4

El estrés, el insomnio, la depresión, la frustración, la irritación y la abstinencia, eran rameras traidoras que no dudaban en apuñalarlo en cualquier momento.

Era demasiado agotador.

Con el ceño profundamente fruncido y la vista ardiendole tomó su toalla blanca poniéndola en el hombro; salió a paso lento mirándo por la sala y comedor encontrandolo vacío, fue a la tercera habitación y no había nada, y cuando llegó a la puerta del baño consiguió tranquilidad.

Con que ahí está.

El gesto en su rostro se suavizó lo suficiente como para olvidar el fastidio de tener que salir temprano ese día, por lo que con un nuevo aire pegó la oreja en la puerta logrando oír nada más que el agua correr; siguió intentando por varios segundos pero nada vino más que el agua, así que llamó a la puerta.

¿Qué hiciste? Why?

No lo sabía.

Ansioso se imaginó al mayor pidiéndole que se le uniera a la ducha y se relamio los labios hanbriento porque en serio estaba comenzando a delirar, a perder la cabeza por completo; y claro, odiaba perder la cabeza en situaciones que desconocía totalmente.

No has dormido, eso debe ser.

Mientras se acomodaba el cabello la puerta se abrió dejando ver a un Hoseok mojado de pies a cebeza; su cabello púrpura estaba húmedo, su pecho ancho y perfectamente trabajado brillaba por el agua que lo cubría y bajó por su torso maravillado con esos cuadros perfectamente formados, siguió esa línea divisoria hasta el principio de la toalla que firmemente rodeaba su cintura y se lamentó muchísimo al caer en cuenta que no mostraría nada más.

Soltó un suspiro soñador.

Que perfecto es...

— hello, sweetie... — sonrió brillantemente apoyando una mano en el marco de la puerta, mirándolo directamente al rostro y encontrando que estaba hermosamente sonrojado, sus labios que eran moderadamente gruesos  se notaban rojos, atractivos, suaves; la boca se le hizo agua de manera innecesaria y mojo los sus propios labios pasando la lengua por ellos.

Uuffff.....

Hacia un par de semanas había llevado a un amigo del tiempo en que llegó a Corea, el mismo aceptó ir al apartamento a pasar un buen rato, pero una vez entró en lo primero que se fijó fue en las fotos que decoraban la pared de la sala; él había dicho que Hoseok era exactamente el tipo de hombre que le gustaban y le pidió que los presentara.

Bien, pues ni loco lo haría.

Para empezar ¿por qué? Él estaba ahí para tener sexo y no para estar buscando algún tipo de hombre ideal en el niño tonto dueño del apartamento; sin prestarle atención se abalanzó sobre él, lo besó y se lo llevó a su habitación, hasta que la puerta sonó descubriendo que era Hoseok quien había llegado temprano ese día.

Maldijo su estúpida intromisión, pero se puso aún más duro cuando al verlo se encontró, no sólo al tipo de hombre ideal, sino también al hombre perfecto; Hoseok era extremadamente tierno, pero también fuerte, atlético, dedicado e imaginaba que sus caricias podrían incluso ponerlo a ver estrellas, pero también le daba el aire de que le permitiría hacer lo que quisiera si fuera el caso. No dudo ni un segundo en sacar a ese otro sujeto con el afán de que quien ocupara su cama fuera Hoseok.

Y juraba a los cielos que habría sido así, de no ser que su amigo dijo lo impensable:

— "veo que te gusta mucho ese sujeto, siendo que lo proteges demasiado. No te veia celoso desde el tiempo en que salias con Minhyuk."

Eso lo dejó helado, hasta que su amigo lanzó una risotada que le permitió reír de manera nerviosa antes de golpear su hombro.

—" yah, para de bromear. Cómo crees..." — Eso había dicho con su corazón latiendo a mil y los ojos recorriendo el espacio, mientras rascaba su nuca nervioso.

Pensándolo bien, no podría jamás decir con exactitud qué era lo que le atraía de Hoseok, él tenía muchas características que lo atraían — como reaccionar de manera linda a su insinuación de dominarlo — pero otras que lo hacían poner los ojos en blanco de lo suficiente que ya tenía de ellas; sin embargo, seguía ahí sin poder dar un paso atrás o adelante de lo mucho que le intrigaba la situación.

Hoseok era único y eso sí no se lo podía negar a su amigo.

— ¿qué haces? ¡Déjame salir! — se vio hecho a un lado con una fuerza increíble, lucho para sostenerse en pie y casi de inmediato despertó del sueño en el que estaba — Dios, voy tarde y creo que perdí más de 15 minutos preguntándote qué necesitabas. Aarrggg sólo eres un dolor de culo.

Boom, dissappear.

¿Por qué siempre es así, por qué?

— cierra la maldita boca ¿de qué rayos me culpas ahora? — irritación. Su cabeza dolió de nuevo, era una profunda punzada que comenzaba desde su nuca y le hacía sentir que pronto podría abandonar el mundo; cerro los ojos y se tomó la parte trasera de la cabeza y gruñó alto y claro. — un buenos días no te vendría mal, niño. Sólo quise ser amable contigo.

— bueno, habría sido así si sólo no me hicieras perder el tiempo — Hoseok estaba sonrojado de una manera tierna, pero a ese punto ni siquiera sabía qué era lo que le sucedía; la frustración junto a la falta de sexo comenzaron a colarle el cerebro, así que lo miró a los ojos mientras él apenas y respiraba. Sólo una cosa vino a su cabeza.

— ¿acaso interrumpí algo? ¿Te estabas mansturbando? Sabes que no tienes que hacerlo por ti mismo ¿no es así, sweetie? Regresa ya al baño, te ayudaré con eso.

— oh, por Dios ¿¡por qué dirías tú eso!? — el elevó los brazos totalmente abrumado, sus ojos estaban abiertos de par en par  y se fue corriendo mientras gritaba encerrándose en su cuarto, soltando maldiciones en medio de lo que creyó un terrible ataque de pánico gay.

— ¿cuál es su problema?

Quizá no debiste abrir tu boca.

Rodó los ojos impaciente. Aunque Hoseok le despertara un montón de pensamientos que ni siquiera tenía en cuanta que podía tener, había también algo molesto en él que lo frenaba; Hoseok se comportaba como el típico niño que aún no acepta que le gustan las vergas, pero lo podía decir con facilidad, por la forma en que se quedaba viéndolo a veces o su comportamiento cuando le dijo de entrar al baño de nuevo.

