6
—¿Qué haces aquí? —preguntó June abriendo la ventana.
—Te dije que te enseñaría a tocar guitarra de nuevo —respondió Calum con una sonrisa divertida en la cara. June no esperaba que apareciera de la nada—. ¿Qué esperas? Vamos —la motivó desapareciendo de su vista.
Ella bajó las escaleras lo más rápido que pudo, tomó una sudadera negra y su celular para salir de la casa. Una vez fuera, lo vio recargado en su camioneta. Ninguno de los dos dijo nada. Calum le abrió la puerta a June para que entrara en el carro. Sonrió internamente por el amable gesto.
—¿Quieres poner música? —preguntó Calum extendiéndole su celular. June tomó el celular con incomodidad. Puso la playlist más escuchada recientemente y buscó alguna canción que le llamara la atención. Encontró una llamada Zombie por The Cranberries.
Ninguno de los decía nada, incluso cuando June se moría por preguntar a dónde iban. Se contuvo de hacerlo ya que Calum estaba bajando la velocidad del carro, se iba a estacionar.
—¿Dónde estamos? —preguntó June saliendo del carro.
—Estamos en un estudio de grabación —contestó Calum mientras abría la puerta del estudio con unas llaves. June no podía estar más confundida. Tenía tantas preguntas.
—¿Cómo sabes de este lugar? —volvió a soltar una de sus preguntas. Se quedó mirando todo el lugar, impresionada.
—Tengo amigos que son dueños de esto. Se los pedí prestado por hoy y me dijeron que no había ningún problema —explicó mientras abría otra puerta que daba hacia donde estaban todos los instrumentos.
—No te hubieras molestado. Podía haberme llevado mi guitarra al lago y ahí aprender —agregó June. En realidad, ella estaba feliz de que Calum la hubiese llevado hasta ahí.
—No hay ningún problema. Además, aquí puedes practicar piano, violín o guitarra. ¿Con cuál quieres empezar primero? —le preguntó. Ella decidió empezar por uno de los que se le hacían más fáciles.
—Creo que empezaré con el piano —suspiró para después sentarse en frente del instrumento. Calum se sentó a un lado de ella. Le empezó a enseñar una canción lenta para que se le hiciera más fácil aprender.
—¿Quieres que te ayude? —se ofreció Calum después de ver por un rato a June intentado tocar la misma parte una y otra vez, no le estaba saliendo del todo bien.
—¿Tan mal lo estoy haciendo? —se cuestionó apenada. Calum soltó una pequeña risa y puso su mano encima de la de June. Instantáneamente, sintió una vibración en toda la piel por el tacto de la suya. La mano de Calum era tan cálida, el tatuaje de unas flechas que tenía entre el dedo índice y pulgar las hacía relucir. June no podía creer la calidez de estas, estaba haciendo mucho frío. Se obsesionó tanto con sus manos que no quería que esa sensación se fuera nunca.
—Tienes la mano muy fría —comentó Calum impresionado. La tomó de una manera amistosa para calentarla. June sintió esta sensación en el pecho que a decir verdad, no quería que se esfumara.
—Siempre que hace frío, mis manos se están congelando —explicó poniéndolas en el piano de nuevo—. Entonces, ¿cómo era? —preguntó mirándolo.
Él le enseñó lo mejor que pudo, y al final ella logró hacerlo. Mientras más lo hacía, más sus manos se estaban acostumbrando al piano. Calum estaba impresionado con lo rápido que June aprendía, a fin de cuentas ella era muy profesional en el piano.
—Ahora, ¿qué quieres que te enseñe? —preguntó Calum después de ver tocar a June por un rato.
—Quiero verte tocar a ti algún instrumento —contestó con una sonrisa. Calum lo pensó pero al final aceptó, tomó el piano y empezó a tocar muy bien. June estaba perdida en el sonido que producían las teclas al tocarlas y en cómo las manos de Calum se ajustaban perfectamente al piano. June se detuvo a ver su rostro por unos segundos, se veía tan concentrado en cada movimiento que hacía, en cada nota se podía ver el sentimiento. Calum se distrajo un poco y perdió el ritmo.
