14

De lo abrumada que estaba, June se tuvo que ir de ahí lo más rápido posible. Se colocó sus audífonos, I miss you de blink-182 sonó a través de esto y se perdió entre los árboles.

Caminó por horas, y la única razón por la que tuvo que regresar a su casa fue porque estaba oscureciendo y sus tíos iban a preocuparse, además, si seguía caminando, se perdería y eso sería un gran problema. También la dejó exhausta, tanto física como emocionalmente.

Ella creyó que al irse a dormir, estaría pronto en un profundo sueño, pero no fue así. Se quedó pensando en todo lo que había reflexionado en su caminata, en todas las conclusiones que había llegado. Además, se acordó de la canción que Calum había compuesto. La buscó entre una pila de papeles y al encontrarla, se volvió a acostar en su cama. Con la luz de la luna que entraba por la ventana reflejando en su cama, la leyó, y en cierta parte eso le dio tranquilidad suficiente como para causarle sueño. Por un momento olvidó todo lo que ocurría con él, recordó el momento en el cual le había dado la canción. Y con ese pensamiento se durmió.

A la mañana siguiente, se despertó con la canción en su mano y al verla la dejó a un lado, pero una ola de nostalgia chocó con ella y quiso simplemente llorar, sin embargo mejor decidió guardar las lágrimas para después ya que se había levantado tarde, a lo que se puede deducir que iba a llegar tarde a su primera clase.

Llegó a la escuela demasiado acarreada, pero por suerte no llegó tarde. Y todo el día estuvo apresurada ya que cada que tenía un poco de tiempo libre, lo utilizaba para hacer los deberes que no había hecho el día anterior por estar en el bosque.

Para su suerte, ese día los profesores decidieron ponerse de acuerdo y dejar tarea, así que ese día tuvo que quedarse hasta tarde a terminar con sus deberes, al menos eso intentaría. Al menos ya tenía algo en que concentrar su atención.

Cada que terminaba con uno, comenzaba otro, consecutivamente. Pero cuando se hartó de hacer tarea tras tarea, decidió tomarse un descanso. Guardó todas sus cosas y se fue directo al salón de música de la escuela.

Quería ir a despejarse un poco, así que comenzó a tocar el piano. Comenzó con la canción de When the party's over por Billie Eilish. Había tanta serenidad en la melodía de la canción...June quedó impresionada en lo bien que le estaba saliendo la melodía hasta ese momento, por lo usual ya se habría equivocado. Mientras más avanzaba en la canción, con más sentimientos la tocaba, más podía sentir en su pecho una ligera presión y no una de emoción.

Mientras la pieza terminaba, miró a un punto fijo y entonces, una lagrima salió, después otra, hasta que comenzaron a salir más y más, su vista se volvió borrosa por las lágrimas, pero nunca dejó de tocar la canción, y cuando por fin terminó, se echó a llorar. Soltó algunos sollozos, otros se los tragaba pues no quería que nadie la escuchara, pero era tan difícil contener aquello que llevaba guardado.

Era viernes por la tarde, casi noche, no había nadie en la escuela, sin embargo, prefería llorar en silencio. Todo la empezaba a ahogar, sus pensamientos tan destructivos y todo el asunto de Calum, la tenían abrumada. Había tantas preguntas, pero muy pocas respuestas

—¿Te encuentras bien? —indagó aquella voz ronca y cálida que tanto le gustaba.

—¿Qué haces aquí? —preguntó June mientras se limpiaba las lágrimas rápidamente. Calum se sentó a un lado de ella en el banco del piano.

—Creí haber escuchado a alguien tocar el piano mientras lloraba, y estaba en lo correcto—respondió mientras miraba con lástima a June, quien tenía su mirada pegada en las teclas del piano.

Con su mano, Calum le limpió una última lágrima que salía de su ojo izquierdo, deslizándose lentamente por su mejilla. Ella se estremeció por su tacto tan cálido y acogedor.

—¿Qué ocurre? —volvió a preguntar Calum con total serenidad en la voz. June levantó su mirada y la plantó en los ojos de él. Pero pronto la quitó, no le podía decir lo que en realidad sentía, porque esos ojos color café miel, eran su debilidad, al igual que todo en él.

—¿Alguna vez...? —comenzó a hablar y miró al techo, intentando contener las lágrimas. Calum prestaba toda su atención a cada palabra que ella decía—, ¿alguna vez te has enamorado y crees que la otra persona no siente lo mismo? —terminó de preguntar y lo miró a los ojos.

