20
—Estoy demasiado aburrido —comentó Seth mientras entraba en el cuarto de June y se acostaba en la cama.
—¿Y qué quieres que yo haga? Consigue amigos —bromeó June, Seth la miró amenazador.
—Vayamos a la plaza —suplicó Seth.
—No tengo ganas de ir a una plaza —le respondió y su primo rodó los ojos.
—Entonces vayamos por comida —propuso nuevamente mientras se enderezaba en la cama de June.
—Me di a entender mal. No tengo ganas de convivir con gente hoy —corrigió lo que previamente había dicho. Seth protestó ante la actitud de June, mientras que ella solo lo ignoró y siguió concentrada en su computadora.
—Si fuera Calum saldrías conmigo sin pensarlo... —comentó volviéndose a echar a la cama.
—Es muy diferente esa situación —se defendió.
—Por supuesto que no lo es. Además, ¿qué tanto haces en la computadora? —interrogó frustrado.
—Estoy buscando empleo —respondió, mientras veía cientos de lugares en los cuales solicitaban trabajo. Solo que en el caso de June, sus opciones estaban muy reducidas ya que no tiene experiencia laboral, además de que todavía no cumple la mayoría de edad.
—Vayamos al centro y ahí buscamos algún lugar que solicite trabajadores pero salgamos de la casa —habló su primo entre súplicas.
—Sinceramente no creo encontrar nada —comentó June y recorrió sus manos por su cabello—. Nunca terminaré de pagarles a mis tíos—agregó con desilusión.
—Oye, tú decidiste comprarlo, no yo —habló mientras se paraba y salía del cuarto.
—¡Gracias por apoyarme! —gritó June para asegurarse que fuera escuchada.
Revisó por unos minutos más los anuncios de empleo en su computadora, cansada y estresada, pero Seth entró desesperado al cuarto de June y cerró la computadora.
—Vamos por comida —decretó Seth y salió del cuarto de su prima directo a las escaleras.
June fue corriendo detrás de él y entonces ambos se fueron a comprar alimentos y más que nada salieron para despejarse de todo.
La verdad es que June se sentía demasiado cansada como para salir, pero ya no quería estar encerrada todo el día en su casa. Ese momento se convirtió en uno de esos en los cuales solo quieres dejar de existir. June estaba delirando, no sabía exactamente por qué. Estaba estresada y abrumada, y no sabía cómo tranquilizarse.
Era patético admitir cuando uno se encuentra mal, y más si es debido a otra persona. Hace un par de días que June no veía a Calum, si acaso en la escuela pero por un par de minutos solamente. Ambo han estado sumamente ocupados.
—¿June? —preguntó Seth mientras movía una de sus manos en el rostro de ella, su mirada estaba perdida en el vacío. June movió su cabeza, indicando que quería saber qué era lo que ocurría.
—¿Vas a querer algo? —preguntó Seth mientras veía incómodo a la chica que los estaba atendiendo.
—Sí, un cono sencillo por favor —habló con una ligera sonrisa amable. La chica recibió el dinero por parte de Seth y le devolvió cambio junto con un ticket con el que podrían recoger su pedido.
—¿Te encuentras bien? Parece que tu cuerpo está presente pero tu mente no —comentó Seth mientras ellos dos se sentaban en una mesa. June soltó un largo suspiro.
—Es que así estoy, en mi mente. Pero todo está bien. —Le dio una ligera sonrisa. Seth iba a hablar pero anunciaron que su pedido estaba listo.
June se iba a parar a recogerlo pero Seth se le adelantó. Volteó a ver a su primo, el cual le regaló una sonrisa seductora a la chica que los había atendido previamente. Intercambiaron un par de palabras y Seth regresó a la mesa con una sonrisa victoriosa y le entregó su cono a June.
—¿Qué fue eso? —cuestionó June mientras lamía su helado.
—Seductor Seth en acción —respondió y repitió la acción de June.
—No vuelvas a decir eso, por favor —bromeó con cara de disgusto y soltaron una risa.
