21

Toda la semana, June estuvo ansiosa por saber la sorpresa de Calum. Tenía las esperanzas muy altas y la devastaría si no fuera lo que esperaba, pero estaba segura de que no sería defraudada.

Y así como June estaba ansiosa por la sorpresa, Calum estaba nervioso y preocupado. Para él era muy importante que a June le gustara esa sorpresa, era una de sus prioridades. Toda la semana estuvo haciendo llamadas, yendo de allá para acá y de acá para allá, estaba como loco.

A lo que le había dicho Calum a June, el viernes por la noche iba a ser la sorpresa. Y hoy era jueves por la mañana, por lo que sólo hacía crecer su curiosidad por saber qué era aquello que Calum le había puesto tanto empeño y tiempo.

June le había propuesto salir ese día a algún lado, pero Calum tuvo que rechazar aquella oferta porque se encontraba planeando las últimas cosas sobre el evento del día siguiente.

Ella ahora estaba en la escuela, y además de nerviosa, harta de las clases. Intentaba prestar atención a su clase cuando en realidad, no tenía ganas de hacerlo y solo quería estar en su casa.

Sinceramente, June se encontraba un poco triste y cansada mentalmente porque estos últimos días Calum ha estado muy ausente sin mucho tiempo para ella, y aunque suene muy dependiente incluso enfermizo, ella necesita de Calum, necesita su calidez y protección, pero sabe que ni hoy y probablemente parte de mañana la tendrá.

En los últimos días, June ha pensado que esa sorpresa va a ser inútil ya que solo la está apartando de Calum, pero en vez de sentirse como un pensamiento, era más como un presentimiento. En momentos ella no quisiera esa sorpresa, pero después ve lo emocionado y nervioso que está Calum y el corazón se le derrite, ella sabe que si le llegara a mencionar algo a él, podría solamente arruinar su emoción y decepcionarlo.

June fue sacada de sus pensamientos por la campana de la escuela que indicaba el inicio del receso. Los compañeros de June salieron como robots del aula mientras que ella se quedó atrás, siendo la última en salir. Se dirigía a la cafetería para encontrarse con sus amigos, pero al momento de ver el montón de alumnos en las mesas, decidió que no quería estar ahí, intentando lucir bien para la sociedad cuando en realidad no lo estaba. Fue a su casillero y sacó un libro de lectura, y aprovechando el momento, guardó unos libros y sacó otros.

Sin pensarlo demasiado, fue a las mesas detrás de la escuela, y para su sorpresa había muchas libres, pero se fue a la misma en dónde Calum y ella se frecuentaban cotidianamente.

Ver la mesa vacía le causó cierta nostalgia y tristeza porque sentía que había pasado mucho tiempo desde la última vez que pasaron sus tardes aquí, pero no lo malinterpreten, a ella le gustaba mucho como están ahora, solo que al ver todo como era antes le causaba una gran nostalgia, y ella no entendía el porqué de esa gran tristeza, era algo un poco insignificante y perfectamente se pudo compensar con su situación actual.

Otra vez, ese presentimiento apareció, dejando más preguntas y confusión en June. Ignoró todos sus pensamientos y comenzó a leer. Sin embargo, su mente no la dejaba concentrarse en la historia ficticia del libro. Guardó aquel ejemplar en su mochila y sacó unos cuadernos para hacer tarea. También sacó sus audífonos y celular, y pronto estuvo sumergida en el mundo de la música mientras hacía sus deberes.

Pasaron los minutos, y June seguía haciendo tarea, cuando por fin terminó con la que tenía, sacó su libro nuevamente para comenzar a leer. Esta vez logró concentrarse en la historia a pesar de tener audífonos puestos con música a alto volumen, y esa fue una de las razones por las cuales no pudo escuchar al chico enfrente de ella, intentando captar su atención. El chico movió su mano hasta que June levantó su mirada y se quitó los audífonos.

—¿No deberías estar en clase? —preguntó el chico rubio de ojo azul. June nunca lo había visto, así que dedujo que no iba en la misma escuela. Él soltó una carcajada al ver la expresión de June. Estaba tan sumergida en lo que estaba haciendo que no escuchó la campana y se perdió casi dos horas de clase. June comenzó a guardar sus cosas lo más rápido posible pero el chico la detuvo.

—¿Sabes dónde está Calum? —indagó aquel chico. June paró en seco y una curiosidad inmensa la invadió.

