Capítulo 11
Maddox
Evito a Raphael lo más que puedo los últimos dos días, debido a que está ocupado en su trabajo ni siquiera me ha ordenado que le vea en privado, pero en algún momento pasará.
Me siento frente a mi mejor amigo, Ares sigue en su almuerzo como si no acabase de llegar, como mismo trato de ignorar a Raphael, Ares practica conmigo la ley del hielo y lo sé, lo merezco totalmente por mezquino.
—Hola —no recibo una respuesta, ni siquiera me mira—. Hablemos un momento, no estaba pensando en ese momento.
Por fin me mira, sus ojos ámbar me fulminan con la mirada, carajo, en serio está enojado.
—Si lo hacías y eso es lo peor, déjame terminar mi almuerzo o voy a tener que irme.
—Ares…
—Chicos, es bueno verles —mi pelinegra favorita se sienta justo a mi lado, Annie sonríe y nos mira, ninguno de los dos tenemos buena cara por lo que hace una mueca.
—¿Aún están peleados?
—No te importa —el gruñido viene de Ares, Annie le da una patada por debajo de la mesa sacándole un quejido.
—¿Incluso te peleas conmigo? No seas cascarrabias.
—Me voy.
—No, espera —Annie agarra su brazo, Ares levanta las cejas.
—¿Qué?
—Vamos a salir hoy —avisa.
Ares lo primero que hace es fulminarme con la mirada, joder, cuando se enoja es difícil que vuelva a su estado natural, sólo Annie logra hacer que la perdone en poco tiempo.
Yo he tenido que esperar incluso dos semanas, como se nota que no estás enamorado de mí, luego dices que Annie no es el centro de tu universo.
Mentiroso.
—No quiero salir, mucho menos si tengo que estar con él.
Annie coloca ojos de cachorra lastimada, es un buen truco, puedo afirmarlo ya que nunca he podido negarle nada cada vez que lo hace conmigo.
—Hazlo por mí ¿sí? —Ares achica los ojos, Annie sigue en lo suyo —. Hay un club, es bueno y quiero que se relacionen con Thomas.
—No quiero llevarme bien con ese imbécil —replica, estoy de acuerdo con eso, pero no voy a decir nada, después de todo yo los presenté.
—Chicos, por favor, sólo esta vez, no tienen nada que hacer de todas formas.
—¿Qué sabes tú sobre lo que haré esta noche?
—¿Qué harás? Y que sea importante por favor —Ares aprieta la mandíbula, fue atrapado por completo.
—Muy bien, voy a ir.
—Gracias, tu también ¿cierto? —pregunta mirando hacia mí, muevo la cabeza, ya dije que es mi debilidad.
—Claro.
—Bien, nos vemos a las ocho, les enviaré la dirección —Annie se pone de pie, no planea quedarse con nosotros, frunzo el ceño.
—¿A dónde vas?
—Con Thomas —Ares coloca los ojos en blanco, casi lo hago yo también.
—Vaya, ni siquiera llegan a una semana y ya nos cambias.
Annie nos deja un beso en la mejilla a cada uno.
—No se preocupen, ustedes dos son los hombres más importantes de mi vida y luego está Thomas.
—Que no te escuche —replico haciéndola reír.
—Tiene que acostumbrarse.
Annie se retira y miro a mi mejor amigo, necesito que me perdone de una vez, no es cómodo que estemos peleados, pero creo que tendré que ir a su ritmo si quiero que me hable otra vez.
—Voy a salir, pero aún no quiero que me hables, voy por ella. ¿Entendido?
—Si.
Ares se retira dejándome solo, genial, Annie con su novio, Ares enojado conmigo y Abby con ese maldito de Simone, jodido imbécil, han durado más de lo que pensaba.
Bien, al menos no me ha dado excusas para romperle la cara a hostias.
Hago mi trabajo de investigación y pongo los detalles de cómo entrar a una cede que el equipo MS5 tiene que intervenir, por esto soy el Capitán al mando, yo soy el líder cuando se trata de planificación y luego viene el estúpido de Simone que cree que tenemos el mismo rango.
