♦┏ Epílogo ┛ⁿ

Un omega rubio estaba comenzando a recordar su pasado, todo por pequeños fragmentos...














Llegada.

–Llegamos Horacio, nuestro nuevo hogar–

–¡Quiero comprar ropa!–

–Joder–














Molestar.

–Viejoooo–

Canturreó el omega olor a bombón.

–Capullo–

Gruñó el alfa de olor a café.
















Enamorarse.

–Conway–

Susurró tímidamente Gustabo.

–¿Si?–

–Yo- –

No pudo hablar cuando los labios de Jack habían atrapado los suyos para su sorpresa.
















Salir.

–¡Joder pero si ésto es carísimo!–

Exclamó casi dándole un infarto.

–Yo lo pagaré, solo escoge lo que quieras–

Dijo divertido el alfa mirando al omega casi desmayarse por los precios.















Casarse.

–Los declaro alfa y omega, puede besar al novio–

La pareja se tomó de las manos, para seguido darse un dulce beso.















Desgastar.

–Otra vez–

Murmuró entre lágrimas mientras se encontraba entre las sábanas solitarias de la cama, una de las tantas noches dónde Jack no llegaba.
















Encontrar.

El encapuchado tomó de la cintura al omega, quien abrió sus ojos con sorpresa al sentir una corriente especial en su cuerpo ante ese toque.

–Tú...–

–Eso, parece–
















Divorciar.

–Firmen aquí y aquí, y sería todo finalmente–

Hablaba un abogado al alfa y omega delante de él.

–Listo–

Dijo seco Conway.

–Listo–

Murmuró Gustabo realmente incómodo.















Salir.

–¿Has escuchado de la feria de la ciudad?–

–¡Si!–















Amar.

Armando y Gustabo se dieron un tierno beso sentados en la suave arena de la playa.

–Te amo–

Murmuró Gustabo juntando su nariz con cariño con la de Armando.

–Y yo a tí–















Casarse.

–Puede besar al novio–

Dijo el padre Jose Cristo cerrando las escrituras.

Armando tomó de la cintura a Gustabo, atrayendolo en un pasional beso.

–¡VIVAAA!–

Gritaban con emoción Segis y Horacio, comenzando a lanzar arroz.

–¡Eso es fuera criaturas benditas!–

Exclamó el padre al ver el desastre que estaban haciendo dentro del templo.

–Joder–

Murmuró Emilio al ver a sus amigos.































Cachorro.






































Gustabo suspiró mirando el horizonte desde el ventanal de la casa que compartía con su esposo.

Había pasado ya bastante tiempo, y el recordar cada cosa ocurrida en el pasado lo veía cada vez más normal de lo que realmente se toman las personas un tema así.

Algo que puede pasarle a cualquier persona.

Tomaba tranquilamente de un vaso de leche tibia, cuando sintió unas manos envolver su cintura y posando unas grandes manos en su vientre abultado.

–Buenos días a mis grandes amores–

Murmuró adormilado Armando comenzando a besar en cuello de Gustabo, sacándole pequeñas risas.

–Buenos días cariño–

Se dieron un pequeño besito.

–¿Qué haces despierto tan temprano, mm?–

Preguntó Armando dando besitos en el cuello de su pareja.

Gustabo sólo sonrió, le encantaba lo cariñoso que podía ser.

–Solo recordaba–

Se giró para darle un beso en los labios al alfa.

–¿Quieres comer ya?–

Preguntó abrazando por el cuello al mayor.

–La verdad si, y si fuera a ti, mucho mejor–

Dijo dándole un mordisco a la oreja del más bajo.

–¡Armando!–





























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Y colorín colorado, éste cuento, se a acabado, AAAA

Yo, gracias a todos los que la han leído y apoyado u,w,u

Les agradezco el leer esta historia, que aunque no fue la gran cosa y solo una idea rápida que llegó a mi mente, se logró desarrollar y pues, aquí estamos uwu

Nos veremos en otro proyecto posiblemente <3

Y si les gusta el Segilio (Emilio x Segismundo) les invito a la historia que está en proceso "Volviendo A Conquistarte" que espero les guste a aquellos que se aventuren a leerla ;v

Nos vemos querid@s <3

Adiós!!

-goldupet









Miércoles 11 de Noviembre del 2020.

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