y orejas estaban rojas.

Lo sintió situarse atrás suyo, le acarició la espalda y cada nalga, las beso y las separó con ambas manos viéndose sorprendido cuando su lengua pasó por su entrada sobresaltandolo y haciéndolo gemir, ahogando lo fuerte del mismo en la almohada y apretando las sábanas hasta que los nudillos estuvieron pálidos por la fuerza.

— oh, mierda, mierda... Qué ¿Qué haces... Oh... — soltó luego de ver destellos blancos tras los ojos, su cuerpo se vio envuelto entre la sensación de la lengua de Hyungwon que se movía estimulandolo sin piedad y la vergüenza absoluta. — a-así, oh santo Dios, Hyungwon... — sus piernas temblaron debido a la enorme descarga de placer que lo recorrió, el pelinegro lo acercó más a su rostro, movió su lengua en círculos y le acariciaba las piernas hasta dejarlo sin aliento; de la nada la habitación se había llenado de sus gemidos.

Casi se desploma bastante agitado cuando se detuvo, Hyungwon lo sostuvo de la cintura y enseguida hundió el dedo medio en su entrada; lanzó una queja real porque le ardió y dolió lo suficiente, se puso tan nervioso que le impidió al otro mover su dedo dentro de él con libertad.

— Hyungwon, no... yo...

— confía en mí, sweetie. Relajate. — se sentía sofocado; cerró los ojos tratándo de recuperar la calma con la ayuda de las caricias que Hyungwon le daba en la parte baja de su espalda, se aferró a la cabecera de la cama que era de madera, y respiro hondo abriéndose y cerrándose al rededor de su largo dedo que volvió a moverse suavemente.

La sensación de agrado fue en aumento en la medida en que se iba acostumbrando a la presencia de Hyungwon dentro suyo, su dedo entraba y salía con un sonido abseno de los fluidos y gimió cuando aumentó la intensidad con la que lo introducía y movía en su interior.

— ¿te gusta? — él lo preguntó moviendo  su dedo en círculos, su pene se retorcio ansioso y agachó la cabeza gimiendo de placer.

— s-sí, me gusta, sí~ — se vio invadido por un segundo dedo y mordió su labio para desviar el pensamiento de dolor que sentía; sintió unos besos en su nalga derecha, los largos dedos que salieron y entraron lentamente, y cuando ambos estuvieron dentro de nuevo, soltó el aire intentando encontrar de inmediato el que sus pulmones necesitaban.

— vamos, relajate. Como la primera vez...

Su voz era gentil, así que lloriqueo un poco al ver que era consentido por él. — due-duele, duele, Hyungwon... — a ese punto le era necesario ser sincero, estaba nervioso a reventar y el dolor aquel era algo a lo que realmente no esperaba enfrentarse; el menor le acarició el costado derecho del torso y habló.

— ¿quieres que me detenga? — su pregunta fue hecha llena de comprensión, no hubo una orden o un gesto preponderante que lo abligara a nada; estaba en sus manos el continuar o detenerse. De sus labios se escapó un suspiro lleno de nervios, trató de buscar el punto hasta relajarse y susurró.

— por favor sigue. — Hyungwon lo lubricó un poco más eparciendo algo de saliva y usó su mano libre para masturbarlo mientras introducía de nuevo ambos dedos, medio y anular, en su estrecha entrada; volvió a gemir entre la sensación de dolor y placer, y casi se desvaneció en el instante en que el pelinegro comenzó a moverse libremente, abriendo y cerrandolo los dígitos, entrando y saliendo. — Hyungwon...

El placer que le daba Hyungwon en ambos lados era algo que nunca había sentido, sus ojos se cerraron de nuevo ante el inmenso placer que sentía y gritó casi por que el calor que poseía su cuerpo lentamente lo estaba consumiendo.

— eso es, sé mi niño bueno... — una palmada en su nalga y una voz embebida en deseo le hizo moverse contra los dedos, con los ojos entrecerrados gruñó, volvió a agachar la cabeza y disfrutó con más facilidad del tercer dedo que se añadió a los otros que lo estimulaban sin detenerse; se quejó, pero Hyungwon seguía masajeando su pene constantemente, mientras los dedos salían y entraban llenándolo de un indescriptible placer.

