Besando tu cuerpo en la oscuridad de la noche, perdidos en el amanecer
Todas las noches durante su última semana en Berlín se la pasó pensando en lo suaves que se sintieron esos belfos carmín, en cómo ese pequeño cuerpo había reaccionado a sus toques y en cómo esos ojos marrones le habían mirado con la espera de más. Realmente creía estar perdiendo la cordura.
Incluso todas las noches en las que lo soñó le parecía absurdo, solo fue un beso, algo así no podría estar comiéndole la cabeza. Y no era la culpa por haber hecho eso, era el deseo de sentir más, el anhelo de volver a ver al rubio para nuevamente probar esos labios carmín que se sentía tan suaves al toque de su lengua.
Y se sentía mal, espantosamente mal, ni siquiera la culpa lo estaba acribillando era el deseo de volver a verlo lo que le estaba haciendo pesar.
Él no debería pero estaba flaqueando ante el encanto de Jimin.
—Es absurdo.—Se dijo a sí mismo pasando sus manos con frustración sobre su rostro.
Dando un suspiro cansado decidió seguir empacando sus cosas, así podría distraer su mente de los recuerdos de aquella vez en el club.
Mientras empacaba su ropa su celular vibró encima de su cama, iluminándose por el reciente mensaje.
"Comedor, ahora"
Era Lucas que había calificado a su mensaje con la etiqueta de importante, dejó todo lo que estaba haciendo para nuevamente salir de su habitación a la orden de sus amigos.
Sin querer rogando al cielo volver a verse con el modelo, como la primera vez que lo había visto por los pasillos del hotel.
Pero no pasó.
Cuando estuvo en el salón del comedor busco a su amigos con la mirada, Seokjin agitaba su brazo en el aire llamándolo. Fue caminando hacia ellos dejando su búsqueda por el rubio de lado.
—¿Qué te parece participar en una cena de etiqueta?—Preguntó Seokjin mientras Jungkook tomaba asiento frente a él.
—Me parece bien, me hiciste traer al viaje un traje y hasta ahora no lo he podido usar, es una buena oportunidad.
—Quiere lucirse en traje, es un presumido.—Dijo Lucas untando mantequilla en su pan.
—¿Cuando es la cena?
—Hoy en la noche.
Aceptando la invitación se recostó en el respaldar de su asiento mientras esperaba que un mesero pidiese su orden, explorando con su mirada el salón tan elegante se encontró con unos ojos rasgados que lo observaban desde la entrada del salón, siendo acompañado por el mismo chico de anoche.
Jungkook no pudo quitar la mirada del rubio que caminaba como un gato arrogante haciendo del lugar su pasarela, se mordió el labio cuando posó su vista en los muslos del rubio, parecía que todo en él era amasable.
—¿Señor, qué es lo que va a pedir?—Fue sacado de su ensoñación con una voz a su lado.
—Uhm, solo café, por favor.
—¿Y tú orden de desayuno americano?—Preguntó Lucas mordiendo su pan con mantequilla.
—No tengo ganas de un desayuno pesado.
—Jungkookie se está volviendo todo un viejo.—Bromeó Seokjin.
Jungkook los ignoro para volver a buscar con la mirada al rubio, cuando lo encontró lo vio conversando muy divertido con el chico que había entrado e Irene, fue cuando recordó que Jimin era el mejor amigo de Irene.
—¿Cuantos años tiene Jimin?—Soltó de repente viendo cómo Lucas se atragantaba con su pan.
—Ah, Lucas, come despacio nadie te quitará el pan.—Rió Seokjin golpeando la espalda de Lucas.—Y, uh, tiene veinte años.
—Parece más joven...—Dijo sorprendido.
—¿Verdad que sí?—Sonrió Seokjin.—Tiene cara de bebé.
Jungkook asintió, el mesero nuevamente estaba a su lado con su orden de café, le agradeció por esta y se dedicó a solo tomar de su café mientras conversaba con sus amigos, no quería posar nuevamente su vista en el rubio sino iba a nublar nuevamente su vista.
Y él no quería eso.
[...]
