OURSIDE - IV
"¿Qué era lo que había dicho?" Yo me encontraba confundido ante sus palabras, no entendía el porqué de su preocupación hacia mí de esa manera ¿Acaso había notado algo malo en mi alma? Algo que quizá yo no podía ver. Después de unos segundos ella se separó de mí solo para unir nuestras frentes y regalarme una de sus tan hermosas sonrisas, fue así como sin poder evitarlo más había caído en sus juegos de nuevo pero ¿A quién quiero engañar? Me encantaba hacerlo.
No fue sino luego de unos cuantos minutos en aquella posición, que Zoe diría algo que cambiaría mi vida para siempre. Ella se alejó nuevamente de mí, separando nuestras frentes solo para acercarse y abrazarme con fuerza hacia ella. Yo sentía como su alma brillaba de alguna forma en una linda atmosfera de paz, de la cual yo quería formar parte, esta se acercó más a mí y susurro:
"Te amo..." Entonces sentí como si algo en mi pecho se cerrara, como si todo dolor que alguna vez pudo haber existido se fuera, como si durante años hubiera en mi alma albergado una gigantesca brecha que era imposible de cerrar... hasta ahora.
Ella retrocedió y me sonrió nuevamente, yo simplemente la miré para percatarme como sus ojos comenzaban a cristalizarse, ella estaba de alguna manera feliz con este resultado. Desvió su mirada de mí para volver a ver nuestras almas levitar juntas entre ambos, se acercó a la mía que se encontraba brillando en un fuerte tono azulado y le sonrió.
"La grieta desapareció" fue lo que dijo antes de volver a abrazarme... yo no entendía del todo de lo que ella estaba hablando pero por aquella vez simplemente no me importaba, yo estaba feliz.
Después de aquello le explique a Zoe que lo mejor era que regresáramos nuestras almas a su respectivo lugar y ella gustosamente acepto, no sin antes sonreírle a la mía. Poco a poco se podía ver como su alma volvía a retomar aquel deslumbrante y característico brillo, su personalidad confiada regresaba con el paso del tiempo y aquellos pequeños detalles entre ambos se retomaban.
Zoe había vuelto a tomar asiento en el sillón sin decir una palabra más, mientras yo por mi parte me dedicaba a esta vez a realmente curar sus heridas, me dominaba la idea de llevarla con la reina Toriel para que esta le ayudase con aquella magia curativa que ella poseía pero, ante la sola idea de que tal vez pudiera salir más lastimada me aterraba... la guardia real también estaría allí y ellos no tendrían mucha piedad con un humano fuera quien fuera, viniera con quien viniera. Luego de una pequeña sesión de medicina me percaté de que su pierna ya estaba mucho mejor, mi hermano debió de haber estado usando pequeñas cantidades de magia en ella para que sanara más rápido... ese chico es muy listo.
Al culminar de tratar su pierna y vendar su muñeca me senté junto a ella, esta no dejaba de mirarme constantemente mientras yo solo comenzaba a poner cada vez más y más nervioso ante su mirada, pero también cada vez más y más contento por volver a tenerla a mi lado. Ella se acercó a un costado de mí y tomo mi mano, yo le sonreí ampliamente y ella beso mi mejilla.
— Hay un último tema que me gustaría aclararte huesitos —Dijo mientras concentrábamos nuestras miradas en la pantalla ahora negra de la televisión frente a nosotros. Había olvidado por completo aquel tema tan importante— Quiero explicarte el porqué de aquella frase que escuchaste ¿Está bien?
— Está bien.
. . .
Hace unos cuantos años en el pasado un hombre bastante noble y justo vivía a las afueras de la ciudad. Este hombre que para aquellos años no era más que un jovencito que rondaba los diecisiete llevaba por nombre William Walker, aquel chico se caracterizaba por ser un hombre amable, honesto, valiente pero sobre todas las cosas justo. Él vivía en la zona rural de la ciudad, aquella que a pesar de los años no había dejado de ser uno de tantos pueblitos que abundaban en las montañas cercanas a esta.
