15

La noche anterior June había llegado a la conclusión de que recordaba muchas más cosas relacionadas con Calum que con su familia o amigos. Mientras se dirigía a la escuela junto con Seth, le comentó esto y su primo pronto se alteró.

—¿Has recordado más cosas? Creí que no llevabas ningún progreso —comentó Seth un poco histérico. June le mencionó que quería pasar más tiempo con él y así poder recuperar más recuerdos sobre ellos dos. La lógica de June era que, como se juntaba mucho con Calum, recordaba más cosas sobre él que de otra persona, así que si se juntaba más con Seth, recordaría sobre él.

Como era de esperarse, su primo tuvo demasiadas preguntas y June no se pudo librar de ninguna, intentó evadirlas hasta que llegaron a la escuela y visualizó a Calum a lo lejos.

Sus piernas comenzaron a temblar, su pecho saltaba precipitadamente. No podía con la ansiedad que tenía. El simple hecho de verlo caminar por la escuela la ponía en tal estado. Por suerte, él no la había visto y solo siguió con su camino. June decidió hacer lo mismo, pero con el corazón en la boca.

Fue directo a su clase, dejando a Seth atrás con un montón de preguntas. Muchas de las cuales, ni siquiera June podía contestarlas, simplemente no sabía su respuesta, por ejemplo: ¿Qué pasa entre tú y Calum? Ni ella sabía qué era lo que pasaba entre ellos dos. Pero algo era seguro, y eran los sentimientos existentes entre ellos dos.

Debido a las clases que la mantenían ocupada, June logró no pensar en Calum. Pero cada que cruzaba un pasillo, el corazón le saltaba de tan solo pensar que él podía estar ahí.

Cuando se dirigía a su penúltima clase del día, pasó por el salón de música. June se detuvo de golpe y vio el salón. Inmediatamente muchos recuerdos la invadieron, y eso plantó una sonrisa en su rostro, y una vez más su corazón comenzó a saltar rápidamente. June se sentía cansada de tener este sentimiento y no poder apagarlo, así que decidió acabar con eso de una vez por todas.

Sus últimas clases llegaron a su fin. June salió rápidamente del edificio y se dirigió a las mesas de atrás. Por suerte no tenía ninguna tarea qué hacer, había logrado terminar todas entre clases, o en estas mismas. Cuando llegó a las mesas, buscó a Calum en la que siempre estaban, pero vio a un grupo de amigos sentados ahí. June sintió enojo en toda la sangre. "¿Qué hacían esas personas en esa mesa? ¿Acaso no hay más? ¿Tiene que ser esa en específico?"

No pudo hacer otra cosa más que seguir buscando a Calum en el resto de la escuela. Lo buscó por todos los lados que se le pudieron ocurrir, y en ninguno lo encontró.

Rendida, decidió caminar por la escuela, y de alguna manera, sus pies la llevaron hasta el salón de música. Visualizó los instrumentos, esparcidos por todo el salón y entró a explorar. Mientras se acercaba al piano, una repentina voz la sacó de su pequeño mundo.

—¿Qué haces? —preguntó Calum, asustando a June y haciéndola dar un pequeño brinco. Él rio y se acercó hasta ella.

—No hagas eso —advirtió con una mano en el pecho por el repentino susto mientras veía cómo Calum se acercaba a ella.

Rio nuevamente y cuando estuvo cerca, la tomó por la cintura y le dio un beso en los labios. June no se resistió a ello, incluso envolvió sus brazos en el cuello de él. Profundizaron el beso rápidamente, sus cabezas y labios se movían con mucha sincronización, empezaron a dar pasos torpes hacía la pared más cercana sin romper el beso, y una vez ahí, Calum la tenía contra la pared y eso hizo que el beso se intensificara aún más. Sus labios comenzaron a bajar por la mejilla de June, y cuando llegaron al cuello de ella, pararon. June no recordaba tal sensación, pero seguro le encantaba. Soltó un pequeño suspiro cuando Calum succionó la piel de su cuello para dejarle una marca, pero no pudo terminar de hacerlo porque escucharon voces por los pasillos. Se separaron de inmediato y June puso sus manos en su cintura y miró al techo mientras caminaba sin ningún rumbo intentando disimular. Calum se rascó la nuca y fue en dirección contraria de June, con la misma intención. El grupo de personas pasaron sin siquiera mirar el salón. June revisó que estuvieran lo suficientemente lejos y cuando por fin lo estuvieron, se dio la vuelta para ver a Calum recargado en la pared.

