28
Al día siguiente, June se encontraba extremadamente desganada en su cuarto, y no pudo evitar pensar que un día tan aburrido como ese habría sido remplazado con Calum. Pero él no estaba ahí para acompañarla, esa era su nueva realidad.
June se propuso salir a hacer algo, intentó convencer a Seth para que salieran de la casa juntos, pero él estaba muy terco con que quería terminar su libro. Después intentó con Iris pero ella estaba igual de ocupada. Todos parecían estar ocupados Charlie, quien aceptó pasar por ella en la noche.
Todavía faltaba mucho, así que tenía que matar el tiempo de alguna manera. Se puso a tocar algunas de sus canciones favoritas en piano, violín y guitarra, hacía una rotación con cada uno de estos. Inconscientemente le hizo recordar la vez en que ella y Calum iban al estudio de grabación pasaban horas y horas, haciendo todo y nada a la vez.
Muchos recuerdos llegaron a ella, y simplemente no los detuvo. Recuerdos antes y después del accidente, cada uno de estos se sentía demasiado real, podía jurar que la felicidad y tranquilidad que sintió en esos momentos aun los podía sentir. Y por alguna razón, masoquismo emocional tal vez, decidió que iba a ir al estudio.
Tomó las llaves del carro de sus tíos y de su casa junto con su celular. Salió de su casa hacía su próximo destino que era el estudio. Muy en lo profundo ella deseaba que Calum estuviera ahí con Dimitri. A pesar de que el día previo a ese se habían topado y desde entonces sus emociones eran un descontrol, encontrarlo ahí no sería tan malo.
Ella se justificaba diciéndose a sí misma que iba a visitar a su amigo Dimitri y ponerse al día con sus vidas. Sin embargo, también iba a conseguir respuestas a algunas de sus preguntas, como el por qué Calum estaba ayer en la cuidad o por qué estaba tan cambiado. Claramente Dimitri es una de las personas que puede responder esto.
A decir verdad, June se encontraba preocupada por él, lo había visto muy débil, distinto, con una seriedad muy inusual a pesar de que se había ido de gira con sus mejores amigos. Puede que ellos dos no sigan juntos, pero el amor y preocupación que tiene por él no ha cambiado mucho, siempre se preocupará por su bienestar pase lo que pase.
Después de unos minutos de manejar bajo el sol, se estacionó afuera del estudio de Dimitri. La dejó un poco impresionada haber recordado el camino. Salió de su carro y se dispuso a tocar la puerta del estudio. Esperó algunos segundos y volvió a tocar, no hubo respuesta. Iba a rendirse y volver a su casa para ver si Seth había terminado su libro y poder salir, pero alguien abrió la puerta. June no lo conocía, pero parecía como una especie de guardia de seguridad.
—¿Se encuentra Dimitri? —le preguntó al guardia. Este mismo sacó una especie de radio.
—Una chica se encuentra en la entrada buscando a Dimitri —anunció por el radio. A los segundos se pudo escuchar otra voz.
—Creo que ya se quién es, déjala pasar —se escuchó por el radio. June encontró un gran parecido entre la voz del radio y la de Dimitri.
El guardia le permitió la entrada y la llevó hasta donde estaba Dimitri. Se encontraba usando alguno de los instrumentos y June supuso que estaba haciendo alguna melodía para alguna canción. Esperó hasta que él terminara de hacer lo que estuviera haciendo y así poder hablar con él.
—¡Oh, June! ¿Cómo estás? Te extrañé mucho, ya no te veo por aquí —comentó Dimitri entusiasmado mientras dejaba la guitarra eléctrica a un lado e iba a abrazar a June.
—Yo también te extrañé —habló incómoda. Ella y Dimitri no eran tan unidos, conversaron algunas veces y convivieron un poco, pero nada fuera de lo normal.
—¿A qué se debe esta visita? —indagó con una sonrisa mientras se sentaba en una silla y tomó la guitarra de nuevo.
—Nada en especial, solo quería venir a visitarte —respondió dándole poca importancia. Sin embargo, se podía notar a kilómetros que estaba mintiendo. Además, Dimitri había notado algo raro en ella.
—Oh, qué bueno —dijo Dimitri y tocó algunos acordes en su guitarra—. Ven siéntate, ayúdame con esta canción... —dispuso, y June se sentó en el sofá que alguna vez ella y Calum se habían quedado dormidos.
Dimitri tocó una serie de acordes combinados y le preguntó a June que cuál era el que más le agradaba, ella le dijo la verdad y a Dimitri le pareció que había escogido correctamente.
