5
Hoseok ya no sabía qué hacer al respecto para detenerlo.
Cuando borracho le contó a Hyungwon todo lo que le había sucedido en el pasado se sintió terrible, nunca se había imaginado diciéndole tal cosa al menor, sobre todo por que no había una verdadera razón para hacerlo; es decir, nunca se lo había dicho a Donghwa ni siquiera cuando él le aseguraba firmemente que podía confiar cuánto quisiera e incluso se había negado a decirle nada a Changkyun.
Era una completa locura.
Hyungwon no era el tipo de persona en el que depositaría algo de confianza y aún así se lo había dicho todo; él había sido paciente — su concepto de paciente para Hyungwon — y lo había escuchado cuando fue necesario, era una clase de cálido que incluso no comprendió por qué razón lo hacía sentir que podía entregarlo todo; Hoseok no alcanzaba a comprender cómo era que de la última persona que esperaba fuera a decir algo igual, había recibido palabras de aliento que incluso con Donghwa no lograron tener tanto efecto ni significado.
Sí, lo había dicho y al principio dolió, dolió mucho cuando al verlo a los ojos que estaba tan abiertos encontró el horror emanando de ellos, el cuerpo de Hyungwon estaba igual o más tenso, su estúpidamente enorme mano le cubría la boca con una fuerza tal, que incluso temblaba por la presión y lo último que vio fue a él corriendo y encerrandose en su habitación.
No hubo nada más.
Por tres semanas completas la tensión fue insoportable, Hyungwon parecía buscar excusas para no verlo a la cara, salía en un horrible horario de trabajo que comenzaba a las 3 am y terminaba a altas horas de la noche, a veces incluso se levantaba en medio de la madrugada para escucharlo marcharse sin atreverse a decirle o reclamarle nada; era de verdad aterrador tener que escuchar algo de su boca, como un rechazo por ejemplo.
No estaba seguro de cómo manejar esa situación tan real, porque por más que pensaba en una manera de no sentirse afligido por el comportamiento de Hyungwon, este igual le afectaba lo suficiente; siendo así, habían momentos en los que se había sentado por horas a ver la televisión no viéndola realmente, sólo buscando noticias o programas que mostraran su trabajo y luego cuando cazaba lo poco que daban sobre él se iba a la cama mucho antes de que Hyungwon regresara a casa.
Era agotador, pero no hallo más opciones.
Lo extrañaba
Como si estuviera loco sentía que le hacían falta las discusiones diarias, sus quejas absurdas, su ceño fruncido, su voz baja y quedada, sus insultos, mandatos, abusos y engaños, todo; al parecer se había vuelto un tonto sin sentido que de nuevo había comenzado a sentir apego hacia una persona que bien podía no importarle lo que había sucedido con el.
O eso creyó por ese tiempo que no lo pudo ver.
Una buena tarde mientras estaba centrado revisando las redes y viendo algunas fotos del rubio en algún tipo de evento, escuchó la puerta abrirse e intentó correr a su habitación asustado, pero su intento fue inútil porque él ya estaba de frente mirándolo con los ojos bien abiertos; Hyungwon estaba de pie con varias compras en la mano y sintió que su corazón se caía debido a su silencio, no obstante cuando abrió la boca dijo:
— «Sweetie, al fin te veo ¿cómo te encuentras?» — se sorprendió cuando al escuchar su voz está misma no sonó fría y distante como siempre, sino que había algo más. Se detuvo a observarlo sorprendido y una sonrisa enorme se dibujó en el rostro del menor — «he traído ramen, vamos a comer.»
Había sido una absoluta sorpresa, Hyungwon actuaba diferente y aún así se las ingeniaba para seguir siendo el mismo imbecil arrogante, impaciente e inalcanzable que acostumbraba ser. Él había invertido en comprar unas sillas altas para la encimera las cuales ocupaba para verlo hacer lo que sea que estuviera haciendo en la cocina, lo acompañaba a ver la televisión y a comer cuando podían e incluso Hyungwon le había pedido la dirección de la universidad para recogerlo cuando tuviera la posibilidad de hacerlo.
Pero ahora ya simplemente no sabía cómo detenerlo.
Quería frenar su creciente deseo de estar cerca a Hyungwon porque con cada acción o con cada palabra dicha era más y más lo que deseaba cerrar esa brecha que ambos habían construido a nada más verse por primera vez, quería odiar verlo en su apartamento y no extrañarlo o desear que estuviera todo el tiempo presente, ya que sólo discutían gran parte del tiempo; pero resultaba que no importaba, que en realidad le agradaban las pequeñas charlas que se daban luego de ello aunque fuera demente de sólo imaginarlo.
Le tienes envidia.
Esa era la única explicación viable a su repentino ataque de necesidad sin sentido; su incontrolable envidia le había hecho querer saber más sobre el rubio, quería poder entenderlo a fondo, saber su pasado y su presente aunque este mismo odiara hablar sobre cualquier cosa, pues Hyungwon sólo respondía a preguntas sencillas con un sí o un no, y el resto era un misterio.
Lo odiaba.
Si se ponía a pensar con calma, Hyungwon era un tirano en todo el sentido de la palabra, porque no había día que no hiciera lo que quería y lo callara siempre con la misma frase "cierra la maldita boca." Habían días en que detestaba esa estúpida frase que siempre soltaba cuando comenzaba a reclamarle su forma altanera de ser, ya que ni siquiera le daba la oportunidad de defenderse que inmediatamente o cambiaba de tema o se iba a su habitación, todo dependía de su estado de ánimo y paciencia para seguir aguantando las miles de preguntas que quería hacerle todo el tiempo; pero muchas otras veces la misma frase lo encendía desde el interior haciéndolo consumir como el mismísimo fuego, todo por el maldito tono y mirada que solía usar, haciendolo sentir vulnerable y dispuesto a algo que definitivamente no estaba seguro de dar rienda suelta.
— ¿hhmm? ¿Sucede algo, bro? — Dejó sus pensamientos y frustraciones por un momento en lo que escuchó la voz de su compañero hablarle, miró hacia al frente donde estaba sentado y soltó un suspiro antes de que Changkyun levantara una ceja burlesco — es de nuevo el inquilino ¿no es así? — debía ser muy obvio porque Changkyun no había tardado en dar con el punto. Rendido tiró medio cuerpo sobre la mesa soltando otro profundo suspiro antes de hablar.
— Lo odio, Changkyun. — lo dijo con palabras que realmente no sentía, por que por más que quería convencerse de ello no era lo que su corazón realmente estuviera sintiendo, al contrario, de manera tonta deseó poder estar junto a él en ese instante, escuchar su voz aunque fuera esa maldita déspota voz que lo hacía querer...
Es... Es estúpido...
No hay manera.
— ¿y qué hizo esta vez?
Exacto ¿qué ha hecho, Hoseok?
— Nada...— dijo resignado mientras veía la expresión de su amigo; él estaba mirándolo atento esperando que fuera alguna broma, pero desafortunadamente no lo era. No sabía qué había hecho exactamente Hyungwon para tenerlo en tal condición, por que ni siquiera con Donghwa se había sentido igual, lo único que tenía claro es que existía algo que lo hacía sentir ansioso y demasiado confundido.
— a ver, me estás queriendo decir que odias al inquilino hoy más que nunca, que estás así debido a él, pero ¿que no ha hecho nada? — Changkyun frunció el ceño confundido tal vez, sus ojos lo escanearon como a un papel por un tiempo y luego hizo de sus labios un horizonte — Tú no estarás...
— ¿qué? ¿Qué sucede? — no entendía a qué venía ese rostro genuinamente curioso del menor, así que frunció el entrecejo preocupado en tanto trataba de entender sus razones.
— nada, es una tontería... — comentó — deberías terminar su contrato de una vez, Hoseok, sería lo mejor para ti. Así no tendrías que estar todos los días quejandote de él y menos teniendo dolores de cabeza que no has pedido tener.
¡Oh, no!
