XXVII

No era muy consciente de lo que pensaba la castaña actualmente, si tal se que la conozco, pero no hemos tenido tiempo de sentarnos a hablar sobre lo que piensa de acuerdo a lo sucedido con el.

Lo último en que lo mencionamos fue en gritos, por parte de ambos.

Me acerqué, sólo viendo cómo Lina lo observaba con expresión dura.

—Hey—saludé de forma despreocupada cortando cualquier diálogo de Steven.

Ambos me miraron, ella sin embargo se levantó para tomarme del brazo y jalarme en su dirección.

—¡Lina, espera!—gritó para segundos después ponerse por delante de nosotros, mirándola—: Ni quiero saber que estás pensando porque me hago una idea, sólo te pido que me perdones.

Se estaba rebajando mucho, cayendo en la mirada de todos. Las manos de mi castaña empezaron a sudar levemente, sabía que había notado la tensión del momento, más cuando ella está en medio.

Intentando ser de ayuda, hice que me soltará de forma suave para después colocarme mejor a sus espaldas y poner ambas manos en su cintura.

—Un amigo no hace eso, ¿Sabes?—murmuró para él—: Lo único que yo quería cuando ví que te me estabas acercando mucho era confiar en ti.

—¡Y puedes!—a diferencia de ella, él gritó—: Quería protegerte.

—¿De qué?—casi gruño—: ¿De ser feliz?

Algo en mi pecho se contrajo.

—De que salieras herida más adelante.

—Pues lo hice, y todo gracias a lo que comenzaste tú.—soltó casi con deseen.

La gente a nuestro alrededor se había aglomerado, poniéndose un tanto más cerca ya que Lina por no querer dar un espectáculo hablaba casi en susurros. Le hice señas con la mirada a Steven para que lo viera. Sin embargo estaba tan sumido en la molestia que le habían causado las palabras de mi novia que pasó de largo.

Yo no iba a hacer eso.

Me incliné casi hasta llegar a su hombro, besé su oreja y ella se tensó.

—Vamonos.

Asintió y tras dedicarle una última mirada al ojiazul, la jale por la muñeca para ir a las escaleras.

El único sitio que sabía que podía decir que era totalmente nuestro era el techo. Tengo tantos momentos buenos como malos aquí arriba, y ella puede que piense lo mismo porque no ha hecho nada por detener la subida.

No me suelta, tampoco me habla. Sé que no había hecho nada mal por lo que no me tenía que preocupar si estaba molesta conmigo o no.

No obstante, hay que ser precavido.

—¿Estás molesta conmigo?—ella frunció el ceño hacia mi una vez que estabamos abríamos la puerta para dar paso al amplió cielo que nos recibía.

—No, sólo que me molesta la situación.

—¿Cuál, exactamente?

—Que por él pasó lo que pasó.

Mi parte irracional sabía que culparlo a él totalmente sería como quitarme culpa, pero la otra parte sabía que no era así.

—Bonita si te pones a ver,—alcé los hombros caminando hasta el centro del espacio y sentarme, me siguió—: Hubiera pasado de una u otra forma.

Alzó las cejas, sentandose en forma de indio frente a mi.

—¿Tu crees?—suspiré pasando las manos por encima del jean.

—Si,—miré hacia otro lado antes de volver a verla a ella y tomar su mano—: Sólo nos adelantó las cosas,—estaba cabizbaja—: Cuando menos estábamos listos.

Río levemente, unos segundos después asintió dándome la razón.

Dejé de ver nuestras manos y me concentré en detallarla como tanto había hecho hasta hace tan sólo horas. Si me concentraba un poco más, la imagen un poco más niña de Lina aparecería en mi campo de vista. Llevándome a los tiempos dónde la veía desde lejos.

Solté una suave risa recordando lo idiota que había sido.

—¿Qué es tan gracioso?—preguntó acercándose un poco más, nuestras rodillas se rozaban.

—Nada,—me incliné para besar su nariz—: ¿Cómo está tu mamá?

Ella bastante sorprendida por la pregunta, se sonrojó.

