Capítulo 7
El domingo terminó demasiado pronto para que KyungSoo pudiera disfrutarlo realmente.
Esta vez había decidido apagar el teléfono de la compañía y se mantuvo lejos del suyo, que yacía sin batería en la mesita de noche junto a su cama desde el viernes. Fue bueno, lo mantuvo en un estado lento y agradable que finalmente le ayudó a descansar.
BaekHyun estaba orgulloso, él también pareció feliz de sobrellevar el domingo con ambos echados en el sofá sin nada mejor que hacer que ver algún drama de reposición de Gong Yoo. Un plan que no era un plan, pero que había caído directamente de las manos de los dioses y se había encontrado bien dispuesto para ellos.
Un sueño. KyungSoo ni siquiera se encontró pensando en Kim y simplemente se enfocó en el rostro juvenil y atractivo de Gong Yoo. Fue el cielo.
Y porque era el cielo, fue realmente difícil aceptar la realidad de que era lunes y tenía que trabajar nuevamente.
KyungSoo había salido de casa con los hombros hundidos y un pequeño puchero en los labios. Anhelaba su cama, su cuerpo le exigía un poco más de descanso y, para colmo, el día era frío y nublado, lo que no mejoraba su humor ni un poquito.
Quiero envolverme en mis mantas para siempre y no tener mas responsabilidades. ¿Es tan difícil tener una vida sin preocupaciones y no hacer algo tan horrible como trabajar?
KyungSoo ni siquiera era del tipo que se quejaba por trabajar, no realmente, y sus tonterías se limitaban a molestar a Kim; pero los lunes siempre fueron odiosos, le hacían anhelar terriblemente su hogar y sentía en todo momento la sensación de la pérdida por la comodidad que hacía a un lado para centrarse en la espantosa vida laboral surcoreana.
KyungSoo siempre tuvo que reajustarse internamente antes de volver a la pesada rutina y el ritmo abrumador de Kai, y esta vez no fue la excepción.
Llegó a Kai tan temprano como siempre, antes de la llegada del resto de los trabajadores y el propio Kim. Los únicos que husmeaban por ahí eran los tipos de seguridad, así que KyungSoo los saludó silenciosamente y se metió en el elevador.
Aún faltaba más o menos media hora para la llegada de su jefe, por lo tanto, KyungSoo encendió la computadora, conectó el teléfono y enchufó su celular para que cogiera algo de pila. También puso en funcionamiento el móvil de la empresa y lo colocó a su lado, buscó su tablet y se empapó una vez más con los asuntos del día.
Cuatro reuniones y una cena con un posible inversionista. La semana que viene tienen que presentar el diseño del smartphone a los socios de Samsung, y si todo sale bien, deberá arreglar una reunión formal para la celebración. Definitivamente serán días movidos, KyungSoo ya se sentía un poco agotado.
Sin tiempo para quejarse, se sentó en su silla y continuó con el informe que había dejado a medias el viernes, justo antes de salir de compras con Kim. Lo releyó un par de veces y al encontrarlo todo en orden, lo envió a su correo electrónico.
En ese momento escuchó un taconeo conocido y KyungSoo sonrió cuando el rostro hermoso y brillante de NaYeon apareció. Era impresionante como ella podía verse siempre tan reluciente y hermosa, y era más increíble que consiguiera esa imagen un lunes por la mañana, pero funcionaba y era impecable.
—Hey, Yeon, buenos días. ¿Tuviste un fin de semana agradable?
La chica parpadeó y pareció un poco sorprendida mientras se acercaba a su escritorio y dejaba el café que había comprado para él en la superficie limpia. KyungSoo le agradeció sinceramente y le dio un sorbo necesario.
Ah, tan bueno como siempre.
—Sí, aunque no tan entretenido como el tuyo. Me sorprende que no estés enloqueciendo en este punto.
KyungSoo frunció el ceño, dejó el vaso en su lugar y preguntó con confusión:
—¿Enloqueciendo? ¿Por qué debería hacerlo? ¿Ha sucedido algo?
