🪭 ⊹ ᨘ CAPÍTULO CUATRO ! 𓂃
⸰ 𖥔 New York, 2024 ! ⭑𓄹

OMISCIENTE :

EL CASI RUBIO ABRIÓ SUS OJOS RÁPIDAMENTE PARA SENTIR UN ABUNDANTE DOLOR DE CABEZA, bostezo rápidamente para llevar su mano hacia el móvil el cual estaba en suelo. Eran las 8:30 de la mañana, si cuerpo le dolía bastante debido a la pelea de ayer.

Pero aún así con sus fuerzas puso sus pies en el suelo para levantarse, se estiró antes de salir de la habitación, la mala suerte es que no se acordaba de que ayer vino su mejor amiga a parte de que ella estaba en su habitación durmiendo y en que cualquier momento abriría sus ojos.

Bajo las escaleras algo deprisa para ver a Emily haciendo tortitas, lo cual a Nicholas le encanto pero se preguntaba el porqué hacía tantas.

——Buenos días ——saludo él, llevándose un saludo de su parte también ——¿Por qué tantas tortitas? Si solo somos tú y yo.

——¿No te acuerdas no? ——él negó confuso ——Volvió.

——¿Qué? Explícate mejor nana.

——Mi nieta volvió Nicholas ——los ojos del alto se abrieron de par a par.

——¿Qué? Pero no venía el..

——Ayer fue 25 Nicholas ——el rubio se sorprendió pero abrió rápidamente el móvil para ver que hoy era 26.

Así que se dio cuenta que volvió ayer su mejor amiga pero enseguida su mirada se guió hacia las notificaciones de su teléfono.

20 llamadas perdidas de mamá.
21 llamadas perdidas de papá.
15 llamadas perdidas de Cooper.

——¿Entonces está aquí? -—preguntó dejando el móvil para sonreír, Emily asintió mientras ponía más tortitas en el plató ——¿Puedo ir a saludarla? Y a parte darle veinte mil abrazos y decirle lo mucho que la quiero y mucho que la extrañe.

La abuela sonrió rápidamente al escuchar la voz de emoción de él pero negó recordando lo que le dijo su hija.

——Ojalá pudieras ——suspiro ——Pero estará durmiendo y se despierta de mal humor me dijo mi hija.

——Oh, como cuando era pequeña ——chupó sus dedos de miel y sonrió ——¿Si no se despierta cuando estoy aquí le puedes mandar un saludo de mi parte?.

——Claro, yo sé lo daré ——dijo para empezar a recoger todo ——Oh, por cierto, tus padres me llamaron ayer por la noche y hace una media hora, tienen algo importante que decirte.

——Joder ——murmuro ——Entonces me voy nana, gracias por las tortitas.

——De nada Nicholas, cuando quieras puedes venir.

El casi rubio se despidió con un abrazo para coger la tortita del plato con miel para marcharse de allí. Mientras tanto la castaña baja las escaleras.

——Buenos días abu ——emily se asustó al escuchar a su nieta pero sonrió.

——Que susto me diste ——la miro ——Buenos días cariño.

——¿Quien era?.

——¿Qué?.

——La voz del hombre que había aquí cuando estaba bajando las escaleras ——contestó para comer tortitas.

——Nadie importante ——dejó de mirarla para suspirar.

——Vamos abu, dime.

——Era.. era Nicholas ——la castaña tiro el trozo de tortita de su boca para gritar.

——¡Qué! ¿Por que lo dejaste marchar? Yo quería verlo y abrazarlo abu ——la abuela sonrió para negar.

——No fue por mi, sus padres querían hablar con él y me dijo que te mandara un saludo de tu parte ——la castaña sonrió para comer.

——¿Y como está el? Está igual, ¿lleva esos rizitos tan lindos que llevaba cuando éramos pequeños? Cuéntame todo de él ——la abuela se sentó con ella.

——Okey pero no digas nada a tu madre, esto es un secreto entre tú y yo ¿okey? ——ella asintió ——Y no, ya no tienes esos rizitos que tú hablas, se lo alisó por trabajo y su pelo rubio ya no está porque se lo tinto, ahora lo tiene algo más oscuro, esta más alto y te hecha mucho de menos.

——Aww que lindo ——dijo ante lo último ——Yo quería verlo.

——Puede que lo veas ——dijo rápidamente ——Hable con su madre sobre la universidad, y ya estás dentro, este lunes empiezas ya.

——¡¿En serio?! ——exclamó de alegría ——¡Qué ganas!.

——¿Qué pasó? ——su madre entró a la cocina bostezando.

——¡Entre a la universidad! ——abrazo a su madre de la alegría, la morena sonrió al ver a su hija así pero le preocupaba una cosa.

Nicholas.

——¡Eso es genial, cariño!.

Mientras tanto el casi rubio entró a su casa después de varias horas fuera para oler a vainilla, su madre ya estaba en casa.

——¿Hijo?.

——Si mamá, soy yo ——hablo para quitarse la pequeña chaqueta.

——Estábamos preocupados por la llamada de Victoria ——el la miro rápidamente.

——¿Qué les dijo? ——preguntó algo molesto.

——Qué te habías ido sin decir nada, ¿no es verdad?.

——No claro que no ——negué ——Me fui pero porque me enteré que ella me puso el cuerno mamá ——su madre suspiro ——¿Y papá?.

——No sabíamos eso ——su madre la abrazo rápidamente haciendo que él se lo devolviera, necesitaba un abrazo de ella ——¿Por qué no me dijiste hijo? Estaba preocupada.

——Lo siento, solo se me olvidó que no estaba solo.

——Okey, pero a la próxima me avisas ——él asintió ——Oh por cierto, te quería comentar una cosa, ven.

——Yo también tengo algo que decirte ——se sentó en el sofá con su madre ——¿A que no sabes quien volvió?.

——¿No?.

——Volvió Luna mamá ——la madre sonrió al ver como él ya lo sabía todo ——¿Lo sabias?.

——Claro que si hijo, está mañana me lo comentó Emi y eso era una gran parte que te tenía que decir ——hablo ——Ella estudiará en mi universidad.

——¿Pero no tiene 20? ——preguntó.

——Si, pero en su cuidad no pudo estudiar hijo ——le explico ——¿Por?.

——Nada, se me parecía extraño pero me alegro por ella, que ganas de verla ——se apoyó en el sofá.

——Ya, seguramente la verás porque siempre me llevas a la universidad ——el sonrío con sus ojos cerrados.

——¿Y papá?.

——El no volvió hijo, tiene que quedarse unos días más en Canadá ——el rubio bufo.

——Vaya mierda.

La madre abrazó a su hijo para él sonreír, aún tenía sus ojos cerrados imaginándose cómo estaría ahora Luna.

continuará.