Unos meseros trajeron unas copas de champán hacia ellos, entregándoselos en su manos y los tres hombres recibiéndolos. Estaban sentados en una de las tantas mesas que se encontraban en el salón, la cena había sido hecha por ejecutivos que iban a financiar la nueva película que Seokjin protagonizaría y que iban a hacer lazos con los de su agencia.
Jungkook reía por la broma que había hecho Seokjin mientras agitaba su copa en su mano para así conseguir que las burbujas del champán se extinguiesen. Había hablado con su novio por la tarde y se sintió mal, porque la culpa de haber besado a alguien más no le había llegado, ni siquiera una pizca de remordimiento.
—¿Tú amada vendrá?—Preguntó Lucas codeando a Seokjin.
—Ajá.–Asintió sonriendo.—Traerá a sus amigos, ya saben, entre más mejor.
Jungkook casi se atragantó con el líquido de su copa, no estaba listo para volver a ver al rubio, ya que al verlo tendría más ganas de volver a besarlo y él en verdad no quería eso.
Dejando atrás el nerviosismo que tenía por volver a ver al rubio decidió que era más divertido jugar con una servilleta y convertirla en un barquito de papel, le estaba entreteniendo bastante y dejaba todas sus "preocupaciones" de lado, hasta que, escucho la voz de la novia de Seokjin a su lado.
—Irene.—Saludó Seokjin levantándose de su asiento y dándole un beso a su novia.—Siéntense aquí.
Jungkook clavó su vista en la servilleta en sus manos mientras sentía el sonido de su corazón palpitando en sus tímpanos, se regañó mentalmente pues se estaba comportando como un maldito puberto, con el ceño fruncido levantó su vista enfrentando todos sus nervios y dejándolos de lado.
Error.
Cuando vio a los nuevos en la mesa su atención fue robada por el bonito rubio frente a él, quiso jadear por lo bien que se veía. Con una camiseta con cuello de tortuga que tenía los hombros descubiertos, con el cabello peinado a un lado y aquellos ojos encantadores con ligeras sombras negras que le hacían resaltar más el café de sus ojos.
—Debería presentarlos.—Dijo Irene.—Baekhyun él es Lucas, Lucas él es Baekhyun, Jungkook Baekhyun, Baekhyun Jungkook.—Dijo mientras hacía que se extendieran las manos.—Jimin, Lucas. Lucas, Jimin.—El rubio extendió su mano hacia Lucas y la estrechó sonriéndole amablemente.—Jimin, Jungkook. Jungkook, Jimin.
El rubio extendió su mano hacia Jungkook quien la tomó complacido entre sus manos, percatándose de lo suave que era.
—Un gusto conocernos.—Ronroneo Jimin sonriéndole a Jungkook.
Haciendo que nuevamente Jungkook tenga esas ganas incontrolables de estrellar sus labios contra los del rubio, tomarlo de la cintura para sentir mejor su cuerpo y poder comprobar si su piel era igual de suave que sus labios.
Pero no, no lo iba a hacer.
Los minutos pasaban lentamente o así lo sentía Jungkook, agitaba su pierna debajo de la mesa denotando lo ansioso y nervioso que se encontraba, quería irse de ahí pues se sentía engatusado cada vez que Jimin le miraba y le daba esa sonrisa, si el modelo seguía así no iba a tener otra opción más que estrellar sus labios en los suyos para que quite esa sonrisa coqueta de su rostro. Y es que incluso al comer se veía tan bien, abriendo sus bonitos labios cada vez que el tenedor entraba en su boca, cerrando sus ojos degustándose del sabor delicioso de la comida, era una locura para Jungkook.
Estaba enloqueciendo en cada minuto que pasaba como una eternidad, incluso parecía que las sonrisitas coquetas de Jimin se detenían y duraban una eternidad.
Necesitaba salir de ahí, el aire no llegaba a sus pulmones y se sentía enloquecer cada vez más.
Terminó su comida y se levantó de la mesa.
—¿Pasó algo Jungkook?—Preguntó Seokjin con un tono de preocupación.
—No, solo que me siento algo mal y cansado, creo que volveré al hotel.—Dijo pretendiendo fingir sobar su barriga con dolor.
—Está bien, ve a descansar.—Sonrió Seokjin.
—Yo también me voy.—Hablo Jimin limpiando la comisura de sus labios con la servilleta para levantarse de su asiento.