Hoseok lo deseaba.

Eso dices tú, no te importa lo que realmente haga.

Sí, no le importaba si era así o no, de verdad se suponía que no debía de importarle, pero algo en la idea lo hacía sentir emocionado y muy excitado. Se metió a la ducha dejando que su cabeza recibiera el agua fría y esperando que con eso al menos dejara de pensar en tantas tonterías, suspiro por el contacto del elemento dejando que corriera por su su cuello hasta escurrir por su espalda y pecho; con los ojos cerrados una imagen arrolladora de Hoseok vino a su mente, como un viento cálido que se posa en la piel rozandola dócilmente descubrió que él era atractivo a cualquier hora del día, no importaba, le gustaba siempre admirar esos cabellos púrpura, esa sonrisa tierna y esos labios, lo deseo tanto, que quiso en serio poder tenerlo ahí junto a el.

Eso sería realmente maravilloso.

A veces cuando lo veía entrenar se deleitaba simplemente viendo como flexiona ban sus músculos bajo esa poca ropa, como se estiraba y soltaba el aire por la nariz o la boca giminedo después; Oh, Dios, tenía que aceptarlo, Hoseok era ardiente como el mismísimo infierno y la loca idea de controlar ese gran cuerpo a su antojo había estado creciendo desde esa noche que lo sintió nervioso y manejable, obediente. Pero pensar en él solamente como una verga más le hacía sentir absolutamente incómodo, luego estaba que tenía ese terrible timbre de voz y el hecho de que no podía evitar discutir cada que abría la boca con una nueva queja o protesta lo ponía de un horrible mal humor.

Resignado cerró la ducha, tomó el jabón esparciendolo por su cuerpo, se limpio cada rincón y cuando estuvo satisfecho echó algo de shampoo en su cabello; le encantaba usar el de Hoseok porque olía a él. Volvió a ponerse bajo la regadera quitado el jabón de todo su cuerpo, limpiando su cabello y llenándose del agradable olor frutal que expedía, en medio de ello escuchó la puerta principal cerrarse y abrió los ojos extrañado

— ¿Hoseok? — lo dijo en voz alta esperando que lo escuchara pero no respondió nada, de nuevo cerró la llave y salió de la ducha tomando la toalla podiendola al rededor de su angosta cintura, atravesó el baño esperando alcanzar la puerta lo más pronto posible y la abrió de golpe mirando al rededor. No había nadie. — ¿Hoseok? — volvió a llamar sin tener respuesta, dio varios pasos agigantados hacia la habitación del mayor y golpeó varias veces sin tener ninguna respuesta más que el silencio.

Sólo dejalo ya...

Dejó caer su brazo vencido sintiendo su cuerpo ser víctima del fuerte golpe de la aflicción y sus labios temblaron al pensar en la oportunidad que había perdido de verlo un poco más de no haber abierto su boca para molestarlo; se sintió patético, pero más solitario. Volvió a su habitación buscando una toalla para secar su cabello diciéndose así mismo de parar, de detener lo que fuera que estuviera sucediendole con el mayor, por que lo que sea que fuera, no era lo necesitaba exactamente en ese momento.

Algo que era más aterrador que no dormir, no tener sexo por semanas o no poder fumar, era comenzar a necesitar a alguien a tu lado; el apego y la soledad eran incluso más aterradores que la misma muerte.

Al menos para Hyungwon era así.

◇◇◇

— Hoy vamos a tener la entrevista en Radio Star, vas a encontrarte con varios seniors así que procura saludarlos de manera adecuada y aprende de ellos. Deja que ayuden de ser necesario, pero también haz lo tuyo ¿entiendes no es así?

Escuchó cada una de las recomendaciones que le daba Kihyun, él iba sentado en el puesto de adelante y miraba la agenda que tenía programada para ese día, por su parte siguió leyendo el viejo post-it que guardaba desde hacía muchísimo tiempo "comelo cuando llegues" esas palabras escritas en bolígrafo azul con una hermosa letra lo hicieron sentir un dolor en el pecho que no quiso sentir, así que con el ceño fruncido lo guardó en su chaqueta y sacó un empaque compacto del bolsillo del pantalón.

— ¿qué es eso? — Kihyun volteó a verlo realmente curioso, estaba solo en la van a parte de él y el conductor, así que lo miró encogiendose de hombros.

— es goma de mascar... — respondió sencillamente. Kihyun arrugó el entrecejo extendiendo la mano y mirándolo fijamente.

— dejame ver. — No le gustaba discutir, lo odiaba, simplemente hizo caso a su mandato y le entregó lo que pedía cruzandose luego de brazos, y luego miró a través de la ventana el pasar de las edificaciones para distraerse mientras tanto.

— es increíble que hayas optado por dejar de fumar, estoy muy orgulloso de ti — lo escuchó comentar y no creyó lo que estaba escuchando; pensó que sería regañado de alguna forma, así que volteó a verlo sintiéndose extraño — ¿qué? ¿Creías que me había comido el cuanto de que ya lo habías dejado? No soy tonto, Hyungwon. Estaba esperando por el momento para decírtelo, pero al fin has sido maduro de hacer algo por ti mismo. Sólo espero que pronto puedas pensar en ver a un especialista para evaluar tu estado emocional ¿lo sabes, no? — Hyungwon apartó la mirada de nuevo y escuchó un suspiro por parte del mayor — ten. Hablaremos de esto cuando estés de mejor humor.

Recibió las gomas de mascar de vuelta y las apretó entre su mano, se sintió inútil porque a pesar de todo había sido Hoseok quien se los había dado, y de no ser por el mismo Hoseok, quizá esa sería la hora en la que ni siquiera estaría de camino a una nueva entrevista.

— iré a verlo, hyung...Al especialista que dices, iré a verlo...

— ¿en serio?  tú... ¿Pasa algo que quieras contarme? Te noto diferente... — se encogió de hombro y guardó el elemento en su bolsillo sintiendo que debía disculparse con Hoseok por lo que sea que hubiera hecho, sólo no quería estar demasiado lejos de él; en algún punto descubrió que lo necesitaba más de lo que podía aceptar en voz alta.

— nada ha cambiado, hyung...

Durante la entrevista se mantuvo sereno, el ambiente como había dicho Kihyun estuvo realmente divertido y logró entretenerse en algo más que no era Hoseok; sonrió y habló promocionando su nuevo trabajo como DJ, al igual que el trabajo en grupo.