—Pero no tengo idea de lo que pueda seguir, como para el coro... —agregó Dimitri y antes de que June pudiera decir algo, él volvió a hablar—. ¿Sabes quién era muy bueno para esto? Calum. Él siempre sabía lo que debía seguir en una canción —comentó y la mirada de June cambió drásticamente a una incómoda—. De acuerdo, no debí haber dicho eso. Calum me contó lo que pasó, no con detalles pero sí que habían roto —confesó. June conectó su mirada con la de él.
En realidad, no sabía cómo reaccionar, sentía que muchas personas sabían sobre algo tan íntimo como su relación y eso la hacía sentir desagradable. Ella soltó un suspiro como respuesta.
—¿Estás bien? —preguntó. June sabía que esa pregunta iba muy en serio, pero aun así decidió mentir. Asintió con la cabeza aunque por dentro todavía quería llorar.
—Era algo que tenía que pasar —comentó y sus ojos comenzaron a picar, su nariz tomó un ligero tono rojo, entonces Dimitri se levantó y la abrazó. Por educación, June aceptó su abrazo.
—Ayer estaba en la cuidad, vino a visitar. Tuvo un día libre un poco cerca de aquí y decidió tomarlo para ver a sus otros amigos y familiares —mencionó Dimitri, entonces June comprendió qué era lo que Calum hacía ayer en el café—. Y sólo porque me caes muy bien te diré —agregó, pero soltó una sonrisa seductora grandísima—. Le dije que habías comenzado a trabajar en un café, y seguramente te preguntarás por qué sé esto. En realidad yo estaba caminando por la calle y te vi atendiendo ahí, eso fue hace unos días. Te iba a saludar pero no tenía mucho tiempo y luego se me olvidó... —explicaba, aunque June no tenía mucho interés en sabes eso, sino más sobre Calum—. Como sea, él fue allá supongo, creo que quería verte. ¿No lo viste ayer en tu trabajo? —cuestionó curioso. June se sintió en una montaña rusa de emociones, no tenía ni la menor idea de cómo sentirse.
—Nunca lo vi, ¿cómo se encuentra? —preguntó con una ligera pero forzada sonrisa.
—Pues, ha cambiado. Me contó cosas sobre su gira y se ve que lo está disfrutando. Pero también estuvo envuelto en algunos problemas —añadió Dimitri e hizo una línea con sus labios. En vez de calmar la curiosidad de June, solo la aumentó.
—¿Qué clase de problemas? —indagó. En tan poco tiempo dejó de sentir tristeza, que fue sustituida por preocupación.
—Estuvo metido en las drogas, o creo que está metido en las drogas, y en otras cosas que es mejor que no escuches —respondió con una mueca. June aceptó que no le dijera, ya que tenía suficiente con lo que le había dicho.
La reciente noticia sobre Calum y las drogas, la había dejado desorientada, nunca en un millón de años creyó que él llegaría a hacer ese tipo de cosas. Vaya, nunca terminamos de conocer a las personas.
June todavía tenía una pregunta que le intrigaba demasiado la respuesta, pero no sabía si debía decirla o no, aunque al final decidió arriesgarse.
—¿Sabes cuándo vuelve? —preguntó June mientras analizaba la expresión de Dimitri. Él solo hizo una mueca, indicando que la respuesta no iba a ser la que June esperaba.
—Todavía faltan algunos meses —respondió. De acuerdo, ahora era un hecho que faltaba mucho más tiempo del esperado para que se volvieran a ver.
Entonces pensó que aun si hubieran decidido permanecer juntos, todo sería muy complicado. Él la visitaría cada que pudiera y cuando por fin lo hiciera, sería cada vez más difícil su partida, y vivir con ese sentimiento constante de extrañar a alguien no es lo que más hubiera deseado.
—¿Tienes algún mensaje para él? —le preguntó Dimitri. Ella no tenía nada qué decirle, todo estaba aclarado. Aunque en caso de querer decirle algo, solo empeoraría la situación, la haría mucho más difícil de lo que ya es.
—No, creo que no. —respondió y soltó un largo suspiro—. Creo que mejor me voy, tengo un compromiso en unas horas —anunció y se levantó del sillón.
—¿Cita importante? —cuestionó con una media sonrisa.
—¿Cómo lo supiste...? —preguntó confundida.
