30

—Creí que nunca llegarías —comentó June mientras se preparaba para comenzar su turno junto con Alison, quien casi llega tarde al trabajo, y su abuela no era muy alivianada con nadie, a todos los trataba por igual dentro de lo laboral.

—He tenido un día demasiado loco. Hoy llegué tarde a la escuela, y en lo que me ponía al tanto con las materias, por poco no alcanzo a llegar a tiempo aquí —explicó agotada.

—¿Cómo estuvo el concierto? —preguntó June con una pequeña risa pues le causó gracia lo estresada que estaba su amiga.

Alison había salido con sus amigas la noche anterior a un concierto muy cerca de donde June y ella vivían. Incluso le había pedido el favor a June de cerrar el local porque se tenía que ir temprano al evento.

—Estuvo genial. La banda que tocó es estupenda, y muy guapos. De hecho... —platicó. Al parecer el universo no quería que June supiera porque muchos clientes llegaron al café, por ende ellas los tuvieron que atender.

Y solo hasta que se despejó todo pudieron continuar con su plática interrumpida.

—No soy de las chicas que se acuestan con la primera persona que conocen, pero este hico fue totalmente la excepción. —Se mordió el labio inferior dándole la cara a June, la cual estaba sorprendida, ella tampoco creía que Alison sería de esas personas.

—¿Quién fue? —preguntó curiosa, además de sorprendida.

—Dicen que lo hacen más profundo...Fue con el bajista —respondió con una sonrisa nerviosa aunque claramente traviesa, recordando lo que había hecho la noche anterior con este chico. June instantáneamente sintió una gran pesadumbre. Comenzó a hacerse ideas locas en la cabeza, y tenía que descartarlas.

—¿Cómo se llamaba? —interrogó, claramente abrumada por sus suposiciones. Alison la vio de una manera extraña porque su comportamiento había cambiado drásticamente.

—June, ¿estás bien? —preguntó su amiga alarmada.

—¡Sí! Estoy bien —exclamó, intentando forzar una sonrisa. Instantáneamente se arrepintió de haber gritado. Sin embargo, incluso arrepentida estaba muy lejos de estar calmada—. ¿Quién era el chico Alison? —cuestionó con el corazón en la boca, estaba en zona peligrosa.

—Tenía un nombre inusual, muy cautivador —respondió pensativa.

—Alison —June pronunció el nombre de la castaña con lentitud. Podía sentir toda su alma y corazón en sus labios.

—Si mal no recuerdo, creo que era Calum.

En seguida su mundo se vino abajo, dejándola pálida y mareada. No podía creerlo, una punzada en su pecho que no parecía esfumarse apareció sin dejarla respirar del todo bien. Calum, su amado Calum, se había acostado con una de sus amigas, había compartido esa intimidad que una vez le regaló. Se sentía traicionada, utilizada, nunca creyó que él le hiciera eso.

—¿Por qué preguntas? ¿Lo conoces? ¿También se acostó contigo? Porque la verdad sabía varios trucos, si sabes a lo que me refiero —agregó traviesa.

Cada una de esas palabras atravesó a June como cuchillos, dejándola totalmente vulnerable. Su confianza había sido tomada y apuñalada cientos de veces. Calum la tomó, la tiró al piso y la pisoteó, justo como lo había hecho con su corazón. Si antes estaba roto, ahora era polvo volando por el aire.

—Llegó un cliente —anunció June y señaló la caja donde debería estar Alison atendiendo.

June esperó a que estuviera el pedido para poder hacerlo, mientras que por dentro estaba llorando, gritando, sollozando. Le dolía demasiado. La persona que más amaba acababa de traicionarla, y no nada más con su amiga, sino con quién sabe cuántas otras chicas más.

Se sentía estúpida e ingenua por seguir pensando en él, le dio muchos privilegios en su momento, y si todavía los tenía, hoy ya no existían. June sentía a Calum como un total extraño cuando escuchó a Dimitri decir que estaba envuelto en drogas, pero sumándole ahora esto, era un completo desconocido. Había cambiado, estaba irreconocible, cien por ciento. No sabía si Calum era la misma persona de antes, en la que confió y amó, y eso le dolía aún más porque se había dado cuenta que seguía enamorada de una persona que ya no era la misma y que nunca lo volverá a ser. Y por más que quisiera, no puede ignorar esta clase de hechos.