La grabación terminó, hizo los agradecimientos y se despidió haciendo varias reverencias a los presentadores y las personas del staff, con eso dio por terminada su agenda; al menos hasta cuando llegara a la empresa que fue otro asunto completamente diferente.

Había tenido que reunirse con Jooheon y el resto de miembros para decidir sobre lo que serían las fechas de los conciertos, cosa que hicieron en cuestión de dos horas; además de optar por el concepto del mismo y demás.

— tendremos un festival antes de abrir las fechas de concierto en Seúl ¿estás de acuerdo, Won?

— me parece perfecto, podremos presentar la canción que compuso tu amigo. Esa me gustó mucho y me gustaría trabajar en ella.

— le diré entonces, yo también quiero presentar esa canción. Es excelente. — el chico de cabello rubio y hoyuelos sonrió revisando su teléfono, así que golpeó su hombro.

— ey ¿algún día lo traeras a trabajar? Hasta ahora sólo sé que se llama Daniel y estudia no sé qué cosa ¿por qué lo ocultas?

— no lo estoy ocultando, son tonterías. — se quejó el rubio — es sólo que, él es un tonto a veces; dice que quiere debutar como idol pero siento que lo hace mejor con la danza contemporánea, es muy bueno en lo que hace y no es agradable que piense que algo tan agotador como esto sea la mejor opción.

— pero Honey, eso es estúpido ¿por qué no dejas que el mismo juzgue y vea? ese amigo tuyo es muy talentoso haciendo música y todo, sabrá qué hacer. Pero ¿danza contemporánea? ¿Es que acaso está de moda esa carrera o algo?

— ¿a qué te refieres?

— digo, el dueño de la casa en la que vivo estudia eso en, en alguna universidad vaya a saber dónde ¿tú sabes dónde es por si acaso? — la curiosidad fue fulminante, lo había preguntado en medio de un río de palabras que perdieron significado por el latente tono desesperado que usó para interrogar al menor; Jooheon lo miró entre sorprendido y curioso saltando a reírse de repente.

— estás saliendo con ese chico dueño del apartamento ¿no es así? Yah ¿qué si te descubren?

¿Qué?

— ¿crees que tengo el tiempo suficiente para salir con alguien? Por dios, Jooheon, nadie más que tu sabe.

Es una locura, debiste haberte quedado callado.

— está bien, está bien. No te pongas de mal humor. — dijo él — mira, te enviaré la dirección de la universidad en la que estudia Daniel; quizá el sujeto al que buscas se encuentre ahí, quién sabe.

— ¿qué sujeto? — una tercera voz se unió a la conversación, ambos chicos giraron a ver a la puerta la figura del hombre rubio que veía a ambos con una sonrisa y una mirada atenta. Jooheon se levantó e hizo una reverencia rápida,  en tanto Hyungwon frunció el ceño e hizo una pequeña reverencia con la cabeza.

— nos veremos más tarde para terminar de arreglar todo ¿te parece, Hyungwon?

— sí, estoy de acuerdo.

— Minhyuk sumbaebim.

— claro, ve.

El rubio de hoyuelos salió cerrando la puerta de la sala de reuniones dejándolo sólo con la peor persona que podía encontrase jamás, tuvo la terrible necesidad de fumar y en lo único que pensó fue en la goma de mascar que Hoseok le había dado; sacó una lamina y la llevó a la boca masticandola a todo lo que daba.

— ¿qué haces aquí, hyung?

— pensé que odiabas la goma de mascar — comentó Minhyuk prácticamente ignorando su pregunta. Previendo en lo que ello se convertiría tomó su teléfono y se dispuso a revisar sus redes, pero no había nada; maldijo entre dientes porque le resultaba fastidioso hasta la médula que él aún siguiera buscándolo y más después de lo que había sucedido. No se rendía.

Por él estás así ¿qué pretende?

— estoy dejando de fumar. — comentó despegando la vista del teléfono y mirando como él tomaba asiento poniéndose lo más cerca posible. Minhyuk tomó su mano, la sintió a una temperatura normal y esperó sentir algo más que aquello, pero ya no había nada; parpadeó tremendamente desconcertado.

— sabes, te he estado buscando para disculparme por lo que sucedió. He escuchado que el grupo y tú lo están haciendo bien y eso me quitó un gran peso de encima, aún así sentía que debía decir lo siento personalmente, pero no respondías mis llamadas — Minhyuk sonrió intentando ser amable — ¿dónde vives ahora? ¿Por qué no vamos y me cuentas en el camino qué ha sido de ti estos últimos meses?

Lo miró escuchando lo que decía, las palabras resultaban mucho más intensas cuando las decía en ese tono que quería sonar interesado, pero en realidad es que guardaban siempre una intención y un propósito intrínseco imposible de ocultar. Minhyuk era hermoso, su piel blanca brillaba, sus labios eran provocativos y sensuales, sus ojos mostraban lo que sea que él quería que vieran en el y su sonrisa abría un millón de posibilidades, que por más que había querido alcanzar a comprender, una era más misteriosa e imposible que la otra.

Su teléfono sonó dando aviso de un nuevo mensaje, sus ojos pasaron del fino rostro a la pantalla y abrió Kakao, Jooheon le había enviado la dirección de una universidad de artes junto a un corto texto que decía: "ve por el tipo de uni, no pierdas más el tiempo. Fighting!"
Cómo un mensaje de alerta para despertar, este hizo que alejara la mano del alcance de Minhyuk y volviera a verlo al rostro.

— No. — dijo con firmeza; era la primera vez que decía esas palabras sintiéndose seguro de lo que hacía. Si algo tenía claro, era que ya no necesita a Minhyuk en su vida, que ya no se sentía afectado por ese roce o esa mirada que no le decía nada, absolutamente nada. En su mente sólo estaba el vacío y la obscuridad que lo poseían cuando, con cada caricia, recordaba el momento, los múltiples momentos en que era cambiado por alguien más y sólo lo ponían en la posición de otro más; estaba solo, ahí tirado en un sintio donde nunca pidió estar.

Había amado a Minhyuk tanto que su cuerpo había dolido lo suficiente, sus canciones muchas de ellas hablaban de un amor fulminante que lo había capturado sin dejarle escapatoria, pero ahora simplemente no había nada.

Y no supo qué más temer

¿Había algo mal con el? ¿Por qué estaba siendo así de repente? ¿En serio lo había superado o sólo era un cruel engaño?