—Debe estar en clase. En unos minutos suena la campana, podrías buscarlo en los pasillos —respondió con una sonrisa amable. El chico dio las gracias y se dio la vuelta para irse a los pasillos.

—Disculpa, ¿quién eres? —interrogó June, evitando que el chico siguiera caminando.

—Me llamo Ethan —sonrió simpático, mostrando sus lindos hoyuelos que se le formaban en las mejillas. June pudo notar un piercing en una de sus cejas y un pequeño aro en su nariz.

—¿De dónde conoces a Calum? —curioseó. Parecía como alguna novia loca y paranoica, pero quería saber quién era esa persona para Calum.

—Nos conocemos desde... —intentó responder, pero fue interrumpido por la campana—. Me gustaría poder contestarte June, pero tengo que irme —comentó Ethan, dejando a June con las preguntas en la punta de la lengua. ¿Cómo sabes mi nombre?, se preguntó a sí misma.

El resto de sus clases fueron demasiado tediosas, y no dejaba de pensar en Ethan. La había dejado colgada con demasiadas preguntas que probablemente nunca pudieran ser respondidas. June tenía que aprender a dejar soltar aquello que no puede controlar porque muchas veces se aferraba a eso aun cuando la volviera débil. Sin embargo, tenía que dejarlo ir, solo le estaba quitando energías.

Cuando el último timbre del día sonó, indicando que las clases finalizaron por el momento, June se fue a su casa, sin mirar atrás ni un segundo. En ese instante solo quería estar ella sola, ella y sus pensamientos. No quería lidiar con el mundo y sus exigencias.

Previamente le había avisado a Seth que se iría a pie para que no la estuviera esperando y mucho menos que se preocupara.

Iba a paso rápido, y parecía que con cada paso que daba, su ansiedad y pensamientos aumentaban. Parecía que la estaban persiguiendo con lo rápido que iba, pero ella solo siguió su camino sin importarle nada más. Todo a su alrededor desapareció, los sonidos se escuchaban embotellados, y estaba segura de que ahora alguien sí la estaba siguiendo, incluso estaba gritando algo solo que ella no podía escuchar con claridad.

—¡June! —gritó Calum intentando alcanzarla, ella no parecía responder a su llamado. Siguió caminando, casi trotando, y cuando por fin la alcanzó, la tomó por los brazos, deteniéndola por completo y se puso enfrente de ella. Buscó su mirada preocupado para encontrarse con unos ojos perdidos.

—¿Qué ocurre? Llevo persiguiéndote como dos calles, ¿estás bien? —Quiso asegurarse Calum mientras la liberaba de su agarre.

—Lo siento, es que estaba pensando y no me di cuenta de que me estabas hablando —respondió y le dirigió una pequeña sonrisa. Calum no se dio por vencido, él sabía que algo estaba pasando con ella en los últimos días.

—¿Ocurre algo? Te he notado muy distante —comentó intranquilo. Había pasado unos días desde que no veía sus ojos con ese azul radiante que los caracterizaba, y eso le preocupaba. June no sabía qué decirle, dudaba si debía mentirle o ir directamente con la verdad, aunque todos sabemos que lo correcto sería la verdad.

—Siento que estos últimos días has estado muy ausente, y te extraño —confesó con la voz apagada. Sin pensarlo dos veces Calum la abrazó, dejándola sumergida en su pecho.

—Lo lamento, nunca fue mi intención alejarme. Pero todo esto acabará —la calmó mientras se separaba un poco de ella para conectar sus miradas. ¿Estás seguro de que acabará? pensó Calum, pero ocultó su preocupación al ver los ojos de June llenos de esperanza.

A pesar de lo recién ocurrido, Calum tenía que seguir arreglando ciertas cosas y no podía quedarse con June el resto de la tarde. La rodeó por los hombros con su brazo y la acompañó hasta su casa.

En todo ese trayecto, Calum temía decir algo y arruinarlo todo o simplemente empeorar las cosas, así que optó por no decir ni una palabra. En cambio June, tenía tanto qué decir, tantas cosas qué aclarar, pero ella no dijo nada por temor a la respuesta y reacción de Calum.

La dejó en su casa y cuando ella entró, él sacó su celular rápidamente y comenzó a caminar lejos de la casa de June. Hizo una llamada a uno de sus mejores amigos, y cuando este respondió, no se escuchaba feliz.

—¿Dónde estás? Te necesitamos aquí ahora —decretó su amigo.