— ojalá fuera tan fácil. — gruñó ante el creciente dolor de cabeza e inconformidad de pensar en no ver a Hyungwon nunca más en el apartamento. No sabía cómo reaccionar exactamente ante esa imagen — tiene un contrato de seis meses y si hago los tramites seguro tardaré más tiempo del que le queda como inquilino, no hay manera de poder hacer nada al respecto más que esperar a que se vaya, supongo.
Era cierto, Hyungwon lo había dicho cuando se conocieron, que sólo le tomaría seis meses el mudarse a otro lugar y de esos seis meses ya habían pasado cuatro tan ligeros que apenas y los había sentido, ahora sólo quedaban dos meses de los correspondientes, dos terribles meses en lo que seguro, al terminar, estaría solo nuevamente; una profunda y horrible inquietud lo abordó. Se mordió el labio inferior pensando en la vida que llevaría luego de eso y de la nada estaba cabizbajo porque no lo quería
¿Por qué siempre tenían que abandonarlo?
Primero Donghwa, ahora Hyungwon...
Seguro cuando el menor se fuera ya no volvería a verlo nunca más, era un hombre ocupado después de todo ¿no? Si le resultaba a veces imposible verlo por semanas, no imaginaba entonces cómo sería cuando estuviera en otra parte que seguro no sabría.
— Ok, deberás soportar un poco más por lo veo; aunque no te ves muy feliz con la idea. — el menor volvió a su labor de seguir leyendo el libro mientras el se centraba en pensar en cada una de las razones por las cuales tendría que estar tan asustado de estar lejos de Hyungwon; no lo entendía y comenzaba a sentirse preocupado de algún modo. — ¿ya pensaste en la próxima muestra?
— ¡oh por Dios, es cierto. No he preparado nada! ¿¡qué presentaré!? — de la nada se vio atacado por el fuerte golpe de la realidad, se levantó desorientado, miró a Changkyun, y este sólo apoyó su fino mentón en la mano mientras lo veía sobre sus lentes grandes y redondos.
— te lo dije hace una semana, pero últimamente parece que no me escuchas. — comentó el peliazabache en un tono remilgado, quería mostrase molesto, pero eso era casi imposible y menos viniendo de alguien como él que siempre era sereno y casi oscuro. — he escogido una pieza para tu presentación. Si quieres podemos ir a almorzar te mostraré lo que he pensado hasta ahora. Te ayudaré a planear algo, seguro.
— ¡acabas de salvarme! — Hoseok tomó la mano de Changkyun y casi chillo agradecido porque no esperaba que el menor fuera ayudarlo de esa manera; sin pensarlo un minuto más agarró su morral y comenzó a ir hacia la salida apurando al menor que guardaba sus cosas y reía por el repentino arranque de energía.
Ambos caminaron hablando de los planes que tenían y lo que podían presentar, Hoseok estuvo de acuerdo con algunas ideas y otras las transformó de acuerdo a lo que le explicaba Changkyun; al final tuvo en cuenta el tiempo que tenía para practicar y optó por algo sencillo, pero profundo. Definitivamente contaría una historia y escogería presentarlo solo.
Al llegar a la salida el sonido de una bocina de un auto les llamó la atención, sabiendo quién era levantó la vista buscando dónde se encontraba y vio el auto de Hyungwon estar estacionado al otro lado de la calle diagonal a ellos, él bajó el vidrio polarizado y sacó una brazo indicándole que pasara de una vez.
— ¿uh? Creo que ese tipo te está llamando a ti, hyung ¿Lo conoces? — Changkyun trató de ver curioso, pero a esa distancia le era imposible descifrar nada. Entre la dicha y la incomodidad soltó el aire y miró a su amigo.
— es mi inquilino — confesó y escuchó de nuevo la bocina sintiéndose impaciente. Intuyó que no demoraría en llamarlo insistentemente porque definitivamente Hyungwon no conocía lo que era la paciencia.
— ¿de verdad? Oh, bueno, entonces supongo que irás a casa con él ¿Cierto? Parece un tanto apurado.
— no, esperame un momento aquí ¿está bien? — soltó el aire de nuevo luego de que el menor asintiera quedándose frente a la entrada de la universidad, ansioso cruzó la calle sintiendo una extraña emoción de ver a Hyungwon ahí, pero también un poco molesto porque había tocado la bocina una tercera vez mientras iba acercándose al auto.
Es un salvaje, por dios.
Intentó abrir la puerta delantera y estaba cerrada, esperó a que Hyungwon quitara el seguro y cuando lo escuchó volvió a intentar entrando y sentadose mientras cruzaba los brazos.
— ¿no tienes nada mejor que hacer que venir a hacer un horrible escándalo?
— cierra la maldita boca, Sweetie. Nos vamos a casa. — Hyungwon encendió el motor haciendo un ruido infernal y lo detuvo tomandolo de la muñeca.
— no.
— ¿qué?
— dije que no iré. Tengo una presentación pronto y debo preparar la puesta en escena en tiempo récord. Iré con Changkyun a almorzar y él me ayudará con eso, sí que nos vemos en casa. — soltando un suspiro abrió de nuevo la puerta para salir, y antes de hacerlo por completo escuchó a Hyungwon hablando de nuevo.
— los llevaré entonces, yo invito.
— ¿¡en serio!? — Hyungwon asintió, tenía lentes oscuros y su cabello rubio estaba muy bien peinado; analizandolo bien parecía como si hubiera acabado de salir de una sesión de fotos o algo así, no lo supo bien, sólo salió y le hizo señales a Changkyun de cruzar, cosa que hizo el menor rápidamente.
—¿listo?
— sí, Hyungwon dice que nos llevará y pagará por ello. Sube.
— wow, perfecto. — Changkyun sonrió e intentó abrir la puerta de atrás, más está no abría, esperó por si quitaban el seguro y no cambió en nada, así que golpeó con los nudillos como si de una casa se tratara; Hoseok al ver aquello se inclinó a ver al rubio que a su vez veía hacia afuera ignorandolos.
— Hyungwon, la puerta.
— ¿ah?
— qué abras la puerta, Changkyun necesita entrar.
— hhmmm. — con parsimonia quitó el seguro permitiendo que el pelinegro entrara, este sonrió, miró en el retrovisor e hizo una pequeña reverencia la cual respondió el rubio mientras lo veía con interés especial. Hoseok ocupó de nuevo el asiento delantero con una sonrisa llamando la atención de Hyungwon quién se inclinó a poner el cinturón, aprovechando la poca distancia para verlo a los ojos haciendo que casi perdiera el aire.
Oh por Dios, ya detente...
— puedo hacerlo yo.
— quieto — él lo regaño y alejó su mano que intentaba tomar el cinturón, sin mediar más palabras continuó hasta que escuchó el click y regresó a su posición original — ¿y a dónde quieren ir, niños? — Hyungwon lo preguntó con una voz neutra, Changkyun levantó una ceja y Hoseok sólo rodó los ojos ante su comentario que ya no se le hacía nada raro.
— ammm, conozco un restaurante que es muy bueno y poco transcurrido. Podremos trabajar ahí sin ningún problema.
— perfecto.
En el camino al dichoso restaurante no fue diferente y estuvieron hablando de lo que harían, Hoseok estaba más emocionado de lo normal, reía de manera abierta y casi saltaba en su puesto, mientras que Hyungwon iba en silencio simplemente mirando por el retrovisor de vez en cuando. Al llegar al restaurante con las indicaciones de Changkyun, tanto el pelinegro como Hoseok bajaron del auto, esperaron a Hyungwon un tiempo más y el menor se asombró de verlo salir prácticamente cubierto como si estuvieran en invierno. Miró al de cabello púrpura, pero este parecía lo suficientemente acostumbrado ya.
—lo de delirio de persecución parece ser cierto, Hoseok. Debí imaginarme algo así cuando me lo dijiste. — comentó y el mayor volteó a ver al rubio que vestía una sudadera negra y tapabocas gris dejando que apenas sus ojos se vieran.