—¿No lo sabes? —KyungSoo negó torpemente y los ojos de NaYeon se abrieron un poco más. Miró a su alrededor y luego de asegurarse de que estaban completamente solos, se inclinó y le dijo en un susurro—: El señor Kim y tú estaban en las búsquedas calientes de internet. ¡Fueron tendencia! ¡Y había muchas fotos que parecían comprometedoras! La gente está sospechando que ustedes tienen una relación amorosa ahora mismo.
—¡¿Qué demonios?! ¡¿En dónde están esas noticias?!
NaYeon no pareció sorprendida por su arrebato, pero sus grandes ojos brillantes se llenaron de curiosidad.
—Puedes verlas con solo entrar en el buscador. ¿Cómo es que no te habías enterado? Creo que incluso salió en las noticias. ¿No te llamó el señor Kim?
—Mierda, no lo sé; tuve ambos teléfonos apagados el domingo. Solo... debo revisar.
KyungSoo tomó su teléfono personal y lo encendió; se mordió una uña mientras el logo de la marca aparecía en la pantalla oscura y presionó rápidamente el ícono del buscador. Y sí, ahí estaban él y Kim en las sugerencias de búsquedas, justo en las noticias más calientes del momento.
¿Qué mierda?
Seleccionó uno de los artículos y leyó con avidez.
Kim JongIn, CEO de la prestigiosa empresa tecnológica Kai Corporation, ha sido visto recientemente en uno de los centros comerciales más reconocidos del país en compañía de un joven no famoso.
Según las imágenes, ellos parecen cercanos. Pudo vérseles conversando y comiendo en los bancos de descanso del primer piso del centro comercial, y quienes los vieron afirman que parecían "una pareja risueña y encantadora".
Recordemos que hace diez años Kim JongIn expuso al mundo su bisexualidad, creando una gran controversia en los medios. Ahora, diez años después, es común verle en algunos eventos con hombres y mujeres influyentes y reconocidos...
KyungSoo dejó de leer y viajó directamente a los buscadores populares del momento. Por supuesto, habían tocado el tema también y las opiniones eran interminables.
1- Aunque debo decir que me sentí muy sorprendida; es la primera vez que se le ve con un no famoso, además, parecía tan humano... ¿será una persona especial? Suspiro. Los hombres guapos siempre son tomados rápidamente.
2- Honestamente me siento un poco asqueada. ¿Cómo puede un hombre tan guapo y exitoso estar con otro hombre? Es tan antinatural. Me da escalofríos.
3- Aigoo, el desconocido se ve tan guapo y brillante... aunque no quiera aceptarlo, debo decir que mi corazón se siente un poco enternecido. De alguna forma combinan bien juntos.
4- ¡No compartan ni publiquen las fotos del rostro descubierto del otro hombre! ¡No es un famoso, así que no deben hacer eso! ¡Respeten su privacidad y sean cuidadosos!
5- No pero, ¿por qué demonios se ven tan bien juntos? Kim JongIn es realmente guapo, pero verlo sin su cara asesina fue realmente refrescante y encantador. Él debe querer a esa persona para verse tan relajado.
6- Los vi en el centro comercial ese día y son malditamente guapos los dos. Las caras del chico y de Kim JongIn están locas; el no famoso también tenía un peluche gigante de Pororo... ¿un regalo de Kim JongIn? No lo sé, pero fueron realmente geniales juntos.
7- Oh, ellos combinan.
8- Homosexuales asquerosos, uhg.
KyungSoo bajó el teléfono y sintió que su mundo se desplomaba rápidamente. La ilusión de un lunes perezoso había terminado de morir y los vestigios de un estrés creciente estaban apoderándose de todo su cuerpo.
Esta era una mala cosa; su rostro estaba rodando por todo el internet, almacenado en las tarjetas de memoria de cientos de desconocidos para catalogarlo como el "nuevo amante de Kim JongIn". Jodida mierda, ¡maldita sea! Esto era algo que debía solucionarse de inmediato.
NaYeon compuso una mueca al verlo tan tenso y no dudó en colocar su mano en su hombro y dejar algunas palmaditas reconfortantes.