Calum no comprendía lo que estaba escuchando, ¿June estaba enamorada? ¿De alguien más? Pudo sentir una presión en su pecho, pero no exactamente de emoción, esa presión que no le permitía respirar adecuadamente, y hacía que todo en su interior ardiera. Aquella sensación incrementaba con cada que repasaba lo que June había dicho. No entendió qué fue lo que pasó, qué tuvo que haber ocurrido para que ella no le correspondiera. No entendía.

—¿Estás enamorada? —preguntó con el corazón en la boca.

—Eso creo —contestó ella con una mueca.

—¿D-de quién? —tartamudeó. La reciente noticia lo había dejado sin palabras. No quería saber, pero qué más da, se dijo a si mismo.

—Qué ingenuo —comentó con una ligera sonrisa mientras negaba con la cabeza. Al ver que su expresión confundida no cambiaba, ella tomó valor para decir lo siguiente: —De ti, Calum —confesó.

Él no sabía cómo sentirse ante tal revelación. Después de reflexionar por algunos segundos aquellas palabras, sintió una inmensa felicidad.

Rio entre dientes—No te preocupes, es muto —sonrió, la tomó por la mejilla y una vez más, la besó.

Este fue el beso que selló aquellas palabras confesadas. Sus labios se movían con tanta sincronización que aterraba lo bien que encajaban. El beso no hacía otra cosa más que intensificarse. Ellos intentaban pegar sus cuerpos pero en un intento de hacerlo, June tocó alguna de las teclas agudas del piano y eso fue lo que los sacó de su momento. Ambos tenían los labios entumidos y hormigueantes, pero valió la pena. Calum tomó a June de la barbilla, y rápidamente le dio un pequeño y ligero beso en los labios acompañado de una sonrisa, ella se quedó plasmada por su reciente acción a lo que él comenzó a reírse.

—Acabamos de besarnos y ¿te impresionas por un inocente beso? —rio nuevamente. June se le unió.

Cuando pararon, Calum miraba el piano dudoso, pero decidió tomar acción y comenzó a tocar una canción, una la cual June nunca había escuchado pero seguro era hermosa. Ella posicionó su mirada en él, su tranquilidad y concentración le pusieron los pelos de punta. Se recostó en su hombro mientras él tocaba aquella canción.

June decidió cerrar sus ojos lentamente y cuando menos lo pensó se fue adormilando al compás de la música del piano. Calum intentó no moverse demasiado para no despertarla, debía tener movilidad en los brazos y manos. Cuando acabó la canción, pasó uno de sus brazos por los hombros de June, atrayéndola hacia él, y eso causó que ella abriera sus ojos. Se arrepintió de haberla desperado pero admitía que ver sus ojos le gustaba demasiado.

June tomó la mano de Calum y comenzó a jugar con ella. Pero lo siguiente, fue una acción que los dos hicieron automáticamente, sin pensarlo demasiado entrelazaron sus manos.

Pasaron los minutos y ninguno decía nada o hacía algo. Los dos estaban completamente felices, en especial Calum.

—Como en los viejos tiempos... —comentó por lo bajo, pero muy por lo bajo, tanto que June solo entendió un pequeño murmuro, y estaba muy cansada como para preguntar al respecto.

—Creo que hay algo que tengo que confesar —mencionó Calum. June se separó de él para tener una mejor vista de él, sin despegar sus manos, y prestó atención—. Sí, teníamos una especie de relación romántica, pero los dos éramos lo demasiado orgullosos como para aceptarlo o llevar todo al siguiente nivel —reveló y puso una mueca—. Lo siento por no decirlo antes. Solo no podía hacerlo, yo... —quiso disculparse, pero June lo calló.

—No hacen falta explicaciones, no estoy enojada, seguramente tenías tus razones para no hacerlo —Le dio una corta sonrisa—. Creo que debería regresar a mi casa, ya es tarde —añadió, ahora sí, separándose completamente de él. Los dos se pararon y tomaron sus cosas para salir de la escuela.

Las últimas semanas, después de despertar del coma, June había sentido que algo le faltaba, una pieza sumamente importante. Creyó que era todo el asunto de sus padres pero una vez recordándolos, no fue así. En realidad era Calum, ella lo extrañaba. No sabía nada sobre lo que había ocurrido entre ellos dos en un pasado, pero la verdad es que ahora no le importaba mucho. Lo importante es que se siente completa, que nada le hace falta. Solo dejará que los recuerdos lleguen por sí solos cuando tengan que llegar.