Quería entender qué le sucedía en ese preciso momento, porque el sentimiento era sofocante pero tranquilizador al mismo tiempo; no comprendía nada sobre lo que estaba pasando con su cuerpo y mente.

— ¿N-no? ¿Por qué? — notó que Minhyuk le veía aún más contrariado, se alejó lo suficiente buscando algo en su rostro que no sabía qué era; Hyungwon soltó un suspiro y frunció el ceño.

— no puedo llevarte a casa y punto. La persona con quien vivo no le gustan lo extraños — recordó la última regla que había puesto Hoseok luego de encontrarlo con su amigo en la habitación, seguro que a él no le gustaría ver a nadie más y no quería discutir a decir verdad; no quería molestarlo más de lo que ya pudiera estar luego de que esa mañana lo había jodido todo.

No puedes arruinarlo más...

— yo, sé que no te gusta discutir y que vas callarme una vez diga esto, pero, Hyungwon, no soy un extraño; al menos no para ti ¿Por qué dices eso ahora? ¿Y a qué te refieres con que vives con alguien? Habla de una manera que pueda entender, haces que pierda la paciencia, si te soy sincero. — su voz demandante le recordó el tiempo en que temía molestarlo o decir algo que lo alejara de su lado; con una fortaleza inquebrantable lo miró a los ojos hablando.

— estoy-estoy saliendo con alguien... — seguía mascando goma de mascar, esta vez con más velocidad de la necesaria, el corazón le latió súper fuerte pero nada tenía que ver con Minhyuk, al contrario, era el hecho de haberse imaginado saliendo con Hoseok lo que lo tenía dando vueltas como un loco...

Como si fuera posible, aterriza ya...

— pero ¿quién es? ¿Es alguien que yo conozca? — se sintió fastidiado por el interrogario, Minhyuk le había tomado el brazo acercando su rostro al suyo buscando ver quizá si era mentira lo que salía de sus labios; bueno, sí, pero no le diría nada. Sintió vetas de una dulce venganza proceder del lado que quería justicia y sonrió.

— es alguien amable, paciente, asombrosamente dulce conmigo — "no mientas" — y fuerte, muy fuerte. — mientras decía cosas que ni sabía podría decir sobre Hoseok se iban reproduciendo las múltiples veces en que el mayor le había regañado, cuando había machado sus nuevos Calvin Klein con algún tinte de su pantalón o cuando le daba de comer ramen a la 1 de la madrugada; no, peor aún, cuando comenzaba a discutir con esa típica voz o hacía ese sin fin de preguntas que lo hartaban y no le quedaban sino ganas de callarle la boca con beso que lo dejara de piedra.

Cuack cuack cuack Cuack.

Al menos la última parte no es mentira, Hyungwon, él podría haberte ya tomado de las piernas y haberlas partido en dos si lo hubiese querido...

Diablos, Hoseok era tan fuerte que se calentaba de sólo recordarlo...

— parece un poco exagerado para ser verdad... — Minhyuk le soltó y lo miró sospechando, así que volvió a su teléfono recordando la foto que le había tomado a aquél cuadro en la pared.

— no es exagerado, mira. — la buscó y la puso en todo el rostro a Minhyuk acercandola hasta que casi hizo un bizco, el otro frunció el ceño al descubrir algo y volvió a retirar el elemento rápidamente. — es mi nuevo novio y estamos enamorados. Mucho — quiso vomitar. Ahora que lo decía de manera cursi, era como ver el mismo infierno.

— es un niño, Hyungwon. Muy inocente y normal a mi parecer... Que yo sepa no es tu tipo de hombre ¿qué te sucedió? — la manera en que lo miraba el otro rubio era como si no le conociera de nada, él se levantó y soltó un profundo suspiro que lo extrañó por completo; Minhyuk parecía enfadado pero más ¿decepcionado? No lo sabría decir. El mayor se inclinó dándole un beso en la mejilla y se separó mirándolo a los ojos. — llamame cuando termines de jugar, Won, es aburrido cuando te haces el difícil conmigo. — y salió luego de una sonrisa amable que significaba todo menos amabilidad.

Se sintió enfadado porque a pesar de todo Minhyuk había hallado la forma de hacerlo sentir minúsculo, inútil y tonto, un ridículo bebé que quería soltar la mano de mamá en un intento sin valor y menos sin un verdadero propósito. Soltó un suspiro mostrando lo tan cansado — más ya acostumbrado — que estaba y miró de nuevo la foto de Hoseok en su teléfono; podía ser que el mayor tuviera razón y sólo estuviera entreteniendo su mente como el perdedor y tonto que era.

Hoseok no debía significar nada, seguro.

◇◇◇

Hyungwon pasó por la pequeña tienda del barrio frenando al frente, cruzó la calle cubriendo bien su rostro porque estaba arriesgándose incluso a ser reconocido, siendo que era plena luz del día aún; sus largas piernas llegaron en cuestión de momentos a la otra acera, abrió mirando a todos lados y asegurándose de que había muy poca gente que realmente pudiera reconocerlo, con eso siguió.

Decidido fue directo al gran estante donde estaba el ramen de la marca favorita de Hoseok y tomó varios, también algunas frituras y chocolates; cuando iba a pagar por todo miró los cigarrillos y se quedó pensando en sí tomar unos o no.

— ¿desea pagar con tarjeta?

— ¿ah? Sí.... — el señor tras el recibidor hizo el intento de reconocer sus ojos que era lo único que podía ver, lo miró extraño y continuó empacado todo; despegando los ojos de los cigarrillos buscó sus gomas de mascar en el bolsillo de su pantalón y las mostró al vendedor — usted ¿de casualidad tiene de estos aquí?

— Claro ¿cuántos necesita?

— llevaré cinco. — Y con eso pagó saliendo directo al apartamento.

Sí, había hecho caso a las indicaciones de Jooheon, a pesar de haber tenido esa cruda y amarga conversación con Minhyuk, aún así no quiso perder la oportunidad de saber y conocer el ambiente en el cual se desenvolvia Hoseok. Bien, la universidad era enorme, los jóvenes de su edad salían y entraban sin parar, parecía ser ajetreado pero cómodo.

Mirando a través de su vidrio polarizado esperó el momento para ver salir al hombre de cabello púrpura, y no fue sino luego de casi una hora, que no lo vio ir hacia la parada de autobus que quedaba relativamente cerca. Con los ojos fijos en él detalló esos jeans ceñidos a sus piernas como si fueran una segunda piel y la vista de su trasero fue la gloria, se mordió el labio inferior pensando en las mil posibilidades de pasar sus dedos por esos muslos gruesos, de morder la piel y sintió como su amigo comenzaba a emocionarse de más.