—Está bien, Soo, todo estará bien. Cuando llegue el señor Kim podrás hablar con él, y si esto es falso, el equipo de abogados de la compañía puede hacerse cargo de la situación. Él eliminará los artículos y se encargará de censurar tu rostro.
KyungSoo la miró con desesperación y preguntó con un hilo de voz, como un pequeño niño perdido:
—¿De verdad lo crees? —NaYeon le ofreció una sonrisa reconfortante y apretó ligeramente su hombro—.
—Sí, lo hago. Ya lo sabes, el señor Kim es un poco flexible contigo, además, no solo te están perjudicando a ti, están haciendo lo mismo con él y su imagen —NaYeon alejó su mano, le dio un sorbo a su propio café y luego le dijo—: No te pongas demasiado loco; normalmente es bastante fácil silenciar este tipo de noticias. Tú solo mantén la calma y espera a que llegue el señor Kim, ¿de acuerdo?
KyungSoo tomó sus palabras como un calmante para su histeria y las repitió una y otra vez en su mente cuando sentía que todo era demasiado. Se dice que todo estará bien, que solo es una mala pasada y que pronto todo volvería a ser como antes, cuando Kim llegara y pusiera a trabajar a todos para eliminar los artículos.
También se consuela pensando que quizás no era tan grave; Kim no lo había llamado aún para gritarle como cavernícola que tratara de resolver todo, así que eso era algo.
Todo va a estar bien. Todo va a estar bien. Lo estará, KyungSoo.
Saltó en su lugar cuando Kim apareció a través de las puertas del elevador y se dirigió a su oficina con la espalda recta y su inseparable mirada asesina. Apretó los labios cuando pasó a su lado y no tardó en tomar su tableta y seguirlo de cerca sin necesidad de que él lo ordenara.
Fue KyungSoo quien cerró la puerta de la oficina con suavidad y se acercó para quitarle el saco y colgarlo en el perchero, luego lo observó mientras caminaba hacia su escritorio y tomaba asiento en su silla.
Mierda, ¿es posible que se viera más guapo que de costumbre? Tenía su peinado impecable, su camisa sin arrugas y un conjunto formal totalmente cautivador y elegante. La personificación de la perfección mirándolo a los ojos y KyungSoo todavía tenía problemas para concentrarse, encontrar las palabras adecuadas y tocar el tema que debían tratar.
—¿Qué sucede? ¿Por qué no has comenzado? —preguntó de forma repentina, aunque suavemente, y KyungSoo parpadeó con torpeza—.
Por supuesto. Trabajo. Él debía enfocarse.
Carraspeó, se aflojó un poco la corbata y luego de morder su labio inferior por un par de segundos, buscando deshacerse de la tensión, comenzó:
—Es solo que quería hablar de algo antes de comenzar con el trabajo, señor.
Los ojos oscuros de Kim relucieron con renovado interés y su cuerpo entero pareció apuntar directamente a él.
—¿Es así? Entonces dime.
KyungSoo sostuvo la tableta con ambas manos y le miró directamente.
—¿Has visto las noticias últimamente? Quiero decir... esas noticias en específico. Donde salimos nosotros dos.
—Soy consciente de ellas, sí —dijo con una calma absoluta y completamente envidiable y luego continuó—: ¿Qué sucede con eso?
Inexplicablemente sus mejillas se enrojecieron y un trago de vergüenza fue saboreado por su boca. No entendía por qué se sentía tan nervioso por esto, solo era una noticia problemática, santo cielo, Kim tenía miles de noticias de este tipo todo el tiempo, pero le afectaba. Es porque él también estaba involucrado y ver la opinión de la gente y las fotos de su propio rostro en internet le había sentado bastante mal.
KyungSoo tampoco se había atrevido a pensar que algo entre él y Kim podría ocurrir en esta vida, entonces, al leer tantas opiniones afirmando que estaban juntos y que se veían bien, se había sentido con el estómago revuelto.
