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Con los ojos cerrados dejándose hacer por la plancha decidió relajarse en su asiento. Ya los días de trabajo habían empezado, no más descanso, ellos tenían que trabajar; para eso habían venido hasta el país nipones. No para pasar todos los días con Jungkook en su habitación mientras jugaban algún videojuego, no, estaba ahí por el trabajo.
Sonrió inconsciente cuando recordó el día de ayer que lo había pasado enteramente con Jungkook, el tatuado se excusaba con que no conocía a nadie y que se sentía solo "por eso estoy aquí contigo, no te sientas especial, ehhh".
—Listo.—Sonrió la peinadora haciendo que Jimin se vea en el gran espejo frente a él.
Sonrió también al ver como le habían quedado los mechones ondulados en su cabello, se veía adorable y a la vez elegante, justo lo que estaba buscando para la sesión.
Esta en especial iba a ser de todos los modelos junto a su invitado, al igual que Jimin los demás se encontraban arreglando sus cabellos, con excepción de Jungkook que se les había retrasado y ahora tenía que estar en la parte del maquillaje.
Se levantó de la silla agradeciendo por el trabajo tan bien hecho y se retiró para ir a donde estaban reunidos sus amigos, con unos pequeños saltaría fue hasta ellos y los abrazo por los hombros.
—Ya acabaron contigo también.—Sonrió Baekhyun empujando a Jimin.
—Sip, estoy bonito.—Toco los mechones ondulados.—Digan que estoy bonito.
—Estas bonito.—Comentó Irene apretando una mejilla de Jimin.
Entablaron una pequeña conversación sobre lo que habían estado haciendo estos días, Baekhyun a cada rato quería saber por qué Jimin no había pasado los días libres con ellos, sabía la razón pero quería confirmarla de la boca de Jimin. Después de tantos intentos de rindió dejando el tema de lado y mucho mejor que lo hizo pues minutos después Jennie se les unió a la conversación.
—Todos tenemos ondas.—Rió Jennie mientras movía los cabellos de un lado a otro.
Jimin imitó la acción porque se veía divertida, la castaña lo noto y tomó las manos del rubio para empezar a mover sus cabezas al mismo compás viendo cómo los mechones ondulados se agitaban como resortes, ambos soltando risitas mientras sus amigos les veían con ternura, sobre todo aquel pelinegro que veía aquella escena con una sonrisa y brillos en sus ojos.
—Cierre los ojos, por favor.—Pidió el chico frente a él.
Jungkook asintió avergonzado e hizo lo que le habían pedido. No pudo evitar sonreír cuando escucho la risa de Jimin, quisiera ver como el rubio se estuviera divirtiendo.
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Jimin era majestuoso, la elegancia brotaba de sus poros. La cámara le adoraba porque no perdía ni una buena toma para reflejar en ella lo bello e inalcanzable que era.
No debería de estar observándole con tanta atención casi admirándole devotamente, no debería, pero tampoco iba a perderse la oportunidad de admirar como Jimin posaba tan naturalmente. Tampoco era tan obvio porque estaba sentado en su silla mientras simulaba mirar su celular. Nadie podría atraparle en el acto mientras contemplaba la belleza inigualable de Jimin.
—¿Que tal la has pasado?—Pregunto alguien a su lado.
Reconoció la voz y se sorprendió por no haber notado la presencia de su cuñada a su lado. Bien, tampoco era como si le estuviera prestando atención a alguien que no sea Jimin.
—Uh, bien.—Sonrió gentilmente queriendo cortar la conversación rápidamente.
—Me alegro, es una experiencia nueva estar modelando ¿no es así?
—Ajá.—Respondió mientras miraba su celular.
Jennie rodó los ojos algo molesta, ¿que le costaba a Jungkook seguir la conversación?
Se rindió al tratar de hablar con el tatuado y tal vez sacarle algunas palabras, para así dar con su supuesto amante. Imitó la acción del tatuado y sacó su celular para distraerse mientras la sesión de Jimin era llevada a cabo.
En su delgado brazo sintió como unos delgados dedos se envolvían, alzó su vista y se encontró con Irene que le sonreía. Por lo menos tendría con alguien que conversar ante la indiferencia de Jungkook.
Hablaron de cosas banales mientras soltaban pequeñas risas, Jungkook ignoraba aquella conversación mientras aún le prestaba atención a su celular.
Cuando la conversación se tornó alrededor del pequeño rubio que aún posaba frente a la cámara sin querer su atención se centró en el par de chicas a su lado.
—Ay, Minnie es muy bonito~—Dijo Jennie mientras agitaba sus manos en el aire.—Ya veo porque Kai esta detrás de él.
—Kai no solo ve la carita de Jimin.—Hablo Irene.—Él se ha interesado profundamente en él, es como un pequeño enamoramiento.
—Lindos~—Rió Jennie.
Aquello molestó a Jungkook que sin querer soltó un suspiro frustrado, uno sonoro que llamó la atención de las dos chicas. Jennie rió.
—Ehh, no te aburras, así de largas son las sesiones, ya será tu turno, tranquilo.—Codeo la castaña.
—Claro.
La afirmación de la castaña se cumplió cuando vio al pequeño rubio venir hacia él, en específico fue hacia ellas pero Jungkook quería regocijarse en pensar que Jimin venía hacia él.
—Estuviste maravilloso.—Felicito Irene.
—Dios, cada día en el qué pasa comprendo mejor porque eres la cara de la marca.—Hablo Jennie.
—¿Antes no lo comprendías?—Jimin soltó una risita incrédulo.