— más, Hyungwon... quiero-quiero más... — sacando los dedos de su interior Hyungwon le dio vuelta tendiendolo sobre la cama, bastante desorientado y con la vista nublada lo buscó, y este apareció casi de inmediato en su rango de visión; fiero él le besó los pectorales hasta que atrapó entre sus labios su pezon abusando de él y lleno de placer hundió los dedos en su cabello negro, cerrando los ojos, jadeando y temblando ante cada una de las caricias que le brindaba con esos dedos huesudos que lo exploraban todo.

— te va a doler un poco más que antes, así que si sientes que te hago daño sólo dilo. — su voz ronca lo hizo vibrar y asintió mirándolo; Hyungwon lo acercó poniéndose entre sus piernas y sintió su errecion cerca, miró al techo y cerró los ojos llenándose de fuerzas. Las caricias del menor en su piel no se detuvieron nunca, pero tembló aún más cuando sintió la punta de su miembro rozar su entrada.

Suspiró, Hyungwon tomó la almohada libre poniéndola bajo su espalda baja elevando lo suficientemente su cadera y volvió a intentar entrar, esta vez con mayor firmeza. Ahogó un grito al aferrarse con toda fuerza a las sábanas, sus ojos se abrieron al instante y los músculos se le pusieron en tensión.

— ¿te duele? — negó, luego asintió dudando y finalmente asintió firmemente; respiro hondo y buscó relajarse tal y como había aprendido, pero tener unos dedos a tener un pene en su trasero se le estaba haciendo un poco complicado de asimilar. — ¿quieres que me detenga, Hoseok? — negó sin decir nada, aún con todo no quería rendirse; tener a Hyungwon dentro suyo estaba resultando aún más maravilloso que cualquier otra cosa y sinceramente no le importaba recibir un poco de dolor.

— sólo un poco más...

Él sonrió ante sus palabras dichas con nerviosismo, podía sentir perfectamente como el menor se deslizaba en su interior y el cómo su entrada lo absorbía permitiéndole ir más profundo; su cuerpo musculoso se flexionaba con cada toma de aire y la frente de Hyungwon se encontraba perlada por el esfuerzo de contenerse e incluso lanzaba maldiciones entre dientes.

Se sintió absurdamente lleno, tenía los ojos cristalinos por las lágrimas que querían salir y hubo un momento en que Hyungwon se quedó quieto al final de su unión; le acarició las piernas, el pecho y el rostro tranquilizandolo, así su respiración fue cobrando un poco la normalidad y su cuerpo perdiendo tensión.

— ¿está siendo difícil para ti? — Hyungwon era tan hermoso, su corazón sólo latía loco por él, por él y sus labios gruesos que  le hacían sentir un millar de cosas, además de su voz que era la calma que buscaba a diario; tenerlo ahí era un vivo milagro. Negó con la cabeza incapaz de decir nada y tomó aire tratando de acostumbrarse a él con quien estaba unido. — eres un niño muy bueno, Hoseok, no tienes que ocultar nada.

— estoy bien — dijo al fin, pero dudó al final. — estaré bien. — una risa condescendiente lleno el lugar y Hyungwon le corrió el cabello de la frente mirándolo con atención.

— you're so cute, sweetie. — puso ambos codos a sus costados al nivel de los hombros y lo vio de cerca, sus ojos le recorrieron con gran detalle, se detuvo en sus labios fijándose en ellos y cerrando la brecha con su boca; se movía suave como la seda y su lengua la usaba para recorrer cada línea carnosa, curandolo como alguna vez lo hizo.

Jadeo en el momento en que lo sintió moverse, sus manos se cerraron en los delgados brazos con tal fuerza que creyó que los partiría en dos, frunció la nariz y sintió ahogarse en algo absolutamente inexplicable. Hyungwon soltó el primer gemido, volvió a intentar salir y entrar con devoción, apoyó la frente en uno de sus hombros y su respiración caliente le puso la piel de gallina.

— oh, holly shit.... — el menor maldijo y entró profundamente cuando, al deslizar sus manos hasta la espalda, le enterró las uñas porque dolía y cerró los ojos jadeante. — sigue haciendo eso y me tendrás a tus pies, bae...

Hoseok logró captar a lo que se refería, desplazó sus uñas hacia los lados haciendo que Hyungwon cerrara los ojos, mordiera su mullido labio inferior y soltara un gemido seguido de otra profunda estocada; la firmeza con la que entraba y salía había cambiado en absoluto, Hyungwon lo embestía con un  ritmo más rápido, hasta hacer que sus pieles chocaran y una serie de placenteros gemidos de su parte sonaran al compaz.