Su familia, quien siempre había vivido de forma humilde constaba de una madre, un padre y obviamente el joven chico protagonista de este recuerdo. Durante años el padre de este había dedicado su vida a ser quien llevaba el pan a la mesa o en este caso mejor dicho, el que llevaba el pato a la mesa. Los años pasaron para aquella familia y lo que en un principio había nacido como un pequeño bebé se convirtió en un hombre de veinte años fuerte y sobretodo muy preciso.
Aquel joven con el paso de los años había conseguido la mejor herencia que su padre podía dejarle, una puntería magnifica al momento de hacer lo que los Walker mejor sabían hacer... Cazar patos. Cada anochecer cuando ambos hombres llegaban a casa el mayor de entre los dos no fallaba nunca en decirle...
"Will no tienes que exigirte tanto, recuerda... somos Walker, cazadores por excelencia"
. . .
— A partir de ese momento se volvió un lema familiar en honor al trabajo y dedicación de mi abuelo paterno —Dijo ella sonriéndome dulcemente mientras por otro lado yo...
— Me siento muy estúpido.
— ¡Oh vamos! No hables así Sans —Respondió mientras dejaba escapar una pequeña risa, ella realmente ya no estaba molesta por cualquier malentendido que pudiera haber entre nosotros, mientras yo estaba que se me caía la mandíbula de la vergüenza— En primer lugar era casi imposible que tú supieras sobre aquello a menos que Jule o Robbie te lo hubieran contado pero, ellos no suelen hablar mucho de eso frente a nadie, ya que a veces las personas se ponen un poco... histéricas.
— ¿Histéricas? —Pregunté.
— Continuaré con la historia.
. . .
Con el paso de los años las habilidades de aquel chico tuvieron su reconocimiento y fue así como gracias a la fantástica puntería que había desarrollado entró en la milicia, volviéndose instantáneamente el mejor francotirador para aquel entonces. Aunque según Zoe hay algunos que incluso al sol de hoy siguen pensando que es él el mejor entre muchos...
Aquella gran reputación lo hizo subir rápidamente en su trabajo, llegando en solo cuestión de pocos años a ser un reconocido general. Pero fue cuando gracias a su trabajo este fue enviado a una guerra, colocando su vida... alma y cuerpo en juego. Al culminar la guerra todos aquellos sobrevivientes volvieron a sus hogares a reencontrarse con sus familias y amigos pero, gigantesca fue la sorpresa de Zoe quien con tan solo ocho años vio acercarse a su padre caminando en muletas.
Eso fue una noticia dolorosa para los padres de él pero, nada seria para la pequeña quien sin importarle demasiado aquello solo estaba feliz de volver a ver a su queridísimo padre luego de tantos años... Después de todo él era lo único que a ella le quedaba. Al entonces él notar la deplorable situación emocional en la que había puesto a la niña decidió retirarse de la milicia y dedicar el resto de sus días a lo que mejor sabía hacer... Cazar patos.
. . .
— Pero dices que fue un general en la milicia ¿no es así? —Pregunté un poco confundido ante la situación.
— Así es —Respondió sonriendo, ella estaba orgullosa de aquel hombre que tenía como padre.
— ¿Entonces por qué le dices capitán y no general?
— ¡Oh! Esa es una historia graciosa —Rio mientras se colocaba de pie y se posicionaba frente a mí— Mi padre perdió su pierna derecha en la guerra, Sans.
— Eso es... terrible.
— Pero, con los avances de la tecnología hubo solución para él, y es por eso que... —Dijo mientras sonreía de aquella forma única, a pesar de las adversidades siempre mostraba esa confianza propia de ella— ¡Mi padre tiene una pierna falsa!
— ... Sigo sin entenderlo.
