10
La intriga inundaba a June con cada segundo que pasaba. Ambas se pusieron a ver un par de películas de amor en el cuarto de ella, y no podía evitar identificarse con cada escena de sentimientos encontrados de los personajes.
—¿Quieres ir al club hoy en la noche? —le preguntó Iris mirando su celular. June la miró, pidiendo una explicación a su repentina propuesta—. Unas amigas me están invitando, puedo llevar un acompañante —explicó sonriendo de lado, esperando que su amiga aceptara ir.
La verdad es que a June no le gustaba tanto salir a clubes o fiestas, prefería quedarse en casa con cierto tipo de compañía. Pero vio la expresión de su amiga que suplicaba a gritos que aceptara ir.
—¿Por qué no vas sin mí? —preguntó June.
—Porque creo que deberías salir y divertirte más. Además, puedes conocer a alguien —la miró con ojos juguetones. June no quería conocer a nadie. Ella estaba decidida a contestarle que no iría pero Iris prácticamente se lo suplicó.
—¡De acuerdo! —gritó callando a Iris—. Terminemos esta película y vamos a tu casa para que me prestes algo para ponerme en la noche —terminó de hablar, Iris soltó grititos de felicidad e hicieron lo que June dijo, terminar la película.
Después de soltar algunas lágrimas a causa de la película, se fueron a la casa de Iris, ahí se arreglarían y después una de las amigas de Iris las recogerían para irse al club.
Por suerte, las dos eran de la misma talla de vestido. Iris le había comentado a June que tenía el vestido perfecto para que usara esa noche.
Cuando llegaron a casa de Iris comenzaron a arreglarse. El vestido que le había prestado a June era uno negro, corto, con una malla que iba desde los hombros hasta la cintura y en la parte de los pechos se usaba la misma tela del vestido. Era uno de esos vestidos que se usaba sin sostén, lo cual se le hizo muy extravagante a June. Le comentó a Iris su inconformidad pero ella le dijo que no pasaba nada y que se le iba a ver genial. Al final decidió ponérselo y era momento de acompañarlo con algunos accesorios y unos tacones. Entonces ella estaba lista, pero su amiga Iris seguía en el baño arreglándose, entonces decidió sentarse en un sillón a esperarla.
Cada vez que había silencio cerca de June, sus sentimientos y pensamientos sobre Calum la volvían a inundar. No podía pasar tan siquiera cinco minutos en su mente porque comenzaría a pensar sobre lo qué pasó la noche anterior. Ella sentía tantas ganas de verlo y abrazarlo, pero no podía imaginarse cómo serían las cosas de ahora en adelante, puede que cambiaran para bien o para mal, pero van a cambiar y eso le asusta.
Cómo le gustaría volver en el tiempo y hacer que ese beso nunca hubiese pasado, pero la verdad es que no se arrepentía de absolutamente nada de lo qué pasó.
Otra cosa que la tenía abrumada era que la sensación de besar a Caum, sus labios, tenerlo pegado a ella, esa sensación electrizante que tuvo cuando sus labios hicieron contacto, le pareció que no era nuevo para ella, significando una sola cosa y June no podía recordar nada.
Ahora ella entiende la frustración de Calum. Ellos dos sin duda tenían algo, pero todo el mundo lo ocultaban y simplemente le decían que no sabían nada. Por ejemplo Iris, ella sabe más de lo que dice, pero por alguna razón no quiere decir nada, y eso frustra tanto a June. No poder hacer nada para recordar todo lo que vivió, pero la frustra aún más que no intenten ayudarla a recordar.
Iris salió del baño y sacó a June de sus pensamientos. Las dos ya estaban muy bien arregladas para irse al club. Iris llamó a la amiga que las estaría recogiendo en unos veinte minutos y salieron de la casa para esperarla afuera. En ese momento, June lo vio como una oportunidad de preguntar todo sobre Calum. La verdad es que se tardó un rato para armarse de valor y preguntarle pero al final lo hizo.
—Iris —empezó captando su atención—, ¿sabes algo de Calum? —cuestionó. Previamente Iris había respondido esa pregunta, pero June sabía que la respuesta que le había dado no era del todo cierta.
—No sé nada sobre él —respondió con cansancio, poniendo una cara ingenua—. ¿Pasó algo entre ustedes? —indagó mostrando cierto interés y preocupación en la voz.