—Me distrajiste —mencionó empujando suavemente a June por el hombro.
—Sabes tocar el piano muy bien, no como yo —comentó mirando el piano con decepción.
—Solías ser mejor que yo, pero en lo que nunca me lograste superar es en la guitarra —añadió. June rio por lo presumido que se había puesto en ese momento. Se quedaron en silencio un momento hasta que ella empezó a tocar de nuevo, Calum se fue a buscar una guitarra acústica y después volvió.
—¿En serio no te acuerdas de este lugar? —preguntó Calum mientras se sentaba en una silla y empezaba a afinar la guitarra.
—No recuerdo nada. ¿Ya habíamos venido aquí? —habló parando de tocar el piano para responder la pregunta de Calum. Él asintió con la cabeza. Ni June y él dijeron nada después de eso. Él empezó a tocar en su guitarra y ella el piano. June notó que ambas partes tenían ritmo y melodía juntas. Se movió para verlo e instantáneamente paró de tocar. Un recuerdo inundó su mente sin previo aviso.
Calum se encontraba sentado en una silla, tocando una canción. Al parecer June no dejaba de verlo porque rápidamente se dio cuenta.
—No me veas, me distraes —decía Calum entre risas.
—No puedo evitarlo —respondió June mientras regresaba a tocar el piano. Esta vez Calum se le quedó viendo y perdió el ritmo. Ahora ella lo vio cansada y él empezó a reír.
June acababa de recordar algo, su primer recuerdo concreto había vuelto y fue gracias a Calum. No pudo contener por mucho tiempo su emoción.
—¡Calum! —gritó June emocionada.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —preguntó Calum llegando hasta ella preocupado.
—Acabo de recordar algo. Tú estabas sentado ahí, tocando la guitarra, y yo estaba sentada aquí, tocando el piano, y nos estábamos distrayendo el uno al otro —explicó emocionada. Calum no dijo nada, solo una pequeña sonrisa se implantó en su rostro. En sus ojos se podía ver la clara nostalgia que sentía—. Creí que estarías emocionado —comentó al ver su expresión.
—No es eso, es que, también recuerdo aquel día —comentó y vio a June. Una ola gigantesca de nostalgia chocó con Calum e inmediatamente intentó cambiar de tema para olvidar aquello—. Entonces ¿ya te salió esa canción? —habló y miró a June, la cual estaba un poco confundida. Acababa de recordar algo y parecía como si a Calum no le importara. Ella asintió a su pregunta y él decidió enseñarle otra canción.
El resto de la noche así fue. Calum enseñándole a June algunas canciones más en piano. Nunca hablaron de lo que pasó con ella. Calum simplemente no quiso hablar del tema, y June respetó su decisión. Después de un rato él se dio cuenta que ella ya había bostezado varías veces, entonces fue cuando le dijo que parara.
—Creo que es hora irnos —sugirió Calum levantándose para acomodar todo. June estuvo de acuerdo y se paró para ayudarlo pero se sentó en un sillón y pronto se durmió.
Calum terminó de guardar las cosas y se volteó a buscar a June pero ella ya estaba dormida, suspiró y fue hacia ella, tomó una cobija que había cerca del sillón y se la puso encima. Se sentó a un lado, y ella se despertó por el repentino movimiento. Al ver a Calum se acercó a él y le compartió de la cobija.
Para estar más cómodos él pasó su brazo por los hombros de June y ella colocó su cabeza en el hueco que se formaba entre el hombro y cuello de Calum. Pronto los dos cayeron en un profundo sueño.
***
Calum despertó y se movió un poco, esto provocó que June también se despertara.
—¿Qué hora es? —preguntó June tallándose los ojos.
—No tengo idea —respondió Calum. Se paró y June repitió su acción—, pero creo que deberíamos irnos —terminó de decir. Salieron de ahí y Calum la llevó hasta su casa donde su familia seguiría dormida.