— Seguro nos arrepentiriamos si dejáramos que salga sin todo eso. — comentó entrando primero. Buscando una mesa tuvo en cuenta que sería incómodo para Hyungwon estar en una perte demasiado abierta, incluso en ese momento cayó en cuenta de que era una locura que estuviera fuera a esa hora del día; era poco más de la una de la tarde ¿a qué había ido él ahí sabiendo que cualquiera podría descubrirlo?
Preocupado más por ello que por cualquier otra cosa escogió una de las mesas del fondo, Changkyun había dicho que sería mejor una más central, sin embargo luego de darle una patética excusa sobre sentirse más a gusto el menor accedió a sentarse donde le había dicho y a sacar sus cosas.
La comida había sido otro lío mayor, el lugar era especialista en ramen y carne, Hyungwon apenas había pedido un par de cervezas y se dedicó a sólo comer las gomas de mascar que se le habían hecho costumbre ya; Changkyun se fastidio al pensar que quizá al 'dude' — como lo llamó — no le había agradado nada el lugar por ser normal y sin clase o algo parecido, así que tuvo que luchar para convencerlo que era todo lo contrario, y que no importaba si no comía nada, él estaba disfrutándolo igual.
Bueno, la cosa era que Hyungwon no ayudaba mucho con su silencio y esa actitud rancia que le había dado por mostrar de la nada; todo el tiempo se la pasó en el teléfono totalmente ajeno a ellos, y cuando los vio pedir ramen, lo único que hizo fue golpear la mesa y regañarlo diciéndole que tenía que medirse con el consumo de esa comida dañina para salud.
si lo que quería era trabajar en paz entonces no tenía por qué alegrarse de obtener tanto su atención y sinceramente no logró concentrarse totalmente por el simple hecho de que Hyungwon estaba ahí ocupando la misma mesa; cada tanto lo veía de reojo porque quería hablarle, que se uniera a ellos y diera su opinión también ya que su experiencia podría ser muy bien de ayuda, pero temía que como siempre el rubio lo fuera a tratar peor que a un insecto, así que se contuvo y siguió trabajando contentandose con solamente verlo ahí sentado como si nada pasara.
Compartiendo los audífonos escuchó la pieza junto a Changkyun, era perfecta y pudo ver cada uno de los puntos que él menor le había explicado mientras salían de la universidad y gran parte del trayecto hacia el restaurante, incluso aceptó que varios de ellos no necesitaban ser modificados como lo había hecho antes de escucharlo. Se alegró porque Changkyun tenía una excelente visión y nuevamente le agradeció tomando su mano de lo contento que se encontraba.
— siento que esta presentación será una de las mejores, Hoseok, tu eres muy bueno y creo que podrás expresar cada segmento muy bien. No puedo esperar a verla.
— No exageres — usó su codo para picar su costado haciendo que soltara una risa graciosa — sólo queda hacer la coreografía, pero creo me puedo encargar de eso; la canción me ha ayudado con varios puntos claves.
— ¡lo sé! apenas la escuché supe que sería perfecta para ti. Te gusta ¿no es así? ¿Tengo razón? Te conozco, no puedes negarlo fácilmente. Kyaaaaaa— Changkyun era cariñoso y tierno cuando se lo proponía, eso era cierto; con el ánimo para ello comenzó a molestar sus cosillas y a punzar con los dedos sus pezones sobre la camiseta y queriendo también jugar lo empujó y alejó evitando siguiera molestándolo, comenzó a reír olvidando donde estaban y una vez cruzó mirada con Hyungwon se detuvo en seco; el rubio lo miraba con una ceja levantada, negó con la cabeza y volvió a su teléfono sin decir nada más
Avergonzado volvió a cobrar una postura seria, siempre alegaba ante Hyungwon para mostrarse como una persona madura ya que era el mayor de los dos, pero resultaba que ahora había dejado salir su lado más Infantil y estúpido. Changkyun rio divertido en su lugar, se reía de su expresión y de lo serio que se encontraba de repente; como si fuera gracioso.
¡no lo era!
El teléfono del menor sonó y este se levantó excusándose, Hyungwon apenas y movió la cabeza asintiendo aún refundido en su oscura ropa, por su parte se quedó viendo varias coreografías en lo que regresaba Changkyun para terminar de dar los últimos detalles a lo que haría y así todo estaría listo. Mordió su labio inferior concentrado cuando escuchó la voz del rubio hablarle en un tono amargo y fuerte.
— ¿no crees que tu amigo se toma muchas atribuciones contigo? Y a ti por supuesto no te molesta. — le escuchó decir y despegó la mirada de la laptop viendo como Hyungwon seguía con la vista pegada en su teléfono — parecen mucho más cercanos de lo que dijiste que eran. Mentiroso. — él por fin despegó su mirada del aparato entre sus manos y levantó de nuevo esa ceja delineada que le ponía los pelos de punta. Sin entender muy bien a qué iba su comentario miró a todos lados y se señaló.
— me-¿me hablas a mí? Oye, Hyungwon ¿podrías comportarte al menos por ahora? Por favor no me avergüences frente a Changkyun, ya has hecho suficiente. Y come algo, seguro no has probado bocado desde quién sabe cuando ¿sólo beberas cerveza? ¿Qué será de tu hígado si sigues así? Me regañas por que descuido mi salud al comer demasiado ramen, pero tú también eres un inconsciente.
— cierra la maldita boca, Hoseok. — su tono esta vez fue duro y amenazante, se pasmo en su puesto nervioso porque descubrió que estaba apretando la mandíbula conteniendo un grito o algo mayor; Hyungwon se notaba mucho más que falto de paciencia, aunque no estuviera precisamente viendo sus expresiones en su totalidad. Soltó el aire intranquilo y vio regresar a Changkyun con una sonrisa, así que trató de mantener el buen ambiente; al menos por él.
— ¿dónde quedamos? Oh, sí, tus pezones.
— cállate, por favor. — quiso golpearlo por seguir insistiendo en molestarlo cuando ya no se sentía de ánimo para nada, sin dejarlo continuar lo tomó del brazo, lo sentó y le mostró el video que tenía en pausa; aprovechando la concentración del menor miró en dirección a Hyungwon que le había clavado la mirada como si lo culpara de algo, él le señaló con la mirada a Changkyun abriendo los ojos reclamandole y se encogió de hombros con el ceño fruncido sin entender qué era lo que quería que hiciera con el pelinegro si él no había hecho nada.
Ha perdido la cabeza totalmente...
Cansado de tratar de entender el comportamiento hostil de Hyungwon volvió la vista a la pantalla señalandole a Changkyun puntos claves que había visto antes de que regresará, y siguió trabajando en plena paz, hasta escuchó a Hyungwon aclarando la garganta más alto de lo normal.
— ve a traerme algo de beber. — fue una orden contundente y Changkyun despegó la mirada de la pantalla como si hubiese recibido un gran golpe, contrariado miró a Hoseok preguntándose lo qué sucedía de repente y luego miró a Hyungwon quién no daba tregua a nada, él seguía con la mirada fija en Hoseok con una actitud déspota que destesto al instante.
— mire aquí — la voz pronfunda de Changkyun sonó grave en el lugar que no estaba tan concurrido a esa hora, el rostro del menor estaba serio y Hoseok se preocupó mucho de lo que diría que pudiera herir la susceptibilidad de Hyungwon; sabía el mal carácter que acostumbraba a tener y temía muchísimo que el menor pudiera salir herido por las palabras hirientes que solía lanzar sin dudar.
— ya, Changkyun — rio para minorizar el eminente problema, trataba con su todo de que no se disgustara por algo tan tonto como Hyungwon tratándolo de esa manera; se consideraba lo suficientemente acostumbrado como para resistir un par de insultos que seguro olvidaría en cuestión de minutos. — no te preocupes, Iré rápido y regresaré.