Jodida mierda.
Si el atuendo de Jimin le había hecho jadear definitivamente era porque no lo había visto completo, la espalda la tenía descubierta, la camiseta se aferraba deliciosamente en la cintura de Jimin haciendo ver a su trasero el doblemente de apetitoso, Jungkook tuvo que tragar saliva al pasear su vista por el cuerpo del modelo.
—¿Te sientes mal?—Preguntó Irene.
—No, estoy cansado, ayer estuvimos ensayando hasta tarde y no pude dormir bien.—Se excusó, ya que la verdad era que quería irse al hotel en compañía de Jungkook.—Iré a dormir eso es todo.
—Pueden irse juntos.—Sugirió Baekhyun.
—Así no gastan en doble taxi.—Dijo Lucas.
Jungkook asintió despidiéndose de los presentes y salió del lugar evitando a toda costa volver a pasear su vista de forma descarada sobre el cuerpo de Jimin, al salir del salón encendió un cigarro para combatir el frío nocturno, viendo a sus espaldas como Jimin se adueñaba de las calles convirtiéndola en su pasarela.
—¿No te hará frío?
—No.—Sonrió.—Además solo iremos al hotel y en un taxi, no importa el frío. A menos que quieras llevarme a otro lugar~
Jungkook rió expulsando el humo de su cigarro.—Me alegro que no tengas frío.
—Tú podrías calentarse.—Le guiño un ojo mientras caminaba hacia él y tomaba el cigarro de sus dedos para llevárselo a sus labios, calando del cigarro y expulsando el humo cerca de Jungkook, algo que, hizo a su poca cordura esfumar.—¿Ya pediste el taxi?
Jungkook levantó su mano al primer taxi que viniese hacia ellos, para su suerte se detuvo y ambos pudieron entrar al auto con dirección hacia su hotel. Con una distancia prudente se habían posado en las ventanas del auto mientras un denso silencio les envolvía, Jungkook miró de reojo a Jimin quien tenía su cabeza recostada en la ventana.
El viaje se había hecho corto, ambos se estaban dividiendo la cuenta del taxi, para luego salir de este. El lobby estaba desierto, solo se encontraba el recepcionista y unos cuantos botones que ya terminaban su turno. Caminaron lado a lado dándose ligeras miradas fugaces que eran bien camufladas.
Jungkook creyó que todo el coqueteo de Jimin había terminado, pero que equivocado estaba. Cuando se subieron al ascensor Jimin se puso delante de él paseando su dedo índice sobre su pecho, contorneando la tela de su traje.
—Te ves muy bien en traje ¿te lo habían dicho?
—De hecho sí.
—Quería ser el primero en decírtelo.—Puchereo envolviendo el cuello del más alto con sus brazos.—Aunque, se que seré el primero en decirte esto.
—¿Decirme qué?
—Que.—Se paro de puntitas llegando hacía el oído de Jungkook para susurrarle.—Quisiera que me follaras con ese traje puesto.
La última cuerda de Jungkook se rompió al escuchar eso de una forma tan sensual, pasó sus manos por la cintura de Jimin mientras este le sonreía y se mordía el labio.
—Y bien...¿Te encontraste conmigo en tus sueños?—Ladeó su cabeza.
—Vaya que sí.
—Uhm ¿Y cómo?
—Soñaba que volvía a besarte y que pasaba mis manos por tu cuerpo.—Sonrió.—Pero solo eran sueños, ya sabes.
—Vaya que lo se.—Rió.—¿Y no quisieras que esos sueños se hagan realidad?
Jungkook se puso a analizar toda su vida en un par de segundos, se puso a cuestionar todo lo que conocía. Él necesitaba aquello, en verdad que lo necesitaba, pero no quería hacerlo, sobre todo por respeto a su novio y el amor que le tenía. Al parecer Jungkook tardó mucho en darle una respuesta al rubio que las puertas del ascensor se abrieron, Jimin salió del ascensor dejando atrás a Jungkook.
Y entonces Jungkook actuó dejándose llevar por el deseo, la carne siempre era más débil.
Tomó del brazo a Jimin e hizo que sus labios volviesen a tocar los suyos, con una sonrisa Jimin se apegó más al cuerpo del más alto, separándose por un instante, el rubio tomó la mano del pelinegro y lo hizo seguirle hasta la puerta de su habitación.