—Nos vemos, Calum —se despidió para después salirse del carro.
—June —habló antes de que ella entrara por la puerta de su casa—, deberíamos repetir esto —ella no sabía qué parte exactamente quería repetir Calum.
—¿Las clases de música o lo de dormir en un sillón? —preguntó June curiosa de la repuesta con una sonrisa. Calum puso otra, recordando lo de esa noche.
—Adiós June —se despidió evadiendo la pregunta con una gran sonrisa en el rostro, después arrancó el carro.
June se metió a su casa y rápidamente se fue a su cuarto para bañarse, cambiarse e irse a la escuela. Calum y ella se habían despertado muy temprano por lo que les dio un poco de tiempo para prepararse antes de irse a la escuela. June no tuvo ningún problema al igual que Calum, los dos se salvaron de posibles regaños por parte de sus tutores, en especial de los tíos de June. Ella acababa de tener un accidente, sus tíos la tenían muy protegida. Terminó de arreglarse y al salir de su cuarto se topó con Seth.
—Buenos días Junio —habló Seth intentando burlarse.
—Sabes perfectamente por qué tengo ese nombre. Hace referencia a la diosa romana Juno —contestó June con naturalidad.
—Yo sé que hace referencia... —Hizo una pausa—. Espera, ¿tú sabes por qué te pusieron June? —preguntó Seth con una clara emoción y confusión en la voz—. ¿Recordaste algo? —indagó una vez más, él tenía las esperanzas muy arriba.
June se dio cuenta que acababa de recordar otra cosa, pero no quiso montar una escena.
—Al parecer sí —respondió con una pequeña sonrisa. June vio como Seth se empezaba a llenar de emoción e inmediatamente lo calmó—No le puedes decir a nadie ¿Ok? —agregó.
—¿Por qué quieres que no le diga a nadie? June, acabas de recuperar tu memoria, bueno un recuerdo. Como sea, es algo muy bueno —dijo Seth.
—Solo no quiero hacer esto algo grande ¿De acuerdo? —explicó. A este punto los dos ya estaban bajando las escaleras para ir a desayunar. Seth aceptó con trabajos, pero le prometió que no diría nada.
Bajaron a la cocina para desayunar y la tía de June ya les tenía listo el desayuno.
—Oh, es cierto, encontré todas estas fotos, June —comentó Alice al ver a su sobrina, tomó una caja y se la extendió—Si quieres puedes darles una revisada, solo para ver si te refresca la memoria un poco —sugirió con una sonrisa llena de esperanza.
—Lo haré —asintió June. Se sintió mal por mentirle a su tía, pero preferiría esperar a que toda su memoria llegara, solo para no hacer falsas esperanzas.
—June, ya es tarde, tenemos que irnos —mencionó Seth terminándose rápido su desayuno. Alice buscó las llaves del carro para que lo usaran como transporte pero no las pudo encontrar—. Mamá, tenemos que irnos, ¿dónde están las llaves? —preguntó un poco frustrado.
—N-no lo sé, las tenía aquí... —Hizo pausa para recordar algo—. Las dejé en el trabajo—suspiró arrepentida—. Le llamaré a tu padre para que puedan irse —comentó tomando su celular.
—Mamá —la interrumpió—, podemos irnos en la motocicleta.
—¿En serio crees que los dejaré usar tu motocicleta, después de lo que pasó? Dame las llaves Seth, llamaré a la escuela para avisar que llegarán tarde —contestó Alice testaruda. Ella no podía creer que Seth estuviera hablando enserio.
—Mamá, por favor. No pasará nada, te lo prometo —Seth buscó los ojos de su mamá y ella se calmó. No sabía si dejarlos irse en la motocicleta, no quería que nada les pasara, no otra vez.
—¿Estás de acuerdo con esto June? —le preguntó Alice mientras la miraba con preocupación. La verdad es que ella no sabía si debía a hacerlo o no, no quería volver a tener un accidente. Como vieron que no contestó, Seth intentó convencer a su mamá una vez más y terminó aceptando.