Una vez más su labio inferior fue víctima del mordisco de sus dientes y su mirada flaqueó frente a la fortaleza de Kim.
—Quería saber si podrías hacerte cargo de ellas.
Hubo un silencio después de eso y KyungSoo no tardó en sentirse incómodo. De pronto la mirada de Kim pareció especialmente distante, sin el calor abrumador y cautivador que había mostrado hace tan solo un momento, y sus rasgos fueron un poco más fríos, un poco más duros.
Tragó pesadamente y Kim volvió a apoyarse en el respaldo de la silla, se cruzó de brazos y preguntó:
—¿Te hace sentir incómodo que la gente crea que tenemos un amorío?
KyungSoo lo miró con sorpresa y sin darse cuenta comenzó a fruncir los labios. Ciertamente no esperaba esa pregunta, pero parecía realmente importante para Kim.
KyungSoo no quería pensar cosas raras, pero esto lo era: su intensidad, su obvio deseo por saber lo que opinaba y creía al respecto, el repentino alejamiento y la frialdad saliendo en oleadas de su cuerpo... eran signos obvios para él, y aún así no dejaba de ser extraño.
Porque era consciente de que había una atracción mutua -por no hablar de una candente atracción sexual-, pero que Kim expusiera esto de esa manera seguía siendo muy extraño. Le dejó un nudo en el abdomen y no era precisamente desagradable.
Aún así, su intensidad y el aura chispeante a su alrededor le impidió desviar el tema o pasar de él con mentiras fáciles que los pondrían en una zona cómoda nuevamente. Porque si Kim estaba dando un paso adelante, KyungSoo no quería ser el que daba uno atrás.
—No. Me hace sentir incómodo que mi rostro se encuentre circulando por el internet tan libremente. He vivido toda mi vida como un hombre reservado, he sido más una sombra trabajadora y silenciosa que un ser humano, así que me siento un poco invadido y sobrecogido por esta situación. No es porque me emparejen contigo, es porque me han vuelto una persona pública sin quererlo, y la violación a mi privacidad es algo que no puedo aceptar.
Brillantes, los ojos de Kim parecieron suavizarse nuevamente, sus hombros anchos y fuertes se relajaron y se convirtió en el hombre accesible que pareció ser desde que la puerta de la oficina se cerró, y saber que él había sido el causante de ese cambio, que él le había llevado esa calma, le provocó una satisfacción tan grande que podría haber opacado un poco el nerviosismo y el pánico que se habían presentado anteriormente.
—¿Actuarías igual si hubiese sido el mismo caso pero con una persona diferente?
—No. Definitivamente también le habría pedido que elimine el rumor de citas.
Y como solía ocurrir últimamente, se miraron uno al otro por un tiempo dolorosamente largo y en completo silencio. KyungSoo pensó que era fascinante: como la falta de palabras podía transmitir un mensaje mucho más profundo que la presencia de ellas.
Cómo con una mirada KyungSoo podría sentirse tan lleno de ese hombre.
Finalmente, luego de lo que pareció una eternidad, Kim asintió y le dijo con su acostumbrada voz grave e intensa:
—Está bien, haré que tu rostro sea censurado de inmediato. Si alguien te molesta o comienza a seguirte quiero que me llames y procederé con el protocolo acostumbrado, ¿de acuerdo, KyungSoo?
KyungSoo parpadeó y creyó que en esta ocasión su nombre parecía un poco más atractivo y sensual de lo que debería ser.
Es porque Kim lo había pronunciado como si estuviera acariciándolo directamente, como si lo susurrara directamente en su oído. Era como un verdadero amante, y el pensamiento le erizó y calentó la piel.
—Sí, te lo agradezco mucho. Ahora, con respecto a tus deberes del día...
Kim cumplió su palabra, no obstante, no esclareció el trasfondo de su relación.
. . .
—El señor Kim debería darte un gran aumento. Ahora no solo eres su AP, también haces gran parte de mi trabajo como su secretaria personal... aigoo, KyungSoo, trabajas demasiado y aún así te ves tan fresco. Aún me siento mal por verte haciendo tantas cosas y aligerando mi trabajo cuando no deberías hacerlo.