— No, señor, tú te quedas ahí. ¡Yah, bastardo, te estoy hablando! — a pesar de sus intentos el ambiente se tornó tenso, Changkyun lucia amenazante y Hyungwon despegó la mirada del teléfono como en cámara lenta. Una risa macabra luego de un bufido se escapó de los labios del pelinegro y torció los ojos — ¿crees que porque tienes un auto bonito y delirio de persecución puedes venir a hacerle la vida imposible ¡a mi amigo! — gritó muy fuerte en la última parte, se asustó porque nunca había visto a Changkyun ni siquiera molesto y lo tomó del brazo una vez se levantó agarrando a Hyungwon de la sudadera — ven aquí, ¡ven aquí, hijo de puta! ¿Qué tanto mal te ha hecho Hoseok para que lo trates como a un perro, ah? Te he visto rechazando la comida ¡haciéndote el interesante!
— sueltame...— Hyungwon lo miró con los ojos bien abiertos, se bajó el tapabocas y lucia igual o más cabreado de lo que estaba Changkyun, cosa por la cual Hoseok trató de intervenir ahora recurriendo a la parte consciente del rubio.
— deten esto, Hyungwon. — casi se lo rogó, separó a Changkyun haciendo que lo soltara con gran éxito, pero Hyungwon no parecía exactamente como que quería detener nada.
— ¡tú cierra la maldita boca y aléjate de él! — le gritó Hyungwon. Los empleados comenzaron a ver lo que sucedía y a sacar sus teléfonos para grabar, el rubio ni siquiera estaba atento al hecho sino que siguió hablando fuera de control — ¿¡quién diablos eres tú para decirme cómo tratar a Hoseok o no y por qué no puedo pedirle que traiga una bebida para mi!? ¡Yo vivo con él! así que ¿¡por qué!? ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ¡Tengo más derecho que tú!
— ¡eso no te da derecho a tratarlo como a un esclavo, imbecil! ¿Estás loco o algo? ¡Bastardo infeliz!
— ¡cállate, no sabes nada! ¡No tienes idea de absolutamente nada, así que no te quiero ver más cerca de él!
Hoseok no entendía a Hyungwon, angustiado vio a la gente murmurar cosas, así que corrió hacia ellos para pedirles que por favor bajaran sus teléfonos; unos estaban molestos, pero otros lo escucharon bien, en eso vio entrando a un rubio de lentes oscuros quien se quedó de pie paralizado mirando hacia el grupo de empleados y un par soltó un gritó haciendo reverencias totalmente emocionadas.
— ¡oh, por Dios! Jooheon, Jooheon, es Jooheon de Monsta X. — cuando las escuchó decir aquello miró hacia la salida al rubio y este sonreía mostrando un par de hoyuelos matadores, él caminó inseguro hasta la mesa donde estaba Hyungwon con los puños apretados y Changkyun seguía alegando sin parar.
— ¡Jooheon, al fin llegas!
— ¿qué crees que haces ahora, Changkyun? Cuando accedí a ayudar a tu amigo me juraste que todo por aquí estaba muy tranquilo ¿qué es todo esto?
— ¿Jooheon? — El rubio miró impresionado hacia atrás, frunció el ceño confundido y luego quitó los lentes mostrando que tenía los ojos bien abiertos.
—¿Hyungwon? ¿y tú qué mierda estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando?
— ¡ese bastardo infeliz está tratando a mí amigo como una basura! — Changkyun se quejó e intentó ir encima del rubio, pero Jooheon no se lo permitió y lo tomó del brazo, luego de su cabeza obligándolo a que hiciera una profunda reverencia.
— disculpate, Daniel.
— espera... — Hyungwon levantó su mano cerrando los ojos para detener todo y entender, luego siguió dirigiendose al rubio que mantenía en su posición al pelinegro — ¿Quién es Daniel? Me quieres decir que ese maldito mocoso grosero e inoportuno es el Daniel que compone junto a ti?
— lo siento si te causó problemas, Hyungwon. Él suele tener muy mal carácter y no está muy acostumbrado a Corea tampoco.
— Hyungwon, deberíamos ir a casa de una vez. Ambos están llamando demasiado la atención. — Hyungwon miró a Hoseok de arriba a abajo aún irritado y luego hacia atrás, varias mujeres cubrían sus bocas impresionadas al instante en que lo reconocieron y comprendió la situación.
— mierda, Jooheon ¿deberíamos llamar a Kihyun?
— creo que para ya es tarde...
◇◇◇
No mentía cuando decía que llevaba dos horas de rodilla, con los brazos elevados y la cabeza gacha en medio de su sala; junto a él estaba Hyungwon quién no emitía ningún sonido y prácticamente parecía dispuesto a aceptar el castigo casi a gusto.
Hoseok volaba.
El nunca supo lo que era el peso de un castigo de ninguna magnitud, además la posición lo hacía sentir incómodo de una manera negativa, se removia inquieto de un lado a otro porque estaba cansado, dolorido y se sentía vulnerable. Mientras buscaba una mejor posición, escuchó un pesado suspiro.
— Deberías debejar que Hoseok se levante, Kihyun. Él - él no ha hecho nada.
— No me lo parece. Es el mayor de los, se supone que debería cuidar de ti y no al contrario. Los dos hicieron mal al crear un alboroto en ese restaurante. agradezcan que no pasó a mayores y pudimos irnos luego de una acuerdo.
— me haré responsable, lo prometo.
— ¿de qué Hyungwon? Un escándalo es un escándalo, no habrá retorno para ti si sigues siendo objeto de búsqueda en la Internet por algo igual.
— él no tiene la culpa, mi amigo lo inició todo. Por favor. — Kihyun lo miró, su actitud era gélida y no parecía mucho importarle la razón que instantes antes le había dado para que dejara de decirle esas cosas a Hyungwon, que sabía le creaban una seria herida para sus duros años de trabajo incansable. Lo vio correr una silla del comedor y sentarse de golpe cansado, cerró los ojos respirando pesado y finalmente soltó el aire de golpe, como si tuviera muchísimo encerrado en su pecho.
— levántate. Levantense los dos. — dijo él, Hyungwon primero bajó sus brazos frunciendo el ceño seguro por el dolor que sentía, porque movió los hombros y también el cuello; Por su parte, lo primero que hizo fue bajar los brazos y sentarse por completo en el suelo sintiendo como aliviaba la incomodidad, pero también como sus músculos entumidos hormigueaban de manera espantosa. — espero que sepan qué es lo que hicieron mal cada uno. Hyungwon, es tu última advertencia. No lo arruines. — él se levantó tomando sus cosas, mientras que Hyungwon seguía sentado en sus piernas y con la mirada gacha; él soltó un nuevo suspiro que no comprendió y pensó que era porque no entendía la carga que había tras el ser Idol. Quiso decirle algo, más sin embargo, este se levantó sin emitir palabra.
Hubiera reído en el momento en que lo vio ponerse de pie tambaleante y torpe, restándole bastante elegancia a su silueta, pero no tenía cómo; se puso de pie también bastante preocupado y corrió hacia él aprovechando su fuerte cuerpo para sostenerlo, no obstante Hyungwon lo empujó lejos y de nuevo esa mirada llena de fastidio le deshizo la ilusión de poder sentirlo cerca. Se quedó de pie viendolo en silencio y abrió la boca para quejarse, sí, pudo ver claramente como una nueva queja venía desde lo visceral.
— cierra la maldita boca — su voz era pesada, oscura, pero no había nada calculador y menos fuerza en ella; más bien sonaba debil. Suponía que era cansancio por las dos horas que habían tenido que estar en la misma posición, no obstante le resultaba extraña la manera en que cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás conteniendo algo; no comprendía qué lo tenía tan agobiado.
Él se fue a su habitación y una vez solo soltó el aire agotado por no poder entender a Hyungwon de ninguna manera posible, no sabía qué era lo que le sucedía y su comportamiento cada día era más y más extraño; era desconcertante. Un día era amable — su propio concepto de amabilidad para el menor — y al siguiente se volvía el tipo más frío y odioso que jamás hubiese podido existir o conocer. Lo aceptaba, que había algo que le hacia quedarse ahí y tenerle paciencia, pero constantemente lo comparaba con Donghwa.