— ¡Vamos no están difícil! Le digo capitán porque es como un pirata, ellos siempre tienen una pierna falsa que es un palo ¿no? —Dijo riendo un poco mientras aquello comenzaba a tener sentido en mi cabeza— ¡ARG! Marinero —Completó guiñándome un ojo mientras simulaba con su mano un garfio lo que me hizo reír un poco.
— Ahora tiene un poco más de sentido —Dije sonriéndole lo que ocasionó que ella volviera a sentarse junto a mí en el sillón.
Al estar sentada a mi lado, Zoe por alguna razón no paraba de sonreír pero al mismo tiempo estar pensativa, era una combinación extraña, muy similar a como cuando tienes algo que decir pero no sabes si es el momento adecuado. Ay no, yo no... uní nuestras almas demasiado ¿cierto? ¿Eso siquiera es posible? Ella es una humana y yo solo un monstruo esqueleto y...
— ¿Sans? —Habló ella sacándome de mi burbuja de pensamientos.
— ¿Si? —Estaba comenzando a ponerme nervioso, estaba quizá como siempre pensando las cosas demasiado, más aquel sentimiento despareció por completo al escuchar su pregunta.
— ¿Recuerdas aquel hombre? ¿Del que escuchaste su nombre en aquella llamada telefónica?
— "Wal" Sí... empieza con las mismas letras que tu apellido —Dije desviando un poco mi mirada hacia otro lugar, después de todo esa había sido la razón por las que había malentendido las cosas.
— Ese hombre ya no volverá a molestarlos nunca más, Sans.
— ... —Callé por unos segundos, no tenía del todo claro a lo que se estaba refiriendo— ¿Qué?
— Los soldados lograron seguirle el rastro al líder de los cazadores...
— ¿Hablas en serio? —Pregunté sorprendido ante tal aclaración, eso había sido muy rápido. Yo había tardado meses para poder descubrir solo una pista mientras Zoe había hecho todo el trabajo en solo dos semanas— ¿Pero cómo?
— Entiendes que esos sujetos no solo eran una amenaza para ustedes ¿no? También lo eran para nosotros los humanos y... simplemente la policía no lo iba a dejar pasar, además de que estaban rompiendo una norma importante.
— ¿Norma importante?
— Desde que los humanos tuvimos el conocimiento de que los monstruos existen en esta colina su embajador pidió hacer un tratado de paz. Al atacarlos en secreto los cazadores rompían ese tratado y aquello es una falta grave a la ley. Ya que aquello pudo haber iniciado una guerra nuevamente —Dijo viéndome con una sonrisa de verdadera felicidad— La policía se hará cargo de ellos, pero según lo último que mi padre me comentó no se librarían de un buen juicio.
Luego de aquella conversación Zoe me platicó la verdad tras aquellos cazadores. Si bien mis sospechas al encontrar a aquel humano en el bar con la chaqueta la última vez eran ciertas, no eran del todo como yo creía. Ellos trabajaban en el puerto de la ciudad, deseaban el alma de monstruo sí, pero no para ellos. Lo que los cazadores querían era un alma de monstruo para traficarla, al parecer estos no tenían del todo claro lo indelebles que nuestras almas podían ser y planeaban transportarla por vía marítima hasta llegar a su destino final. El hombre tras todo esto llevaba el nombre de Damian Walther o en sus siglas al revés W.D.
Aquellas palabras habían logrado quitarme uno de mis mayores pesos de encima, el hecho de que ya no hubiera más cazadores tras nosotros... ¿Significaba que realmente ahora éramos libres? ¿Significaba que ahora podíamos seguir nuestras aventuras en la ciudad de los humanos sin preocupaciones? ¿Significaba que ahora yo... podía seguir adelante a su lado? El hecho de que Zoe hubiera estado conmigo hasta el final la hacía una persona realmente importante para mí e incluso aunque en un principio me prometí no amarla y en algún punto intente obligarme a odiarla... Tal vez más que Zoe ser la mujer que amo, ella es... mi compañía, mi confidente y mi mejor amiga.