Vamos, Hyungwon, no puede ser diferente de los demás. Sólo dile que lo quieres en tu cama.

La diversión terminó en el momento en que Hoseok fue abordado por un tipo de cabello negro como la noche, lo vio ir lentamente a él y creyó que lo molestaría, estuvo a punto de bajarse a golpear a aquel sujeto pero se detuvo en el instante en que el hombre se cabello púrpura se giró reconociendolo.

Los observó con más atención de la debida por el tiempo en que el chico de cabello negro le hablaba como tratando de convencerlo sobre algo, el mayor había asentido con la cabeza dócilmente confirmando quién sabe qué cosa y regresaron juntos luego de que el más bajo le pasara un brazo sobre los hombros, llevandoselo mientras hablaban animadamente.

Había sólo una cosa; Hoseok le dijo que no tenía amigos, que solía estar solo y que nadie se acercaba a él a menos que tuvieran alguna intención de tener sexo o algo así, en fin y como fuera, ese chico se veía realmente cercano a Hoseok y a él no parecía molestarle para nada su presencia; ambos lucían realmente felices de estar juntos, entonces ¿de qué hablaba Hoseok?

El primer lugar no había creído que fuese totalmente cierto porque por supuesto Hoseok parecía alguien popular con esa apariencia tan magnífica, sin embargo si debía aceptar que él aún le ocultaba algo y quería saber qué era eso tan imposible de contar que no le permitía saber ni al tipo aquel que le había tomado las fotos.

Al final terminó regresando a la empresa con una enorme intriga y luego de intentar componer no hizo más que pensar en él yéndose con aquel muchacho de cabello negro. De regreso en apartamento esperó encontrarlo rondando el lugar de una lado a otro como sabía hacer, así que en calma quitó sus zapatos, miró su reloj en su muñeca y notó eran poco más de las 7:40 pm; emocionado atravesó el pasillo escuchando en su lugar el profundo silencio, dejó las compras en la mesa y fue la habitación no tocando primero sino tomando el pomo de la puerta, pero la misma se encontraba cerrada. — ¿Hoseok, estás ahí? — tocó dos  veces pero nadie respondió, por millonésima vez en lo que iba de la tarde y noche volvió a fruncir el ceño sin entender al mayor.

Cuando lo vio junto a ese chico eran alrededor de las 3 de la tarde, no lo recordaba con exactitud, pero contaba con que Hoseok ya hubiese llegado a casa. Caminó inquieto a lo largo de la sala ida y vuelta mordisqueando su dedo pulgar, preguntándose si realmente era ese chico su amigo o quizá su pareja; es decir, el mayor le había dicho que no tenía amigos, pero ahí estaba ese extraño pasando su brazo por su nuca y llevándolo consigo a quien sabe dónde.

Bramo impaciente, se dirigió hacia su habitación para cambiarse de ropa y salir de una buena vez a buscarlo, pero cuando se detuvo de golpe en el gran espejo mirando su reflejo el mundo se le fue abajo; estaba fuera de control y parecía un loco sin sentido, con su rostro desfigurado porque se encontraba preso de la angustia y la profunda inseguridad. No se reconoció a sí mismo en ese estado.

Debes parar, debes detenerte ahora.

Tomo aire antes que nada y cayó al suelo sentado, agarró su caballo jalandolo atormentado porque no había nada que quisiera más que saber dónde y con quien andaba el mayor; aunque en realidad eso no era nada que le correspondiera saber. Con el picor de la necesidad taladrandole cada sentido sacó su paquete de goma de mascar del bolsillo, tomó dos que llevó a la boca sin dudar en masticar airado y se levantó pensando en hacer cualquier otra cosa, menos mover un dedo para ir a parar donde sea que estuviera Hoseok.

Nada tiene sentido.

Al final Hoseok sí apareció, pasadas las 11 de la noche la puerta principal fue abierta y en la oscuridad de su habitación, con los ojos bien abiertos y moviendo la mandíbula sin parar, miró hacia la puerta de su habitación levantándose como un resorte y saliendo para encontrarse a Hoseok pisando la entrada a la sala.

— ¿Dónde estabas? — fue lo primero que soltó una vez abrió la boca; por el tono ofendido que había usado y el rostro sorprendido de Hoseok se sintió avergonzado y fuera de lugar, dudó de sí mismo y aclaró la garganta sintiendo por primera vez en varias horas que su mandíbula dolía como el infierno — lo que quiero decir es que, es que es tarde y creí que llegarías más temprano. Lo-lo siento...

— no me digas que no has comido nada por eso estás tan molesto ¿no es así? — su comentario desinteresado lo desencajo por completo, le hizo sentir aún peor de lo que ya, pero agradeció sinceramente que Hoseok fuera tan idiota como para creer eso — no soy tu empleada, Hyungwon, trata de hacer algo por ti mismo. Y ponte una camisa, por el amor a Dios ¿no tienes frío? — Se permitió verse el torso desnudo, tenía jeans negros y la correa estaba desbrochada colgando abierta hacia los lados; la verdad fue que le dio igual, no era importante el hecho en ese momento, así que se dirigió a él tomandolo de la muñeca.

— cierra la maldita boca — le dijo  sintiendo paz en ello, su piel caliente al contacto le hizo mella en la conciencia y apretó el agarre arrastrandolo hasta la mesa; apurado alborotó las bolsas que estaban en el comedor mientras seguía disfrutando de la cercanía — mira lo que traje — sacó uno de los ramen que había comprado y se lo mostró esperando su reacción, deleitandose en el instante en que los ojos de Hoseok hicieron ese extraño y mostraba esos gruesos labios formando una O.

— ¡Ramen! — Hoseok tomó el bote con ambas manos y sonrió brillantemente, tal y como sólo él sabía hacer; oh, Dios, disfrutaba ver esa sonrisa y ese rostro que se volvía tan fascinante con cada genuina acción. Curioso sobre algo más corrió el cuello de la camiseta negra buscando desesperadamente por su piel y no halló nada, sintió a Hoseok tensarse y golpearle la mano alejandolo.

— ¿qué crees que haces? — Hoseok lo miró levantando una ceja y sólo supo aclarar la garganta.