—Faltan varias horas para ese compromiso, y seguramente las vas a utilizar para arreglarte. —Le dio una sonrisa curiosa, ambos sabían que estaba en lo correcto. Aunque June no tardaba tanto en arreglarse, pero el maquillarse, vestirse y emocionarse por tener una cita le recordaba a Calum, y eso le quitaba energías.
June se dio media vuelta para salir del cuarto en donde se encontraba con Dimitri, éste guiándola a la salida principal del estudio.
—Me alegra mucho verte June, ven a visitar más seguido —comentó mientras la veía acercarse a su carro. Ella asintió con una sonrisa, prometiéndose a sí misma que lo haría. Entonces se subió a su auto y se fue directo a su casa.
No sabía qué pensar respecto a la cita que tendrá con Charlie. Sentía que no estaba haciendo lo correcto, pero de igual manera se convencía de que solo era para matar el tiempo y quitarse todos los problemas aunque sea por un momento, porque siendo sinceros había pasado un buen rato aquella tarde en la feria.
Decidió que no haría mucho para lucir bien, además de que no sabía a dónde la iba a llevar Charlie. Se puso unos jeans negros junto con una blusa tinta escotada y unos tenis blancos. Para el frío que probablemente estaría haciendo llevó una chamarra de mezclilla, una de sus favoritas.
Estuvo lista y todavía faltaba una hora para que oscureciera y Charlie pasara por ella.
No supo qué hacer, así que optó por comenzar a ver alguna película que le llamara la atención. Buscó y buscó y se topó con la película que una vez Calum y ella estaban viendo antes de tener relaciones. Eso solo fue un golpe duro para ella.
En todo el tiempo que llevaban separados nunca pensó en que habían tenido sexo, pero al ver esa película le trajo recuerdos que totalmente hicieron que llorara. Se seguía sintiendo mal, lo seguía extrañando, lo seguía queriendo demasiado, se seguía preguntando a sí misma el porqué le dijo aquellas palabras que terminaron todo. Le pareció, le parece y le parecerá una idea totalmente tonta y sin sentido, pero no hay poder humano que pueda volver el tiempo atrás.
Justo cuando iba a comenzar a soltar algunas lágrimas, una llamada de Charlie entró a su celular. June se secó las lágrimas cuidadosamente ya que si no, el rímel que llevaba puesto podría correrse y crear un desastre.
Charlie le dijo a June que estaba afuera de su casa, esperándola, ella le avisó que enseguida salía de su casa. Tomó cosas esenciales para salir, y se preparó mentalmente.
—Luces...estupenda —comentó Charlie con la sonrisa más grande del mundo mientras veía a June salir de su casa.
—Gracias —respondió avergonzada por el alago.
Se subió al carro de Charlie el cual muy amablemente le había abierto y cerrado la puerta. Ambos estaban decididos a empezar con la dichosa y codiciada cita que tenía planeada. Esta era una de las únicas oportunidades que Charlie tenía con June, y no la iba a desperdiciar.
Mucha gente podría pensar que por su registro pasado, comportamiento y apariencia, solo quería acostarse con June, pero desde que la conoció quedó hipnotizado por ella, y Charlie quería que June se sintiera de la misma manera por él.
—¿A dónde vamos? —curioseó June mientras veía cómo Charlie se dirigía por un camino totalmente desconocido por ella.
—Creía que nunca preguntarías eso, pero es sorpresa —respondió con una ligera sonrisa. June rodó los ojos de manera amistosa. A muchas personas no les gustaban las sorpresas, pero a diferencia, a June le encantaban.
Charlie manejó por unos minutos y mientras lo hacía, intentaba hacer conversación con June, y aunque estuviera fluyendo muy bien ella se sentía con los ánimos por el suelo. Hasta comenzó a pensar que estar ahí con Charlie era una mala idea, él no se merecía esto, que pensara que tiene oportunidad con June cuando en realidad ella sigue mal por su reciente ruptura.
—¿Todo bien? Te noto un poco distraída —comentó Charlie mientras buscaba la mirada de June.
—Todo está bien, solo estaba pensando a dónde me llevarás—contestó y le dio una sonrisa amistosa, aunque ligeramente forzada.
A pesar de la cercanía que tuvieron en la feria, esto era una situación totalmente diferente y se sentía así, diferente. Ambos sentían que estaban conviviendo con un extraño.
—No tendrás que esperar mucho, porque ya estamos llegando—anunció.
Se estacionó enfrente de una cabaña, con sus alrededores un poco despejados. Entonces ahí fue cuando nuevamente, la preocupación la atacaba. No conocía mucho a Charlie, él la había llevado a una cabaña que estaba prácticamente en la nada, raro sería que ella no se angustiara por su seguridad.