Su corazón iba a la carrera, luego de varias estocadas se entregó completamente al profundo sentimiento que lo invadía, enredó las piernas al rededor de su angosta cintura e intentó que Hyungwon se hundiera incluso más de lo posible en su interior; sus uñas bajaron por su espalda y se quedó mirando la reacción del menor, llenándose de cada uno de sus sonidos y expresiones.

— oh, fuck... you-you feel so fucking good, bae.

Eso debería ser bueno de alguna manera, porque el pelinegro no paraba de gemir entre maldiciones en inglés, coreano y algo más a lo que creyó era ¿mandarín? estaba sumergido completamente, y no pensó nunca que hubiera algo tan placentero y delicioso.

— Hyungwon.. — gimió su nombre y deslizó las manos por sus brazos cuando lo vio levantar medio cuerpo disfrutando del cómo le hundía los dedos en los muslos; su cadera se movió en círculos lentos y  llevó su rostro hacia un lado mordiendo su labio muy fuerte para no rogar por más, simplemente se aferró las sábanas y gruñó.

— vamos, gime para mí sweetie. Déjame escucharte más. — lo tomó de la cintura entrando y saliendo a un ritmo rápido y certero que lo hizo gritar de placer; Hyungwon lo tomó del brazo y le llevó la mano a su cabellera negra, comprendiendo de inmediato lo que quería, por lo que agarró su cabello y lo jaló haciendolo extremecer entre estocadas. Sus miradas se conectaron, la de él era oscura, atenta y llena de deseo, mientras que por su parte sólo supo mantener los ojos apenas abiertos debido al montón de sensaciones en su vientre y cuerpo entero.

— te amo, te amo mucho — Hyungwon salió de su interior y lo giró haciendolo quedar sobre su abdomen, entró de nuevo de una estocada y su pecho se pegó a su ancha espalda, finalmente le habló al oído mientras seguía penetrandolo en esa posición.

— eres mío, Hoseok. — sus profundos gemidos le pusieron los vellos de punta y la piel de nuevo se le puso de gallina — Incluso si te vas con alguien más, así pasen mil años no podrás olvidarme jamás, porque eres mío y yo soy tuyo. Nadie en este puto mundo podrá cambiar eso. — gimió ante la fuerza con la que entraba, su largo brazo lo rodeó abarcandole el pecho y con su mano lo obligó a que girará el rostro y lo besara; sumergido ahogó varios gemidos en su boca ardiente, se separó gimiendo aún más fuerte, tomó aire y se aferró al brazo que lo rodeaba tratando de encontrar el apoyo para no desvanecerse ante las certeras embestidas de Hyungwon.

Era suyo, de eso no cabía dudas, le perteneció en cuerpo y alma desde el primer momento en que habían cruzado la mirada una vez le abrió las puertas a su mundo; no se imaginaba estando con nadie más y esa era una de las tantas cosas a las que le había dado la razón a Hyungwon cuando se fue. No existía nadie más que pudiera hacerlo ir más allá de la claridad y lo profundo, su cuerpo se había vuelto en absoluto caprichoso y sólo sentía si se trataba de él y sus caricias que ahora por mucho eran diferentes de la primera vez.

— sólo estás tú, sólo tú Hyungwon, lo-lo juro...

Su pecho agitado dejó salir lo que sentía y pensaba entre más gemidos; dos de los dedos del menor entraron en su boca y con gusto los recibió, sus labios se cerraron al rededor lamiendo y empapando de saliva los dígitos, con la mano libre Hyungwon le jaló el cabello hasta casi obligarlo a que agachara la cabeza, y besó su nuca además de morder la piel.

Entre los fieros gemidos de Hyungwon que le llenaron los oídos y los suyos que se ahogaban prácticamente entre sus dedos, sintió llegar al clímax; su cuerpo te extremecio una vez más mientras mantenía su boca ocupada, y los besos en la espalda y las embestidas lo hicieron ver estrellas— Sí, oh, sí te sientes tan bien. Estoy siendo un tonto idiota por ti, pero te creo, Hoseok. Creo en todo lo que digas...— gritó de placer y apretó su mano que se aferraba al brazo de Hyungwon, los pulmones se le saturaron y sintió al menor embestirlo profundamente hasta que soltó un profundo gemido indicándole que el también había logrado encontrar su propia satisfacción.