—¿Dónde estuviste todo el día? —preguntó serenamente mirando a Calum. Ella no se acercó a él pues si lo hacía, la escena de hace unos momentos podría repetirse, o simplemente lo tomarían en donde lo dejaron.

—He estado ocupado, con tareas, proyectos, algunos trabajos —respondió asintiendo. Ella sabía perfectamente que eso no era lo que pasaba. Calum nunca se ha dedicado a la escuela por completo, había algo más. Y debido a algunos recuerdos que vinieron a ella, sospechaba que está relacionado con su música, con su banda.

—Oh —reaccionó. Entonces así fue como comenzó a acercarse a él. No lo hacía con malas intenciones, solo quería saber la verdad—. ¿En qué has estado trabajando? —indagó con una ligera sonrisa. Necesitaba conseguir información, respuestas a sus constantes preguntas. Calum la vio impresionado, como si hubiera adivinado sus pensamientos, y se notó rendido, tendría que decirle.

—Pronto lo verás, solo dame un poco más de tiempo —comentó y June puso una expresión cansada, no era la primera vez que le decía eso—. Te lo prometo, en poco tiempo lo estarás viendo —aseguró. La atrajo hasta él y le dio un corto beso en los labios, seguido de un abrazo de oso.

June aceptó su respuesta a regañadientes. Ambos tomaron sus cosas y se fueron directo al puente a pasar el resto de la tarde ahí. Resulta que Calum no tenía tantos pendientes como había dicho, así que podrían pasar más tiempo juntos.

Una vez ahí, el sueño se apoderó de Calum y no pudo evitar soltar algunos bostezos. June se dio cuenta y pensó que su plática lo tenía aburrido, pero pronto cambió de parecer al ver los ojos rojos de Calum por cansancio. De verdad ha estado trabajando en aquello que tiene a June muriendo por saber.

—Creo que deberíamos regresar —comentó June con intenciones para que él conciliara sueño, pero no quiso irse—. Calum, tienes que dormir. Parece que no has dormido en días—agregó, intentando convencerlo.

—No lo he hecho —mencionó mientras volvía a bostezar. Inmediatamente June se preocupó aún más por él.

—Con mayor razón —insistió nuevamente. Calum no quería ir a dormir, él quería pasar tiempo con June, aunque eso requiriera hacer sacrificios.

Él repitió que no iría a ningún lado y la atrajo más hacia su cuerpo. Como los dos estaban en el piso, June se rindió de discutir con él, entonces Calum se recostó en las piernas de June y ella comenzó a ver cada uno de sus tatuajes del brazo izquierdo. Comenzó a trazarlos con sus dedos delicadamente, y el repentino tacto de las manos frías de June en la cálida piel de Calum, hizo que éste saltara.

—Lo siento —se disculpó y le regaló una mueca al ver cómo reaccionó ante su tacto. Puso su mano lejos del brazo de él. Calum la vio con lástima, ya que ella estaba pasando frío por culpa de su terquedad. Entonces con sus dos manos, tomó las de ella y las envolvió en su calidez. June tenía las manos extremadamente frías desde la perspectiva de Calum.

Después de un rato de hablar sobre cualquier tema, el frío comenzó a invadirlo también. Calum se levantó, causando que June tuviera mucho más frío. Los dos se fueron directo al carro de Calum, y una vez ahí, él se puso una sudadera y la dio otra a June. Decidió llevarla a su casa, era un poco tarde y no vio fiable dejarla sola, igualmente él tenía algunas cosas que hacer.

Y June, una vez en su casa, intentó no pensar en todos los acontecimientos de ese día. Habían sido demasiado impactantes. Hacer ese tipo de cosas le parecía tan raro pero tan alegre a la vez. Pensar en ello solo pondría una gran sonrisa en su rostro. Definitivamente eran algo, pero sin ninguna clase de etiqueta, algo que no entusiasmaba a June en lo absoluto.

Por otro lado, a Calum le gustaba todos esos momentos espontáneos que tenían. Desde siempre le han gustado, sin darle demasiadas vueltas.

Cuando Calum llegó a su casa, fue directo a su cuarto, y una vez ahí se acostó en su cama y tomó su celular. Pudo ver que tenía varios mensajes de uno de sus amigos, un integrante de su banda. Todos eran mensajes desesperantes para que Calum les contestara rápido ya que había una urgencia. Sin pensarlo dos veces, llamó a su respectivo amigo y este contestó rápidamente, con la voz muy preocupada a decir verdad.

—Te necesitamos aquí, ahora —habló su amigo.