Aunque ellos dos ya no sean nada, aun así le dolió mucho. No piensa en reclamarle nada pues ella no tiene ese poder sobre él, pero el daño ya está hecho, la herida quedará ahí, y depende de ella poder sanarla sin necesidad de Calum.

Estaba al borde de llorar, su vista estaba borrosa, los pensamientos negativos y destructivos invadieron cada rincón de su mente.

Ingenua. No debiste haber confiado en él. No es la primera vez que lo hace y seguramente no será la última vez que lo haga. Y quién sabe si lo hizo en un pasado, cuando aún estaban juntos, espetaba su conciencia. La ansiedad, temor, dolor, frustración, mejor conocidos como demonios internos, plagaron toda su mente, tomaron poder de su consciencia y la estaban abrumando.

Al llegar June a su casa solo pudo llorar. Fue un llanto un poco tranquilo, pero cansado. Solo se acostó en su cama y las lágrimas no dejaban de bajar por sus mejillas. Mientras más pensaba en lo ocurrido, más le dolía y era tan difícil evitar que doliera. Creyó que las lágrimas destinadas para Calum se habían terminado, pero al parecer todavía quedaban algunas.

Después de ese incidente, June decidió continuar como si nada hubiera pasado. Alison intentó saber qué fue lo que le ocurrió a June, pero ella siempre contestaba que en ese momento había recordado una cosa importante para eludirla.

Y continuó viviendo su vida, sabiendo que lo de Calum estaba más que perdido.

***

Fue un día común y corriente, después fueron semanas y pronto se convirtieron en un mes. Un mes de simplemente aceptar que Calum no era el indicado. No todo es para siempre y estaba consciente ante la posibilidad de que él no fuera la persona con la que estaba destinada a estar.

Había pasado un día desde la ceremonia de graduación. A June no le intrigó y mucho menos se emocionó, pero sabía que era muy importante, estaba terminando una etapa fundamental en su vida y comenzando una nueva, quizá la más importantes de todas.

Sus tíos estuvieron ahí. Se graduó a un lado de Iris y Seth, dándose apoyo y emoción mutua en todo momento.

Calum estuvo ahí como algún día lo había prometido, solo que ellos dos no conectaron miradas en ningún momento. June lo vio subir por su diploma y la verdad es que solo lo sintió como un extraño más, como otro de los cientos de alumnos que se estaban graduando.

Fue un día como los otros, salvo por la graduación. Y de ahora en adelante se ocuparía en buscar universidades para continuar con sus estudios.

Tenía claro qué era lo que quería estudiar, ciertamente algo relacionado con la música porque era su pasión a decir verdad. Licenciatura en Música Instrumentalista se llama la carrera que escogió, y ahora solo tiene que encontrar universidades que lleven aquella profesión.

Los tres mosqueteros estaban en el coche de la tía de June, Seth iba conduciendo mientras Iris ponía música desde el asiento del copiloto, conversando animadamente con June que estaba en la parte trasera. Habían pasado toda la tarde juntos, era de noche y estaban cansados pues todo el día fue risas y celebración por sus logros académicos.

—Tengo que ir a casa, ¿pueden llevarme? —preguntó Iris, soltando un suspiro.

—Quédate a dormir, estaría genial —mencionó June con una ligera sonrisa. Iris aceptó entusiasmada, solo tendría que avisarles a sus padres.

Llegaron a la casa, soltando risas a pesar de lo cansados que estaban. Habían pasado una buena tarde. Sonrieron demasiado, conversaron hasta por los codos, aunque también se pusieron muy nostálgicos, recordando todo lo que habían vivido por años. Los entristecía saber que cada quien se iría por su rumbo. Sin embargo, siempre serán unidos, las circunstancias han hecho que así sea.

Lo único en lo que pensaban era en acostarse y conciliar el sueño, era muy tarde, la luna brillaba con todo su esplendor y las estrellas se asomaban con timidez. Como fuera, en cuanto salieron del coche, aquella presencia tan inesperada les ahuyentó el sueño, dejándolos más que desorientados.

