¿Conocen a alguien capaz de eludir el todo con una simple sonrisa?
Porque nunca se debe subestimar una agraciada curva en labios perfectos.
Porque la mirada dorada con la luz del sol puede diluir hasta las nubes más negras en un fúnebre paisaje.

¡Porque el poder del trueno tiene la genial habilidad de hacerlo sentir incluido!
Y desventajosamente el poder de ganar el cariño de cualquiera con una sonrisa.

Si ¿Sabes de quien habla, no?
Exacto. Denki Kaminari.

PikaPikaDenki: para Jirou, Ashido y Momo.
Kamisol: para Ochako, Tsuyu y Tooru.
Pikachu: para los compas: Eijiro, Hanta y Bakugou.

—¿Cómo carajo lo hace? —gruñó Mineta mirando como Kyoka se reía con él mientras cubría su boca. Ochako reía a carcajadas abrazando a Mina y Tsuyu sonreía amable al igual que Yaoyorozu y denki sólo estaba contándoles un día normal.

Le tenía celos, profundos celos. Aunque no tuviera un buen coeficiente intelectual sobresalía en un montón de cosas, incluso más que él.
Si, Denki es un asco en los estudios, pero deberían escucharlo tocar la guitarra, inclusive cantar es una obra de arte con él ¡Y su Quirck! Coño, es el mejor a vista de su pequeño amigo.
Su carisma y guapura le roba a las nenas ¡Inaudito!

Pero ¡Pero!:
Porque incluso aunque Kaminari pertenezca al Bakusquad no se le sube la eletricidad a la cabeza, siempre convive con él a pesar de todo y coinciden en varias cosas:

-La anatomía femenina es lo mejor.
-Los Momos de Momo son hermosos.
-El Urarakacuerpo es perfecto.
-Las Minaamigas de Mina son geniales.

Pero a pesar de eso aveces lo siente tan distante. Lo mira bromear con Kirishima al punto de que por un leve instante piensa que son pareja, lo ve interactuar tanto con Bakugou que cree que ya es parte de ese enojón como Eijiro, lo mira desayunar todas las mañanas con Ochako, lo mira reír con Kyoka y sonreír con Tsuyu, que cuando lo ve intercambiar palabras con Momo teme a que ella haga que él se distancie. Teme que lo deje cuando es su único amigo.

—¿Estás bien, viejo? —le chasqueó los dedos frente a la cara creando un chispa, haciendo que Mineta se cayera de la silla por el susto a ser electrocutado.

—¡Ja! Claro que si, ve con tus amigos cabeza de músculos, estoy bien —dijo sacando de inmediato un libro para leer.

Y escuchó la voz dulce de Ochako y Mina acercándose con su desayuno en manos.
—Traje tu desayuno, Kamisol —dijo amable Ochako.

Mineta se tragó los celos.

—¡Y yo el tuyo, Mineta-kun! —sonrió Ashido.

Ah, joder. Son tan buenas.

Habían pasado unos días y Kaminari estaba distante, colándose con quien quiera pues todos lo querían. Y él, tan miserable como siempre, sólo le quedaba fingir leer un libro en su pupitre.

Triste confesó lo solo que sentía.

—No jodas viejo, tú sigues siendo uno de mis mejores amigos. Sólo que no puedo estar contigo todo el tiempo.

Y ahí la lágrimas se le salen.
—¡Whaaaaaa! ¡Denki, idiota! Te quiero —y abraza sus piernas porque el hijo de perra es demasiado alto.

Y aquel rayo de sol no duda en darle un poco de luz a pesar de todo. Con una sonrisa asiente y ahora los cuatro desayunan tranquilamente.
Siente que son tan amables que no los merece y de nuevo las lágrimas se le salen a mares ¡Venga, que si le da una buena batalla a Izuku el humano!

—Vamos, Mineta-kun ¿Qué pasa? —preguntó preocupada Uraraka.

—¿Te dijo algo Bakugou? —atacó Mina.

—¿Viejo?

No tiene palabras para expresar cuan agradecido se siente con ellos. Secó sus lágrimas e intentó comer sin llenar su plato de mocos.

—Los quiero chicos —dijo moqueando.

Y Denki sonríe con la fuerza de mil soles. Ochako se emociona y hace lo mismo, tan dulce como el caramelo y suave como el chocolate. Ashido le muestra el pulgar con una sonrisa de oreja a oreja, con esa energía alienante y esa ácidez agradable:

—¡Nosotros también! —gritan al unísono.

Y Mineta se pone tan feliz que siente que su cabello se derrite de la alegría.