Su amigo de años había sido en extremo todo lo contrario a Hyungwon, él había sido amable, muy comprensivo y quizá eso lo había llevado a que en su interior creciera ese gusto culposo que jamás le había confesado a nadie; siempre se había dedicado a ver a Donghwa desde lejos porque no quería siquiera pensar en lo que hubiese podido suceder si le decía lo que sentía al evocar su imagen.
Él era atractivo, de espalda ancha, casi de su misma estatura, nariz delineada, facciones masculinas, ojos expresivos, voz amable y un cuerpo normal; ni muy blando y tampoco muy duro; estaba firme donde debía estarlo. Le encantaba el tiempo que gastaban juntos porque él solía llevarlo de un lado a otro y tomar fotos para sus proyectos de fotografía que por supuesto amaba ayudarlo a hacer; posaba siempre con una sonrisa satisfecha sólo porque se trataba de él y disfrutaba incluso de los viajes llenos de silencio o tontas conversaciones sin sentido donde se confesaba de mil maneras indirectas, ya que le resultaba más adecuado y propio de hacer.
Hyungwon era diferente, él no tenía nada que pudiera ser comparado con Donghwa, era algo ¿desorbitante? su cabello natural había sido cubierto por un rubio que acentuava su belleza casi irreal, su nariz redonda encajando perfectamente en su rostro, ojos redondos y labios carnosos que invitaban a pecar, además su voz era gruesa, baja y profunda; y ni hablar de su cuerpo que era una gloria.
Pero a pesar de eso, Hoseok pensaba que era pura envidia.
No había manera que pudiera sentir algo más que eso, aunque por las noches o mientras tomaba un baño se tocara pensando en el cuerpo de Hyungwon, no podía ser posible que sintiera algo igual a lo que sentía por Donghwa, por lo que sencillamente debía ser física envidia que se lo estaba carcomiendo muy lentamente.
Era horrible y no sabía cómo detenerlo, se sentía sofocado cada vez que lo tenía cerca y aunque Changkyun hubiese saltado a defenderlo del frío ataque de Hyungwon, no se había podido sentir más feliz de que el rubio alto lo tuviera en cuenta para al menos llevar su bebida. Se sentía culpable, entendía muy bien el punto de vista de su compañero de carrera y la genuina preocupación, pero no podía evitar ya salir corriendo ante cualquier mandato del divino hombre de cabello rubio y voz calculadora.
Al final sabía muy bien lo que era tan diferente de ambos — Donghwa y Hyungwon — más no comprendía qué más, a parte de su cuerpo delgado y atractivo, era lo que lo tenía anclado a su existencia que era desbordante y fría.
Esa noche hizo la cena esperando que Hyungwon saliera a tomar alimento alguno, así fuera una simple cerveza como la mayor parte del tiempo solía hacer, más sin embargo él no apareció en ningún momento; supuso que estaba dormido o algo parecido, por lo que cenó sintiéndose abandonado, mirando a todos lados pensando en su hogar como algo a lo que le faltaba una pieza. Suspiró más de lo que comió, limpió la cocina y miró la televisión, o eso pretendió, porque la mayor parte del tiempo enfocó su vista en la puerta donde temprano había desaparecido Hyungwon.
Fatigado por la decepción que lentamente iba creciendo como espuma tomó una ducha, se cambió por un pantalón deportivo corto y optó por quedarse sin camisa listo para ir a dormir; ya en su habitación se dispuso a organizar muchas de las cosas que tendría que hacer al día siguiente, pensó en la práctica para la muestra y también en sus clases, así que fue enumerando y buscando lo que necesitaría para ello, pero en el instante en que dio la espalda hacia su pequeña biblioteca escuchó el pomo de su puerta girar, miró hacia la misma y fue testigo de cómo la puerta era abierta, dejándolo finalmente sin aliento.
Con el ceño fruncido volteó por completo viéndolo entrar cerrando la puerta tras de sí, para luego verlo apoyarse en la pared con una mirada felina que le puso totalmente nervioso. Demasiado sorprendido por lo que veía buscó analizar su rostro que estaba sonrojado, bajó por su cuello, y sus ojos viajaron por la camiseta ancha y larga que le cubría hasta una parte de los muslos; se quedó embobado mirándolo como si nunca antes hubiese visto unas piernas, y quizá sí, nunca antes había visto tales piernas que le despertaran tal deseo irracional, pero tampoco podía decirlo a viva voz. Apartó la mirada hacia su escritorio con los ojos bien abiertos mirando a lo que sea y luego de nuevo chocó su mirada con la de él que le parecía extraña porque sus ojos lo tenían fijo y le respasaban el cuerpo sin parar.
— ¿su-sucede algo? ¿Por qué estás aquí? — sus preguntas fueron genuinas y el verdadero nerviosismo lo asalto cuando el menor se despegó de la pared comenzando a caminar en su dirección, sus pasos eran casi imperceptibles en el suelo de madera y rozó con su dedo la silla del escritorio una vez pasó por su lado; así llegó finalmente hasta estar en frente, sus grandes ojos le recorrieron como si no supiera dónde exactamente enfocarse y luego se detuvieron mirándolo directamente a los ojos.
— No lo pude resistir...
Era la primera vez que escuchaba la voz de Hyungwon tan aterciopelada, sus manos que eran delgadas y grandes rozaron sus pectorales, así que cerró los ojos al contacto y soltó un suspiró con dificultad; no podía respirar y estaba con el cuerpo tenso. Abrió los ojos cuando sus brazos rodearon su cuello y su aliento caliente chocó contra su rostro.
— ¿por qué estás siendo así de repente? — le preguntó azarado por su comportamiento extraño y repentino.
— no lo sé...
"No lo sé" había sido su respuesta definitiva, un "no lo sé" había sido suficientemente válido para el que lo había deseado tanto y por un "no lo sé" se lanzó a devorarle los labios. Sus manos se aferraron a su delgada cintura acariciandolo por encima de la camiseta, su lengua se abrió paso entre sus labios que eran gruesos, inclinándose hacia un lado y otro para abarcar cada centímetro de él; dejó salir un gruñido en el momento en que sus dientes mordieron de manera sensual su labio inferior y la suavidad de los suyos moviéndose enseguida para aliviarlo.
Se separó rompiendo el beso y lo miró aún incrédulo. Él se encontraba con las mejillas coloradas y con una expresión necesitada que le pareció por mucha absurda, el rostro de Hyungwon siempre alojaba unos sentimientos que iban entre el fastidio y el rechazo, pero ahora simplemente no lo entendía. El rubio lo llevó hasta empujarlo hacia su cama y con los ojos abiertos de la impresión lo vio subirse a horcajadas sintiendo sus muslos a cada costado, y su trasero rozaba su entrepierna que se iba endureciendo con cada roce de sus suaves gloteos.
— no sabes todo lo que he pasado para no dejarme llevar... — sus labios lo besaban con un tinte de desesperación y las manos acariciaban sus pecs, su abdomen y sus brazos, apenas dejándolo reaccionar ante lo efímero y surreal de la situation — eres tan irresistible, Hoseok.
— espera, Hyungwon...
— No vayas a negarte — más que un ruego o una sugerencia, era mejor algún tipo de advertencia, en ese ese momento se quedó mirándolo y volvió a cerrar la brecha entre ambos, esta vez más efusivo que la anterior. Sus manos viajaron por su espalda tocando la columna punto por punto hasta llegar a su espalda baja y luego a su trasero descubriendo que no tenía nada más a parte de su enorme camiseta, movió su pelvis buscando rozar su entrepierna contra el cuerpo de Hyungwon que seguía chocando su lengua contra la suya, coalicionando, gruñendo y ahogando suaves gemidos que lo excitaron en instantes.
