Quiero dedicarle este capítulo a Nicolee_01

Porque mientras que escribía este capítulo, ha escrito en mi muro algo digno de mirar, en serio.

Muchas gracias.

Narra Abril

Kev sonrió. Lo único que me trasmitía su mirada era una maldad palpable.
Quise alejarme de él, pero la pared me lo impedía

Lo maldije internamente.

Las personas que estaban a nuestro alrededor miraban la escena atentos.

A mis ojos eran búhos con los ojos bien abiertos.

—No hiciste eso.. –Murmuró Kev aún aturdido.–

—Creéme si te digo que lo volvería a hacer mil millones de veces más Kev. –Respondí con rabia.– No soy ninguna de tus putas. No puedes tratarme como si fuera un objeto sin vida. –Cogí mi bolsa.– No quiero que te vuelvas a acercar a mi en tu vida. Y si a mi no me haces caso, veremos si le haces caso a una denuncia por acoso.

Kev comenzó a reír con ganas. Al parecer lo de la denuncia le había parecido una estupidez, y quizás llevaba razón.

No me había hecho nada raro como para denunciarlo.

Pero en mi cabeza eso sonaba mejor.

Ya que estás, dile también el color de tus bragas. Total, en tu cabeza suena mejor todo ¿no?

Alcé la cabeza. Y con orgullo y dignidad, salí por la puerta de la clase.

No iría a clase hoy, pero al menos le había dejado en su lugar.

Algo vibraba en mi bolsillo trasero. Rápidamente cogí el objeto y acepté la llamada.

—¿Dónde estas, Abril? Voy a por ti. –Saludó Matheew con voz grave.– ¿Que a pasado con ese imbécil? ¿Te ha hecho algo? Cómo te haya puesto la mano encima lo mato. Que corra porque como lo coja le quemo vivo. –Gruñó.–

—Estoy bien –Le respondí con una sonrisa, pero al recordar que no me veía seguí caminando.– Estoy saliendo de la Universidad. No iba a ir a clases con ese tío al lado todo el rato.  ¿Tu no estas en clase?

—Cariño, yo jamás voy a clase. –Respondió con orgullo.– Estoy en el párking. No tardes.

Colgué la llamada y corrí hasta la salida.

Un grupo de chicos estaban dificultando mi salida, ya que taponaban la puerta.

Los empuje con una sonrisa de disculpa y cuando iba a comenzar a correr de nuevo, una mano me frenó.

—¡Cuanto tiempo! ¿Qué tal te va todo, Abril? –Dijo alguien a mis espaldas.–

Me di la vuelta. No reconocía para nada la voz, y eso me asustaba.

Pero sólo vi al gilipollas del ascensor con sus amigos.

—Hola, como te llames. –Saludé.– No se si te habrás dado cuenta de que tengo prisa.

—Cameron. ¿No te a acuerdas? –Preguntó con una sonrisa.– Para una persona como yo siempre tienes que tener tiempo.

La gente así hacia que me hirviera la sangre. No solo por ser guapo voy a tener menos o más tiempo para ti, maldito gilipollas.

Podría haberlo dicho y no me hubiera arrepentido.

Pero Abril, necesitas amigos. Estás muy sola en esta vida.

Desgraciadamente, tenía razón.

Me fijé más en los chicos y también estaba el otro anormal del ascensor. Los dos subnormales.

Me reí internamente.

Gilipollas.

—Anda si tenemos aquí a la gatita personal de Matheew. –Silbó uno de ellos que era pelirrojo.–

Posé mis manos como si fuera una taza y elevé las cejas.

—Ten cuidado que esta gatita tiene garras. –Bromeó Cameron.–

Bufé. ¿Por que tenía que aguantar a este grupo de gilipollas?

—A mi no me importaría que me arañara en una cama... –Murmuró un moreno mientras que se mordía el labio.–

—Si quieres también te puedo descuartizar. Ya sabes, de buen rollo. –Dijo alguien a mi espalda.–

Giré y vi como Matheew se acercaba más a nosotros. Llevaba una camiseta blanca con un parka verde oscuro con sus vaqueros. De zapatos, unas amadas Jordan blancas.

—Tengo que reconocer que prefiero a Abril, lo siento tío. –Negó el moreno.–

—Si quieres te puedo invitar a un café con tortas. –Sonrió amable.– Y las tortas se me dan bastante bien, ya sabes.

Automáticamente este negó y dio un paso hacía atrás.

—No queríamos molestar. –Murmuró Cameron alejándose de mi.– Lo siento tío.

—Si molestáis a mi chica, me molestáis a mi. –Resumió pasando su brazo por mis hombros.– No me toquéis los cojones.

Asintieron con la cabeza algo asustados.

Malditos cobardes.

Después de que los gilipollas se fueran, Matheew posó sus labios en los mios.

Su lengua y la mía comenzaron a bailar como si de una fiesta tratase. Y maldecí no haber estado en una habitación a solas.

Qué pervertida me había vuelto.

—Vámonos de aquí. –Propuso Matheew mientras tiraba de mi.– ¿Dónde quieres ir? A la mansión, a la casa..

—Podríamos ir a la mansión a ver una película. ¿Qué te parece? –Me puse delante de él parándolo.–

—Donde mi niña diga. –Volvió a posar sus labios sobre los mios.–

Nos subimos al coche y después de que comprobara que llevaba el cinturón, arrancó.

Se metió en la autovía como siempre hacía para ir a la mansión.

Alargue mi mano hasta la radio y pulse un botón para que se encendiera.

Dile que tú me quieres de Ozuna retumbó por todo el coche. Matheew comenzó a tararearla mientras que adelantaba a unos cuantos coches que iban demasiado lentos en la carretera.

—Dile que tu me quieres. –Gritó desafinando haciéndome reír.– Deja de reírte, canto como los Ángeles.

—Como ángeles que llevan sin beber agua días.

Su mano se posó en mi mulso y lo apretó. Ese gesto lo hacía siempre que estaba nervioso por algo y no sabia como explicarlo para que yo lo entendiera.

Lo miré confundida.

—¿Que ocurre, Matheew? –Pregunté directamente.–

—Lo que ha dicho Kev... –Empezó pero lo interrumpí.

—No tienes porqué contármelo si no quieres, de verdad.

Me miró por un segundo sorprendido. Se mordió el labio y asintió.

—Creo que deberías saber...

Un coche que estaba a nuestra derecha golpeó con fuerza el coche.

Nuestro coche perdió el control.

Matheew intentaba estabilizarlo mientras yo miraba hacia todas partes para intentar hacer algo.

Un segundo golpe nos sacó de la carretera definitivamente.

Abrí los ojos esperando que todo fuera una broma, pero no fue así.

Los cristales estaban todos rotos y el coche están boca abajo. Elevé mi mano tocándome la frente ya que me dolía demasiado.

Mi mano se inundó de sangre.

—Pequeña te sacaré de aquí. –Escuché que murmuraba una voz.–

Pero ya era demasiado tarde, mis ojos se habían cerrado.

¿Qué opinan sobre lo que ha pasado?

Si quieren estar en el grupo, ya saben.

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