Capítulo 31
¡Dos días subiendo! ¡Yupii! ¿No?
Narra Abril
Kian y Matheew se encontraban enfrente de mi con todas las maletas.
Aún estaban bastante consternados por mi confesión. Habían estado la hora y los treinta y tres minutos que duro el viaje, en silencio.
Acabábamos de salir del aeropuerto para ir en busca de un tal Thomas que vendría a por nosotros.
Me habían prohibido rotundamente coger alguna maleta. Me trataba como si fuera una muñeca de porcelana ya rota.
Matheew había hecho las maletas de Kian y las mías a prisa. Metiendo todo lo que veía por la habitación.
Casi todas mis cosas seguían en el apartamento donde pronto no tendría dinero para seguir manteniéndolo.
Bufé molesta conmigo misma y con el mundo en general.
Pero había personas peores que yo.
Y eso logró relajarme.
Pasando por un paso de peatones un Ranger Rover se saltó el semáforo y paró justo enfrente de nosotros, apunto de atropellarnos.
Matheew y Kian se metieron dentro de él con una sonrisa. Mientras que yo, me quedé mirando el coche embobada.
Un claxon sonó trayéndome de nuevo al mundo. Corrí hasta abrir la puerta de los asientos traseros.
El coche se puso en marcha cuando Matheew se aseguró de que tenía el cinturón puesto. Le hizo un asentimiento al conductor y este arrancó el motor.
—¿Cómo van las cosas por aquí, Thomas? –Preguntó Kian, que estaba a mi lado.– La última vez que hablé con mis padres habíais tenido un problema con una panda de gilipollas.
—Lo de siempre, Kian. –Respondió el hombre.– Son un grupo de niños que intentan hacerse hueco en este mundo sin éxito alguno.
¿Este mundo?
Mi mente empezó a recordar algún que otro momento donde Kian o Matheew me dijeron la profesión de sus padres.
Pero no había ningún recuerdo.
Kian chasqueó la lengua molesto.
—Matheew y yo podríamos hacerles una visita esta noche, ya sabes. –Propuso el chico que estaba a mi lado.–
En el coche se instaló un silencio que no podía soportar.
Miré a todos lados intentando buscar algo para cambiar de tema.
El aire tenso me ahogaba.
—¿Dónde vamos? –Pregunté rápidamente saliendo la voz más aguda.–
Kian reprimió una risa. Me crucé de brazos actuando una molestia que no sentía.
—Vamos a nuestra casa. –Respondió Matheew cambiando la emisora de la radio.– Mis tíos y mis padres nos están esperando. Comeremos con ellos.
Asentí contenta por haber cambiado el tema tan rápido.
Sí es que soy la mejor.
—No me has respondido, gilipollas. –Saltó Kian de repente.– ?
¿Vamos esta noche a darles un susto? De esos que solo tú y yo sabemos hacer.
Por el espejo retrovisor vi como Matheew se mordía los labios con enojo. El aire tenso volvió a instalarse.
Una canción empezó a sonar por todo el coche. Dándole un aire menos denso.
«Diles que yo me sé tus poses favoritas que te qué te hablo malo y que eso te excita que te hago todo lo que necesitas pa' hacerte venir»
Matheew comenzó a cantarla en voz baja ignorando el comentario que segundos atrás había dicho Kian.
Pero este último no estaba conforme.
—¿Quieres dejar de ignorarme maldito gilipollas? –Gritó enojado.– Sólo quiero que me respondas, no que me chupes la polla.
Hasta aquí acabó la calma.
El conductor lo sabía, y yo también.
—Cállate –Rugió Matheew.– No es un tema para hablar justo ahora. –Gruñó dándose la vuelta para mirar a Kian.– Hazme el favor de cerrar esa bocaza que tienes si no quieres que te rompa la cara.
Kian quiso replicar, pero la voz del conductor avisando de que ya estábamos llegado lo calmó.
Se podía ver desde lejos las ganas que tenían de ver a sus familias.
¿Dónde estarían mis padres?
Ojalá que muy lejos de aquí.