NaYeon formó un gran, gran puchero que la hizo ver extremadamente adorable y KyungSoo no pudo evitar sonreír y tirar de uno de los mechones lacios de su cabello castaño claro. Ella no se inmutó, pero sus grandes ojos continuaron fijos en su rostro y KyungSoo tuvo que responderle.
—No me molesta. Kim es exigente como la mierda, siempre quiere que haga muchas cosas, así que de alguna forma terminé por acostumbrarme. En este punto siento que siempre trabajé de esta manera y bajar el ritmo ahora mismo sería complicado para mí.
Habían pasado un par de semanas después del escándalo en las noticias y las cosas volvían lentamente a la normalidad.
Y KyungSoo hacía especial énfasis en eso último. Aún podía sentir las miradas curiosas e indiscretas de gran parte de los empleados cuando se cruzaban a KyungSoo en los pasillos o en el elevador.
Para nadie era un secreto que era la comidilla de toda la empresa debido a los rumores y las fotos que, obviamente, todos habían visto en ese punto, y eso era increíblemente incómodo para él. BaekHyun tuvo que patearlo con todo su poder de mejor amigo optimista, NaYeon lo había envuelto en sus brazos protectores de mamá gallina y Kim... Kim era Kim, lo que era bastante reconfortante, y de esa manera pudo alzar la cabeza nuevamente.
Al fin y al cabo, no le debía nada a estas personas y técnicamente no sucedía nada entre él y su jefe, por lo que no debería sentirse avergonzado. En este punto, KyungSoo estaba casi seguro de que lo había conseguido.
—Tú realmente eres el mejor asistente personal que el señor Kim podría haber deseado. Nunca pensé que conocería a alguien así en esta empresa (tan capaz, adaptable y organizado)... definitivamente estoy muy feliz de que seamos amigos.
KyungSoo rió, pero no pudo no corresponder el sentimiento. Sus días fueron bastante buenos gracias a la compañía y el apoyo incondicional de NaYeon, así que, por supuesto, él también estaba muy cómodo y complacido con ella.
—Tú también eres genial, Yeon. La mejor amiga que he tenido.
Se sonrieron con entusiasmo y KyungSoo extendió el brazo para tocar el botón que llamaría al elevador.
Almorzarán en el escritorio de KyungSoo. El café aún estaba caliente y la comida se encontraba bien empaquetada y recién hecha en la bolsa que cargaba con tranquilidad; podrían haber comido afuera, pero KyungSoo no quería lidiar con el calor del día y la gente bulliciosa, así que hicieron un acuerdo y decidieron reunirse nuevamente en su lugar para alimentarse y conversar un poco.
Había comprado algo para Kim también, así que todos tendrían una buena comida y un agradable momento de paz antes de volver al trabajo.
Es lo que había pensado (y habría querido). Lamentablemente, las cosas fueron diferentes.
Antes de que llegara el elevador, la voz de una de las recepcionistas de turno lo llamó tímidamente. KyungSoo se volvió con curiosidad y una sensación desagradable se instaló en su estómago al notar la expresión dubitativa y la tez pálida en sus mejillas normalmente sonrojadas. La presencia de un mal presentimiento fue inmediata y fue inevitable sentirse un poco inquieto.
—¿Sí? ¿Puedo ayudarte en algo, MinSoo?
—Uhm... lo siento, pero hay un hombre que pide verte. Él ha insistido mucho, así que será mejor que vayas antes de que llame aún más la atención.
Su confusión creció aún más y NaYeon se acercó a ellos con el ceño fruncido, lo tomó del antebrazo y preguntó cuidadosamente:
—¿Sucede algo?
—No lo sé. ¿Él ha dicho su nombre?
—No lo hizo, pero parece conocerte.
KyungSoo suspiró para tratar de deshacerse de las emociones conflictivas en su interior y le dio una sonrisa reconfortante a ambas chicas, le pasó la comida a NaYeon y le dijo con suavidad:
—Lleva esto a nuestro piso, ¿está bien, Yeon? También dale la comida al señor Kim antes de que se haga más tarde. Voy a resolver esto y luego me reúno contigo nuevamente.