A este paso Jungkook aún tenía tiempo para arrepentirse y salir de ahí, pero por más que esperaba que eso pasara, él quería estar ahí.
Solo iba a ser una vez de flaqueó, nada más.
Entraron a la habitación del modelo y en cuanto la puerta se cerró detrás de ellos Jimin fue acorralado entre la pared con un Jungkook besándole el cuello y pasando sus dientes suavemente por las clavículas del rubio, sacando en Jimin un par de gemidos que eran acallados por la boca del mayor. Paseando descaradamente sus manos por el trasero de Jimin, amasándolo a su gusto y degustándose de lo suave que era.
Se separaron por falta de aire, a lo que Jungkook aprovechó para levantar las piernas de Jimin y hacerlas rodear su cadera, camino con el menor entre sus brazos hasta la cama del modelo, Jimin repartía besos en el cuello de Jungkook mientras soltaba uno que otro gemido en la oreja del más alto pues las caricias que su acompañante le daba le estaba llevando al cielo.
Jungkook aún con Jimin encima suyo se sentó al borde de la cama, cuando vio el rostro sonrojado del modelo sintió otra vez como su alma dejaba su cuerpo, era hermoso a más no poder, la belleza de Jimin le hacía olvidar que lo que estaba apunto de hacer estaba mal.
Los rastros de culpa desaparecieron de su cuerpo cuando el rubio empezó a menear sus caderas encima de él, luciendo como el infierno mientras se mordía los labios y entreabría su boca soltando pequeños gemidos.
Jungkook empezó a desabotonar la camiseta del rubio que ahora lo único que hacía era interrumpir el paso de sus manos sobre la cálida piel del menor, por fin dejando la camiseta en el piso de la cama pasó sus manos sobre la nívea piel del rubio, sintiendo lo suave que se sentía debajo de su tacto, mandando vibraciones a todo su cuerpo viendo como Jimin se estremecía ante su toque, besando el torso de Jimin mientras este aún masajeaba su ereccion con los meneos que daba.
Ahora sabía que no podía haber un salida.
Ambos se desnudaron mientras seguían con los roces sensuales en sus cuerpos, besando cada porción de sus cuerpos y paseando sus manos descaradamente por la piel tersa.
Jimin estaba encima de Jungkook aún meneándose sobre él, con las manos del tatuado sobre su cintura y sus muslos que simulaba darle embestidas mientras palmeaba su trasero.
—Se un buen chico y deja de juguetear.
—Tenemos toda la noche ¿no?—Sonrió siguiendo con su juego de molestar a Jungkook, se acercó al rostro del tatuado rozando sus miembros y sonriéndole beso sus labios mientras el tatuado acariciaba su trasero.—Puedo ser un buen vaquero.
—Entonces, móntame vaquerito.—Separó las magias de Jimin mientras simulaba dar embestidas.
Jimin sonrió, se movió del torso de Jungkook para sacar un condon y un paquete de lubricante, nuevamente encima de Jungkook empezó a masturbarlo mientras abría el condon, lo puso en Jungkook y embarró su miembro con lubricante.
Los minutos se habían hecho eternos para Jungkook, él solo quería liberarse y sentir de mejor forma a Jimin.
Cuando por fin Jimin dejó de torturarlo alineó su miembro en su entrada y empezó a bajar lentamente sobre él con los ojos puestos en Jungkook, así se aseguraba que el tatuado iba a recordar esto durante el resto de su vida.
—Ah~ eres grande, Jungkookie~
—Empieza a moverte antes de que yo lo haga.—Jadeó apretando los muslos de Jimin.
—Que exigente.—Sonrió empezando a saltar sobre Jungkook.
La habitación se había llenado de los gemidos y las maldiciones de ambos, el sonido de golpeteo de pieles era lo bastante alto, pero eran camuflados con los gemidos agudos de Jimin.