— ¿yo? Nada — sin embargo no se rindió, se acercó para olfatearlo y frunció el ceño — ¿no me dirás dónde estabas? Es tarde y hueles a alcohol. Creí que odiabas el alcohol. — no le gustaba para nada ese estado de impotencia, se sentía tan mal consigo mismo por ser como estaba siendo, que quería golpearse, darse un puño en el estómago y dejarse sin aire para no seguir haciendo el montón de preguntas innecesarias que no debía pronunciar por nada del mundo. Hoseok dio la vuelta soltando una risa que le provocó urticaria, no entendía qué era lo gracioso de ello.

Se estaba enloqueciendo de a pocos.

— Y lo odio, pero no está de más a veces — Hoseok se dedicó a preparar el ramen con devoción — ¿quieres comer también? Lo prepararé para ti si quieres. — Hoseok le sonrió con una de sus cegadoras sonrisas, pero el no pudo hacer nada más que miralo directamente al rostro receloso de lo que había dicho; asintió lentamente y dirigió la vista a otro lado mientras mordía su labio aún más inquieto. — ¿Hyungwon?

— ¿ah?

Hoseok soltó otra risa burlesca, pero corta — ¿pasa algo? Sé que estoy siendo curioso de nuevo, pero estás un poco extraño desde que llegué ¿Tuviste un mal día hoy?

— yo, no. No del todo...

— oh, ya veo ¿Algo del grupo?

— no, pero ¿fuiste a beber solo? ¿No es eso muy raro? — le miró con temple esperando una respuesta, había dado la espalda revisando la olla e iba limpiando para no dejar nada sucio.

— por supuesto que no fui solo ¿por qué iría a beber solo, Hyungwon? — el soltó a reírse de nuevo, a ese paso terminaría por pensar que el mayor sólo estaba burlándose de él, tomandolo del pelo o algo peor.

Él miente...

— sólo preguntaba. — se encogió de hombros y se las arregló para que su voz sonara totalmente despreocupada, fría y casi punzante — sueles quejarte todo el tiempo de no tener amigos y eres aburrido, así creí que habías enloquecido e ido por ti solo a algún lugar.

— tienes razón, Hyungwon... — Hoseok soltó una voz cansada, sus ojos decayeron y siguió preparando el ramen evitando decir nada más. El apartamento se quedó en silencio debido a que se mantuvo pensando en lo que había dicho, no quería disculparse porque a pesar de todo sabía que Hoseok mentía, pero se sintió incómodo también de tener que verlo herido por lo mismo. Al cabo de varios minutos Hoseok sirvió el ramen en un par de tazones y fue directo al comedor con comida en mano; no dudó ni un segundo en seguirlo y tomar asiento cerca. — ho- hoy mi único compañero de carrera me ha pedido salir por primera vez en mucho tiempo y acepté pensando que era lo mejor. Bien, ahora no lo sé.

— ¿lo mejor? ¿Lo mejor para qué? — sabía que su voz había cobrado un interés más allá de lo normal, pero algo estaba fallando en su capacidad de autocontrol; quería saber más, que dijera todo de una vez y dejara de estarlo llevando al borde del desespero, además necesitaba de goma de mascar ¿Dónde estaban sus gomas de mascar? Tenía que aliviar la tensión en su cuerpo lo antes posible.

— para  olvidar...

La respuesta creó un nuevo silencio que se extendió por todo el lugar, Hoseok lo miró con una débil sonrisa colgando de sus labios y sus grandes ojos recorrieron la expresión en su rostro notando algo a lo denominó dolor ¿o quizá era sólo una simple tristeza? No lo sabía, quería que Hoseok por fin dijera algo que pudiera entender sin tener que esperar más tiempo a tener el croquis completo.

— habla de una maldita forma que pueda entender —  le demandó, tal y como muchas veces Minhyuk le había demandado cuando no decía nada coherente sólo para molestarlo y tener su atención; pero Hoseok era diferente, él le ocultaba algo, estaba seguro de ello aunque no tuviera exactamente forma de comprobarlo. Lo sentía. — ¿tiene algo que ver con - con las marcas en tus rodilla?

La curiosidad lo había llevado hasta ahí, cuando pronunció esas palabras la mirada de Hoseok se volvió intensa y supo que dolía, le habían dolido sus palabras pero trataba de ocultarlo bajo una fina sonrisa nerviosa y un toque de fortaleza producto de su escultural cuerpo.

— No.

Fue una respuesta simple, Hoseok tomó sus palillos para comenzar a comer como si le hubiera preguntado por el clima y él sólo hubiese respondido "está nublado" ¡sólo los cielos sabían cuán desesperado estaba por saber! por indagar en esa parte de la vida de Hoseok a la que no tenía acceso, por obtener ese secreto que encerraba todo sobre lo que era él realmente.

En un impulso involuntario detuvo su mano de comer, la bajó alejando los palillos para que dejara de atiborrar esa bella boca del ramen que tenía en frente y lo miró fijamente — mientes. — su voz sonó firme y baja, era profunda y certera. — si no es eso, entonces tiene algo que ver con ese chico con el que saliste hoy ¿no es así? Ya te lo dije, di algo que pueda entender ¿qué es tan difícil de decir? No me gusta que la gente me mienta, Hoseok.

Los ojos brillantes de Hoseok mientras decía lo que quería habían mostrado una profunda inseguridad que le caló el pecho, aunque le pareciera casi imposible por la complexión de su brazo, este mismo comenzó a temblar bajo su tacto como si fuera de gelatina; él se veía ido y frunció el ceño al no comprender por qué tanto miedo.

¿Acaso lo estás asustando?

Debe ser

Lo soltó, se alejó de él recriminandose el hecho de que lo había llevado hasta el borde como un febril lobo que no tiene nada mejor que hacer, que molestar al dulce conejo inocente; soltó el aire y se levantó de la mesa con la idea en la cabeza de que, entre más tiempo mantuviera cerca de Hoseok mayor sería su curiosidad y mayor sería su deseo de saber sobre cosas que no le importaban en lo absoluto, y menos necesitaría. No quería perderse a sí mismo por alguien que no significaba lo suficiente como para intentarlo siquiera.

Echando la cabeza hacia atrás tomó una gran bocanada de aire en busca del exigeno que requería para mantener la cabeza fría, cerró los ojos llenándose de confianza para avanzar y dio un primer paso antes de ser detenido; sus ojos se abrieron y se dirigieron a la fuerte mano que se cerraba al rededor de su delgada muñeca, su pecho comenzó a mostrar lo irregular de su respiración y su vientre hormigueo inquieto por la repentina fuerza que emitía el cuerpo del mayor.