Fue en ese momento en que tomé la valentía necesaria para determinarme a contarle la vida tras este esqueleto. Si mi alma iba a amarla y la suya iba a corresponderle no había secreto que se debiera mantenerse entre dos almas que se necesitan de verdad. Con cuidado me levante del sillón y le tendí mi mano, ella la tomo para luego colocarse de pie, fue entonces cuando la abracé con fuerza a mi cuerpo y escondiendo su rostro en mi cuello decidí que lo mejor sería tomar un atajo hacia ese lugar.
Al llegar simplemente mi cuerpo se rehusaba a soltarla, la calidez que durante de toda mi vida había necesitado estaba ahí, junto a ella, pero era injusto que no la dejara ver tras el telón que yo mismo había construido para protegerme de mi dolor. En el pasado ella simplemente me dejo ver a través de su piel y era irónico que yo, siendo un ser sin aquella capa de tejido le escondiera tantas cosas. Luego de unos segundos la solté y esta se alejó de mí lentamente para encontrarse con ese lugar, que en un principio sus ojos no lograban entender.
La enorme roca de tonos grises clavada en el suelo se encontraba frente a nosotros, yo a diferencia de ella no podía mantener la mirada puesta sobre aquel objeto sin que el dolor carcomiera en mi interior y la impotencia me ganara. Me sentía inútil, vacío, tan pequeño en ese lugar. Ella que se encontraba a mi lado caminó hacia ella comenzando a leer lo que estaba escrito allí.
Luego de haber vuelto de la ciudad de los humanos, cuando me había sentido completamente traicionado por la mujer que amo decidí hacer algo en homenaje a todos aquellos monstruos que murieron aquí y se volvieron uno con este bosque. Fue en ese entonces cuando haciendo uso de mi magia logre mover aquella enorme roca de forma que quedara clavada en la tierra, busque entre cada rincón de este bosque polvo y más polvo, para luego enterrarlo frente a ella.
Aún recuerdo las tres noches que duré escribiendo entre lágrimas con ayuda de una cuchilla los nombres de los monstruos que habían sido asesinados por los cazadores, aquello me hacía sentir como si yo realmente no valiera nada, como si yo solo fuera un gramo en arena en este mundo o simplemente... un grano más de polvo.
"Ellos fueron todos aquellos a los que no pude proteger" Dije en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que ella pudiera escucharme "Ellos son mi más grande pecado"
Ella se giró sobre sus talones mientras yo subía mi mirada para ver su reacción, ella había cubierto su boca y era de entender... fácilmente habían más de cincuenta nombres tallados en aquella roca. Aquello cómodamente se podía considerar una pequeña masacre. Con cuidado se acercó a mí y tomo mi mano, me sonrió aun con sus ojos cristalinos y fue entonces cuando simplemente me quebré nuevamente frente a ella.
Mis lágrimas ligeramente azules corrían por mis mejillas sin poder ser detenidas, yo era un monstruo... un monstruo en toda la extensión de la palabra. Yo la había culpado de algo que era mi responsabilidad, prefería todo este tiempo hacerme a la vista de que era todo culpa de aquellos humanos cuando el que había fallado con su deber de cuidar a los monstruos en la colina era yo. Yo era el problema... yo era el fallo.
— Deja de torturarte con eso, Sans. No es tu culpa —Dijo ella mientras me abrazaba con fuerza rodeando mi cuello con sus brazos.
— Yo... he hecho tantas cosas malas en mi vida, Zoe. He visto morir a los que amo frente a mis ojos miles de veces. Mi vida ha sido durante años una bendición y tortura a la vez —Respondí, mientras por un segundo callaba y pensaba mis palabras— Soy un verdadero monstruo.