— me encantas, Hyungwon — lo dijo y su voz sonó como otra, era ronca, se sentía en un loco frenesí imposible de controlar, sus manos recorrían su cuerpo explorando y acoplandose a cada segundo. Su boca hambrienta le besó la mandíbula, la delineó a punta de cálidos besos hasta llegar a su oreja recitandole de nuevo palabras de las que no era consciente exactamente — esto parece un tonto sueño, es, eres espectacular... — suspiró y lo escuchó reír, no le importó si sonaba tonto, con su lengua jugó con el lóbulo de su ereja y la atrapó entre sus labios estimulando cada zona hasta hacerlo sonreír.
— No hay nada que desee más ahora que estar contigo, lo digo en serio, Hoseok. — era increíble escuchar su voz, tocarlo y sentirlo tan real; sus ojos se cerraron cuando él menor comenzó a repartir besos por su garganta sintiendo que sus dientes lo torturaban sin compasión.
Tal como era su personalidad, así mismo eran sus caricias; certeras, profundas y calculadas. Entre el sentimiento de intenso calor y el movimiento de su pene debido a la agitación, pensó en que no podría jamás borrar la sensación en su piel, cada beso que daba era una marca que quedaba grabada de manera efímera, podía incluso sentir como Hyungwon rodaba sus suaves labios por su la piel hasta morder su clavícula y lamer la piel sanandolo al instante.
— quiero tocarte... — lo murmuró deseando le permitiera hacerlo y él levantó la vista como un felino, sonriendo y pasadose la lengua por los labios que estaban rojos y brillantes; mordió su labio y asintió con gusto. Era otro, no era mismo Hyungwon ¿o sí? No podía ser el mismo que constantemente lo callaba sin siquiera dejarlo defenderse, por lapsos de tiempo creía que estaba ebrio o en un sueño.
Su mano agarró el pene ya duro de Hyungwon, el gimió agachando la cabeza y un aire caliente chocó contra su pectoral, con la mano libre buscó levantara el rostro para ver sus expresiones, pero parte de su cabellera le cubría medio rostro y sus labios estabas entre abiertos; al escucharlo gemif se molio los labios con los dientes, en tanto se mantenía moviendo la mano por la extensión de su ereccion
— eres muy bello, Hyungwon, demasiado...
— ¿Por dios... — gimió una vez más, cerró los ojos y volvió a abrirlos casi desorientado por el placer que le propinaba su mano — tú ¿lo dices en serio o sólo quieres hacerme venir pronto? No será tan fácil...
— no te imaginas cuán serio estoy siendo justo ahora,Hyungwon... — sonrió con picardia porque aquello había sido un reto ¿no es así? Era un reto seguro; así que aumentó la velocidad y firmeza con la que masajeaba el miembro erecto de Hyungwon, los mismo gemidos de aquel día le atravesaron los tímpanos llenándolo de un sentimiento indescriptible.
Había sido su sueño desde ese día y ahora lo tenía justo así.
— con que no es tan fácil ¿ah?
— cie-cierra, cierra la maldita boca.
Lo besó callandolo en serio, su lengua se habia vuelto exigente y sus labios lo besaban sin aliento, sus manos viajaron por el cabello púrpura hasta halarlo obligándolo exponer su cuello y de nuevo con ese desespero le sintió repartir besos por el mismo, la mandíbula y sus labios; lamiendo, mordiendo y rompiendo de nuevo en gemidos maldiciones.
— lo quiero todo, Hoseok.
le dijo. Se había deshecho de su mano que le masturbaba y levantado medio cuerpo; viéndolo desde ahí abajo Hyungwon resultaba aún más fascinate. Con una sonrisa dejó viajar su dedo índice por los pectorales y pasó juguetón por su pezon erecto, siseo ante la sensación y le miró a la expectativa de lo que pretendía.
— odio cuando haces ejercicio, gran parte de esto que siento es culpa tuya y tus malditos gemidos mañaneros — una mano de colo entre su pantalón agarrando su miembro y abrió la boca en anticipación, gimoteando por haber sentido su cálida mano cerrarse en su prominente ereccion. — te lo advertí muchas veces, pero eres terco y nunca escuchas.
— no- no es mi culpa, es mi casa y...— cerro los ojos y gruñó ante el suave dedo que jugaba con la punta de su pene, Hyungwon sonrió, se inclinó apoyando su ridículamente delgado y largo brazo a un costado de su cabeza y lo miró de frente burlesco.
— ¿qué decías? — Rabioso de que Hyungwon de nuevo estuviera haciendo lo que quería intentó tomar de nuevo su miembro, pero este negó con la cabeza y habló — no, niño malo, tendrás que recibir un castigo. Levanta los brazos, sobre la cabeza. Ya no podrás tocarme hasta que yo te lo pida.
Guiado por el placer que le causaba la voz de Hyungwon en un tono demandante y firme, no dudó ni un segundo en levantar los músculos brazos sobre la cabeza y una vez lo hizo soltó un claro gemido por qué el menor se había lanzado a lamer uno de sus pezones, hizo el intento de bajarlos pero Hyungwon negó con la cabeza mirándolo mientras aún lo tenía atrapado entre sus labios y su lengua caliente.
— ¿qué - qué es lo que intentas hacer?
— ya te lo dije, voy a castigarte. ¿Quieres tocarme, no es así? — asintió cómo un niño pequeño — entonces no podrás hacerlo, por más que quieras no lo harás y si desobeces mis órdenes me iré.
— está bien; sólo, sólo no te detengas, por favor...
Hyungwon sonreía satisfecho, mientras el sentía el cuerpo como un trozo de papel, casi temblando en anticipación. Era muy diferente, demasiado, desconocido y excitante. Con sus anteriores parejas solía practicar un sexo normal en el que se dedicaba a brindar el placer necesario, pero en su lugar ahora se encontraba recibiendo ¿un castigo?
Así lo había llamado él.
Sus músculos se ponían en tensión con cada caricia, su lengua jugaba con sus pezones haciéndolo retorcer ante cada movimiento de su lengua esmaltada que descendió entre besos, hasta que le encajó los dientes en la cintura abusando y aprovechándose de que estaba indefenso; odiaba mucho la manera en la que siempre se salía con la suya, pero estaba fascinado por cada una de sus caricias y lo que producía en sus piel, de la manera en que lo poseía sin mayor esfuerzo.
Sus pantalones y ropa interior desaparecieron entre la risa del rubio que parecía verdaderamente divertido, vio su errccion moverse y luego a él que estaba atento y encantando.
— es más de lo que imaginé. — murmuró apartándose hasta ponerse de rodillas. Los delgadas manos del rubio le acariciaron los muslos, los dedos pasaban como seda sobre su piel blanca mientras le brindaba una sonrisa abrumadora. Hyungwon se remojo los labios, una de sus manos se anclo en su cintura y la otra tomó la base de su pene haciéndolo suspirar y sentir ansioso por lo que haría después.
Su abdomen se contrajo con los besos que Hyungwon repartía en el interior de sus muslos, sus labios apretaban la piel suaves y calientes, añadido el sonido de los mismos, le creaban un agujero en el estómago que lo hacía suspirar.
Sus ojos se cerraron al contacto de la lengua traviesa que viajó por la extensión de su hombría, seguido de su mano que subió y bajó intensificando la sensación en su parte sensible; su voz ronca llenó el ambiente, gimió sintiendo al mismo tiempo como la piel se le erizaba debido a la gran euforia que le nubló la visión.
La boca húmeda y caliente de Hyungwon lo cubrió por completo succionando y lamiendo; las caricias en sus muslos y abdomen no paraban, mientras el poco a poco iba perdiendo el sentido del tiempo y el espacio.