—Hablo en serio Iris. ¿Nunca te conté algo más sobre él? —continuó buscando respuestas. Iris pensó su respuesta pero movió la cabeza horizontalmente y puso una mueca. June asintió, aceptando a la fuerza el hecho de que Iris nunca le dirá lo que sabía. Lo mejor es que se vaya olvidando de todo este asunto. Y qué mejor forma de hacerlo yendo al club.
Cuando llegaron las amigas de Iris, se subieron al carro y las recibieron demasiado felices.
—¡Hola chicas! —exclamó con entusiasmo—. Ella es June, ellas son Mia —señaló a una chica con cabellera café y una complexión muy delgada—, ella es Emma —señaló a otra chica de tez morena con unos chinos muy hermosos y definidos—, y ella es Alice, es la que siempre mantiene la cordura —comentó y señaló a la chica con cabellera rojiza y pecas en la cara.
—Eso me recuerda. No anden por ahí con gente extraña. Asegúrense de ver abrir sus bebidas, y siempre llévenlas con ustedes, no las dejen en donde sea —advirtió Alice. June estuvo de acuerdo con lo que decía, puede ser muy peligroso no seguir esos consejos. Pensó que ella podría ser muy centrada pero lo único que está haciendo es ver por la salud y seguridad de sus amigas.
—Claro mamá —decían las chicas mientras reían. June se rio solo para seguirles el juego, pero en realidad no le pareció gracioso. Le parecía admirable que Alice fuera así de precavida.
Cuando llegaron al club, había una fila muy grande para entrar pero las chicas no se formaron y se fueron directo a la entrada y cruzaron las puertas.
Cuando entraron, June pudo presenciar el fuerte aroma a sudor combinado con sudor que había en el lugar. También pudo visualizar a mucha gente borracha, algunos solo bailaban, otros no podían mantenerse parados, y había gente que solo estaba para pasar un buen rato.
Todas fueron a pedir algo de beber, claramente con alcohol, pero June era muy inexperta en este tipo de cosas y no sabía qué bebida debía tomar, por eso Iris le sugirió algo. Les dieron una pequeña botella de Vodka sabor a mandarina. La verdad es que no sabía nada mal.
Las chicas lograron conseguir un lugar donde sentarse pero tendrían que compartir ese lugar con unos hombres que quisieron seducirlas. Conversaron un poco con ellos pero después uno de los chicos más callados empezó a conversar con June.
—¿Divirtiéndote...? —habló el chico esperando a que June dijera su nombre.
—June, me llamo June. Y en realidad no, ¿y tú...? —preguntó June haciendo el mismo truco para conseguir su nombre.
—Charlie. Estoy igual que tú —confesó. June dedujo que eran de la misma edad. Charlie tenía el pelo rubio sedoso, ojos azules y una sonrisa que lo caracterizaba mucho—. ¿Frecuentas clubes como este? —preguntó mientras miraba el lugar y le daba un sorbo a su bebida. June movió la cabeza horizontalmente y puso una mueca en la cara—. Entonces eres una chica tranquila que prefiere quedarse en casa y ver las noticias —asumió Charlie con voz juguetona. June se sintió indignada, pero de una forma divertida.
—Hago otras cosas—se justificó.
—Por ejemplo...
—Toco el piano y el violín —comentó June y Charlie soltó una carcajada—. ¿Qué es tan gracioso? —preguntó mientras veía cómo Charlie se reía.
—Por supuesto que eres una de esas chicas que son muy organizadas, tranquilas, correctas. No me malinterpretes, no está mal ser así. Puedo apostar a que esa es tu primera bebida alcohólica —habló con desafío en la voz. June tuvo la necesidad de mostrarle lo contrario, que ella no era como él decía, era mucho más que eso.
—Tienes una imagen en cierta forma incorrecta de mí —inquirió June y se tomó lo que quedaba de su bebida. Se paró y se dirigió al bar por más bebidas, pagó dos shots de tequila, para Charlie y ella.
Charlie llegó hasta ella y miró los caballitos llenos de tequila—¿Al menos sabes cómo tomarte uno de esos? —señaló los caballitos. June tomó uno y vio.