—Antes de que digas algo, esta no es una cabaña normal —comentó Charlie, los dos se salieron del carro, y June con nada más que miedo—, es la cabaña de mis padres, pero prácticamente soy el único que la usa. He hecho algunas fiestas aquí y reuniones —le contaba mientras se acercaban a las escaleras que daban a la puerta.
Bufó—. ¿No tienes una fiesta llena de alcohol ahí? —preguntó irónicamente.
—No, esta vez la arreglé para nosotros —respondió regalándole una sonrisa seductora.
June estaba un poco desconfiada en si debía entrar o no a la cabaña. Podría resultar demasiado peligroso, sin embargo Charlie parecía buena persona, aunque uno nunca se debe dejar engañar por las apariencias.
Al entrar al lugar, había un largo sillón en lo que parecía ser la sala de estar, en frente de éste había un proyector. Al parecer estarían viendo una película en medio del bosque.
—Podemos ver la película que quieras, dime alguna y yo la pondré —comentó mientras June entraba con miedo a la cabaña—. Ponte cómoda, y piensa en alguna película.
June comenzó a recorrer la cabaña. Estaba decorada de manera muy elegante, pero seguía teniendo esa fachada de cabaña. Se fue a la sala en dónde verían la película y ahí comenzó a husmear todas las cosas tan finas y caras que tenían, al parecer Charlie venía de una familia con dinero.
—Tengo la mente en blanco. Yo veré la película que quieras —mencionó June mientras se iba con Charlie el cual estaba en la cocina preparando algunos dulces y comida chatarra para la película.
—A mí me gustan las películas de miedo, demasiado diría yo. A la mayoría de la gente no le gustan pero si quieres ver una de esas, no tengo problema —explicó mientras abría una bolsa de gomitas acidas. Al momento de June verlas, se le hizo agua la boca.
—Te impresionaría saber que también me gustan mucho. Pero tiene que ser una buena, porque hay muchas que en vez de dar miedo, dan vergüenza —comentó seguido de una risa por parte de ambos.
—Tengo la película perfecta. Creo que es La noche del demonio tres —informó. En ese momento, June recordó haberla visto previamente.
—Ya vi las tres —admitió poniendo una mueca y soltando una pequeña risa.
—Dime que no has visto la de El Conjuro —habló esperando que June contestara que no. Ella negó con la cabeza y Charlie celebró—. Entonces llevemos esto y ahorita la pongo —tomó algunas bolsas con dulces en ellas, una gran cubeta llena de palomitas y un par de bebidas. June no entendió cómo fue que en tan poco tiempo él había preparado todo esto. Le ayudó a llevar la comida chatarra al sofá.
Él chico rubio comenzó a preparar todo mientras June comía alguna de las gomitas que Charlie había traído.
—Creo que te gustan mucho esos dulces —mencionó Charlie mientras se sentaba a un lado de June, un poco cerca de ella.
—No sabía que tenía dulce favorito, pero al parecer lo tengo —confesó mientras se llevaba otra gomita ácida a la boca. Charlie tomó otra bolsa con otro tipo de dulces, muy diferentes a los que June tenía.
—Cierra los ojos... —comentó Charlie, pero al darse cuenta de que se pudo haber mal entendido la situación decidió explicarle—. Te daré uno de mis dulces favoritos, pero es todo lo contrario a lo que estás comiendo. —Le regaló una mueca. June puso una expresión insegura pero aun así cerró los ojos. Charlie le dio un dulce en la boca y ella solo comenzó a masticarlo.
—¿Chocolate? ¿M&Ms? —cuestionó June abriendo los ojos, conectándolos con los de Charlie. Tenía muy bonitos ojos azules, aunque nada les ganaba a los ojos cafés de Calum.
—¿Qué puedo decir? Me vuelven loco. —Se encogió de hombros y se llevó otro chocolate a la boca. June solo pudo pensar en que esos también eran sus chocolates favoritos.
La película comenzó, June nunca soltó la bolsa de gomitas, pero tanto comer ácido le dio un poco de sed por lo que le pidió su bebida a Charlie el cual le extendió un gran vaso lleno de algún líquido.
—Espero que no te moleste, pero es té helado —musitó, pues la película ya había comenzado.
—Parece que sabes todos mis gustos preferidos que ni yo sabía que tenía—comentó June después de darle un sorbo a la bebida.