NaYeon tomó las bolsas con una expresión llena de dudas y KyungSoo le dio una palmadita ligera antes de darse la vuelta y caminar junto a MinSoo hacia la sala de espera.
El camino fue tenso y silencioso y la presión fue casi insoportable. Sentía el corazón acelerado y las manos sudorosas ante el desconocimiento de toda la situación, la falta de apoyo y la incertidumbre provocada por esta cosa imprevista. Él nunca fue muy bueno con esto, le hizo sentir ansioso y vulnerable.
MinSoo señaló el lugar donde se suponía que debería encontrar al hombre y la respuesta a su malestar y su mal presentimiento apareció cuando un par de ojos idénticos a los suyos se enfocaron con fuerza sobre su rostro.
No era el tipo de fuerza que podía notar en Kim todo el tiempo, esa que le debilitaba las rodillas y le calentaba el estómago, no, este tipo de fuerzas fue del estilo implacable y malicioso, retorcido y lleno de intención. Era aquella que paralizaba su cuerpo, lo inundaba en sudores imparables y creaba nudos apretados en su garganta, impidiéndole respirar.
De pronto los recuerdos del pasado parecieron golpearlo bruscamente, uno tras otro, desordenados y conflictivos. Palabras severas y punzantes arrojadas con dificultad. Miradas desenfocadas y una mano dura impactando su cuerpo. KyungSoo lo recordó todo en el instante que lo miró y sonrió torcidamente para él.
No fue una buena sonrisa, toda dientes amarillos y labios resecos, y la apariencia general del tipo lo hacía parecer como un desquiciado queriendo cobrar venganza. Fue aterrador, KyungSoo se sentía realmente asustado como la mierda en ese momento.
—¡Ha pasado un tiempo desde la última vez, KyungSoo! ¿Acaso no piensas saludar a tu padre?
MinSoo se tensó a su lado y KyungSoo pudo sentir el peso de las miradas de todos sobre ellos. Su corazón latió aún más fuerte, aún más rápido, y sus hombros se hundieron como si el peso de toda una vida se hubiera alojado sobre ellos.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se sintió de esa manera. Se había ido de esa casa y dejado a esta persona para tratar de cambiar su vida, de mejorarla, pero aquí estaba de nuevo para arruinarlo todo y hacerle sentir como una pequeña mierda una vez más.
¿Cómo podía hacerlo? ¿Cómo podía atreverse a algo así?
Reuniendo toda la fuerza y el valor que era capaz de encontrar en su cuerpo helado, KyungSoo tomó el hombro de MinSoo y lo apretó ligeramente.
—MinSoo, ve a trabajar. Yo me encargaré a partir de ahora.
La recepcionista asintió torpemente y se fue con paso rápido; entonces KyungSoo volvió a enfocarse en Do ChangSun, su padre, y se acercó a él con la espalda recta y los puños apretados.
Los ojos de ChangSun brillaron al verle dirigiéndose a él, le recorrieron el cuerpo por completo y su sonrisa se amplió aún mas. Él fue desagradable a propósito, él estaba actuando de esta manera para dejarlo en una posición incómoda, KyungSoo lo sabía.
Y aún así es capaz de afectarme.
—¿Qué estás haciendo aquí? No puedes presentarte en mi trabajo, así que vete, por favor —le dijo con contundencia, con el rostro helado a pesar de la dureza presente en su voz y las manos temblando en sus puños apretados—.
ChangSun alzó una ceja y rió estruendosamente mientras aplaudía. Él estaba llamando la atención de todos, esa era su intención principal, KyungSoo era consciente de ello, y eso le hacía sudar un poco más.
Tan incómodo, tan jodido.
Era como una pesadilla.
—¡Tú sí que eres un buen hijo, KyungSoo! ¡Me abandonaste hace tantos años y ahora que te he encontrado nuevamente solo me corres! ¿Qué clase de persona eres? ¡Tratando así a tu padre, que te lo dio todo! ¡¿Eres siquiera una persona?! ¡¿Quién puede vivir tan bien mientras su padre vive miserablemente?! ¡¿No tienes vergüenza?!