—Voy en camino Matthew, tuve que hacer algo primero —se justificó mientras pedía un taxi, algo sumamente difícil ya que parecía que no había ninguno disponible ese día. Cuando estuvo dentro del taxi, le dijo la dirección a la cual se dirigía y continuó con la llamada.

—Ethan ya nos contó sobre June —comentó Matthew con voz juguetona. Aquello dejó impresionado a Calum pues según su conocimiento ninguno de ellos sabía nada sobre ella, salvo que salía con él.

—¿Qué les contó exactamente? —cuestionó como precaución para no decir algo que no debía, y en todo caso, que no quería.

—Que habló con ella, que es linda y parece una buena persona —respondió Matthew. Calum sonrió al pensar que ella era todas esas cosas y más.

—Sí, lo es —aseguró con la sonrisa tonta en la cara.

—No puedo esperar a conocerla. ¡Alguien robó tu corazón! —exclamó emocionado Matthew y se escuchó a través del teléfono que el resto de sus mejores amigos estaban haciendo burlas. Calum rio por lo bajo ya que todos sabían que era cierto, ¡incluso el taxista!

—Pronto estaré ahí —anunció en cuanto sus amigos pararon las burlas.

—No tardes. —Entonces ambos amigos terminaron la llamada.

Calum recargó su cabeza en el vidrio del taxi y observó con detenimiento las calles, las personas, las tiendas por las que cruzaban, y solo se quedó pensando. Estaba tan emocionado y preocupado a la vez. La sorpresa del día siguiente posiblemente abriría una herida, o podría sanar la pasada, todo depende de cómo las cosas vayan.

A veces a Calum le gustaría poder controlar el transcurso de las cosas, pero nadie puede hacer eso y lo único que está en sus manos es esperar por lo mejor, aunque en lo más profundo de él sepa que no será así.

El taxi llegó a la dirección que Calum le había dicho. Salió del automóvil y le pagó al taxista para ver cómo se iba de ahí. Cruzó una calle y llegó a su destino, dónde sus tres mejores amigos lo estaban esperando.

—¿Qué ocurre? —preguntó mientras llegaba hacia ellos con sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

—Debido al dinero que ofreciste, el cual aceptaron con éxito, nos dieron una presentación con más larga duración —explicó Matthew.

—Matthew, yo fui el que les dijo sobre eso. ¿No hay algo que no sepa? —cuestionó y todos intercambiaron miradas.

—Creímos que sería muy obvio pero al parecer estás muy ocupado con June —comentó Ethan imitando besos y caricias, a lo que todos rieron.

—Tenemos que agregar canciones a nuestra setlist —reveló Asher a lo que Calum le dio una mirada sorprendida.

Nunca había pensado aquello, y tal vez después de todo sí estaba muy ocupado con June, aunque ella piense lo contrario.

Calum asintió y todos entraron al lugar donde se presentarían al día siguiente. En cuanto lo hicieron, una oleada de calor combinada con alcohol golpeó sus fosas nasales. Los cuatro chicos se dirigieron a dónde estaba el mánager del lugar. Todos ya lo conocían de ocasiones pasadas, incluso eran amigos, así que solo se saludaron y comenzaron a trabajar en la setlist del concierto.

Hicieron varias modificaciones, y Calum agregó canciones que quería presentar ese día en específico. Toda la tarde se fue arreglando aquello, ya que cada chico quería que quedara perfecto porque esa podría ser la última vez que se presentaran ahí. Prácticamente desde que iniciaron su banda han tocado en ese lugar, y esa última presentación era muy importante.

Esa noche, June se fue a la cama pensando en lo ocurrido hoy, y ese mal presentimiento regresaba una y otra vez. Aquel recuerdo que su mente bloqueaba se ha estado haciendo menos borroso con el pasar del tiempo, pero aún no lograba descifrar lo que estaba ocurriendo. Solo más dudas se agregaban a la lista.

Calum por otra parte, se fue a la cama pensando en la sorpresa que le tenía a June. Muchas veces había sido mencionada, y es muy importante para él la reacción de June. Ella ahora es una clave esencial para su vida y solo no puede ignorar el hecho de que está ahí, y la sorpresa es una forma de decirle lo que ocurrirá, por eso todo tiene que salir perfecto para que no haya nuevas heridas o se abran las viejas.

Pero lo único que pueden hacer los dos es esperar, desear que lo mejor pueda pasar. Aun cuando presienten que no será así

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