Por unos segundos ambos se concentraron en nada más que sus helados. Ninguno decía nada. Sin embargo, dos chicos entraron al local, haciendo ruido y riéndose extremadamente fuerte y a decir verdad, ambos eran atractivos. Uno de ellos volteó a ver a June y le dedicó una sonrisa. Ella se la devolvió pero de una manera amistosa y apenada, quitó la mirada de aquellos dos chicos.
—¿Qué fue aquello? —preguntó Seth de la misma manera que June lo había cuestionado.
—Absolutamente nada —respondió despreocupada mientras lamía su helado. Seth le contestó de manera sarcástica y June solo rodó los ojos. Ambos no tararon en concentrarse de nuevo en sus helados.
Día aburrido, pensó June.
—Volvamos a la casa —comentó Seth mientras se paraba de la mesa, June lo miró sin poder creerlo.
—¿Tanto me insististe en salir para que ya te quieras ir? —cuestionó irritada mientras se levantaba. Él decidió ignorar la pregunta de June y solo salió del local con su prima detrás de él.
June intentó alcanzarlo mientras los dos cruzaban la calle, pero ella paró en seco y su mirada se perdió en el pavimento. June no sabía lo que estaba pasando, pero de nuevo ese recuerdo borroso y embotellado se pudo apreciar en su mente, solo que esta vez, la imagen era un poco más clara.
—Intenta comprender June, no tengo idea de cuándo te volveré a ver y no quiero dejar las cosas entre nosotros mal —habló Calum e hizo una pausa—. Me iré unos meses, pero estaré volviendo, lo prometo
Fue lo único que pudo distinguir June de todo el recuerdo, lo demás sigue siendo muy borroso, tanto como para no saber sobre de qué estaban hablando.
June seguía en la mitad de la calle, pensando sobre lo que recientemente había recordado, pero alguien envolvió sus brazos en su cintura y la atrajo hacía sí mismo, evitando que el carro chocara con June. Ella por fin salió de sus pensamientos, atónita por ser casi pulverizada por un automóvil.
—A veces parece que los carros en vez de frenar aceleran —comentó Seth detrás de June—. ¿Estás bien? —Quiso asegurarse viendo el rostro de ella que además de estar atónita, estaba confundida por todo lo que recordó. Lo único que pudo distinguir era sobre Calum, pero ¿se iba a ir? ¿Por qué June pudo meterse dentro del dolor del recuerdo y experimentar aquel sufrimiento?
—Sí, lo estoy —respondió y soltó un suspiro, viendo el carro que se alejaba más y más mientras los segundos pasaban.
Comenzaron a caminar, ambos sobresaltados por la reciente escena. June no podía dejar de pensar en aquel recuerdo. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué? ¿Cuándo?
El teléfono de ella comenzó a vibrar, indicando que había una llamada entrante. Vio el nombre de Calum en la pantalla y no dudó ni un segundo más para contestar la llamada.
—¿Dónde estás? —preguntó Calum al otro lado de la línea en cuanto ella contestó. A decir verdad, el escuchar su voz después de haber recordado eso, lo hizo desconfiar de él por un momento, no sentía la misma confianza en su habla como hace un día.
—Estoy cerca de la escuela, ¿ocurre algo? —hablaba preocupada, comenzó a creer que algo le había pasado.
—¿Podrías ir al puente en el lago? Por favor, es urgente —demandó su presencia, y a pesar de que June estaba un poco inconforme con él, la preocupación invadió todo su cuerpo.
—Ahí estaré —garantizó y colgó la llamada para después guardar su celular—. Seth, tengo que irme, Calum me necesita. Nos vemos después —se despidió sin esperar alguna respuesta de su primo y se fue directo al puente.
En el camino pensó en mil y un cosas que le pudieron haber pasado a Calum, él ahora podría estar herido o algo peor, así que June solo apresuró su paso para llegar de una vez al puente.