Mismo rango una mierda, hay una gran diferencia de MS1 a MS5, él sigue mis órdenes, lleva a cabo mis planes, sólo es un imbécil con una cara bonita, Abby verá la basura que es.
Espero que sea pronto antes de que esté enamorada de ese mujeriego.
Voy a la oficina del Coronel y le entrego el archivo, él lo lee con atención antes de dar su visto bueno.
—Capitán Werner, un trabajo excelente como siempre.
El Coronel Raymond Harrell coloca sus ojos oscuros sobre mí, tiene el cabello castaño claro con algunas canas a pesar de que no tiene edad suficiente para eso.
—Gracias, Señor.
—¿Cómo se encuentra su padre?
Mi padre, Lion Werner es un famoso General retirado del IMS1, tuvo que dejar la fuerza hace dos años debido a su edad y Raymond fue uno de sus discípulos, el mejor de ellos según tengo entendido.
—Bien, Señor, extraña esta vida, pero está contento con sus salidas, tiene muchos amigos.
Harrell se echa a reír.
—Lo sé, su padre fue un gran General, le debo todo lo que sé.
—Yo también, Señor —él asiente.
—Puede retirarse, Werner, y cuando hable con su padre envíele mis saludos, siempre es un honor.
—Gracias, Señor —hago mi saludo de respeto y por fin me retiro.
Me voy a casa, doy un baño y espero a que sea la hora estipulada, la notificación en mi teléfono suena con la dirección del lugar, me pongo un pantalón negro, camisa blanca y una chaqueta de cuero.
Recojo la billetera junto a las llaves en el cuenco y conduzco al lugar, no tengo ganas de entrar, pero es justo lo que me hace falta, una noche con mis amigos, volver a ser yo mismo.
Entro al lugar repleto, la música es fuerte, hace un montón de tiempo que no vengo a un lugar de estos que no sea para hacer una redada o infiltrarme como algún gay.
Joder, que malos recuerdos.
—Pensé que no vendrías —Annie me sonríe con un vestido blanco corto unos minutos después, tiene el cabello suelto y un maquillaje que brilla, se ve incluso más hermosa, suspiro.
—¿Soy el último?
—De hecho, si eres el último, incluso Abby está aquí.
—Entonces vamos —la sigo por las escaleras hacia la zona VIP, según escuché el dueño del lugar es un ex-novio de Annie y por suerte quedaron en buenos términos.
Fulmino con la mirada a un tipo que pasa a un lado y le mira el culo a Annie, joder, que algunos tíos son imbéciles.
—Olvidé decirte algo —dice Annie de pronto.
—¿Qué?
—Abby trajo a Simone y a Naomi —gruño, no me importa Naomi, pero ese maldito es una piedra en mi zapato.
—Genial, no sólo Thomas, también él.
—Intenten llevarse bien.
—Ya veremos.
Nos detenemos en la mesa correspondiente, Simone tiene a Abby sobre las piernas y le toca un muslo de forma extraña, carajo, trago para no golpearlo, si a ella no le molesta no puedo hacer nada.
Si hago algo se enojará conmigo, ya pasó antes, es que sólo se busca puro imbécil y luego tengo yo que romperles la cara.
Naomi deja su bebida en la mesa y nos sonríe, Ares sostiene un vaso de whisky y Thomas está en una esquina, no está cómodo con la situación, no me importa, ahora se pondrá más incómodo aún.
—Hola, siento llegar tarde.
—En realidad no lo sientes —dice Simone agarrándole el culo a mi hermana, ella lo aparta con disimulo y sonríe.
¿En serio no puedo golpearlo?
—No te preocupes, no llevamos mucho tiempo aquí.
—Claro, iré a pedir un trago —Annie me entrega un vaso y hace que me siente justo al lado de Ares, frente a Thomas.
Mala jugada, los dos mirándolo directamente hará que se ponga peor.
—Aquí tienes, Vodka.
—Ah, gracias.
—En serio fue una brillante idea reunirnos a todos —Simone se carcajea, el ambiente es incluso más agrio con su presencia, basura, mi hermana lo jala.