June estaba atónita, estupefacta, sorprendida aunque confundida. De verdad, no había suficientes adjetivos para describir todas las emociones que sintió en ese momento.

—Tus tíos me dijeron que no te encontrabas en casa —habló Calum mientras se alejaba de la puerta y caminaba hacia June. Se le dificultó mucho poner atención a lo que él había dicho, realmente no sabía qué sentir en ese momento—. Por eso esperé afuera —agregó. Existía un pesado aire entre ellos, uno incómodo y para nada placentero.

—¡Hey! ¿Tú qué haces aquí? —exclamó Seth, molesto de ver aquella anatomía. Todos lo estaban, incluso Iris, quien estaba cruzada de brazos mientras lo fulminaba con la mirada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó June desconcertada una vez que las palabras salieron de ella. Su mayor debilidad se encontraba en frente de ella, sería raro que no se comportara como lo estaba haciendo.

—¿No deberías estar con alguna chica? —espetó Iris descaradamente. Calum no quiso prestar atención a sus palabras, solo quería escuchar a June.

—Vamos. —Le hizo una seña para comenzaran a caminar lejos de ahí.

—No, no va a ir a ningún lado contigo. —Seth se interpuso entre Calum y June, estaba furioso. Ella estaba de brazos cruzados, todo su cuerpo estaba revuelto, y ni mencionar sus pensamientos.

Calum hizo a un lado a Seth, quiso acercarse a June, pero éste no se lo permitió.

—Por favor, déjame hablar con ella —masculló cerca de Seth. Calum estaba comenzando a perder los estribos, no obstante, no quería montar una escena más grande como en la que ya se encontraba.

—¿Por qué piensas que te dejaré acercarte a ella? La lastimaste con puras mentiras, y pensar que te puse en un pedestal. —Seth comenzaba a levantar la voz.

—¿De verdad quieres empezar con las mentiras? —Calum lo miró detenidamente, la expresión de Seth cambió drásticamente. Era cierto, todos aquí le habían mentido a June—. Hablo con ella, y me voy.

Seth estaba a punto de acceder, pero al dirigir su mirada a June y verla destruida, al borde de las lágrimas, no aguantó más su enojo.

—¡No lo harás! Entiende. —Rápidamente lo tomó por cuello de la playera que llevaba y lo levantó ligeramente. Incluso así, Calum supo contenerse. Él también era consciente de todo el daño que le había causado a la pelinegra.

—De acuerdo Seth, fue suficiente —dispuso June, tomando a su primo del hombro. Él le dio una suave mirada, pero finalmente soltó al chico, le dio una mirada de asco y se alejó.

June les hizo una seña para que entraran a la casa, les dijo que ella lo haría en un momento. Iris la vio irritada, pero terminó aceptando y ambos se fueron de ahí.

—Lo que me tengas que decir, será aquí —estableció, cruzándose de brazos. June logró apreciar más la anatomía de Calum, violo cansado que estaba, sus malas decisiones se veían claramente en su estado físico.

—¿Al menos podemos irnos un poco más lejos? Estaría bien hacerlo en privado —comentó con cierto fastidio en la voz.

La única razón por la June aceptó fue porque quería saber qué era lo que Calum estaba haciendo ahí. Ambos se alejaron hasta llegar al parque cerca de su casa. Una vez ahí, Calum paró de caminar y forzó a June a verlo directo a los ojos. Él iba a hablar primero, pero sin ambos haberlo previsto, June se le adelantó.

—Lo siento —masculló, dejando a Calum con las palabras en el aire. Fue una acción totalmente espontánea, así que tuvo que improvisar con lo siguiente que diría—. Lo siento, por haber dejado las cosas de esa manera —agregó. Fue ese el momento en el que Calum sintió un gran alivio, se alegraba de poder escuchar la voz de June con la misma calma de antes.

—Pero yo te empujé a hacer eso, tú solo actuaste como creíste correcto —confesó con mucha seriedad en su expresión. Se mostraba neutro, pero por dentro tenía las más grandes esperanzas de que todo volviera a la normalidad.

—Pudimos haberlo sobrellevado mejor —añadió June sonriendo de lado. Calum no puede mentir, su corazón se iluminó al ver una vez más esa sonrisa.