Entró en el bosque y decidió confiar en que su memoria la llevaría hasta el puente, y así fue porque el camino lo recordaba muy bien, y algunas cosas relacionadas con Calum, comenzaron a llegar en ese mismo instante, cosas que habían vivido en ese mismo camino, pero no tuvo tiempo para detenerse y apreciar aquello, Calum la necesitaba y no sabía ni siquiera para qué.
Cuando escuchó el río, eso significaba que estaba demasiado cerca, por fin pudo sentir un poco de calma. Sus pasos nunca cesaron, y menos cuando vio el puente a unos metros. Paró en el extremo más cercano a ella ya en el puente, y vio a Calum sentado en el, con unas hojas de papel en sus piernas cruzadas y sus manos en su nuca. June se acercó hasta él y Calum levantó la mirada, iluminando ésta de mil maneras posibles.
—¿Algo ocurre? ¿Estás bien? —indagó June mientras se sentaba en el puente a un lado de Calum.
—Necesito tu ayuda. No puedo, no puedo terminar... ¡No puedo hacerlo! —exclamó frustrado mientras lanzaba las hojas lejos de él, ponía sus manos en su nuca y enterraba su cabeza en sus rodillas.
June puso una de sus manos en la espalda de él, intentando darle apoyo. Se recargó en su hombro, causando que él se tranquilizara. Quitó sus manos de su nuca y levantó la cabeza para después apoyarla en la de June.
Sin embargo, vio de nuevo aquellas hojas y se volvió a sentir frustrado. Enterró su cabeza en el hueco entre la cabeza y hombro de June, la abrazó por la cintura y la atrajo hacía él. Ella envolvió sus brazos en Calum, intentando que se calmara por lo que sea que le estuviera pasando.
—¿Qué pasa? —volvió a preguntar June mientras veía a Calum con cierta dificultad por su posición.
—Es algo insignificante, solo creo que estoy exagerando todo más de lo que debería —respondió separándose de June. Aun así entrelazó sus manos, admirándolas por unos segundos.
—Lo cual es... —buscó su mirada.
—No logro escribir nada, todo lo que estoy haciendo es inútil, no tienen ni sentido ni ritmo —habló con demasiada impotencia, y no tuvo que decir más para que June supiera que estaba hablando sobre componer letras de canciones.
—Estoy segura de que son buenas, algo se puede rescatar de ellas. Solo estás muy cansado y agobiado —lo tranquilizó con una media sonrisa.
—La sorpresa que he estado preparando se acerca, y quiero que todo salga extremadamente bien, y no he tenido tiempo para hacer otra cosa —comentó Calum, vio las hojas enfrente de él y las pateó más lejos.
—Calum, he leído varias canciones tuyas y son muy buenas, estoy segura de que estas no son diferentes —mencionó. Se separó de Calum para alcanzar las hojas dispersas por el suelo. Le impresionaba que no se hayan caído al río por los huecos que tiene el puente.
—¡No las leas! —gritó Calum estirándose para tomar las hojas desde la mano de June, ella solo las alejaba más. Ambos soltaron risas por aquello, pero él seguía intentando quitárselas.
—No quiero decirle adiós a otra noche —empezó a leer June mientras Calum intentaba quitarle las hojas.
—¡No! —protestó y June soltó una risa pero continuó leyendo.
—Y verte ir. No quiero cometer los mismos errores, y ver como todo se pierde entre las luces de la ciudad —terminó de leer una parte y por fin dejó que Calum tomara las hojas.
—Eso me parece muy bueno, y solo fue un pequeño párrafo el que leí —comentó mientras pegaba sus rodillas a su pecho y abrazaba sus piernas.
—Puede que ese párrafo sea bueno, pero el resto es pésimo, y las otras dos canciones son peores —mencionó mientras veía las hojas dobladas en su mano.
—No siempre te va a salir a la primera, tienes que intentarlo muchas veces. Y me impresiona que te lo esté diciendo yo porque tú tienes más experiencia respecto a esto —sonrió de lado. Calum le devolvió la sonrisa y se quedaron en un gran silencio con el sonido del río acompañado.