—Vamos a bailar.
—Claro, también quiero salir de este mal ambiente.
Los dos se van, Naomi toma otro sorbo de su bebida terminándola por completo así que Annie va con ella para pedir más dejándonos a los tres solos, miro a Simone en la pista.
—¿Cuál es su jodido problema?
—Estoy seguro de que su problema eres tú —responde Thomas, dejo el vaso en la mesa haciendo ruido.
—Bueno, para tu información yo no le hice nada, pero podría hacérselo si le hace daño a mi hermana.
—No sabía que eras tan sobreprotector —se echa a reír, achico los ojos.
—Ujum… lo soy con mis hermanas y Annie es una de ellas así que cuidado.
—Es la segunda advertencia que me llevo en la noche —mira hacia Ares, mi mejor amigo mira hacia la pista y toma de su bebida.
—Oh.
—Si, Ares también me amenazó, me alegra que Annie tenga quien se preocupe por ella, me dijo que no tenía familia.
—Somos su familia —gruño fulminándolo con la mirada.
El rubio asiente.
—Lo sé, me trajo para que interactuara con ustedes y no pretendo hacerle daño.
—Bien.
—¿No han peleado, cierto? —pregunta Annie regresando con una copa triangular y sentándose en sus piernas, Naomi debe de haberse quedado por ahí.
—No, comenzamos a entendernos.
—Uff… es un alivio ¿Ves? No son tan malos —dice plantándole un beso frente a nosotros, a mí no me preocupa, sin embargo Ares se pone de pie.
—Iré a…
—A ligar —termina Annie, él se encoge de hombros, lleva una chaqueta, camisa y pantalón, todo negro.
—Bueno, no estaré aquí viéndolos morrease toda la noche, muy lindo todo, pero ya hablamos con él —más bien lo amenazamos, pero ella no tiene que saberlo.
—¿No quieres que baile contigo?
—Tienes novio —Annie abre la boca dispuesta a decir algo, Ares levanta las cejas—. Y antes de que digas algo, no conseguiré un ligue contigo cerca.
—Eres tan idiota —Ares le saca el dedo del medio y se va luego de tomarse toda su bebida.
Sonrío.
—Bueno, yo quiero bailar. ¿Bajamos?
—Si, ven tú también —Annie jala a su novio y me sigue, Thomas se echa a reír, al menos está un poco más cómodo.
—¿Con los dos? Eres codiciosa.
—No seas celoso, Maddox es como mi hermano y con sus movimientos tendrá a varias chicas dispuestas antes de los cinco minutos.
—No exageres.
Bajamos a la pista y comienza a moverse contra mí mientras jala a Thomas y le besa, ciertamente no pasa mucho tiempo hasta que una chica se me acerca y pide que baile con ella.
Annie sonríe y me besa la mejilla.
—Nunca exagero, querido, ahora ve a divertirte que yo me quedo con mi hombre.
—No me cae tan mal, así que lo apruebo —le digo al oído.
No miento, Thomas ni siquiera muestra un atisbo de celos, el hombre reconoce nuestro vínculo que es más de lo que han hecho los anteriores, Annie me abraza.
—Gracias.
Voy con la chica y bailamos al ritmo de la música hasta sudar, jadeamos, es bonita, claramente tiene intenciones de ligar, pero no vine por eso, sólo quiero divertirme, muevo las caderas hasta que veo una maldita aparición en el medio de la pista.
—Mierda.
La chica rubia se detiene y me mira, no puedo apartar los ojos del hombre frente a mí, no puede ser jodidamente en serio.
—¿Mmm… que pasa?
—Nada, no te preocupes, tengo que dejarte —le digo viéndolo ir hacia los baños, ella coloca una mano en mi pecho.
—Si quieres podemos…
—Lo siento, tengo algo que hacer —me empuja.
—Imbécil.
Entro al baño y salto cuando la puerta se cierra de momento, miró hacia atrás, Raphael pone el seguro y deja caer su ardiente mirada sobre mí, está enojado, lo veía venir, pero no estoy preparado para una discusión esta noche.
