004 / Accidente

Los disparos se hicieron presenté, gritos y más gritos a poca distancia. Loren detuvo el coche sin pensarlo mucho. Intercambiamos miradas confusas y aterradas.

—¡Detenganse!—Escucharon en un eco.

—¡Retirada!—Ordenó otro repetidas veces.

—Parece un enfrentamiento con esos monstruos—Dije negando con la cabeza—Justamente adelante.

El enfrentamiento nos bloqueaba el paso, debíamos alejarnos lo antes posible, solo seríamos un estorbo para los soldados y posiblemente ayudemos a los monstruos a rellenar su pila de cadaveres.

—¿Debería volver?—Pregunto Loren, al mismo tiempo el gritó de un hombre la hizo saltar en su lugar—No, no es buena idea.

—¿Por qué no?

—La gasolina se acaba, tomar la otra ruta acabara lo poco que nos queda y viajar a pie no es recomendable. Seguiremos derecho, los evitare como pueda—Antes de avanzar tomó la pistola, tomó aire para seguir.

Los disparos volvieron a oírse al igual que los gritos y pisadas fuertes contra el suelo, cuando detrás del vehículo noté algo extraño en el centró de un callejón.

En la oscuridad...

Uno de ellos miraba el auto con atracción, en su boca había un cuerpo humano de un policía, al verme a los ojos lo dejó caer preparandose para correr.

—¡Mamá acelera!—Presione golpeando los asientos con las palamas de mis manos, Loren presionó el acelerador al ver por el retrovisor.

Temble y sentí las lágrimas acumularse en mis ojos por el fuerte miedo que me atacó, el auto se sacudida con las pisadas del monstruo a medida que nos seguía.

—¡No No No!—Repitió mamá presionando fuertemente el acelerador—¡Agarrate Emma!—Me aferre al asiento con todas mis fuerzas cuando Loren realizó una maniobra, giro el volante bruscamente.

Cuando vi a donde se dirigía temble totalmente—¡Mamá es un precipicio!—Grité aterrada.

El sonido de las llantas quemandose fue lo primero que escuché, cuando mire hacia atrás vi como ese monstruo, el cual parecía viscoso como el petróleo el cual era totalmente negro saltando sobre el vehículo pero por arte de Dios y gracias a la maniobra de mamá, el cayó directamente al precipicio.

La alegría no duró mucho cuando sentí como mi cabeza golpeaba contra el techo del vehículo.

Y todo se fue a oscuras.





















Abrí los ojos, lo primero que sentí fue un dolor punzante en mi cabeza, lleve mi mano al lugar afectado y lo primero que sentí fue algo como agua, pero tibio.

Sangre.

Mi respiración se dificultó, sentí mi garganta contraerse y cerrarse, intente normalizarla para mirar a mi lado.

Mamá estaba inconciente con una gota de sangre deslizándose por su frente, respiraba, mi cuerpo se relajó al sentirla viva. Busque mi celular en mi mochila la cual estaba atorada en la parte de atrás.

—Mierda—Susurre prendiendo la linterna, ilumine a los lados, la noche había caído y el peligro era máximo además de esos constantes dolores de cabeza, sentía un desmayo cerca—Mamá—Golpe su mejilla suavemente—Mamá reacciona—Volvi a intentar.

Al iluminar al suelo vi el arma, la tomé decidida a pesar de mi gran inexperiencia con las armas, algo podría hacer.

De forma imprevista unos disparos comenzaron a resonar, cubri mis oídos al mismo tiempo que me agachaba. Se oyeron más cerca, cada vez más casi delante del carro.

—Mierda—Escuché, alce la cabeza buscando al dueño de esa voz—Emma, ¿No estás herida?

Era Back.

—No, yo no pero mi mamá si—El tenía un arma extraña en sus manos, había disparado hacia abajo del precipicio, al monstruo.

—Carajo—Murmuró—Venga, sal del ahí—Con una increíble fuerza arrancó la puerta que nos separaba, me tendió su mano. Me quité para aceptar su mano y salir del vehículo.

—¿Cómo me encontraste?

—Eso no importa, hay que sacarla ahora—Repitió la misma acción con la puerta de piloto, ¿Qué no sabía abrir una puerta?

Cargo a mamá facilidad.

—¿Hacia donde?—Pregunté mirando a los lados, me aterraba la oscuridad.

—Al Oeste—Soltó obvio—Podrán atender a tu madre.

—¿Cómo entraras?

—No lo haré, no puedo—Recordó. Pasé mis manos por el rostro de mamá, se había dado un golpe fuerte—Estará bien.

Era lo que más deseaba, si perdía a mamá no sabría que hacer...

Me detuve abruptamente al recordar a Ikeni, regresé corriendo al vehículo llamando la a atención de Back. Oí que me llamaba y preguntaba que buscaba pero no podía detenerme, tenía el corazón en la boca, me reprendi por haberlo olvidado. Por suerte el estaba en el asiento aferrado a el, consciente.

—Perdóname, Ikeni—Susurre, lo tomé entré mis brazos de forma protectora—Estarás bien—En respuesta el me mordió la mano, lo merecida—Había olvidado al perro.

—Oh—Se limitó a responder aún expresivo—Vamos.

Y seguimos el camino, comencé con mi interrogatorio.






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