Ella me miró con ternura y comprensión en sus ojos, me sonrió y beso dulcemente mi frente, aquello no había hecho sino estremecer aún más los sentimientos en mi alma. Esta estaba turbia, no sabía bien como encontrarme a mí mismo en aquel inmenso océano revuelto en mi interior, hasta que ella dijo algo que me trajo de nuevo a la orilla.
"No pienses así de ti mismo. Sin importar lo que hayas hecho, a cuantos hayas herido... Descuida, no te juzgaré. He visto peores monstruos que tú y se hacen llamar humanos, tu solo pareces un ser extraño pero tu interior es lo que realmente yo valoro, es lo que realmente yo..."
"Te amo, Zoe" Y lo dije, por primera vez aquellas palabras salían de mí. Le había mostrado mis sentimientos, le había entregado mi alma para que hiciera lo que quisiera conmigo. Incluso me había unido a ella en besos varias veces pero, siempre que me armaba de valor para decir aquella frase lo pensaba demasiado y terminaba no diciéndolo... esta no sería una de esas tantas veces. Ya no más.
— Te conocí, te mentí, te escondí la verdad e incluso durante un tiempo me aproveche de tu bondad. Pero tú aun así me amaste con todo tu corazón —Dije mientras tomaba con cuidado sus manos y la miraba a los ojos. Estos estaban realmente abiertos y algo cristalizados... ella iba a llorar— Me lo había prohibido, lo odie... me enoje y me obligue a odiarte. Me robaste todo, me hiciste darme cuenta de que todo lo que alguna vez tuve no era necesario y que a la persona que más odiaba, según tú, era a quien más debía aceptar... a mí mismo.
De un segundo a otro sin importarme lugar o quien pudiera vernos un brillo cegador para ella nos rodeó y yo... volvía a ser ese Sans humano del que en primera estancia ella se había enamorado sin más. Sin esperar demasiado las lágrimas inundaron sus ojos y comenzaron a brotar alocadamente pero, su hermosa sonrisa no desaparecía de su rostro, ella estaba feliz... y yo también.
— Luego de haber fallado miles de veces, cuando tuve la más mínima oportunidad de hacerlo te culpe... te culpe por los pecados que solo yo había cometido. Sé que crees que soy un monstruo fuerte Zoe, pero lo único que puedo en realidad ocasionar en más bien ridículo, ni siquiera daño puedo hacer...
— Para mi eres y siempre serás el más fuerte, Sans —Respondió rápidamente interrumpiéndome.
— ¿A qué te refieres? ¿No ves acaso en todo lo que lo que he errado? A todos los que pude haber ayudado si solo hubiera sido más de mi-
"Dar buenos golpes no te hace fuerte, levantar grandes cosas no te hace fuerte... Eso no es lo que realmente te demuestra que eres útil o que vales la pena, Sans. Lo que realmente te hace fuerte es la vida misma ¿Tienes idea de cuantos simplemente se hubieran rendido en tu posición? ¿Tienes idea de cuantos pudieron haberse dejado solo llevar por el miedo y no continuar? Pero en cambio tu... lo diste todo y nada por aquellos que amas. Eso Sans... esqueleto... no te hace el monstruo más valiente, tampoco el humano más fuerte, eso te hace el ser vivo más grandioso que yo haya conocido y ¿sabes? Estoy orgullosa de ser quien pueda escuchar aquella frase salir de tu corazón... ese te amo que es solo para mí."
Aquella sensación entre asfixia y púnzate dolor que albergaba mi alma desapareció nuevamente y tenía el presentimiento de que así sería de ahora en adelante... ella con solo unas palabras había retirado de mi todo rastro de dolor, todo peso en mis hombros, ella me había librado de lo que yo creía eran mis pecados ¿Así era como ella se sentía con su pasado? ¿Solo hay que... aceptarlo para mejorar?