Ambos se acomodaron en el sofá, y aunque haya hecho su mayor esfuerzo, June no pudo evitar pensar que pudiera estar con Calum. Sin embargo, aún si él estuviera en la ciudad, la situación de ellos dos no les permitiría estar así.
La película comenzó a darles grandes sustos a los dos, la combinación del tema espiritual, sonido, iluminación y suspenso los tenía muy tensos y atentos a cada cosa que pasaba.
Después de varios minutos y algunos sustos que hicieron brincar a ambos, se encontraban mucho más pegados que antes. Cuando los asustaban, Charlie soltaba maldiciones, pero después se disculpaba, si supiera que June se las estaba guardando. Era un hecho que la película estaba repleta de sustos.
La verdad es que les trajo muchas risas, muchas pláticas y June no se la pasó nada mal con Charlie. Le caía bien, aunque ella sabía que él no la veía como una amiga.
Cuando acabó la película June quiso ayudar a recoger, y a pesar de que Charlie le haya dicho que él se encargaría de todo, fue terca y ayudó.
Al terminar con eso los dos se fueron al sofá a sentar por un rato. Ambos estaban cansados pues era tarde, y en realidad ninguno se quería separar del otro porque seguían un poco cobardes y temerosos por la reciente película.
—Comí demasiados dulces —comentó June mientras ponía su mano en su panza. Charlie soltó una risa, pero solo pudo sentir empatía hacía June.
—¿Quieres que ya te lleve a tu casa? —preguntó mientras volteaba a verla. Se perdió en su mirada y solo pudo pensar en cómo se sentiría besarla.
—No, yo pienso que todavía puedo quedarme un rato más. —Conectó su mirada con la de él, y le dio una ligera sonrisa al notar que él no apartaría por nada sus ojos de ella.
—Lo siento, pero es que tienes ojos demasiado hermosos —le hizo un cumplido a lo que June solo pudo sonreír.
—Son iguales a los tuyos, no tienen mucha diferencia —mencionó mientras se ponía un mechón de pelo atrás de la oreja.
—No, no lo son... —la contradijo—. Entonces, te apasiona la música, ¿algo que quieras tocar para mi algún día? —Le regaló una sonrisa divertida.
—Pues tengo algunas canciones que podrían gustarte, pero la verdad es que la música que toco no es para todos —explicó mientras enderezaba su cuerpo para hablar mejor con Charlie.
—Si hay algo que me gusta es el piano, y tus ojos —volvió a hacerle un cumplido mientras analizaba la expresión de June la cual solo sonrió de nuevo. Los dos se estaban mirando fijamente, como si esperaran que el otro se atreviera a dar ese primer paso.
—¿Qué te parece si yo te digo una confesión y tú me dices otra? —sugirió Charlie con diversión en la voz. June no creía que era una buena idea y se lo hizo saber mediante su expresión de disgusto—. ¡Vamos June! No creo que sea tan malo —intentó convencerla.
—No tengo ni la menor idea de qué decir—se justificó, no muy segura de querer hacer aquello.
—No te preocupes, sé que se te ocurrirá algo —mencionó. En realidad sí le vino algo a la cabeza—. ¿Quieres empezar o? —preguntó, pero June no lo dejó terminar.
—Empieza tú en lo que se me ocurre mi confesión —habló. Charlie asintió y pensó por unos segundos hasta que se le vino una a la cabeza.
—El día en que nos conocimos, siento que no debí de haberte puesto en ese estado. Me siento terrible por eso, también decidí alejarme por ese chico —explicó con remordimiento en la voz. El hablar de Calum ponía un poco incómoda a June, y esa no podía ser su confesión, lo podría hacer sentir peor.
—De verdad no era nada. Además, tu no me pusiste así, eso fue decisión mía y tampoco te detuve —lo reconfortó. Él solo sonrió y le recordó a June sobre su confesión—. Pues como supiste, tuve amnesia, pero antes de eso estuve en coma por unas semanas, y una sensación que recuerdo perfectamente era el constante temor de que nadie de las personas que amaba apareciera en el hospital. —Hizo una pausa—. Cuando uno está en coma la gente le habla y todo eso, pues yo temía que me dejaran de hablar, también recuerdo casi todo lo que me dijeron. —Miró sus manos—. Aunque la peor parte no era esa, sino que gente que amaba aparecía y no tenía ni la menor idea de quienes eran, no era consciente de todas las cosas que había pasado con ellos, y no pude hacer mucho al respecto, ni cuando estaba en coma ni después. —Dirigió su mirada a otro punto para no enfrentar la mirada de Charlie.
