only.
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MinHo y JiSung habían comenzado a salir hace mas de un año, obviamente a escondidas de sus padres. Comenzaron a ser novios hace casi diez meses, también, a escondidas de sus padres. Se mimaban el uno al otro y se apoyaban en todo lo que podían, pero una vez más, a escondidas de sus padres.
Debido a las calificaciones altas del castaño -MinHo-, fue uno de los seleccionados para ir de intercambio a una de las mejores universidades del país; lo malo era que quedaba en uno de los extremos, muy lejos de su ciudad natal, muy lejos de su novio.
—MinHo, apúrate. SeungMin y Chan te están esperando hace quince minutos —la voz de su madre se hizo presente del otro lado de la puerta, pero el castaño solo pudo asentir de manera oral, brevemente.
Finalmente estuvo listo y tomó su mochila para bajar corriendo las escaleras. Se despidió de sus padres y finalmente emprendieron viaje a la universidad los tres juntos. En el camino se encontrarían con JiSung, pero este no se hizo ver hasta que llegaron a la entrada de la universidad.
—¡Lo siento, lo siento, lo siento! —repetía una y mil veces el rubio, mostrando un tierno puchero en sus labios. —Me quedé dormido —dijo y sin dudarlo dos veces se lanzó sobre el delgado cuerpo de su novio, abrazándolo, abrazo que sin rechistar MinHo correspondió.
—Está bien, Hannie —el mayor soltó una leve risa. —En diez minutos debemos irnos —dijo esto, refiriéndose a SeungMin, Chan y él, a lo cual Sung respondió con silencio y su mirada baja. —¿Me extrañarás?
—Obvio que sí, bobo —Han se acercó a sus labios para dejar un muy casto beso sobre los labios de su novio, importandole poco que alguien los viera.
—También te extrañaré —dijo el contrario y suspiró de manera enamorada, acto seguido dejó un muy suave besito sobre la punta de la nariz del rubio y este solo rió.
Los diez minutos pasaron más rápidos de los que JiSung hubiera querido. No quería mostrarse débil ante la despedida de sus amigos y novio, no es como si estuvieran muertos o nunca mas los volvería a ver, pero sin dudas los iba a extrañar a los tres. Quizá no por igual, pero de que los iba a extrañar, los iba a extrañar.
Las cuatro semanas pasaron bastante lento, Sung lo único que quería era volver a sentir los suaves labios de MinHo sobre los suyos, su mano junto a la suya, sus brazos rodeando su cuerpo, su mirada sobre sí mismo, su respiración cerca, su presencia... Realmente lo extrañaba en demasía. Lo que lo tenía levemente tranquilo era el hecho de que iban a juntarse luego para poder reencontrarse. En un par de horas regresaban y habían quedado se verse en la universidad para pasar la tarde juntos al fin después de un mes de extrañarlo. Si bien habían hablado por chat no era la suficiente cercanía a tenerlo a su lado, no se compararía con ello jamás.
Ahora estaba recostado en su cama mientras pensaba. Tenía sus ojos levemente hinchados por el sueño que sentía a pesar de ser aproximadamente las dos de la tarde. Estaba bastante sentimental y sensible, extrañaba a MinHo y realmente quería que fueran las cinco y media para poder irlo a buscar a la entrada de la universidad. Necesitaba descargar el amor acumulado que tenía en su corazón después de un largo mes sin su presencia, necesitaba besarlo, admirarlo, abrazarlo y más.
El tono de llamada de su celular lo sacó de sus pensamientos de inmediato. Echó un vistazo a quién estaba interrumpiendo lo lindo que se imaginaba volver a ver a su novio y al ver que la llamada se trataba de él mismo una suave sonrisa se hizo presente en sus labios.
—¿Sí?
—Bebé —la voz de MinHo se notaba algo entristecida, y Sung supo que se acercaban malas noticias. —Uhm.. No podremos vernos esta tarde.
Los ojos de el menor picaron, amenazando con cristalizarse para comenzar lo que parecía ser llanto. Estaba extrañando mucho a MinHo y realmente no soportaba ni un día más sin poder verlo.
—¿Por qué? —preguntó con su voz levemente quebrada, cosa que Lee notó y soltó un leve suspiro de frustación.
—Mamá invitó a mi familia para darme la bienvenida a casa, es dramática. Solo fue un mes.
—No la culpo —el rubio sorbió su nariz. —Te extraño muuucho —sin duda alguna iba a llorar.
—Hannie-ah, no llores. Podemos vernos mañana~ —MinHo habló y Han no pudo evitar sonreír de manera triste al imaginar la sonrisa del mayor diciendo eso. —...Tengo una idea mejor... Podrías venir a mi casa en la fiesta familiar. No creo que a mamá le importe
Sung sonrió ahora de manera real, feliz al oír eso. Limpió sus ojos e hizo un leve sonidito de asentimiento ante la propuesta dada por su Hyung y rió por primera vez en el día cuando en el momento de terminar la llamada; Lee hizo un sonidito de beso, como si estuviera dándole un corto besito en los labios como acostumbraba a hacer a la hora de despedirse de él.
