Ochako Uraraka 2


Mineta se alejó de un día al otro, a decir verdad había comenzado a ver la realidad de las cosas y esa era que todos ya tenían una etiqueta puesta sobre él, un pervertido sin escrúpulos, un acosador sin vergüenza. Y si, era así de imbécil antes y ahora quería demostrar que no volvería a ser ese ser asqueroso nunca más, sólo quería una oportunidad, una oportunidad que todos le negaban.

Mina era novia de Eijiro y sabía que el chico muchas veces le decía que tuviera cuidado cuando convivía con él, hacia caso obviamente, no podía rechazar la preocupación de su novio y unas cuantas veces, por no decir varias, se disculpaba mientras lo dejaba.
Kirishima también estaba estigmatizado y no lo culpa, Momo exageró todo y sabe que ha cometido muchos errores, pero nadie lo deja mejorar y respeta sus preocupaciones.

Ahora, la escena se repetía en su pequeña cabeza perturbando su comodidad una y otra vez hasta imaginar todo de forma retorcida.

A media clase miraba por segundos a Bakugou y Ochako, se veian normales a decir verdad, pero lo que sucedido lo hacía mirar a otra dirección de inmediato con pudor y terror. Muuuucho terror, y hasta se ponía rojo de imaginar cosas presuntuosas.

Escribía el dictado en inglés de Mic y en su mente se formaba la escena nuevamente;
Katsuki se inclinaba y tomaba con su mano el rostro de Ochako para besar sus labios, con amor, con paz y calma, algo que lo caló hasta la médula. Él escapó de ahí antes de que el bruto de Bakugou se diera cuenta y lo matara a golpes por chismoso. Se fue nervioso, no sabía que ella tuviera pareja y menos esa, por un leve instante se sintió dejado atrás.

No quería cuestionar a Ochako por estar con él, pero ahora sentía como siempre que ella intentaba acercarse a él un Bakugou serio la interceptaba y ella terminaba diciéndole adiós con tristeza y un hasta luego a medias.











Dio una cachetada fuerte a su mejilla —¡vamos mineta, no puedes deprimirte porque la linda Uraraka tenga un novio! —se miró en el espejo del baño. Primero Mina y ahora Ochako, lo habían abandonado. Suspiró decidido y cuando se dió la vuelta listo para ir a encarar a Ochako casi se va de boca al recordar que estaba sobre un banquito para llegar al espejo. Se bajó con cuidado y lo acomodó en una esquina para que no estorbara.

Corrió al pasillo del salón para estar con ella antes de que Katsuki llegara. De un salto llegó al pupitre de la castaña.

—¡¡Ochaaakoooo!! ¡Parpadea tres veces si Bakugou te está obligando a mantener relaciones sexuales con él! —. La ceja arqueada del ángel lo hizo maldecir su ser internamente.

Por primera vez el ceño de Ochako se frunció indignada —¡Mineta-Kun, esa acusación es muy grave, deja de andar pensando las cosas de más y no pienses así de alguien como Bakugou-Kun!

Miró al suelo apenado, ella en verdad se veía molesta, asintió al regaño y se disculpó miedoso, no quería que ella le dejara de hablar.

—¿Por qué andas con alguien como él? —se sentó en el lugar de enfrente para hablar cómodamente.

—¿Por qué habría de no hacerlo? —dijo en un puchero— no juzgues con prejuicios.

Bakugou entró a pasos agolirados y el pequeño se sorprendió de que no lo insultara. Comenzó a hablar con Ochako de aquella fiesta que se acercaba y por qué carajo él estaba en la lista de invitados. Oh, la fiesta.
Esa fiesta.

Mineta tragó pesado y miró el pupitre avergonzado. Se preguntó si el plan que tenía con Ashido y Uraraka seguía en pie, se llenó de inseguridad. Sentía que de nuevo todos le daban la espalda a excepción de Denki, pero ese rubio por naturaleza se iba largos ratos a cada rato.
Nervioso vio como Katsuki se iba a su lugar, sin un insulto a su persona, sin un rugido. ¿Era el día opuesto?

Se calmó y habló —¿Bakugou, irá contigo?

Ella sólo movió la cabeza en forma afirmativa.

¿Y yo? Pensó por lo bajo rascando su cabello.

—¡Que bueno que ya tenemos trajes! —animó— sólo queda ponernos de acuerdo para que Momo no se ponga pesada.

Sus ojos se le hicieron agua, cómo se atrevió a pensar que Uraraka cambiará de parecer sólo por estar con Katsuki, cuando ella era un Ángel de naturaleza amable. —¡¡Eres la mejor, Ochakooo!!

Ni se le vio el polvo cuando Bakugou lo pateo muy fuerte, pero qué se creía el para hablarle por el nombre a su novia.

Después de una pelea infantil Katsuki ya estaba pidiendo disculpas con una mirada amenazadora.

El día se acercaba. Y con eso, la redención de un chico incomprendido.

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