—Siempre creí que era por tus padres.—Se encogió de hombros.—Pero veo que no es así.
¿Por sus padres? Se preguntó Jungkook, pues lo único que él conocía de Jimin–más allá de su cuerpo–era su nombre y lo importante que era en la industria del modelaje. Nunca indagó más allá porque sinceramente no le importaba saber sobre la vida privada de Jimin, pero ahora...sintió una insaciable curiosidad sobre todo lo que refería a Jimin.
Jennie fue llamada a ser la siguiente por lo que le dejó a Jimin su asiento "cuídamelo, que nadie me lo robe" bromearon entre ellos. Una nueva amistad había surgido entre ellos durante este breve periodo de tiempo.
Ya sentado nuevamente se sintió nervioso por tener a Jungkook tan cerca, mucho peor porque el tatuado no dejaba de mirarle.
—Estuviste bien.—Halago.
—Gracias, lo mismo digo.—Sonrió nervioso.
—Pero aún no ha sido mi turno.—Rió entre dientes.
Cierto. Quiso abofetearse, el nerviosismo le había calado en los huesos y es por eso que había soltado algo tan estupido.
—Ah, me refería a la sesión grupal.—Se excusó.
—Tú también, el pequeño rubor en tus mejillas le daban un toque de inocencia.
Jimin rió, era obvio que Jungkook lo había notado pues habían estado a centímetros cerca del uno y del otro.
Se dignó por fin en mirarlo a los ojos para sonreírle en modo de agradecimiento. Cuando sus ojos se encontraron otro pequeño rubor se instaló en sus mejillas, Jungkook sonrió enternecido sin apartar la vista de los ojos de Jimin, hipnotizándose por los felinos ojos de su acompañante, teniendo unas enormes ganas de empotrar sus labios con los del menor y sentir nuevamente el olor dulce de su piel.
Dejándose llevar por un impulso estupido acarició la mejilla de Jimin suavemente degustándose con la suavidad de la piel del menor, ignorando que posiblemente alguien los podría estar viendo.
Jimin se apartó del toque cuando se dio cuenta que podrían verlos en aquella forma tan cariñosa y decidió ignorar nuevamente al tatuado.
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—¿Tratas de engordarme?—Preguntó comiendo otra rebanada de pizza.
—Si.
—Me veré feo, no lo hagas.—Puchereo con la boca llena y las mejillas infladas.
—No te verás feo, con diez mil kilos encima y seguirás siendo muy bonito.
Jimin enrojeció y lanzó un pedazo de pepperoni a la cara de Jungkook.
—No me molestes.
—No lo hago.–Rió tomando el pepperoni en sus manos y comiéndolo.–Es la verdad.
—Ya, basta.—Nuevamente volvió a lanzar otro pepperoni que logró colarse en la mejilla derecha de Jungkook.
Repitió la acción de hace unos minutos atrás, dejó las cajas vacías a un lado y tumbó a Jimin en la cama, riéndose porque el modelo casi se atraganta con su último pedazo de pizza, lo tomó de las muñecas para elevarlas por encima de su cabeza y sonrió viendo cómo nuevamente las mejillas del rubio se tornaban en un color carmín.
—Déjame acabar el helado.—Siseo entre las manos del tatuado.
—El helado puede esperar.
—No, se derretirá.
Jungkook asintió enternecido y trajo consigo la bandeja que contenía el helado de Jimin,lo puso a la vista del rubio y tal como un niño pequeño Jimin miró con ánimos el helado frente a él.
—Te daré el helado en la boca.—Sonrió Jungkook.
—¿Qué? no, puedo comerlo solo.
—Yo compre el helado, seré yo quien decida como lo comas.–Se encogió de hombros mientras tomaba la cucharilla y la hundía en el helado.
Jimin no dijo más pues ya quería probar el helado, le habían comentado que el helado del hotel era una delicia y fue cierta pues cuando chocó contra sus papilas gustativas fuegos artificiales estallaron en su interior mientras sentía como sus papilas bailaban de gusto.
Jungkook se dedicó a ver cómo Jimin tomaba el helado y disfrutaba de este, hipnotizado nuevamente con los ojos del menor, esta vez sin contenerse tomó el rostro de su acompañante y lo beso como había querido besarlo por la mañana, sin preocuparse de que alguien los viera.
Porque ahora solo eran Jimin y él.
Tomó aún más las mejillas del menor para apegarlo más a su cuerpo y sintiendo los labios acaramelados por el helado.
—Tus labios saben tan bien.—Susurró dando una pequeña lamida a ellos.—Saben como a ti.
—¿Como a mi?
—A fresas.
Nuevamente se unieron en un beso, con mucha habilidad Jungkook dejó el vaso de helado sobre el piso mientras se recostaba con Jimin en sus brazos, envueltos en un beso sin dobles intensiones, un beso que hacía a sus labios danzar en una misma sincronía el mismo vals.
Sonriendo de por medio del beso se hicieron cosquillas al separarse del beso, jugueteando y tonteando encima de la cama mientras sus ojos se encontraban una y otra vez. Algo que golpeó a Jimin más que el ataque de risas que estaba teniendo fue el sentir los labios de Jungkook sobre su frente y su nariz.
Dando pequeños besos aterciopelados de cariño, golpeándole duro.
Tal vez después de todo Baekhyun tenía razón y temía en admitir sus verdaderos sentimientos por el tatuado.
Por qué le aterraba el llegar a amar a alguien que no era suyo.
Y que nunca lo sería.
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nos vemos a la próxima 💗💗💗
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