Hyungwon no salió inmediatamente de su interior, haciendo lentos círculos siguió besandole la parte alta de la espalda, eran dulces besos que le hicieron recuperar lentamente la compostura, calmando los espasmos y dándole ese afecto que siempre necesitaba; saliendo lentamente se hizo a un lado tomándolo de su fornido brazo.

— ven aquí — Hoseok se acercó con esfuerzo y lleno de vergüenza, incapaz de darle la cara; Hyungwon al darse cuenta de ello soltó a reírse y lo abrazó desde atrás, así que se acurrucó aferrándose a el brazo que lo rodeaba firmemente. — eres tan tierno, Hoseok...

Hyungwon acostumbraba a decirle eso, nunca había entendido bien el por qué, pero a esa altura todo lo que decía ya se le hacía palabra absoluta; lo único que deseaba incansablemente era que lo abrazara así siempre y no lo soltara nunca más.

◇◇◇

Despertó horriblemente cansado por el sonido de un tonto telefóno que sonaba en algún rincón de la casa, creía que por primera vez en un tiempo no deseaba levantarse de cama para hacer ejercicio ni nada; sus ojos se abrieron viendo la intensa claridad en su habitación y se movió entre las sábanas sintiendo como el agarre de Hyungwon al rededor de su cintura se apretó aún más.

— Buenos días, sweetie... — un beso en la nuca le fue dado, cerró los ojos ante el sentimiento y de nuevo el timbre del teléfono lo volvió a la realidad.

— creo que tu teléfono está sonando, Hyungwon. — el pelinegro se detuvo de jugar sobre su piel y levantó la cabeza.

— Fuck ¿qué hora es? — preocupado por su reacción miró hacia el escritorio y vio que eran las 12 pasadas del medio día.

— son las 12 y cuarto.

— ¡Kihyun va a matarme! — saltó de la cama caminando por toda la habitación sin hacer nada más que correr en círculos y esa sola imagen fue linda de ver; se sentó en la cama con dificultad y salió de entre las sábanas yendo a la orilla de la cama.

— ummm, creo que primero debes responder el teléfono que sigue sonando.

— ¡cierto, eso es! — el se detuvo cayendo en cuenta al fin de lo que debía hacer y le dio la espalda mostrándole lo que había ocasionado la noche anterior, se sonrojó apenado y lo vio salir directo abriendo la puerta; los pesados pasos de Hyungwon recorrieron el comedor y la sala hasta el pasillo, y finalmente lo escuchó responder disculpándose varias veces antes de jurar que no tardaría. Mientras él atendía la llamada miró sus propios pies y los movió levantado uno después del otro de manera intercalada, se sentía en paz incluso si había incumplido su propia palabra; no había ningún tipo de arrepentimiento porque así lo había querido.

Vio a Hyungwon regresar a paso apresurado, el menor se acercó hasta atrapar sus labios en un efusivo beso, uno que hizo su cabeza ir hacia atrás por la fuerza de su impulso y se aferró a sus hombros intentando seguir el ritmo de su lengua que le invadía por completo; él rompió el beso permitiendo que por fin recuperara el aire que había perdido ante lo intenso de su acción.

— se supone que tengo que salir de inmediato, lo siento. — el se excusó dando otro beso, y otro, y otro, hasta que mantuvo sus labios unidos por un largo tiempo. — te voy a extrañar demasiado, no quiero dejarte.

— Kihyun debe estar molesto — sus cejas se unieron para mostrar el poco deseo a que lo dejara, pero también la preocupación de que quizá fuera a ser castigado como la última vez que Kihyun se había molestado lo suficiente como para tomarlo de la oreja y hacerlo arrodillar en el suelo con los brazos elevados.

Era terrible de sólo pensarlo.

— lo único que me preocupa es qué haré con esto. — se señaló la ereccion y se sonrojó aún más; su corazón latió con afán y lo miró hacia arriba, trago grueso y dudó, pero lo dijo.

— Yo, puedo ayudarte con eso...

— ¿ah?

Con la imagen de la expresión atestada de curiosidad de Hyungwon cerró los ojos, se inclinó hacia adelante lo suficiente y abrió la boca esperando que el menor se sirviera por sí mismo; se mantuvo así por largos segundos que le parecieron eternos, segundos en los que cerró los puños porque sin quererlo las imágenes del pasado volvían a hacer mella en su mente. Un miedo terrible le llenó el corazón y se sintió intranquilo e incómodo hasta que sintió que le pellizcaban las mejillas, así que abrió los ojos respirando de nuevo.