Sin decir ni una sola palabra, ambos acercaron sus cuerpos, Calum la rodeó con su brazo y June recargó su cabeza en el hueco de su hombro y cerró sus ojos por un momento, disfrutando lo bien que se sentía. Entonces vino a su mente lo que había ocurrido en la calle hace un rato.
—Creo que el recuerdo que mi mente estaba bloqueando, lo acabo de recordar —comentó aún pegada a él. Calum la vio y ella le devolvió la mirada, con una sonrisa interna al ver sus ojos—, pero solo una parte, una muy pequeña, y creo que salías tú —agregó. Calum no tardó mucho en entrar en pánico.
—¿Qué era lo que decía? —preguntó con la voz temblorosa. Intentó ocultar su nerviosismo, pero no lo logró mucho y June se dio cuenta de esto.
—No lo sé. No logré escuchar muy bien —respondió intentando mentir, aunque Calum se la creyó totalmente pues su expresión se tranquilizó.
—Seguramente no era nada —comentó dándole poca importancia mientras se aferraba más y más a June, con cierto temor recorriendo todo su cuerpo.
—Calum —habló June y él la volteó a ver de nuevo. Pero ninguno dijo nada, solo vieron sus labios y ojos al unísono, hasta que ambos juntaron sus labios. Comenzó como algo tranquilo e inocente, pero entonces Calum puso una de sus manos en la nuca de June para atraerla hacía él. June jugó con el cabello de él, pegándose más a su cuerpo.
El beso se intensificó con cada segundo que pasaba. Él la tomó por su cintura y levantó un poco él suéter que traía, moviendo su pulgar, disfrutando aquella sensación. Calum llevó el beso hasta el cuello de June en el cual succionó y dejó una ligera marca. June soltó un pequeño suspiro. Ambos querían más del otro, sus cuerpos se necesitaban con urgencia, y esa necesidad aumentaba día con día y solo había una manera de calmar esa necesidad.
Los dos iban a seguir con su escena, pero unas gotas de agua cayeron del cielo. Al principio decidieron ignorar aquello pero la llovizna se convirtió en cántaros de agua. Ambos se separaron, Calum metió sus cosas a su mochila, mientras que June se fue abajo de un árbol en donde no caía demasiada agua.
—Vamos a mi casa. No queda muy lejos —anunció Calum y June asintió con la cabeza, así que ambos corrieron hasta la casa de Calum.
Ella intentaba alcanzar su paso, pero él era muy rápido además de que ella temía resbalarse y caer. Pasaron varios minutos corriendo hasta que Calum dio vuelta en una calle y llegaron a su casa. Abrió ésta con una llave y dejó pasar a June para después entrar él y cerrar la puerta. Ambos estaban demasiado empapados. El cabello de los dos soltaba gotas y gotas de agua.
—Te traeré ropa —dijo Calum y se fue a su cuarto. June decidió seguirlo ya que no quería quedarse sola.
Cuando llegó al cuarto de Calum, él salió del guarda ropa con dos prendas de ropa en la mano, un pantalón flojo y una playera, pero lo que captó la atención de June era el hecho de que Calum no llevaba ninguna playera puesta, ella se puso nerviosa y se dio la vuelta rápidamente. Calum soltó una risa y se acercó hasta ella. Le tendió una playera que decía "Dropdead" en grande por toda la camisa.
—Utiliza el baño para cambiarte, yo estaré aquí fuera —comentó Calum con una sonrisa divertida, él sabía que estaba poniendo nerviosa a June.
Aceptó las prendas y fue a cambiarse. Por suerte su ropa interior no estaba tan mojada, pero aun así espera no agarrar un resfriado. June se cambió rápidamente y salió del baño para encontrarse con Calum, una vez más sin camisa, pero poniéndose unos pantalones.
—Llevaré la ropa mojada a secar, ahora vuelvo —comunicó Calum y June le estiró las prendas empapadas. La ropa que Calum le había prestado le quedaba extremadamente grande, pero eso le ayudaba con el frío.