—Maddox. ¿Extrañaste las vaginas luego de que te follara? —gruñe acorralándome contra el muro del lavabo, lo fulmino con la mirada, no voy a perder esta vez.
—No tengo que contestarte eso.
—Si tienes que contestarme, no me gusta que me ignoren —lo empujo, él da un paso atrás.
—Me importa una mierda lo que te gusta o no, si no te gusta mi actitud eres jodidamente libre de irte.
Raphael achica los ojos y me agarra del pelo, acerca su boca a la mía, gruño, joder, me gusta que haga eso, sus gruñidos, su respiración contra la mía.
No, no, tengo que concentrarme.
—Por lo general tu actitud me enciende, pero sólo si puedo follarte al final —aprieto su mano hasta que deja de agarrarme, lo empujo y mantengo la distancia esta vez, no dejaré que me gane en mi propio juego, yo tengo la ventaja aquí.
—Ajá, que lindo, pero no vas a conseguirlo, puedes irte por donde viniste.
—¿Alguna razón por la que esté jodidamente bloqueado? —ladeo la cabeza con confusión.
—¿Mmm… bloqueado, a que te refieres?
—No me vengas con esas, hace unos días intento contactar contigo y nada, no he tenido tiempo últimamente, pero hoy… —no me importa lo que dice, lo que quiero saber es como me encontró.
— ¿Cómo supiste que estaba aquí?
—¿Por qué estoy bloqueado? — pregunta de vuelta agarrando mi brazo, miro su mano.
—No me toques.
—¿Por? La última vez hice más que tocarte, no sirve de nada ser tímido al respecto —me acorrala otra vez contra el lavabo, hay gente fuera dando golpes en la puerta, suspiro, puedo sentir su erección contra la mía.
Joder.
—No es cuestión de timidez, lograste follarme y ya se acabó.
—¿Quién lo decidió? —pregunta tomando mi mentón, hace que lo mire a los ojos, los orbes verdes se ven más oscuros de lo normal y me doy cuenta de que estoy completamente jodido.
—Yo, así que aléjate.
—Escúchame, tú no decides eso —gruñe, levanto las cejas.
—Que yo sepa tenemos que estar de acuerdo los dos, me imagino que si no quiero no irás a violarme.
—¿Violarte? —Raphael desliza una mano entre nosotros y acuna mi erección—. No me hace falta, te dije que tu cuerpo es sincero Maddox, hablas y hablas tonterías, pero tu cuerpo me dice lo que realmente quieres.
—Reacción fisiológica, no quiero volver a follar contigo.
—Por el momento voy a irme, pero recuerda —el agarre en mis mejillas es firme.
—¿Qué?
—Tu no decides cuando termina esto —susurra contra mi boca.
Raphael por fin se va, los que estaban tocando como locos entran de una vez y yo me retiro, estoy jodidamente enfermo al pensar que quiero irme con él y dejar que me haga lo que quiera.
Dios, tengo que ir a hacerme un exorcismo o algo porque debo tener un maldito demonio de la lujuria metido en el cuerpo.
— ¿Ese era Raphael? —Annie agarra mi brazo, suspiro, no tiene sentido ocultárselo si lo vio.
—Si.
—¿Qué quería?
—¿Qué te hace pensar que hablábamos? Fue casualidad, ni siquiera nos saludamos —Annie levanta las cejas, no me cree ni madres, las mujeres y su puto sexto sentido.
—¿No fue él quien te puso así de nervioso?
—No, iré a por una bebida, necesito emborracharme.
Toneladas de alcohol es lo que me hace falta para olvidarme de que quiero ir a follar con ese hijo de puta, luego de dos botellas saco mi teléfono y desbloqueo su número, hay casi cien mensajes preguntando por mí, saliéndose de control, amenazándome.
Tengo que estar jodidamente enfermo para que esto me encienda.
Bloqueo el contacto nuevamente y recojo la botella, evidentemente no ha sido suficiente alcohol, aún tengo la cabeza extraña.
Aún quiero ir a follar con él así que debería beber más.
******
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top