La puerta que estaba a mi lado se abrió. Volteé a ver quien la había abierto, y la sonrisa de Thomas inundó toda mi visión.
—Bienvenida a la mansión. –Bramó ayudándome a bajar.–
Un 'oh' se quedó ahogado en mi garganta al ver tal casón.
No solo era preciosa, era impresionante.
Había cristales por todos lados, un jardín demasiado bien cuidado y muchísimos hombres vigilando la zona.
Extrañada, me acerqué a Kian y a Matheew que se encontraban bajando las maletas con la ayuda de Thomas.
Unos hombres se fijaron en nosotros y corrieron a ayudar con las maletas.
Prácticamente habían dejado a Kian y a Matheew sin ninguna maleta en sus manos.
La puerta fue abierta por la mujer que había visto una vez. Con ella compartí una cena algo tensa.
—¡Mis niños! –Corrió la mujer a abrazarlos.– Os he echado muchísimo de menos, no volváis a iros nunca más. –Gritó a los cuatro vientos.–
Comencé a reír por tal espectáculo. Cómo me encanta esta familia.
— ¿Estas bromeando, Addeline? Deja que se larguen y se vayan a follar por ahí, como tiene que ser. –Su mirada fue a parar hasta mi. Este paleció.– Ah, Hola Abril –Dijo sonriendo.– Olvida lo que acabo de decir.
Asentí confusa. Este vino y me abrazó.
Addeline, también dejo a sus hijos y me abrazó dándome la bienvenida.
El padre de Matheew salió por la puerta con la madre de Kian. Los recordaba.
—¡Ya habéis llegado! –Gritó la tía de Matheew corriendo hasta Kian para abrazarle.– Ahora nos contaréis qué ha pasado y la razón de por la que estáis aquí.
Kian asintió y nos invitó a que todos fueramos al salón.
La casa por dentro era igual o más bonita que por fuera. Los seguí hasta meternos en dos puertas correderas.
En lo primero que me fijé fueron en los cuatros sofás de color negro. Todos se sentaron ahí y Matheew palmeó su lado para que me sentara.
Pero el padre de Kian se sentó antes.
—Matheew lárgate de aquí, quiero hablar con mi nueva amiga. –Sonrió este empujándolo para hacerme espacio.–
—Algún día le romperé la cara. –Susurró su esposa, negando con la cabeza.–
Thomas entró en la habitación y me señaló un sofá que continuaba sin sentarse nadie.
Rápidamente me senté ahí con él al lado.
—Vamos a empezar con lo que a todos nos interesa. –Bramó Alexandro, el padre de Matheew bastante serio.– ¿Qué cojones a pasado y el porqué?
Matheew dudó por unos segundos en responderle. Tragó saliva y comenzó a hablar.
—Quise terminar mi relación con Roxy, papá. –Confesó delante de toda su familia.– Me estaba destrozando la vida, y no la aguantaba más.
—Di los verdaderos motivos. –Escupió el hombre, sin tapujos. –
Este se mordió el labio nervioso. Un tic se instaló en el y comenzó a mover la pierna sin parar. Haciendo que mis ojos fueran de arriba a abajo mirando su pierna.
Mareada, lo miré a los ojos. Matheew me estaba mirando con tanta sinceridad en los ojos que me asustó.
—Me enamoré, papá. –Confesó en voz baja.– Me enamoré sin poderlo evitarlo. No podía estar un segundo más con Roxy. Solo quería estar con ella. Con nadie más. –Dijo ya, decidido.– Lo siento muchísimo si te he destrozado los planes. Pero no pienso anteponer mi felicidad a tus negocios. Ya no.
PREGUNTAS
• ¿Que opinas sobre este capítulo? ¿Qué opinas sobre la actitud tan seria de Alexandro?
• ¿Por qué crees que Thomas es tan amable con Abril?
• ¿Estas de acuerdo con la decisión que a tomado Matheew?
• ¿Qué piensas que opinará Addeline y Alexandro con el tema de Roxy?
• ¿Crees que los padres de Abril aparecerán?
• ¿Es Abril querida entre la familia de Matheew y Kian?
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Las quiero.
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