Yo en aquel momento solo atine a inclinarme un poco hacia ella, la cual con el paso del tiempo había vuelto a enredar sus brazos en mi cuello, ahora era más alto que Zoe nuevamente, ella entendió rápidamente mis intenciones y sin mucho más que esperar simplemente nuestros labios volvieron a unirse en un dulce beso lleno de lo más puro que nuestras almas podían sentir. Pero fue ese beso el que sellaría mi vida para siempre. Los monstruos solo podemos amar a una sola persona el resto de nuestra vida, al principio dude de la elección que el destino había puesto en mi camino pero, ahora... agradezco con toda mi alma que haya sido sin lugar a dudas la mujer humana frente a mí.
Ella era fuerte pero vulnerable, lo que la hacía humana. Enojona pero comprensiva, lo que la hacía tierna. Justa pero amable lo que simplemente... la hacía ser Zoe. Y ella... bueno, Zoe simplemente era hermosa.
Fue entonces cuando en aquel pequeño claro, rodeado de todo lo peor y mejor que podíamos ser, rodeado de nuestros errores y logros, aquel pacto de amor se cerraría para la eternidad. Sinceramente ella era todo lo que yo necesitaba, todo lo que yo quería... Durante años me lamente diciendo que quizá si tuviera más vida podría haber hecho más. Y fue así como desee con todas las fuerzas de mi corazón mejorar aquella cualidad en mí mismo... después de largos años de espera al fin el camino me había obsequiado lo que tanto había deseado.
Mi corazón se sentía completo, como si durante todos estos años simplemente él hubiera estado dormido y al conocerla... Zoe simplemente hubiera despertado a mi alma de una larga siesta. Tal vez el destino me había dado durante meses lo que yo necesitaba y no lo que quería, pero no fue sino hasta ese momento que las cosas por fin... tuvieron sentido y todo encajo después de un largo tiempo como piezas perdidas de un rompecabezas.
"Después de tantos años gracias a ti, mi más grande deseo de ha cumplido... es ahora cuando con claridad puedo ver que tú Zoe eras la VIDA que me faltaba... o mejor dicho la ZOE que me faltaba... después de todo, eso significa tu nombre ¿no es así? VIDA"
Pero entonces pude divisar una sombra pasar rápidamente entre los arbustos detrás de ella ¿Eso era lo que yo creía que era? Fue cuando sin tener el tiempo suficiente para reaccionar solo pude detenerme a escuchar aquel sonido que tantas veces había oído rondar por las noches en el bosque. El sonido que hacían las armas de los cazadores... una pistola.
Ninguno de los dos sabía que estaba pasando realmente, ella me miró y yo a ella, su mirada estaba confundida y asustada mientras yo podía sentir como mi vida poco a poco se escapaba entre los dedos de mis manos. Ella lentamente desvió su mirada de mí hacia donde aquella bala de arma de fuego había impactado, palpo el lugar y fue cuando el tiempo había vuelto a correr para ambos.
Su hombro estaba empapado de sangre... la sangre de ella. Aquella arma la había herido y durante unos minutos sentí la ira correr por mi cuerpo de forma cegadora, el enojo había logrado conseguir el control de mi alma. Yo definitivamente no permitiría que Zoe se hiciera uno con este bosque también... no ella... no como ellos lo habían hecho.
Sin pensar demasiado tome a Zoe entre mis brazos, ella había comenzado a palidecerse, había perdido mucha sangre antes por el incidente en su pierna y ahora con esto... parecía ser demasiado para ella. Pero, obviamente ese humano debía pagar por intentar quitarme lo que era mío.
Instintivamente sentí como mi ojo izquierdo comenzaba a cambiar, dando luz verde a aquella fuerza que siempre existía en mi interior y solo salía para dar a relucir la peor versión de mí mismo. Invoque uno de mis GasterBlaster y apunte directamente hacía él... Espero haya escrito su testamento antes de venir aquí.