Habían pasado cuatro horas aproximadamente desde aquello. Eran ya las seis se la tarde y Sung estaba en si tocar la puerta de la casa o no. Quería irse de ahí por la vergüenza a ver a los padres de su novio secreto, pero quería armarse de valor y tocar la puerta para poder ver a su hermosa pareja.
—¿Hannie? —la voz de MinHo se hizo presente cuando el castaño abrió la puerta, dejando al menor con ganas de haberla tocado. —¿Cuanto tiempo llevas aquí? —preguntó de manera burlesca, ganándose una mirada de odio de parte del rubio, pero esa mirada fue ablandada justo antes de sentir su cuerpo contra el suyo, abrazándolo de manera efusiva.
MinHo rió y correspondió al abrazo, ganándose un par de miradas de parte de sus parientes. No le importó eso, al fin después de un mes entero sin ver a JiSung podía abrazarlo y verlo en persona, no en las fotos graciosas que mandaba de vez en cuando por chat para hacerle el día.
—¿Pasamos? —Sung asintió con su cabeza y sin más fueron al comedor, no sin antes cerrar la puerta para que ambos entrasen a la casa.
Estuvieron sentados en las escaleras un rato para que la madre del mayor lo viera y notara que al menos estaba presente en su propia celebración; pero cuando todos los adultos estuvieron sumidos en su propio mundo, el castaño no dudó en tomar la mano de Sung y guiarlo hasta su habitación. Era la única parte en la que podían darse el trato que merecían al tener la etiqueta escondida de 'novios' que ambos tenían.
En cuanto ambos entraron a la habitación, MinHo cerró la puerta y se lanzó a los brazos del menor, quien estaba al borde del llanto nuevamente.
—Te extrañé mucho —Sung puchereó, ganándose a cambio un corto beso en su labio inferior de parte del mayor. —No podía esperar hasta mañana, Hyung.
—Tampoco podía —las manos de Lee viajaron desde la cadera de Han hasta posicionarse en sus mejillas, tomando estas con suma delicadeza. —Eso te pasa por no sacar buenas notas, si las tuvieras pudimos haber ido juntos y no separarnos un mes entero —Han en respuesta le sacó la lengua al castaño.
—Mis dos neuronas no dan para más —se excusó, ganándose la risa de su pareja que tanto amaba.
Min tomó la iniciativa y se acercó al rostro del menor, uniendo sus labios con suma delicadeza, comenzando un beso tierno y bastante suave, pero significativo a la vez. Sung podía sentir perfectamente como sus labios cosquilleaban ante el suave tacto de los labios contrarios; se sentían dulces y encajaban tan perfecto unidos a los suyos, amaba sentir aquellos lentos movimientos que lo guiaban a continuar.
La habitación en poco tiempo se llenó de sonidos que sus labios siendo separados y unidos al poco tiempo hacían. Por suerte dentro de esas cuatro paredes nadie podría molestarlos, era la escena perfecta en el cuadtro perfecto.
—Mhm... Hyung —habló sobre sus labios, pero el mayor no se detuvo. —Hyung... —volvió a repetir, obteniendo como respuesta una leve mordida en su labio inferior.
—¿Qué pasa? —preguntó finalmente cuando se alejaron del rostro ajeno.
—Tengo sueño —el rubio apoyó su frente en el hombro del castaño, cerrando momentaneamente sus ojos.
Min sonrió se manera leve y dejó un casto beso sobre la mandíbula del mas bajo por un par de centímetros y lo guió hasta su cama, para que ambos pudieran recostarse en esta.
Sung se acostó en el lado derecho y cuando el mayor recostó su cuerpo a su lado, posó sobre la cintura de este uno de sus brazos para poder finalmente cerrar sus ojos algo exhausto. Por otro lado, MinHo posicionó una de sus piernas sobre los muslos de Sung de manera algo posesiva y llevó una de sus manos hasta la mano sobrante del rubio, entrelazando sus dedos de manera tierna.
—Te amo, Hannie.
—Yo te amo más, Honnie.
Ambos sonrieron y MinHo robó un último beso de los labios del menor y finalmente cerró sus ojos, disfrutando de la cercanía que al fin ambos tenían después de un largo tiempo separados.
Pasó aproximadamente una hora y la madre de MinHo se puso a buscar a su hijo por todas partes en la casa. Al entrar en su habitación notó que estaba junto a su amigo dormido, pero en la posición en la que estaban demostraban más que simple amistad.
—Sabía que se veían de otra manera —murmuró la mujer, y sonriendo salió de la habitación de su hijo para poder cerrar la puerta de manera suave y sin ruido.
Bajó los escalones topandose con la mirada de los demás familiares y un pariente se atrevió a preguntar; —¿y MinHo?
La señora Lee sonrió y apuntó hacia las escaleras, manteniendo su vista fija en las demás personas que estaban ahí. No tenía miedo de lo que iba a decir, después se todo su instinto de madre le decía que era cien porciento seguro lo que pensaba que era, además de eso no le importaba que su hijo fuera homosexual o mucho menos; era su hijo de todas formas, además de ello lo había sospechado desde cuando su hijo comenzó a salir con chicas y comenzó a tener una actitud algo en contra.
—Está arriba durmiendo..., Con su novio.
1700 palabras.
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