—Por algo se empieza. —Y se tomó el caballito de tequila. Le ardió la garganta cuando pasó la sustancia, quemando todo a su paso. El ardor duró unos segundos y le pasó su caballito a Charlie para que se lo tomara. Él lo hizo sin casi ningún problema, solo hizo una mueca y dejó el caballito en la mesa.
—¿Necesitas más pruebas? —lo desafió. Charlie pidió otra ronda de shots y le gritó al barista que lo agregara en su cuenta.
—¿Alguna vez has tomado un shot cruzado? —preguntó estirándole el caballito a June.
—Mi primer shot fue hace unos segundos—ironizó como respuesta. Entonces cruzaron sus brazos e hicieron cuenta regresiva de tres, y al finalizar se tomaron el líquido al mismo tiempo. Esta segunda vez ardió como la primera, solo que a Charlie no pareció afectarle tanto.
—Creo que debemos volver a la mesa —comentó June. Ella estaba muy decidida a regresar pero Charlie la tomó del brazo para detenerla. Miró el brazo de Charlie y este mismo lo soltó rápido. De pronto June tuvo esta sensación en el pecho de inconformidad, sentía que algo no estaba bien con todo esto, ella no debería estar aquí.
—Déjame invitarte otro trago, podemos platicar un rato y me cuentas más sobre lo organizada que es tu vida —propuso Charlie en tono de broma. Pero no había nada que pudiera reparar la inconformidad de June, ella no se sentía bien platicando con él, no después de lo qué pasó con Calum. Charlie la notó incómoda.
—O solo déjame invitarte un trago —dijo para convencer a June. Ella no quería hacerlo pero las bebidas pasadas habían hecho efecto, dejó de pensar las cosas con claridad y terminó aceptando. June le mandó mensaje a Iris diciendo que estaba en el bar por si necesitaba algo.
Charlie pidió más bebidas para ellos dos, las cuales llegaron impresionantemente rápido y ahí fue cuando empezaron a conversar.
Hablaron de cosas sin mucha importancia, como en dónde estudiaban, sus gustos y ese tipo de cosas, pero conforme pasaba el tiempo y las bebidas, todo dejó de tener sentido alguno, cada cosa que decían era muy graciosa y por unos momentos, lo que tenía abrumada a June se esfumó.
—¿Te cuento algo Charlie? —habló June terminando de reír—, sufro de amnesia—soltó y volvió a reír—, no puedo recordar nada. —Su risa continuó hasta ver la expresión de Charlie.
—¿No puedes recordar nada? —preguntó confundido. Debido al alcohol, se tardó más en procesar la información.
—Nada después de despertar de coma —respondió y soltó una pequeña risa.
—Debe ser horrible —comentó. June no sabía por qué le compartía ese secreto, lo hizo sin razonar.
—Al menos no sufro de memoria a corto plazo —agregó y pidió una bebida más. Charlie tenía experiencia con las bebidas alcohólicas, pero June no, y él pensó que deberían parar ya.
—Creo que ya no más bebidas para ti —comentó y ayudó a June a pararse de la silla para llevarla con sus amigas. En el camino hacia la mesa volteó a su izquierda y ahí o vio.
Lo vio parado, conversado con gente que June nunca había visto, varias chicas se acercaban muy amistosamente a él, lo tomaban del hombro, se ponían demasiado cerca de su anatomía. También había otros chicos con una chica colgando se su hombro. Sintió tantos celos que comenzó a ignorar al resto del mundo.
Si June no estuviera bajo los efectos de alcohol, nunca se hubiera acercado a Calum, pero como sí lo estaba, sacó el valor suficiente para ir y enfrentarlo.
—Creo que puedo irme sola —le dijo a Charlie. Antes de que este la soltara, Calum volteó en su dirección y la vio agarrada de los brazos del nuevo chico. Estaba confundido, ¿qué estaba haciendo ahí? ¿Con ese extraño? Pronto su confusión fue opacada por enojo. Definitivamente, ver a June agarrada de otro hombre no era su escena favorita.
Ella se liberó de su acompañante y fue hasta Calum tambaleándose. No pudo mantenerse parada mucho tiempo y cayó, ambos chicos se acercaron hasta ella y la ayudaron a pararse.
—De aquí me encargo yo —dispuso Calum claramente enojado. Charlie levantó sus manos en signo de amor y paz y se fue de ahí.