— me conformo con que me digas que me amas más que a nadie... — con su dedo pulgar le acarició la mejilla y lo pasó jugando con su labio inferior, para luego besarlo y morderlo con cariño — y buen intento, casi caigo aún más rendido por ti. Y yo que creí que sería imposible. — lo murmuró sobre sus labios y se separó guiñandole un ojo. Fue al closet buscando algo de ropa y de espaldas habló — tomaré una ducha, arreglaré mi problema y me iré ¿quieres salir esta noche o prefieres comer en casa? Oh... — Hoseok se había quedado mudo luego de sus palabras y posó la mirada en él cuando se detuvo de hablar tan de repente. — recordé que esta noche es la cena de celebración, Shownu me lo dijo antes... Trataré de salir antes ¿ok?

Asintió y se levantó con dificultad, su cuerpo entero le dolía y sólo pensaba en que necesitaba su calor; lo abrazó por detrás haciendo que el menor buscara su rostro sin éxito alguno.

— te amo mucho, Hyungwon.

— cierra la boca ya, sweetie, haces que no quiera irme nunca. — negó con la cabeza y se mantuvo así, besando las uniformes líneas rojas de su espalda y casi impidiendo que buscara por algo apropiado para ponerse.

incluso cuando era consciente de que el menor iba tarde para cumplir con su agenda, no pudo evitar caer preso del deseo otra vez y entrar a la ducha sorprendiendo lo, para luego hacerlo suyo porque no tenía suficiente de él. El baño se llenó de sus gemidos y mientras se enterraban en Hyungwon juró que jamás lo volvería a dejar ir porque sentía sus palabras una promesa hecha al cielo.

Se pertenecían, era de Hyungwon y Hyungwon era suyo. No existía más explicación.

Con el cabello húmedo y con un puchero en el rostro vio a Hyungwon arreglar su cabello ya listo para salir, el más alto se detuvo viéndolo y sonrió. — sólo serán unas cuantas horas, por favor. No me hagas esto, sweetie. — el teléfono de Hyungwon volvió a sonar, él entró al baño y jugó con uno de sus pies descalzos, mientras miraba hacia la sala soltando un suspiro.

— ni siquiera sé a qué horas llegarás. Podría no esperarte o quizá sí, o no... — se quejó y vio a Hyungwon asomar medio cuerpo por la puerta, tenía el entrecejo fruncido y soltó a quejarse nada más pudo.

— ¿te crees muy gracioso? No estoy jugando, por favor. Dame tu teléfono. — sonriente y obedientemente corrió a buscar su celular que seguro había dejado en su chaqueta la noche anterior, lo encontró y corrió de regreso dandoselo en las manos que mantenía estirada con tanta firmeza. El menor lo encendió, entró haciendo una y otra cosa en él, y finalmente murmuró para sí mismo un "ok" lleno de satisfacción; se se lo regresó y miró lo que había estado haciendo. — No importa qué, tienes que esperar por mi, siempre. Ese es mi número de teléfono, puedes marcarme cuando quieras y yo definitivamente te regresaré la llamada durante los descansos ¿Está bien? — Miró el número en la pantalla y el nombre "my only one ♥" apartó la mirada del aparato y se lanzó a besarlo hasta que de nuevo el timbre del teléfono del menor los hizo separarse.

Desde que se había cerrado a conocer a nadie más siempre se dijo que era un aburrido y completo idiota para las citas, pero ahora que había vivido una de ensueño se reafirmó a sí mismo que simplemente había extrañado terriblemente estar entre sus brazos, le hacían falta sus besos y le fue infinitamente imposible no ilusionarse hasta la locura.

Quizá esta vez funcione, Hoseok...

Quizá.

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Hola, de nuevo 👆

Está bien, Hoseok invitó a comer ramen a Hyungwon (la Netflix coreana) y ajá. Ya iban advertidas ¿no es así? Recuerden Mi chiste 🤣💕 espero que el capítulo haya sido de su agrado y nuevamente les agradezco el apoyo y amor que le dan a la historia en general.

Si tienen preguntas, sugerencias o dudas sobre algo en específico entonces son bienvenidas. El próximo es el capítulo final.

Gracias!

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