—June... —musitó. No sabía cómo decir todo lo estuvo pensando por meses, las palabras no salían de él—, te he extrañado todo este tiempo como no tienes idea —admitió desviando su mirada. Él estaba sintiendo toda clase de emociones y sabía que lo estaba transmitiendo por los ojos. Mejor que ella no vea lo destruido y perdido que está.

—No puedo decir que no es mutuo —mencionó y se cruzó de brazos.

—Intenté borrarte de mi mente pero nunca pude. Siempre lo creí insensato. A los demás se les hacía la cosa más coherente del mundo, pero para mí era todo lo contrario —murmuró con tristeza, pero June no soportó seguir escuchando más.

—Calum, detente —dispuso, dejándolo sin la capacidad de ocultar su confusión. June ahora entendió por qué estuvo mal que ella empezara diciendo "lo siento"—. Me mentiste, me causaste demasiado dolor, y después te fuiste. Entiendo que no tenías otra opción, pero tú sólo te metiste en esa posición, yo nunca hice otra cosa más que amarte, y lo que hiciste fue tomar la intimidad que te di y compartirla con quién sabe cuántas chicas —discutió con la voz temblorosa. En vez de él poner una expresión sorprendida, inmediatamente se mostró arrepentido en cuanto escuchó a June hablar sobre todas las chicas con las que se acostó.

—Y lo peor de todo no es que me hagas sentir pésimo por haber terminado lo nuestro, sino que me haces sentir culpable envolviéndote en drogas y sexo —alegó moviendo sus manos de manera desesperada—. Tu salud se vio en juego y me haces pensar que todo fue mi culpa, porque en cierta parte, ¡así lo fue! —Pasó sus manos por su pelo, muy frustrada—. Y todavía tienes el descaro de venir hasta acá como si todo fuera a mejorar, como si todo volviera a la normalidad, pero no es así. Todo cambia Calum, para bien o para mal, pero nunca nada vuelve a la normalidad. —Las palabras salían de ella con demasiada facilidad. Todo lo que se había acumulado por estos meses estaba saliendo, todo el enojo, la impotencia, el sufrimiento, arrasaron con todo a su paso, sin piedad. Calum no decía nada, se sentía responsable por todo lo que June le estaba echando en cara, porque cada palabra era cierta.

—No vine hasta aquí para recuperarte porque ciertamente tienes tus razones para no acceder, pero vine aquí a decir lo siento. —Su mirada se ablandó a pesar de que la de ella se encontraba molesta—. Siempre estuve consciente de la confianza que me tenías, y en algún punto tuviste la mía, creo que la sigues teniendo, pero yo no puedo decir lo mismo de ti. —Hizo una pausa—. June, buscaba consuelo, creía que lo podía encontrar en las drogas o el sexo, pero nada en este mundo puede reemplazar lo que siento por ti, a tu lado. Te había perdido, pero no quería aceptarlo. Me dolía saber que por una mala decisión mía alejé lo más importante de mi vida, y saber que no lo recuperaría fue lo que terminó conmigo. —Su mirada viaja de June al piso mientras se acercaba a pasos lentos hacia ella. Se sentía avergonzado de sí mismo, además de culpable—. El tiempo que estuve lejos de ti, me ayudó a ver lo mucho que te amaba. Y mierda, estaba tan seguro de nosotros, estoy tan seguro, que el escuchar tus palabras solo destruye mi mundo por completo —habló desesperanzado, mientras se pasaba las manos por el pelo y el rostro, arrepintiéndose de todo lo que había hecho antes de ese momento, antes de decir todo lo que sentía. Porque aun si decidieran regresar o no, él dijo en ese momento todo lo que pensaba y creía; le abrió su corazón una vez más y sintió cierta paz en su interior por haberse sincerado con ella.

—Puede que tú te sientas peor, pero no sabes lo que se siente saber que la persona que más amas te haya mentido y lastimado descaradamente, solo para dejarte en claro que no eres especial en lo absoluto, porque el día en el que habías sentido que conectaron de una manera íntima, resulta que después lo hace con decenas de chicas... —habló con las lágrimas ya bajando por sus ojos.