June inspeccionó todo el cuarto, viendo algunas cosas que él tenía, como algunos instrumentos, posters de bandas de rock, alguna que otra prenda tirada en el piso a lo que June rio. Ella se fue directo al piano eléctrico y comenzó a tocar algo.
Calum entró al cuarto sin hacer ningún ruido y se posicionó detrás de ella, causando que diera un pequeño salto. Sus cuerpos se encontraban demasiado cerca, pero ambos sabían el juego que estaban jugando. June se separó de él y continuó curioseando por el cuarto, Calum sonrió y soltó su cabeza hacía atrás.
—¿Qué es esto? —indagó June mientras sostenía una especie de cuaderno viejo y gastado. Calum corrió hasta ella e intentó tomar el cuaderno—, ¿es tu diario? —preguntó June y soltó una carcajada.
—¡No lo es! Pero devuélvemelo —habló entre risas. June seguía resistiéndose a devolverlo.
Por un momento pararon y ambos se miraron a los ojos y después a los labios. Calum se inclinó para besarla pero ella corrió al otro extremo del cuarto. Él se cansó de jugar a lo mismo, ambos sabían el efecto que tenían en el otro. Fue hasta June y de alguna manera se lo quitó en un parpadear de ojos, dejándola boquiabierta.
Una vez más sus cuerpos quedaron extremadamente juntos, y ninguno de los dos pudo aguantar más y unieron sus labios, retomando lo interrumpido en el puente. Su beso no comenzó como algo inocente, fue directo a lo implacable. June envolvió sus manos en el cuello de él, mientras que Calum la tomó de la cintura. A pasos torpes, se dirigieron a la cama de Calum, en donde él se sentó primero y la atrajo hasta su cuerpo volviendo a unir sus labios. Ella se sentó encima, algo que solo ayudó a meterse más dentro del papel de excitación. Ambos continuaron con su beso, hasta que Calum bajó por el cuello de June, en donde la previa marca se pudo visualizar, así que comenzó a hacer otra en la clavícula, causando que June soltara un suspiro en el momento que Calum succionó su piel.
Ambos se dieron una corta mirada y Calum se hizo más para atrás para que June pudiera quedar arriba de él. Tenía sus dos manos en la espalda de June, que con el movimiento involuntario se subían más y más levantando su camisa. Ella le dio cortos besos en el cuello hasta que succionó su piel de igual manera, dejando una marca. Cuando terminó con Calum, de alguna manera él la logró voltear para tenerla debajo. June deslizó sus brazos por el torso de Calum evitando clavarle las uñas por lo bien que la estaba haciendo sentir en ese momento.
De un momento a otro, Calum le quitó la playera a June, admiró si belleza por unos segundos para después dejar ligeros besos, comenzando por su boca, bajando lentamente por el cuello, clavícula, pecho, busto, abdomen, ombligo, pero se detuvo cuando estaba por llegar debajo de este mismo, terminó regresando a los labios de June conectándolos con deseo.
Calum iba a bajarse el pantalón pero June lo miró preocupada, entonces entendió que todavía no era momento. Dejó caer su anatomía a un lado de ella, soltando un suspiro. June buscó su camisa por todos lados pero al momento de voltear con Calum él la tenía en las manos. Ella se estiró intentando tomarla pero solo consiguió pegar su cuerpo al de él. Calum aprovechó su posición y la abrazó, impidiendo que saliera de ahí, entonces le dio un beso en la cabeza, sonriendo.
—La sorpresa es la siguiente semana —comentó Calum. June lo vio y sonrió.
—La dichosa sorpresa. Me encantaban las sorpresas antes de conocerte —bromeó y volvió a posicionar su cabeza en el pecho de él. Comenzó a trazar los tatuajes de su pecho, haciendo que una onda eléctrica recorriera todo el cuerpo de Calum.
—Sabes que no es cierto —susurró. Él movía sus dedos en la espalda de ella, reconfortándola.
June sonrió para sí misma, sabiendo que lo que decía era cierto. Ambos cayeron en un profundo sueño, abrazados el uno del otro.
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