—¿Sabes qué deberíamos hacer? —mencionó Calum mientras acompañaba a June hasta su casa—, crear nuevas memorias, así tu tendrás nuevas y no necesitarás las viejas —sugirió emocionado. June lo miró indecisa. Era un lindo gesto, pero ¿él por qué quería que ella no recordara el pasado? ¿Quién era él para decidir si el pasado de ella pasado era importante de recordar o no?

—¿Y qué haríamos? —preguntó dudosa.

—No lo sé, cosas que se nos ocurran en ese momento.

—No estoy segura, no me convence —habló igual de indecisa. Calum la tomó de la mano y entrelazó sus dedos, ambos admiraron lo bien que se veían. June sintió un pequeño alivio, como si extrañara aquello y no lo supiera hasta ese momento que lo hizo.

—Por favor... —suplicó con un tono de voz demasiado tierno, después puso una sonrisa en su cara y sus ojos estaban a punto de cerrarse pero nunca lo hicieron. Se le hacían unas pequeñas arrugas a un lado de los ojos al sonreír. June lo miró y no pudo contenerse.

—De acuerdo —se rindió. Calum solo pudo sonreír aún más, victorioso.

Cuando llegaron a casa de June, ella decidió parar unos metros antes para que nadie de su familia viera algo y comenzaran las interminables y tediosas preguntas al respecto.

—Nos vemos —se despidió claramente incómoda, no sabía cómo despedirse de él después de lo ocurrido. Liberó su mano de la de Calum y pronto sintió la fría noche en donde una vez la calidez de él estuvo junto a ella. El roce de sus manos al liberarse causó rayos de electricidad por todo el cuerpo de June, una sensación que le revolvió el estómago. Calum no iba a dejar que se despidieran de esa manera, así que la tomó de la mano, la atrajo hasta él y de dio un beso corto. June se sorprendió por la reciente acción.

—Adiós —habló con una sonrisa en la cara. Los dos se separaron, dieron media vuelta y se separaron por necesidad más que por gusto.

Se podría decir que Calum estaba más feliz de lo habitual. En el pasado, nunca se habían confesado los sentimientos, las cosas pasaban, sin ningún cuándo, sin ningún por qué, solo lo hacían. Y poder tener todo lo que tuvieron y más, lo ponía totalmente feliz. Poder hacer todo de nuevo, reparar sus errores era lo que más deseaba en ese momento. Aunque la realidad es otra. June recordará todo en algún momento, pero para ese entonces Calum espera tener todo arreglado.

June llegó a su casa, nadie se encontraba en la planta baja, por lo que se fue directo a su habitación, agradecida de no contestar preguntas por parte de sus tíos. Una vez en su cuarto, se asomó por la ventana y con solo la luz de la luna, logró ver a Calum alejarse de su hogar.

Esa noche, June se fue a la cama con una de las mejores sensaciones que pudieran existir, y era que todo se encontraba bien, uno de los secretos más grandes de su vida fue resuelto, y aunque quedan muchos más por sacar a la luz, uno ya no hacía falta.

Calum, se fue igual a la cama con una tonelada de emociones que le quitaban el sueño, y su única manera de sacar todo aquello que lo abrumaba era por medio de escritos, los cuales se podrían convertir en una futura canción. Feliz, enamorado, ansioso, eran algunos de los sentimientos que escribió.

June pasó todo su fin de semana ansiosa y nerviosa, pero no entendía por qué. La respuesta más obvia sería por Calum, pero cuando se pone a pensarlo, no hay por qué estar nerviosa. Las cosas serán diferentes, por supuesto. Pero pueden cambiar para bien.

Para explicar mejor la emoción y nerviosismo de June, cada vez que pensaba en él o algo relacionado, su pecho saltaba de emoción, le daban gigantescas ganas de gritar y sacar todo. Tanto eran sus nervios, que el domingo en la noche no pudo dormir, cerraba los ojos y algo respecto a él venía a su cabeza. Llegó un punto en el que June no sabía si lo que estaba sintiendo era bueno o malo, dudaba si aquello era seguro o lo mejor para ella.

Pero después de tener todos aquellos pensamientos destructivos, logró conciliar el sueño.

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