—¡Nunca lo hice y nunca lo he hecho! Estaba buscando lo que tuve contigo pero no lo encontré, porque no hay nadie igual a ti, no hay nada igual a lo nuestro, y esa conexión que sentí, que sentimos, solo ha sido contigo —discutió. Sentía una gran impotencia, quería recuperar a June, pero no sabía cómo hacerlo. Por eso estaba diciendo todo lo que sentía, eso y la verdad, la pura verdad.

—¿Sabes cuál es el colmo? Que yo sé que solo he sentido eso contigo, que después de todo lo que pasó te sigo amando como desde la primera vez que te vi buscando un maldito lugar. Sabía que no ibas a ser cualquier persona que se había sentado en la misma mesa que yo, estaba segura de eso. —Lo señaló furiosa, pero dejó de mostrarse desesperada y enfadada. Su cuerpo y rostro se ablandaron, aunque seguía con esa característica expresión rota—. Te he extrañado infiernos desde que te marchaste esa tarde, y cuando recogiste la canción, entendí que lo nuestro se había acabado. —Negó con la cabeza mientras se limpiaba algunas lágrimas que caían sobre sus mejillas. Calum quería consolarla, abrazarla, acabar con sus sollozos mientras le aseguraba que todo estaría bien, pero ahora no sabe si será otro simple error o algo que simplemente no volverá a ocurrir.

—No tiene que acabar. June, el tiempo que pasamos alejados solo nos hizo darnos cuenta lo mucho que nos seguimos amando, y como tú lo dijiste, no tiene que ser igual que antes, puede mejorar, y sé que será así, porque nunca había estado tan dispuesto y comprometido con algo. —Respiró profundo y la tomó por ambos brazos—. Cuando se trata de ti, haría todo por permanecer a tu lado y que tú permanezcas en el mío —masculló. Ella no se alejó de su cuerpo en ningún momento. Y cuando los ojos de June le dieron luz verde a Calum, la envolvió en un abrazo finalmente. Tenerla en sus brazos, era una sensación que definitivamente no quería que se esfumara nunca.

June no quería salir lastimada de nuevo, pero lo sigue amando y está igual de dispuesta que él a hacer lo posible para que no se alejen más uno del otro, pase lo que pase. Aceptó el cálido abrazo de Calum y se sumergió en lágrimas. Pero tenía que ser fuerte, controló sus sollozos y se separó de él.

—Necesito saber que nunca volveré a salir lastimada por una mentira. Quiero irme a la cama esta noche y saber que estoy segura a tu lado y que nunca volverá a pasar lo mismo —musitó dándole una mirada destrozada. Calum la tomó por la cintura y le dio otro abrazo. Sonrió y asintió con la cabeza.

—Puedes estar tranquila de que eso jamás volverá a pasar —aseguró, y volvieron a darse un abrazo. June fue soltando toda su tensión poco a poco, depositando su confianza en Calum una vez más, mientras que él se sintió aliviado. Como pudo, June buscó la mano de Calum y la entrelazó con la suya.

Se separaron lentamente, conectaron sus miradas y sin pensarlo dos veces, unieron sus labios. El beso fue despacio y tierno, acogedor, aunque con un toque helado por el frío que estaba haciendo. Calum la tomaba con muchísima delicadeza, poniendo su mano en la mejilla de ella para profundizar el beso.

Aquel beso selló las palabras que se dijeron esa noche. Se necesitaban, se extrañaban, intentaban pegar sus cuerpos pero no notaron que era imposible hacerlo aún más. June se separó por la falta de aire, y Calum la miró desconcertado.

—Me quedé sin aire —aclaró y Calum se soltó a risas seguido de ella.

—Te extrañé demasiado June —musitó y le dio otro abrazo una vez más, rodeándola por completo.

No quería soltarla, aunque al final se separaron y entrelazaron ambas de sus manos, disfrutando lo bien que los hacía sentir esa pequeña acción. June se inclinó para darle un pequeño beso en los labios, seguido de la sonrisa más grande que pudiera existir.

—Yo también Calum. —Y ambos sonrieron.

Se volvieron a abrazar, June envolviéndose en la calidez y aroma que tanto extrañaba, mientras que Calum se sumergía en la despreocupación y tranquilidad que le proporcionaba June.

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