—¡Cal! No te vi ahí —habló June entre risas. Calum se rio por cómo estaba actuando, eso era muy inusual en June.
—Creo que mejor te llevo a tu casa —indicó y pasó una de sus manos por la cintura de June y ella uno de sus brazos por el cuello de él.
—¡No! N-no puedes hacer... —quiso hablar June pero le entraron ganas de vomitar. Se zafó de Calum y se fue corriendo hasta el baño. Entró en el primer inodoro que vio y comenzó a vomitar. Como pudo, se sostuvo del retrete. Le dolieron las rodillas por el repentino golpe pero la sensación de que toda la comida se le estuviera regresando es por mucho, peor.
Calum llegó corriendo, se fue hasta donde June estaba y quitó su cabello para que este no terminara ensuciado. June solo pudo pensar en ese momento lo avergonzada que estaba con Calum. Cuando terminó de sacar todo, se paró y lo esquivó sin hacer contacto visual. Se lavó la cara y la boca, y una vez viéndose en el espejo supo que había hecho unas malas decisiones.
June no quería ni mirar a la cara a Calum, se sentía demasiado avergonzada. Ella no podía creer que en serio él había entrado al baño de mujeres, pero después vio a un hombre entrar al baño. Entonces entendió que había entrado al baño de hombres, y eso sólo la avergonzó aún más. Intentó salir de ahí pero se seguía tambaleando, Calum la tomó como antes y la sacó de ahí. Él se fue directo a su carro y metió a June en el asiento de copiloto, la acomodó como pudo y cerró la puerta con cuidado. June había caído rendida en el asiento.
Calum se quitó el abrigo que llevaba puesto y se lo pasó. June se lo puso y la canción de Stubborn Love por The Lumineers empezó a sonar en la radio. Pensó en lo mucho que le gustaba y disfrutaba esa canción, así que se concentró en eso para olvidar el hecho de que Calum la había visto vomitar hace unos minutos.
—Lamento, —Quiso hablar June pero suspiró pesadamente—, que hayas visto eso —se disculpó abrazándose a sí misma.
—He lidiado con peores cosas —comentó Calum, dándole poca importancia.
—En serio lo lamento todo, seguramente ya nunca será lo mismo —balbuceó. Tanto como Calum y June no sabían si ella seguía hablando sobre lo que pasó en el baño.
—No hay ningún problema. —Le dio una pequeña sonrisa.
—No quiero que cambie nada entre nosotros después de aquello —mencionó y miró a Calum—. Aunque no me arrepiento de nada —agregó y soltó una risita—. ¿Sabes qué es lo gracioso? Que no fue la primera vez—soltó una risita chillona, y él no pudo hacer otra cosa más que reírse.
Calum no podía llevar a June a su casa, sus tíos se enterarían y quiso evitar que ella tuviera problemas. Entonces lo mejor que se le ocurrió fue llevarla a casa de él. También se metería en problemas si sus padres estuvieran en casa, pero éstos se encontraban arreglando unos asuntos fuera de la ciudad.
Al llegar, despertó a June y ella se salió del carro tambaleándose un poco.
—¡Llévame en tu espalda! —gritó June y brincó en la espalda de Calum, enrolló sus piernas en su estómago y pasó sus manos por su cuello. Él se tambaleó por unos segundos, pero terminó llevándola en su espalda, tal y como ella quería. Tomó sus piernas para que no cayera. De alguna manera abrió la puerta de su casa y la cerró. Llevó a June hasta su cuarto y la acostó en la cama.
—Allá hay un baño, en caso de que quieras vomitar —comentó, y vio a June que no se dejaba de quejar por su malestar—. ¿Qué tanto tomaste?
—No mucho, solo vodka y tequila —respondió mientras se acomodaba en la cama de Calum. Él rio por lo bajo. Sabía que June no tenía nada de experiencia y sin duda esa noche aprendió a que nunca se debe combinar bebidas y tener el estómago vacío mientras se consumen bebidas alcohólicas.
—Iré a comprarte algo, no tardó —anunció y se fue a la farmacia a comprar cosas que probablemente June necesitará. Procuró no tardarse demasiado, aun así, cuando volvió June ya estaba durmiendo profundamente.
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