—¿Ahora qué hicieron? —preguntó levantándose de la cama rápidamente. Se notaba el cansancio en la voz de Calum. No podía durar más de dos minutos descansando.

—Solo ven —suplicó.

—Ethan... —amenazó Calum pero fue interrumpido por otro de sus amigos.

—Deja de masturbarte y ven —bromeó otro de sus amigos. Calum no sabía si enojarse por tal acusación o reírse por el comentario de su amigo. Terminó riéndose por lo que dijo su amigo y se fue en carro hasta donde estaban sus amigos.

En su trayecto al lugar, no pudo dejar de pensar en el riesgo que corrían todos sus planes, en que todo en lo que había estado trabajando por meses estaba arruinado, y no exactamente por sus amigos, pues ellos habían estado esperando ese momento con ansias, igual que Calum, incluso hasta más.

Algo había pasado, y todo tiene que ver con lo que June está intrigada por saber y Calum no quiere decirle hasta que todo esté perfecto, pero si toda esa perfección se arruinó por algún problema, June podría decepcionarse ya que él le prometió que pronto lo iba a ver, que pronto sabría. Desilusionarla la obligaría a recordar aquello que Calum desea arreglar antes de que pueda volver a la memoria de June.

Llegó directo a estacionarse enfrente de la casa de uno de sus amigos y se bajó lo más rápido que pudo. Se dirigió directo al garaje donde estaban sus tres mejores amigos, todos con expresiones de preocupados y desesperados.

—¿Qué ocurre? —preguntó Calum al llegar. Su amigo el baterista, fue quien habló.

—Nos pusieron en lista de espera, otra vez —respondió Asher, el baterista. Calum no pudo creerlo, estaba confundido y enojado. Los demás sólo confirmaron lo que Asher había dicho.

—La otra banda quiso su lugar de vuelta —explicó Ethan, pasando su mano por su rubio cabello, despeinándolo completamente por la desesperación.

—Y como son más conocidos que nosotros... —habló su amigo el del cabello rojo, cuyo nombre era Matthew, y luego se echó en el sofá del garaje.

—Les devolvieron el lugar —terminó Calum la oración de Matthew. Se sentó a un lado de su amigo en el sofá, intentando asimilar las cosas.

Calum sintió una gran desesperación por el hecho de defraudar a June, le había prometido aquello, no podía hacerle eso otra vez.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Matthew gritando mientras veía desesperado el techo.

—Tendremos que esperar más tiempo... —respondió Ethan pero fue interrumpido por Calum.

—¡No! No podemos hacer eso. Hemos esperado meses —habló mientras se paraba para enfrentar a Ethan.

—Todo esto hubiera terminado hace mucho, si no hubieras aplazado las cosas —acusó Matthew a Calum—. Y nunca nos dijiste por qué quisiste posponerlo. Solo aceptamos —habló lo más calmado posible. Calum estaba atónito, no podía creerlo.

—Negociaremos con el lugar, les ofreceremos dinero... —comenzó a sugerir Calum como uno de sus últimos recursos para salir de este problema en el que se había metido.

Matthew tenía razón, este problema no existiría si Calum no hubiera querido aplazarlo. Pero tuvo que hacerlo, tenía asuntos que arreglar, no podía dejar todo inconcluso, pero pasó el accidente, y ahí fue cuando todo se complicó mucho más. Ahora, todo se había convertido en un problema más grande. Aplazar aún más todo y decepcionar a June. Calum vio a sus amigos y todos movieron la cabeza horizontalmente, dando a entender que no había ninguna solución más que esperar. Calum negó con la cabeza frenéticamente, no quería rendirse.

—Déjenme arreglar esto. Nos presentaremos en ese lugar, el día que teníamos planeado. Todo va a salir como queríamos.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Asher.

Todos ellos, excepto Calum, no tenían ningún problema con esperar. Ellos no estaban enojados con su amigo, sabían lo mucho que le apasiona hacer y presentar música, si en el pasado quiso aplazar sus presentaciones, debió de haber tenido una muy buena razón.

—Hablaré con Dimitri. De ahí veré qué puedo hacer —mencionó y se fue del garaje.

Se metió en el carro y lo puso en marcha. Sentía que había decepcionado a todos, o al menos que iba a hacerlo. Por eso necesitaba arreglar sus errores y tener todo como estaba. Sus amigos habían sido muy pacientes, Calum no podía acabar con esa paciencia pues en algún punto, se terminaría. Y June. Él está muy preocupado por su reacción, y por lo que pueda recordar. Necesito más tiempo, pensó.

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