—Pero lo que te pasó del accidente nadie quería que pasara —intentó animarla. June no lo estaba viendo, pero a decir por su tono voz, supo que su expresión era de lástima.
—Por supuesto que no. Aunque no lo creas, por poco pierdo personas importantes en mi vida por las mentiras que se crearon al yo no poder recordar nada. —Hizo una pausa—. En realidad sí perdí gente importante. —Su nariz comenzó a picar y sintió cómo sus ojos se aguadaron.
—Si tuvieron el coraje para mentirte, no merecen estar contigo —comentó mientras limpiaba una lágrima que caía por una mejilla de June. Él levantó su barbilla para que conectaran miradas, entonces se inclinó para besarla.
Fue un beso tranquilo, inocente, pero al principio June no sabía si debía aceptarlo o no. Decidió dejarse llevar, puso todos sus sentimientos y pensamientos de lado y continuó con el beso.
Se acercaron el uno al otro para poder profundizar el beso el cual mientras más y más segundos pasaban, más apasionado se volvía. Charlie comenzó a inclinarse para que June se acostara en el sofá, y eso hizo. Envolvió sus brazos en el cuello de él para profundizar el beso y darle más acceso. Charlie levantó la camisa de ella un poco, acariciando su cintura sutilmente. Su mano subía y subía, pero de repente, pararon.
—Tenemos un cuarto en la planta baja —mencionó Charlie. Ninguno de los dos esperó y se fueron directo al cuarto, Charlie guiándola a través de los pasillos.
Una vez ahí, ella comenzó a revisar todo el lugar justo como cuando había llegado. Sinceramente, con cada cosa que veía reforzaba su idea de que el chico tenía dinero, y mucho.
Charlie tomó a June de la cintura para darle una vuelta y volver a conectar sus labios. A pasos torpes de dirigieron a la cama en donde volvieron a la misma posición de antes. Inesperadamente ambos se quitaron sus respectivas playeras y las lanzaron lejos solo para unir sus labios nuevamente.
Charlie besó el cuello de June y después volvió a su boca. Con una de sus manos bajando por el torso de June se detuvo en cuanto llegó al botón del pantalón con intenciones de abrirlo. Pero la realidad, su realidad, le pegó. Inmediatamente se separó de Charlie y supo que estaba cometiendo un error.
—¿No quieres hacerlo? Si te preocupa la protección, tengo algunas por aquí... —habló mientras se quitaba de encima, ella se enderezó en la orilla de la cama.
—No, no es eso —negó con la cabeza.
No podía quitarse el mal sabor de boca que tenía. A pesar de que ya no estaba con Calum, sentía que eso era incorrecto, no podía continuar con esa acción, sentía que lo estaba traicionando. Y aunque fuera un sentimiento muy estúpido, no es justo para Charlie pues June sigue sin superar del todo a Calum, además de que ella no se siente con la misma seguridad y protección con Charlie que con Calum, pero no era ese tipo de protección sexual, si no una sentimental.
—¿No lo has hecho antes? —cuestionó confundido mientras se sentaba a un lado de ella.
—Sí, lo he hecho, pero solo no quiero y no puedo. Sé que no es justo que te provoque de esa manera y después decirte esto, pero la verdad es que no tengo ni la menor idea de qué sentir —mintió.
Ella sabía lo que sentía, era amor y lealtad por Calum. Eso tenía que cambiar, ellos ya no estaban juntos como para seguir sintiéndose así por él, pero para lograr olvidar se necesita tiempo, aunque digan que un clavo saca a otro clavo.
—Tal vez yo no debí se haberte besado —se lamentó, pero hizo una pausa—. ¿Es por ese chico? ¿El que estuvo en el hospital y el club? —indagó. June solo lo miró y no supo qué decirle, así que él tomó su silencio como respuesta.
—Lo lamento —se disculpó mientras se abrazaba por el frío que hacía, además de que quería taparse todo lo que pudiera.
—Todo está bien, sin rencores. Yo debí de haberme esperado, no es tu culpa —sonrió amistosamente y se paró a recoger las playeras de ambos, le extendió su respectiva playera a June y se la puso.
—Gracias. —Se paró de la cama y ambos salieron del cuarto.
—No fue nada. Vamos a llevarte a tu casa —sonrió.
Ambos salieron de la cabaña para irse hasta la casa de June, ella con las ganas de llorar hasta el cielo y Charlie con el corazón en las manos.
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