—Bien..—alzó los hombros—: Más tranquila.

Junté mis cejas.

—¿Por qué?

—Por las vacaciones, quiere que pasemos más tiempo juntas.—no lo decía con mucho ánimo pero en el fondo sabía que lo quería—: Me da miedo igual, está rara—bromeó.

—No me sorprende que quiera recuperar tiempo contigo.

—A mi tampoco,—ahora si sonrió—: Si quieres puedes venir con nosotras a algunas. Tampoco quiero que piense que la estoy evitando por meterte en todo.—su sonrisa se amplió pero yo me tense.

Si bien, no le había comentado nada sobre lo que mamá me tenía en casa. Apenas hoy salió el tema de que me gustaba viajar, o no como que me gustara, sino como que era algo que quería —y no sé si sigo queriendo— desde que tenía memoria.

—¿Que opinas?—preguntó al ver que no respondía.

Solté su mano para tomar de sus muslos y desembolver su posición, poniéndola ahora con una pierna encima de cada rodilla. Soltó un chillido por el arrebato pero no sé movió.

Con la cercanía ahora más corta, la volví a besar. Está vez la comisura del labio superior.

—¿Te gustan los aviones?—hablé omitiendo lo que me dijo.

Ella dudo.

—Me dan miedo las alturas.—soltó haciendo que riera, moví una mano señalando nuestro alrededor—: Si pero, no estoy en el borde.

—¿Y mi piso?—sonreí—: Está a una buena altura.

Alzó los hombros.

—No me he puesto en la ventana.

Me mi garganta salió una gran risa que hizo que sonriera. Sus manos fueron a dar a mis mejillas para apretarlas, aprovechando el pequeño pico que se formó en mi boca para besarlo.

—Entonces, ¿No te gustan?

Me interesaba su respuesta, bastante a mi parecer.

—Hero, no se.—rió leve—: ¿Por qué?

—¿No te gustaría que viajaramos juntos?—solté haciendo que abriera los ojos con sorpresa—: Digo, podríamos hacerlo. A dónde quieras.

El hecho de que no dijera nada no me tranquilizaba. Podré sonar egoísta, incluso demasiado dependiente, pero no planeaba dejarla aquí. No cuando ahora podría existir una mínima chispa de esperanza en mi de que me la pueda llevar conmigo.

—¿Es en serio?—dejé salir el aire que no sabía que estaba reteniendo.

—Claro, bonita—le dejé un beso rápido para quitar la tensión de su rostro—: ¿No te gustaría?

Se sonrojó.

—Si,—se puso nerviosa—: ¿Puedo preguntar algo?

«Uh»

—Sueltalo—rio mientras me inclinaba para dejar mi rostro escondido en su cuello, sentí como una de sus manos subía a mi nuca.

—¿Que es todo eso, Hero?—murmuró como con temor a la respuesta—: Primero lo de vivir juntos, ahora ésto.—fué mi turno de tensarme.

Dejé un beso en su cuello antes de alejarme suavamente, haciendo que su mano cayera entre nuestras piernas.

—Quiero todo contigo,—comencé—: Y cuando digo todo es todo,—las comisuras de su boca se elevaron—: No sé si cuenta que lo diga ahorita porque estoy seguro que lo sabes.

—¿Que?—murmuró.

—Que me vuelvo un demente cuando no te tengo cerca.—rio levemente llevando sus manos de vuelta a mis mejillas—: Perdón si me apresuro pero te juro que no puedo evitarlo.

Hizo que nuestros labios se pegaran en un beso que duró más que los escasos que yo le dí. Mis dedos se enterraron en sus muslos, moviendola para que quedara ahorcadas sobre mí.

Se alejó solamente unos centímetros de mi boca.

—Prométeme que vas a pensar lo del viaje.—murmuré mirando su boca.

Enterró una de sus manos en mi cabello.

—Lo prometo. 

.
.
.

¡Comencemos la semana con Hero!

Instagram: heroscot_
Twitter: heroscotw
Tiktok: heroscot

Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top