Desde el lugar de Jungkook tenía una vista espléndida del rubio, con los ojos cerrados, las mejillas rojas, el pelo despeinado y un pequeño hilo de saliva escurriendo de sus labios pomposos. Jimin llevo uno de sus dedos a su boca tratando de acallar los gemidos que salían de su boca, ante eso Jungkook sintió el cielo, retiró la mano de Jimin y la remplazó por la suya, el rubio hizo contacto visual con él y con una sonrisa de lado se llevó los dedos largos de Jungkook a su boca, chupándolos mientras miraba fijamente a los ojos de Jungkook.
Oh, santo dios.
Las embestidas empezaron a ser más precisas y más bruscas, Jungkook tenía sus manos en las caderas de Jimin que lo hacían bajar y subir de forma rápida, la voz de Jimin podría maltratarse por los gemidos sonoros que soltaba de su boca, cuando por fin llegaron a su límite ambos se liberaron al mismo tiempo.
Jimin se tumbó a su lado mientras trataba de recuperar su aliento y recomponerse del potente orgasmo que había recibido. Mirando a su lado al adonis que tenía en su cama y sonriendo por el sudor que escurría de su frente, pasó su dedo índice por el torso del mayor delineando los tatuajes de este.
Nadie dijo nada después de su orgasmo, el cansancio inundó sus sistemas y fueron abrazados por morfeo. Durmiendo en la misma cama pero a una distancia considerable, por alguna razón se sentían incómodos durmiendo cerca.
[...]
Los primeros rayos de sol entraron por la ventana de la habitación, dando directamente en la cara de Jungkook. Talló sus ojos quitando todo rastro de lagañas o cansancio de ellos.
El balde de recuerdos de la noche anterior le cayó a la cabeza, espantándose por darse cuenta de que no estaba en su habitación, al levantarse de la cama vio un menudo cuerpo envuelto en las sábanas dándole la espalda, quiso gritar de la frustración.
La había cagado, si ayer no podía pensar en las consecuencias de sus actos ahora lo hacía, estaba espantado por lo que había hecho.
Empezó a tomar sus cosas y ponérselas de formas rápida con la intención de no despertar al rubio que dormía plácidamente.
—¿Ya te vas?—No había logrado su cometido, había logrado despertar a Jimin.
—Sí, a medio día sale mi vuelo.
—Uhm, ¿no quieres por lo menos un mañanero? ayer lo disfruté mucho~.—Dijo mientras le llamaba con su dedo índice.
—Solo fue algo de una noche.
—¿Enserio?—Puchereo para después soltar una risilla.—Anoche parecías disfrutarlo mucho, incluso como si quisieras volver a repetirlo.
—Solo fue una noche, no te hagas ilusiones.
Jimin rodó los ojos y decidió darle la espalda, si quería irse tenía todo el derecho de hacerlo, pero él sabía muy bien que iban a volver a repetir lo de anoche. Lo sabía mejor que nadie.
Jimin escuchó la puerta ser cerrada y quiso echarse a reír, quería ver cuanto tiempo se tardaría en buscarle.
Siempre volvían por más, pidiendo más de Jimin.
Fue un tiempo considerable, incluso empezaba a olvidar los tatuajes que adornaban el pecho y espalda del tatuado, pero una noche mientras hacía una maratón de películas recibió un mensaje de un desconocido, desconocido que vino a buscarle después de decirle que solo había sido una noche.
Jungkook había repetido aquello de que solo era una noche durante tres veces seguidas, dejó de creérselo cuando semana tras semana el tatuado le visitaba a su casa y hacían todo menos conversar.
Después de un mes de sus encuentros Jimin se enteró que el tatuado tenía un novio, ligeramente de sintió mal, no por él, sino por el novio de Jungkook, porque mientras él lo esperaba en su casa Jungkook estaba en la suya recorriendo su cuerpo.
Pasaban las noches juntos, de vez en cuando, al amanecer los dos salían de ahí, solo eran acostones que los entretenía y les liberaban del estrés de sus vidas.
Solo era eso.
3/3
awww antes jm y jk no dormían juntos pero después hasta empezaron a dormir abrazados, tristeza.
bueno, ya termino el maratón, perdón por la tardanza en este capítulo pero son más de 3.000 palabras jeje
este fue como un descanso para lo que se vieneeeee, va a haber drama y mucho
leo sus comentarios y sus teorías ah, solo algunas están acertadas, la vdd quiero que todo lo que venga les sorprenda isbsksbs
bueno, nos vemos mañana ♡
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