Él parecía saber lo que se avecinaba, ya que sin pensarlo demasiado se giró sobre sus talones y comenzó a correr en sentido contrario hacia nosotros... pero no, no lo dejaría irse tan fácilmente. Entonces sucedió, bajo mis órdenes aquella calavera gigante abrió sus fauces para disparar un láser azulado directo hacia él, más por la irregularidad de sus paso solo logró lastimar una de sus piernas, impidiéndole el poder escapar más de mí. ¿No querían un monstruo, cazadores? Aquí me tienen. Habían tocado a la puerta pero ahora parecía no gustarles el resultado.
A paso lento y con Zoe en brazos me acerque hacia él, quien como última medida solo lograba arrastrarse por el suelo para tratar de huir de mí. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él para divisarlo con claridad apunté nuevamente, pero... no. Yo no seré como tú, yo no seré un asesino.
"La justicia humana será quien te juzgue, tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme y no intercambiaré la vida de alguien tan insignificante como tú por alguien tan importante para mí como lo es ella" Dije mientras poco a poco la ira en mi interior iba disminuyendo, aquellos sucesos me habían cambiado... Zoe me había cambiado.
Como último recurso invoque uno de mis huesos y lo apunté hacia él, golpeándolo con este para dejarlo inconsciente. Durante aquella pequeña pelea no me había percatado ante el hecho de que Zoe había perdido la conciencia, ella se había desmayado en mis brazos... o eso quería pensar. Sin dudarlo demasiado acudí como último recurso a la persona que sabía podía sanar sus heridas de forma rápida y certera, la reina Toriel.
Lo más rápido que pude tome un atajo hasta el castillo llegando directamente a la sala del trono, ni el rey Asgore ni lo que ahora era la guardia real estaban allí y eso me hacia las cosas más fáciles, debía encontrar a Tori y pronto. Sin saber a dónde dirigirme decidí ir al jardín, si la reina no estaba allí quizá el príncipe sí.
Corrí con Zoe en brazos en dirección al jardín trasero del castillo, estaba desesperado, podía sentir como poco a poco el alma que estaba anclada a la mía iba desvaneciéndose, Yo no podía perderla ahora, no después de haberlo tenido todo. Al entrar al jardín me encontré con una escena realmente comprometedora, Asriel se encontraba como aquella típica flor subida a una pequeña mesa en el centro del lugar, mientras la reina permanecía sentada en una de las sillas que acompañaban a juego.
— ¿Sans? —Escuche decir al heredero del trono, quien al sentir mi presencia en la entrada del jardín se había girado para verme, encontrándose con la imagen de aquel Sans que había visto pocas veces... yo como un humano— ¿Está todo bien? —Preguntó mientras saltaba un poco aun en su maceta y se deslizaba por el borde de la mesa comenzando a caer al suelo, pero antes de siquiera tocarlo había cambiado a su forma de joven monstruo peludo.
— No, nada está bien niño —Dije mientras caminaba hacia ellos— Tori... necesito tu ayuda.
— ¿Sans? ¿Eres tú? —Ella parecía confundida en demasiadas formas posibles pero, yo en ese momento no tenía tiempo para observar la cara de nadie pero no fuera la de ella.
Toriel se acercó hacia mí con algo de temor al principio, más al ver a la humana que cargaba en mis brazos mal herida y tan pálida me ordeno seguirla y llevarla rápidamente a una de las habitaciones. Ella me había pedido recostar a Zoe sobre la cama para comenzar poco a poco a sanar sus heridas. Tori parecía angustiada, aunque no más que yo. Ella solo me miraba una y otra vez, mientras por otra parte yo solo atinaba a dar vueltas desesperado por la habitación, esperando al príncipe que se había ido hace unos tres coma ocho segundos a buscar algunas toallas y agua tibia. Como le gusta al esqueleto...