Hubo algunos susurros y un par de empleados que se detuvieron para escuchar lo que estaba sucediendo y KyungSoo apretó la mandíbula, tomó el brazo de ChangSun y apretó con fuerza. Sus ojos se encontraron, café sobre café, y le dijo por lo bajo:
(Fue lamentable que su voz se rompiera en medio de todo eso).
—Sé lo que estás planeando, pero no vas a conseguirlo, ¿me oíste? No de mí. No voy a caer en tu juego esta vez, así que lárgate de aquí. Yo no te debo nada.
—¿No me debes nada? ¡Si no fuera por mí habrías muerto hace mucho tiempo! ¡Si no fuera por mí, tú ni siquiera estuvieras vivo, no tendrías todo lo que tienes hoy ni hubieras alcanzado tus sueños! ¡¿Cómo no me debes nada?! ¡Me debes tu vida entera, Do KyungSoo! —el rostro de ChangSun se acercó peligrosamente al suyo y su aliento alcoholizado le golpeó la cara con fuerza, su mirada desquiciada inamovible sobre la suya—. Y vas a hacerte cargo, hijo, tú lo harás si no quieres que convierta esta linda realidad tuya en un infierno, ¿me escuchaste?
KyungSoo sintió como si un cubo de hielo se encontrara deslizándose lentamente sobre los planos de su espalda, llenando su piel de una heladez incómoda y su cuerpo de escalofríos incontrolables. Su agarre sobre el brazo de su padre flaqueó y la desesperación tomó forma de un ardor incómodo alojado en sus ojos y su nariz.
Se sintió humillado, dolido y enojado. Era demasiado. Esto era demasiado.
—No puedes... no puedes. Tú me arruinaste, tú fuiste un maldito miserable conmigo. Me golpeaste, me insultaste, huí de ti después de todo lo que me hiciste, ¿entonces qué derecho tienes de venir a mi trabajo para hacer un espectáculo? ¿Qué derecho tienes de jugar con mi imagen y mi estabilidad? ¡¿Quién te crees que eres?!
Por supuesto, nadie escuchó nada más que su ruidosa exclamación, el resto de lo que había dicho perdiéndose fácilmente debido a su susurro apresurado y al rompimiento constante de su voz.
Lo puso nuevamente en desventaja, y su padre no tardó en tomar esto para su propio beneficio, para victimizarse y arruinarlo aún más frente a los demás.
—¡Soy tu padre, el hombre que te dio la vida! ¿Acaso está mal pedir que mi hijo vestido de etiqueta se haga cargo de un hombre que ni siquiera tiene una camisa aceptable para venir a verle? ¡¿Después de tantos años, crees que hice mal?! ¡Nunca me ayudaste ni te molestaste en saber de mí! ¡Tuve que enterarme de que estabas vivo debido a las noticias y tu romance secreto con el todopoderoso Kim JongIn!
Esta vez hubo algunos gritos ahogados y KyungSoo se encontró rodeado de personas y miradas acusadoras e incrédulas apuntando en su dirección. Había asco, desaprobación, decepción y molestia, todos ahogándolo y haciéndolo sentir como un jodido imbécil cuando no tenía que ser de esa manera.
Ellos no sabían nada y aún así lo estaban juzgando con tanta fuerza, como si tuvieran una mínima idea de quién era él, de lo que había sido su pasado y de lo que realmente era este hombre ante él. No tenían derecho. No tenían derecho a despreciarlo ni a mirarlo como si fuera mierda en los zapatos, ¡no podían hacerlo!
—¡¿Cómo crees que me sentí al ver a mi único hijo siendo un maricón por Kim JongIn?! ¡Verlo siendo su juguete de cama por dinero! ¡¿En qué te has convertido?! ¡Te acuestas por estatus y un buen empleo y no eres capaz de darle un poco de dinero a tu padre para que viva una vida digna!