Oh, por Dios.....

Hoseok era varonil — cuando se lo proponía, claro está. — él era un hombre demasiado sensual y no creía que pensara eso sólo por su aparente sentimiento intenso que crecía con cada roce y mirada que pocas veces le emitía Hoseok; no, era real, pensaba que cualquiera podría darse cuanta de algo tan básico.

Hoseok definitivamente es perfecto...

Sus pensamientos fueron volando al recorrer esa mano callosa repleta de venas gruesas que sobresalían en esa piel blanca y brillante, sus ojos viajaron haciendo caminos hasta que llegó a su rostro que escondía; se detuvo y saliva pasó con dificultad por su garganta.

— ¿qué sucede, ahora por qué estás así? — su voz salió más áspera de lo normal; no se suponía que debía ser así, pero tampoco le había quedado más opción. Estaba enfadado, no con él que se veía fragil lloriqueando quién sabe por qué cosa, sino por el mismo que había sigo tan egoísta como lo había sido Minhyuk con el.

— no quiero estar solo — Hoseok emitió un hilo de voz, uno que lo debilitó y le hizo sentir minúsculo por la culpa. — si te vas y me dejas aquí siento que me volveré loco. No me dejes, por favor, prometo que te lo diré...

— oh, sweetie, todo estará bien...

◇◇◇

Observandolo terminar su cuarto ramen, Hyungwon bebió un sorbo de cerveza analizando el rostro satisfecho de Hoseok y notando que tenía un leve sonrojo producto de la séptima cerveza que había terminado justo antes de dar su último bocado; Bostezó, miró el reloj de la mesa que decoraba el fondo de la sala y vio que marcaba las 2 pasadas de la madrugada, era tarde, considerando que debía estar en pie y listo para salir a trabajar a las 5.

Pero el no quiere estar solo....

no lo iba a dejar de todas formas.

El televisor estaba apagado y la casa había cobrado un silencio, no incómodo, pero si cargado de algo; había esperado un largo rato a que Hoseok se decidiera a hablar sin presiones o engaños, sólo se dispuso a charlar de tonterías y a darle cerveza porque lo había pedido.

Le daría cualquier cosa luego de que le hablara como le había hablado.

Llevando la lata a sus labios lo miró por sobre ella, el mayor abría una octava cerveza apresurado y sudaba un poco, interesado en su estado comprobó el ambiente y para ser que no tenía camisa se sentía en una temperatura más o menos baja sin salir de lo normal; el líquido amargo pasó por su garganta mientras le veía pegar esos hermosos labios rojos en la lata, bebiendo como si no hubiera mañana.

— ey — le dijo antes de quitarle la lata de las manos — es suficiente para ti por hoy, hyung — dejó la cerveza lejos de su alcance; no sabía qué le sucedía, pero lo que mejor entendía era que el alcohol lo único que hacía era intensificar el dolor y dejar una molesta resaca que para nada beneficiaba.

De la nada se vio preso de nuevo por la mano de Hoseok, esta vez le había tomado por encima del codo mientras le clavaba la mirada, pero no cualquier mirada, había algo intenso en esos ojos cargados de deseo y en esa fuerza que aplicaba, que no le que quedó duda de que el mayor, dado el caso, también podría hacerlo chillar cuánto quisiera entre embestidas, hacerlo rogar por más una y otra vez; fue tanta la tensión que su estómago se revolvió y su lengua casi se trabó.

Dejalo, está ebrio y tú sólo estás delirando desde temprano.

— ¿hy-hy-hyung?

— eres realmente bello...

Sus palabras lo sacaron de orbita. Miles de personas a diario decían en redes o en persona lo extraordinariamente bello que era, a toda ahora lo escuchaba o leída, pero escucharlo provenir de los labios de Hoseok fue algo de otro mundo, casi de ensueño. Con el corazón latiendole a una velocidad increíble humedecio sus propios labios que cosquilleaban por su necesidad latente...

— qué... ¿qué quieres decir?

— que eres demasiado hermoso y que yo, yo no soy suficiente...

Sus palabras en respuesta le pesaron, nadie que lo pusiera a tambalear sacandolo prácticamente de su zona de confort podría atreverse a decir que era insuficiente.

Bullshit...

— tonterías. Cierra la maldita boca, Hoseok.

El mayor soltó a reírse sorprendiendolo y creyó que se había sonrojado una vez vio que se carcajeaba con ganas, era como si se estuviera riendo de su acto infantil hasta hacerlo ver como un idiota; sintió vergüenza por primera vez y creyó estar inseguro de mostrarse tal cual era, un niño ansioso y necesitado de la cercanía de Hoseok.

— tú no pareces entender ¿no es así? eres-eres perfecto, podrías tener lo que quisieras siempre. Mantienes tan calmado, tan seguro de ti mismo.... — Le pareció una broma lo que estaba diciendo, si Hoseok se refería a que era alguien cool y de vida descomplicada, entonces definitivamente no se refería a el; no se sentía especial de ningún modo.

— si alguien aquí puede tener una vida como quiere ese eres tú, así que no vengas a querer engañarme y a burlarte de mi. — su falta de paciencia fue evidente, Hoseok de quedó viéndolo, lo soltó y en su lugar agarró la cerveza que había alejado de su alcance dándole un buen sorbo que no le impidió; parecía que lo necesitaba en serio.

Quizá fuiste duro con él de nuevo.

— ojalá nunca me hubiese confesado ese día. — Sus labios emitieron un suave murmullo doloroso, Hyungwon frunció el ceño sintiéndose perder la paciencia por pocos, pero se dijo que debía esperar; parecía ser difícil para él y lo último que quiso fue arruinar la oportunidad.

— ¿de qué confesión hablas?

Hoseok se quedó con la vista fija en algún punto de la mesa, el agarre a la lata había perdido fuerza y sólo optó dejarla y desplazar su mano hasta posarla sobre su propia pierna; le vio agachar la mirada y morder su labio tan duro que pensó que se lastimaria si aplicaba un poco más de fuerza, casi tuvo la necesidad de decirle que no era necesario decir nada si le resultaba difícil hasta ese punto, pero antes de hacer nada él comenzó a hablar.