June tenía mucho miedo que algo le pasará a ella y a su primo. De tan solo pensar en el hecho de lo que le pasó a ella también le podía pasar a Seth, le llenaba de pánico todo el cuerpo.
—Tranquila June, todo irá bien. Nada nos pasará —la tranquilizó Seth. Él se puso su casco y se subió a la motocicleta. June miró el casco dudosa, pero finalmente se lo puso y se subió en la parte trasera de la motocicleta. Abrazó a Seth muy fuerte aún cuando no había arrancado, pero cuando lo hizo cerró fuertemente sus ojos.
Al parecer le funcionó porque cuando menos lo pensó, ya estaban estacionándose en la escuela.
June se bajó temblando de la motocicleta y se quitó el casco. Iris llegó corriendo hasta ella y la abrazó. June nunca había respondido bien a los abrazos, los detestaba, y cada vez que le daban uno, se ponía tensa y rígida.
—Qué bueno que estás bien. Tu tía me habló, me contó que se iban a venir en motocicleta —explicó Iris aliviada separándose de June, la cual no dijo nada. Cuando se separó de Iris, vio a Calum a lo lejos. Él apenas estaba llegando y paró justo cuando vio a June con el casco en las manos. Fue instantáneamente hacia ella, con pasos largos y rápidos, se podría decir que estaba enojado.
—June, ¿qué haces con ese casco? —cuestionó Calum. Él ya sabía la respuesta pero no quería aceptarla.
—Seth me trajo en la motocicleta —respondió June un poco confundida por su actitud.
—¿Sabes lo que te pudo haber pasado, June? Te pudiste haber caído de nuevo, estuvieras en el hospital otra maldita vez —exclamaba bastante frustrado y enojado. Las palabras no salían de él, y se le hacía un nudo en la garganta de tan solo pensar en June otra vez en la cama del hospital conectada a varias máquinas —. June, todavía no te recuperas de tu anterior accidente, estarías peor si te hubieras caído.
—Pero no me pasó nada. Estoy bien, en algún momento lo iba a tener que hacer... —intentó calmarlo pero fue callada por Calum.
Él pasó sus brazos por el cuello de ella y la enterró en un abrazo. June se quedó tiesa, pero terminó enrollando sus brazos en él, correspondiendo al abrazo. Ella pudo sentir sus músculos relajarse ante su tacto, mientras que el los tensaba impidiendo que ella escapara de sus brazos. June odiaba los abrazos pero por alguna razón, este era el único abrazo que le gustaba, y con la única persona.
—Solo no vuelvas a hacerlo, no sé qué haría si te perdiera de nuevo —musitó Calum.
—Nunca me perdiste —respondió June separándose de él. Ella le dio una sonrisa tierna y él relajó la mirada.
—¿Qué pasa aquí? —preguntó Seth llegando hasta ellos. Los dos lo ignoraron sin remordimiento alguno.
—Nos vemos luego June —se despidió Calum volviendo a su estado serio, pues Seth los había interrumpido. June se despidió de él y volteó a ver a Seth, fingiendo estar enojada.
—Gracias Seth —espetó June con una combinación de sarcasmo y enojo.
—Yo debería de estar indignado, no tú. Además, ¿por qué se estaban abrazando? —decía mientras caminaba junto con June dentro de la escuela.
—No te incumbe, celoso —contestó con una sonrisa divertida. Seth rio y se fue a su casillero, June repitió su acción.
En la mayoría de las clases, June no logró poner mucha atención. No dejaba de pensar en el abrazo con Calum, en lo bien que se había sentido estar de vuelta en sus brazos.
Para distraerse intentó leer, pero él seguía invadiendo sus pensamientos. Por lo usual ella suele odiar los abrazos pero este en especial, le gustó. Había sido algo que ella nunca había experimentado. El aroma de Calum, su calidez, lo pequeña que se sintió al ser abrazada, le encantó. Todo fue perfecto.
Y un recuerdo, un nuevo pero viejo recuerdo, invadió su mente.
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