Sintió devastadora necesidad de tocarlo, de sentirlo además de lo que ya le estaba brindado de manera tan firme y consistente, la terrible necesidad de enterrar sus dedos en su cabello y... Quería tocarlo, lo deseó con tanto afán, pero en medio de su desfase recordó la advertencia del otro y con miedo a ser abandonado se sostuvo con una mano a su muñeca soltando un nuevo gemido en el momento en que Hyungwon jugó con sus bolas, sus músculos se flexionaban y volvían a la normalidad en el cambio de un movimiento a otro y sus ojos se llenaron de lágrimas por el intenso placer.
Hyungwon se separó, sus gemidos que eran altos cambiaron por la fuerte respiración entrecortada, su pecho que era grande subía y bajaba con agitación evidente, y la muñeca le dolía de lo fuerte que la había agarrado para no perder el poco auto control que lo azoraba.
Más sin embargo nunca bajó los brazos.
— Eres un buen niño. — su voz le atravesó los sentidos y quiso incluso hasta gritar a los cuatro vientos que sí y que por favor no lo fuera a dejar nunca. Respiró cobrando el aire, su miembro dolía y su cuerpo entero ansiaba sentir más.
— por favor, Hyungwon... — su voz escuchó débil, desesperada, hambrienta por ir más allá de lo que había imaginado noche tras noche, incluso más.
— ¿qué quieres que haga entonces? ¿Quieres que te toque aquí? — le pellizco el pezon derecho y chillo estre espasmos, lo tomó entre sus dedos obligándolo a morderse el labio porque estaba a punto de rogar — ¿qué quieres Hoseok? habla ya — gimió sintiendo la presión del mandato por parte de Hyungwon, su corazón se aceleró pensando en lo que quería mientras el rubio seguía abusando de sus pezones.
— qui-quiero estar dentro de ti. Quiero sentirte, por favor, Hyungwon.. — una sonrisa burlesca se dibujó en su rostro, a horcajada subió de nuevo frotándose sobre su miembro y tomandolo hasta alinearlo en su entrada; mojo sus labios varias veces en anticipación y sintió plenitud cuando Hyungwon lo fue engullendo, su miembro se enterraba en el cuerpo delgado de Hyungwon de una manera lenta y placentera que le obligó a cerrar los ojos, mientras él soltaba quejidos y maldiciones
— Santa mierda, Hoseok, eres tan-eres tan grande, mierda — gimió con cada centímetro de su miembro que iba siendo cobijado por el interior del menor, él tomó su propia ereccion masturbandose y echaba la cabeza hacia atrás con un gusto increíble; faltó de aire quiso levantar esa molesta camiseta que le impedía ver el resto de su cuerpo, pero lo único que podía hacer era sentir. Sus brazos, piernas y todo su cuerpo hormiguearon ansiosos cuando chocaron uniéndose por completo. — esto ni siquiera se- se compara, oh... — el gimió, relamio sus labios y tomó aire cerrando los ojos; acostumbrandose.
— quiero tocarte, Hyungwon, por favor. Siento que estoy perdiendo la cabeza...
— No.
Cuando los abrió, pudo notar fácilmente que los ojos de Hyungwon no se veían afectados en absoluto, al menos no como su cuerpo, ni siquiera porque su pene se movía dentro suyo ansioso por que hiciera un movimiento más a parte de estar unidos; sólo un sonrojo acogedor, sus labios hinchados y colorados era lo que resaltaba más.
Cómo el evento más esperado de toda su vida, Hyungwon comenzó a mover sus caderas y soltó un fuerte gemido, de nuevo se tomó la muñeca con fuerza, casi enloqueciendo ante su estrechez; Entraba y salía emitiendo gemidos que le erizaban la piel .
gruñendo movió las caderas a su voluntad, un grito de placer se escapó de los labios de Hyungwon y sus ojos lo enfocaron encontrando que había sorpresa en su expresión; al fin. Su hermoso rostro era un poema, eso, mezclado al sentimiento de un intenso placer fue lo que le motivó a dar otra profunda embestida.
— ¡Oh, por Dios! — Hyungwon rebotó sobre el, una de sus manos se posó sobre su pecho buscando estabilidad mientras seguía moviendo su pelvis penetrando al menor y llenándose de placer. — Hoseok, no te detengas.. — su voz no alcanzaba a sonar siquiera como un ruego, el rubio se resignaba a dejar su rol ordenándole siempre qué hacer y lo peor de todo era que le encantaba cederle poder, que lo absorbiera por completo con ese sutil tacto que no lograba ser afectuoso, sino más bien posesivo y distante.
— qui-quiero tocarte, por favor, Hyungwon. Haré lo que quieras si me dejas tocarte.. — lo rogó lleno de afán y desespero, se aferraba a si mismo sintiendo su muñeca doler, era un completo disparate porque tenerlo sobre el gimiendo de placer se sentía casi como estar ebrio en otoño.
Hyungwon se separó y se tendió a su lado, su pecho subía y bajaba, y en su rostro se dibujaba una lujuria única — ven aquí — le ordenó de nuevo y no le tomó más que un cerrar y abrir de ojos bajar sus brazos y colarse entre sus piernas. Atacó sus labios hambriento y su mano se volvió como la seda, adentrándose por debajo de la camiseta y serpeteando por su contillas y torso en general, deleitandose con sus suspiros.
Lo vio tener los ojos cerrados y sus piernas le rodeaban la cintura, así que lo lo acercó agarrandolo de la suya que era incluso más angosta, volvió a penetrarlo y sus ver grandes manos le agarraron los brazos tan fuerte que sus dedos seguro habrían quedado marcados.
— ¡por dios, Hoseok! Oh.. — su grito le llenó algo en el interior y preso del extasis atacó su cuello cerrando sus labios y agarrando un pequeño trozo de piel, pellizcando y chupando pasó su lengua por la zona y se movió dando de nuevo varias estocadas a un ritmo lento.
Gimiendo cerca a su oído se vio rodeado por los brazos largos, las caricias es su espalda lo hundieron en un extasis, sus gruesos labios besaban su pecho, su hombro y parte de su cuello expuesto, provocando que se hundiera en él profundamente, sintiendolo de una manera inimaginable y probándolo todo.
Nada era suficiente.
Absorto besó detrás de su oreja y un dulce gemido luego de otro grito salió de boca del rubio cuando, con firmeza, tomó su cadera con una mano impactando su cadera contra él tan fuerte, entrando tan profundo y guñiendo en el proceso, que no pudo evitar sonreír ante lo bien que ambos encajaban; sintiendo casi como que Hyungwon había sido hecho para el y le encantaba.
— Hoseok, siento - que voy a morir, oh, esto es más, mucho más - de lo que imaginé — su voz entrecortada por gemidos hacía menos comprensible su estado, su cabeza iba de un lado a otro mientras su cuerpo se movía al compaz de las estocadas, subiendo y bajando sobre la superficie blanda y blanca.
Su cuerpo delgado se estremeció entre estocadas, se separó para admirarlo tener los ojos fuertemente cerrados y los labios abiertos llenándose de un calor y fuerza que le nubló aún más la mente; sin medirse levantó la camiseta para ver su cuerpo, sus ojos se entrecerraron por el placer que le causaba admirarlo y gimió aumentando el ritmo de sus embestidas que eran certeras.
— Hyungwon... — El dedo pulgar del rubio fue directo a su boca, lo atrapó entre sus labios, lo lamio y movió su lengua sintiendo un calor albergar su vientre embistiendo con más rapidez y fuerza, su pecho vibraba con intensidad y el hecho de que el rubio jugara también con su pezon lo hizo enloquecer; de nuevo con los ojos cerrados llegó al clímax mientras se aferraba fuertemente a su cintura intentando no desvanecerse porque cada caricia se había sentido el triple de intesa que cualquiera que hubiese recibido antes.
Salió de él y se tendió a un lado desorientado, lleno de espasmos e incrédulo. Recobrando el aire miró al rededor sin reconocer nada y se vio atrapado por los delgados brazos hasta que su hermoso rostro apareció justo en frente; Hyungwon le dio tiernos besos en su rostro y labios, se sentía diferente del comienzo, porque esta vez era como si lo reconfortara hasta hacerlo sentir cálido y acogido.