—No es así... ¡No es así! ¡No mientas!
—¡¿Quién miente?! ¡Me abandonaste, me dejaste a mi suerte y te convertiste en un cazafortunas! ¡Aceptaste esta anormalidad perversa tuya para conseguir más de lo que tuviste cuando eras joven y ahora que lo has logrado quieres olvidar el pasado! ¡Pues no lo harás, Do KyungSoo, no te lo permitiré!
KyungSoo sintió la humedad en sus mejillas heladas, el temblor en sus labios y sus manos y el dolor en su corazón.
Él lo estaba arruinando, lo estaba arruinando completamente, y se estaba deshaciendo frente a todos.
KyungSoo no podía lidiar con esto. Era como volver a ser un niño que había perdido recientemente a su madre y miraba con dolor como su padre se destruía a sí mismo y al propio KyungSoo en el camino. Nuevamente era débil, impotente e indefenso.
—¡Cállate, cállate! ¡Nada de lo que dices es cierto! ¡No eres bueno! ¡Tú no eres nadie para mí! ¡Ni siquiera puedo llamarte padre, porque él murió cuando mi madre lo hizo! ¡Tú eres un monstruo detestable y te odio, te odio con todo mi corazón!
En ese momento KyungSoo estaba tan perdido en su propio dolor y desesperación que fue incapaz de escuchar los jadeos de todos y el paso duro detrás de él; realmente no fue consciente de los rostros palideciendo, del llamado suave de NaYeon o de la presencia imponente detrás de él. Sin embargo, aceptó casi naturalmente el agarre en su cuello y el tirón de su cuerpo hacia el pecho amplio y perfumado de Kim.
El toque, el contacto y su aparición en el momento justo le hizo derrumbarse por completo. Sin darse cuenta de la grandeza de su vulnerabilidad, él cayó completamente contra su cuerpo. Sin vida. Sin fuerzas. Buscando apoyo y oxígeno para poder sobrevivir a esto.
—Quiero que saquen a este hombre de mi edificio en este instante. Saben cómo proceder. ¡El resto debería estar trabajando en este momento! ¡¿Qué demonios están haciendo aquí?! ¡¿Quieren ser despedidos?! —su voz como un trueno fue contundente, llena de ira y tensión. Fue más duro que de costumbre, estaba realmente enojado en ese momento—.
KyungSoo sabía que había sido obedecido.
—¡¿Qué mierda?! ¡Te arrepentirás, KyungSoo! ¡Maldita zorra por los penes! ¡Vas a arrepentirte de esto!
Hizo oídos sordos a las exclamaciones de ChangSun y tembló violentamente contra el cuerpo inmenso y fuerte del mayor.
Él sollozó ruidosamente en su pectoral duro y cálido cuando notó que solo estaban ellos dos en la amplia sala de espera y los brazos de Kim lo envolvieron de inmediato en un abrazo protector, sólido y lleno de seguridad. Fue algo que nunca pensó sentir con esta intensidad, de una forma tan libre y sin pedirlo abiertamente, pero lo tomó todo, se dejó envolver en su fuerza y lo convirtió en el apoyo que había estado anhelando todo ese tiempo.
—No puede hacerme esto —dijo entre sollozos ahogados, con los ojos cerrados empapando la camisa suave y costosa de Kim—, no puede venir y lastimarme de esta manera. No puede, no puede, JongIn. Él no puede hacerme esto aquí.
KyungSoo no fue consciente del deslizamiento de su nombre en ese instante de debilidad, pero Kim no pareció tomarle importancia y simplemente apoyó su barbilla sobre su coronilla y se dedicó a acariciarle la espalda y parte del pelo lenta y suavemente.
—Shh, está bien, está bien, él se ha ido. Me haré cargo de esto. Yo me encargaré, corazón. Está bien. Estarás bien, te lo prometo.
Y KyungSoo solo pudo exhalar, acurrucarse en su pecho y dejarse consolar de esa manera.
Con el alma y el corazón rotos, él solo podía orar para que sus palabras fueran ciertas.
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