— cuando estaba en secundaria había una chica que me gustaba demasiado — comenzó a decir él, en sus ojos podía notar como rememoraba cada detalle — ella era hermosa, una de las chicas más lindas de la escuela. Cuando decidió hacerse a mi lado me sentí muy feliz y afortunado, de verdad; solía hablar mucho con ella, compartiamos todo el tiempo y creí que eramos inseparables. Era mi mejor amiga, eso pensé... — Hoseok suspiró y lanzó una risita triste que le hizo querer abrazarlo. — me gustaba en serio, estaba loco pensando que podría salir con ella, sostener su mano y decirle cuán hermosa era, que no pensé en nada más que confesarme frente a toda la clase... pero me rechazó.

Tonta ingenua, una idiota sin sentido...

— bueno, estas cosas pasan. No le prestes atención. — soltó destapando otra cerveza, bebió un largo sorbo viendo de reojo a Hoseok y su sonrisa débil le indicó que aquello no era todo.

— supongo que estaba sorprendida de mi repentina confesión. Su rostro aún lo tengo grabado en mi mente — se señaló la cabeza con el dedo enfatizando el hecho y asintió a ello sin decir nada — sus palabras ¿sabes cuáles fueron?— él  río — ¿acaso no te has visto en el espejo?

Fuck....

Su rostro se deformo al escuchar esas crueles palabras porque eran innecesarias para una situación tan ridícula como una confesión pública; no imaginaba cuánto había dolido siendo que incluso el se sentía afectado cuando los haters solían decir que era poca cosa o que tenía horribles labios gruesos que parecían grotescos. Era espantoso y doloroso que señalarán remarcando imperfecciones como si fueran jueces supremos y odio inmensamente la acción.

— ¡Estaba equivocada seguro! — remarcó — y espero que se haya disculpado porque eso definitivamente no es correcto, Hoseok. — se encontraba tan furioso que quiso tener a esa mujer en frente y decirle unas cuantas palabras deseándole se cambiara de cerebro.

— no importa ya — dijo soltando el aire rendido — hasta cierto punto tiene razón — dijo como si nada y no estuvo de acuerdo con que se permitiera tener tal pensamiento tan tonto. — era flacucho, tonto e ingenuo — dijo el — al menos ahora mi físico ha cambiado.

Se quedó callado...

Aun así no está bien.

— bien, eso no le da derecho...

— fue mi culpa — Hoseok tomó de su cerveza y luego lo miró al rostro — yo la llevé a eso y cuando quise disculparme por lo que había hecho la abrume aún más, parecía aterrada de mi cada que me veía y no quería algo así para ella; aún me gustaba después de todo y pensaba que era mi amiga, no la quería perder. Pero descubrí que salía con uno de los matones de la escuela y cuando él se dio cuenta que la buscaba comenzó a molestarme día tras día.

— ¿y no hiciste nada para detenerlo? — Hoseok se quedó pensando mientras veía hacia el ventanal, sus ojos no parpadeaban lo suficiente y se preocupó por qué algo no andaba bien... — ¿Hoseok, qué sucedió después? — el mayor cerró los ojos, su mano se hizo un puño sobre la mesa

— hice-hice todo lo que pude para cambiarme de escuela, pero mis padres insistían en que no podía asistir a ninguna otra que no fuera la de sus amigos; soporté lo que tuve que soportar. No importaba cuánto aclamaba que se detuvieran, ellos siempre volvían sobre mi, me golpeaban, robaban mi dinero y me insultaban diciéndome lo cobarde, débil y poca cosa que era.

Hoseok se detuvo y se notaba lo difícil que se volvía con cada palabra, lo supo, así que tomó su hombro y lo apretó levemente para darle la fuerza necesaria. Él sabía lo que se sentía no tener más salida, por que cuando recién había llegado de USA no tuvo amigos de verdad y cada día era una constante lucha en la que tenía que soportar burlas por su escaso coreano, dormir en suelo por ser extranjero y a veces robaban sus cosas; era agotador.

Tuvo que ser realmente difícil para alguien como él, es muy frágil...

Escuchó un sollozo, Hoseok lloraba viéndose tan fragil que no lo pensó más, lo puso frente a frente y rodeó su cuello con sus largos brazos, aspiró su aroma a cítricos y cerró los ojos ante la sensación.

— yo realmente quería que se detuvieran, Hyungwon — abrió los ojos al instante, lo sintió temblar más de lo normal y no entendió muy bien a qué se debía la acción. — yo de verdad les rogué que se detuvieran, pero ellos me amarraron y obligaron a arrodillarme, me tomaron del pelolo, juro — un fuerte sollozo sonó por el lugar dejándolo demasiado contrariado; se separó de él lentamente mirándolo — él, él.. — pasó los ojos por cada parte de su rostro que estaba rojo debido al llanto, tenía algo en la garganta que no le dejaba pasar saliva con facilidad y sus manos comenzaban a manifestar un temblor involuntario que dejaba en evidencia la gran incertidumbre.

No preguntes, no lo hagas, ¡no lo hagas!

— ¿él qué, Hoseok? ¿Qué fue lo que sucedió? — Hoseok agachó la cabeza y volvió a verlo, cada musculo de su cuerpo se encontraba en tensión y con su voz baja, suave y lisa dijo algo que maldijo como a la misma curiosidad que lo había llevado a ese momento

— yo no quería, Hyungwon, pero él - él se abrió los pantalones y-y me obligó a... — tan rápido como su cuerpo se lo permitió tomó la parte de atrás de la cabeza de Hoseok y con la otra mano le cubrió tan fuerte la boca que lo dejó paralizado, sus ojos redondos estaban tan abiertos como farolas enfocando lo y tratando de encontrar el chiste, pero había sido tan real que no pudo asimilarlo de ninguna manera; no, no lo dejó terminar y no quiso saber nada más, ni siquiera quería entender

— cierra... Cierra la maldita boca... — lo dijo en un susurro sin aliento, asustado se levantó como el rayo yendo directo a su habitación y dejando al mayor atrás sin importarle nada más; cerrada su puerta se apoyó en ella y agitado cerró los ojos tratando de no pensar.

La curiosidad era una mala hierba, eso siempre lo había sabido; pero jamás imaginó que aprendería a odiar la crueldad de las personas de la manera en que lo había aprendido en ese día...

_____________________

Holis uwu 💕
Estoy feliz porque el bebé está aprendiendo inglés y pues nada, gracias a los dioses él se encuentra bien.
A seguir luchando por un futuro mejor para MX7 ❤️

Aquí les he traído un nuevo capítulo, espero que les guste 👍✨
Es un capitulo con un final sad, pero no sé preocupen, todo trae su recompensa ✌️👑
Las amo, gracias!

🌼🌼Apoyen y amen a MX7 🌼🌼

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top