— ¿Hyungwon?
— eres tan tierno, Sweetie... — Hyungwon practicante se enredó en su cuerpo, daba besos cálidos por su pecho calmando la ansiedad de su cuerpo colvisonado y sus largos dedos huesudos pasaban por su piel haciendo círculos y formas sin sentido.
Era tan extraño que no podía creer...
◇◇◇
Haciendo un split perfecto se dedicó a estirar los brazos sobre la cabeza, tenía la vista fija en el verdaderamente enorme espejo de la sala de ensayo y su rostro se sonrojó al evocar la sensación de estar entre los brazos de Hyungwon, su voz y la forma en que lo había manejado como si de un meñeco se tratase... Siempre sabiendo que lugares tocar y estimular.
Enloqueciste, Hoseok. No debiste haberlo permitido...
Pero lo querías.
No
¡Sí, definitivamente sí!
Tiró la cabeza hacia atrás y con gran elegancia fue descendiendo su brazo en una nueva pose, cerró los ojos porque no era exactamente lo que quería de Hyungwon; es decir, lo deseaba, pero algo no estaba bien. Algo no era correcto y no quería tampoco servir de simple satisfacción a alguien quien seguro luego haría como si no existiera después.
Tenía miedo.
Huyó como un cobarde y ni siquiera esperó a verlo despertar, simplemente se duchó, se cambió, tomó sus cosas y salió más temprano de lo normal rumbo a la universidad. De eso ya dos semanas.
Había pedido a Changkyun firmemente que lo dejara quedar en su casa porque no soportaba siquiera ver a su inquilino y por supuesto el menor lo recibió de inmediato sin ninguna queja; fue un cobarde al huir, pero nada le aterraba más que tener que pensar en todo lo que le había sucedido con Hyungwon y que aún no comprendía.
La parte dulce del Nocturne op 9 no 1 le recordó lo bien que se había sentido luego de un tiempo, lo cálido y acogido; amó tener que sentir sus labios en la espalda y sus brazos protegiendolo, abarcandolo sin importarle lo grande que fuera; lo extrañaba.
Ahora que sabía lo que era su calor y la sensación de estar dentro de él lo extrañaba incluso aún más, era enferma la manera en que le deseaba, el cómo quería correr y agachar la cabeza ante él como un niño bueno; así lo había llamado y sinceramente no sonaba mal, no, si era él quién lo decía con esa voz dirigente y arrogante.
Se levantó dando vueltas por el espacio, hizo un salto y cayó al suelo de manera estratégica mostrando como si fuera manipulado por un alguien; una marioneta sin alma y con deseos imposibles de cumplir. Hyungwon era el príncipe con el soñaba estar, pero por más que hiciera el intento jamás lo tendría para él, seguro era un simple encuentro al que le estaba dando más vueltas de lo necesario.
No puedes enamorarte, no de él.
Era injusto y doloroso.
La música terminó y escuchó unos aplausos provenir de algún punto de la sala, se quedó acostado con la mirada fija en el techo escuchando unos pasos acercarse, hasta que el rostro de Changkyun apareció en su radio.
— excelente, lo has perfeccionado, Wonho.
— aún siento que le falta. — comentó y recibió con gusto la toalla que le brindaba el peliazabache. — no seré sorprendente en comparación a otros; quizá sea el peor — se sentó y rodeo su cuello con la suave tela acolchada blanca, secó su rostro y soltó el aire.
— estás exagerando, de todas las presentaciones tienes la mejor. Seguro todos envidiarán tu muestra.
— No lo creo. — se levantó con ayuda del menor e ignoró su comentario estando seguro de que no era así, y caminó buscando sus cosas. Antes de decir algo más titubeó. — yo, verás, creo que regresaré hoy a casa.
— ¿en serio? No tengo problemas con que te quedes en la mía, Hoseok. Mañana es la presentación y lo que menos necesitas es que ese sujeto te moleste. No te mereces ni siquiera estar fuera de tu propia casa ¡sacalo!
— estaré bien, yo sólo- no quiero molestarte más y.. — lo pensó muy bien, mordió su labio y tomó su morral angustiado por sí su excusa funcionaría. — creo que olvidé algo importante que necesito para la muestra, soy un tonto... — Changkyun se quedó en silencio, por el reflejo que veía en el espejo se podía deducir que lo veía con curiosidad y como la oscura voz de un puma unas palabras lo abordaron.
— Hoseok, tú, tú estás saliendo con ese inquilino tuyo ¿no es así?
— ¿qué? ¡Claro que no! ¿Por qué dirías tu eso?
— es que, no lo sé. Verás, estás diferente de antes e incluso ahora inventas excusas tontas. Lo defiendes y pues, no es por nada, pero los reclamos de ese dude parecían más de alguien que estaba muriendo de celos por que te toqué de más. Son muy evidentes — dijo él y sintio el rostro enrojecer de la vergüenza — digamos también que Jooheon me comentó una que otra cosa sobre su amigo que me hicieron pensar que quizá si salían...
— ¿por qué? — dijo alarmado — No tengo nada con él, ni siquiera me importa dónde está. No- no lo sé, yo sólo siento envidia hacia él, es todo. Sólo quiero regresar a casa y dormir en mi cama.
— Por favor no te molestes. — Changkyun apretó sus hombros desde atrás y golpeó su espalda — pero, Hoseok ¿seguro que lo tuyo es envidia?
— ¿has visto su rostro, Changkyun? ¿Por qué tiene que ser tan bello? — lo preguntó desesperado y el aire salió expulsado de su boca en signo de rendimiento.
— creeme, ver un ano o alguien comiendose un limón no se me hace diferente de ver su cara. Pero si tu dices que es bello, entonces lo respeto.
— por dios, sólo lo odias porque no lo conoces.
— y ahí lo defiendes de nuevo.
— no lo estoy... Defendiendo. Puede ser un idiota pedante, pero a veces suele tener buena actitud, lo juro; él no siempre me insulta o trata mal, Changkyun, yo sé que puede cambiar.
— Hoseok, no voy a juzgarte por lo que decidas, porque para mi eres un gran gran amigo al que quiero mucho y te apoyaré en lo que quieras ¿entendido? — Hoseok atendió y sonrió. — pero bro ¿en serio él? Es decir, hay tantos Idols con mejor personalidad vas y das con Satanás.
— ¡Changkyun!
— OK, en su presencia haré de cuenta que me agrada, pero hasta ahí, eh. No soy tan paciente y si realmente no puede cambiar no tendré más oportunidad que decirle lo imbecil que es. — Hoseok rodó los ojos. — ven, te llevo a recoger tus cosas y luego a tu casa.
— Yah, gracias por ser mi amigo..
— ¿qué pasa contigo, Hoseok? Estás más sensible de lo que sueles estar.
— no es nada — sostuvo el llanto todo el tiempo, sus labios hicieron un puchero y se abrazo al cuerpo del menor — sólo que de verdad agradezco que me consideres tu amigo. — Changkyun parpadeo sorprendido de que el mayor le abrazara y dio varios golpecitos en su espalda.
— tranquilo, hermano. Entre bros nos cuidamos el culo. Sabes que puedes confiar en mí.
— lo sé. También prometo que algún día te lo diré... Cuando no tenga miedo.
— ey, no te presiones. Lo importante es que hagas una increíble presentación ¿está bien? — Lo alejó mirándolo y sonrió comprensivo. — ahora vamos, tu villano debe estar esperandote.
Hoseok golpeó su hombro realmente fuerte hasta hacerlo doblar del dolor; una cosa era que no le cayera bien Hyungwon y otra muy diferente que lo llamara por ese montón de apodos que nada bien le iban a la extrema belleza del rubio.
¡Él era un dios, un ángel divino y casi perfecto. Hyungwon era un rey!
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Hola cositas! Les tengo un chiste que encontré en twitter uwu
Bueeeno, van advertidas 😂
Las amo, espero que les guste mucho el capítulo.
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