Frank se acercó a la joven con rapidez, sintiendo que su nueva vida en la casa hacia que su persona fuera más hogareño, que le hacía ligeramente más apacible y amigable, más inclinado a hablar de lo que fuera con quién fuera.

"Hola, muñequita, ¿Que haces?"

Dijo de manera curiosa sin un verdadero interés más allá del de conversar.

"Ah...no mucho, solo dibujo."

La androide si que lo hacía, era realmente buena con el lápiz y el papel, y aún más bajo la noche estrellada que había sobre ambos, la llenaba de inspiración.

Frank se sentó en el suelo junto a ella y le jalo ligeramente de la cola de caballo.

"Siempre has sido una gran artista."

La chica se sonrojo.

"¿Eso crees?"

La joven se inclino más sobre su cuaderno y apretó fuerte las manos, sonrojada, sintiendo una chispa dentro de ella.

"Si por supuesto. Quién sea que programo tu sistema operativo artístico, era un genio."

Frank sonrió, sin notar sus palabras, mirando a Athena con media sonrisa, cálido como queriendo mantenerse ahí más rato.

"¿Eso es lo que crees? ¿Que solo me programaron y ya?"

Se alejo ligeramente del tacto del mayor.
Su orgullo siempre le perseguía sin importarle contra quién se descargará, y eso era algo que ni el mismísimo Frank Walker podía evitar.

"No, no me refería solo a eso."

"Pues bien, Frank. ¡Deja llevo mis unos y ceros, lejos de ti!"

Se levantó corriendo en dirección a la casa.

Frank se tallo la cabeza con confusión.

Era perfecta pero muy rara.