Cuando sentía que las cosas simplemente no podían ponerse peor él entro por la puerta, con su imponente traje y la seriedad en su rostro. Eso sí que me había puesto nervioso, pero más que nada a la defensiva. Él me miró con una mezcla entre sorpresa, confusión y hostilidad, yo por otra parte me había puesto completamente a la a la espera, no estaba para que ningún golpe la hiriera y la situación empeorara.
— Su majestad... —Dije mientras lentamente me ponía en guarda para invocar algunos huesos si la cosa se ponía seria.
— ¿Sans? —Preguntó, ya que seguramente me había reconocido por mi voz, este se relajó y me dedico una sonrisa... pero solo hasta que vio a Zoe inconsciente en la cama— ¿Qué está pasando aquí? ¿Quién es la humana?
— Ella es... —No sabía simplemente como explicárselo, hasta que una idea entro a mi cabeza— Ella es la dueña de mis margaritas, su majestad.
Él parecía sorprendido, sabía a lo que me refería. Ellos de alguna forma entendían la situación, pero yo sabía que no me salvaría de unas cuantas preguntas, aunque eso en realidad no me importaba, siempre y cuando fuera para mantenerla a salvo... para mantener mi vida con vida. El rey se acercó a mí posicionando una de sus manos en mi hombro, él tenía muchas preguntas pero aquello no me preocupaba, yo tenía muchas respuestas.
"Hice todo lo que pude" Escuche decir a la reina mientras se acercaba a nosotros y me abrazaba con fuerza, creo que mi desesperación ahora mismo podía ser bien entendida por cualquiera que entrara a aquella habitación. Ella se alejó un poco y con una mirada dulce y maternal me dijo "Depende de ella ahora y de su voluntad para sobrevivir, no hay nada que nosotros podamos hacer"
En ese momento había recuperado todas mis esperanzas pero al mismo tiempo perdido todas mis fuerzas... Todo dependía de ella pero Zoe no se caracterizaba por ser alguien determinado. Volviendo a ser un esqueleto nuevamente me acerque a la cama de aquella habitación y sujete una de sus manos, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero no podía darme el lujo de quebrarme, ella me necesitaba fuerte a su lado.
"Vamos cariño despierta... si no lo haces que será de Jule sin su mejor amiga o de Robbie sin tus gritos" Dije como un susurro para ella mientras mi voz comenzaba a quebrarse y podía escuchar a Toriel sollozar, posiblemente para ese entonces ella ya habría notado que Zoe era a quien había entregado mi eterno amor "Que será de Paps sin ti... la única que disfruta de sus emparedados de espagueti... que será de tu padre sin su única hija... que será de mi, sin mi chica de ojos de conejo" Completé... Pero nada, no ocurría nada. Ella no habría sus ojos, solo estaba allí, acostada sobre la cama con un rostro pálido y unas manos frías. La calidez de su cuerpo la había abandonado.
Fue entonces cuando me resigné ¿Zoe se había ido de mi lado para siempre? Así parecía. El rey se acercó a mí al igual que el príncipe y la reina, todos estaban llenos de preguntas pero su compasión ante el dolor tan fuerte en mí era mayor. Ellos me abrazaron en un cálido apretón felpudo, pero yo ya no sabía que era calidez y que era frio yo... había muerto. Más sin saber cómo simplemente ocurrió, sentí un extraño quejido tras de mi lo que rápidamente me hizo voltear para ver como ella, abría lentamente sus ojos.
"Realmente pensaste que te habías librado de mí, huesos flojos" Dijo mientras una sonrisa vaga se dibujaba en su rostro y me miraba con unos ojos cansados "No te librarás de ir al bar conmigo tan fácilmente, me debes mucho dinero y horas laborales esqueleto" Rio un poco... haciéndome con ello el esqueleto más feliz del mundo. Si Zoe estaba bien, mi VIDA estaba bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top