XXV
Hace tiempo no conducía por estás calles.
Admitía que me daba cierto miedo por las condiciones de la camioneta, pero prefería salir de eso ahorita y no más tarde. Que sabía que ese tardes era sinónimo a días después.
Aparte que sentía la curiosidad carcomerme.
Mercy no estaria por lo que deduje que sólo sería una conversación con mamá, normalmente esas charlas consistían a veces en reclamos o esos regaños de las madres. Al llegar, que la ví sentada en el frente de la casa, por la expresión supe que sería una de las últimas opciones.
—Juré que no ibas a venir de una vez—sonrio levemente extendiendo los brazos hacía mi cuando me baje del auto.
La abracé apoyando la barbilla en su cabeza.
—Curiosidad, ¿Que sucede?—ella negó y me tomó de la muñeca para que la siguiera.
Por mucho, mamá junto con Mercy se negaron a soltar este sitio. Les ofrecí mudarnos incluso los tres como una condición para que pusiéramos en venta está casa llena de recuerdos. Sin embargo, por los mismos era que dos de mis tres mujeres se aferraron más a estás paredes.
Casi en automático, caminé hasta la sala. Me senté y suspiré cuando mi espalda tocó algo más cómodo. Intenté no pensar en las cosas que me venían, tenía que concentrarme primero en la camioneta. Luego en lo demás.
—¿Quieres algo?—negué con tronandome los dedos—: ¿Estás bien?
—Algo cansado, ma.—alcé los ojos—: No te preocupes, mejor dime..—alcé la vista para ver cómo se acomodaba frente a mi en el sillón individual—: ¿De qué quieres hablar?
Ella sonrió, y se levantó con las mismas para ir a lo que supuse que era su estudio. Distraídamente y para matar el tiempo, mi atención la obtuvo los cuadros con fotos mías y de mi hermana de chicos, de mis abuelos, tías incluso.
—No se como una pulga de 10 centímetros llegó a crecer tanto hasta casi medir 2 metros—me sorprendió escuchar la voz de mamá en el fondo.
Me atrapó viendo una foto mía.
—Eso es culpa de lo que me dabas en la merienda—bromeé haciendola reír.
La sonrisa se mantuvo hasta que bajé la vista a sus manos, tenían unos papeles coloridos. Alcé la ceja, ¿Qué es eso?
Pareció entender mi expresión porque suspiró para comenzar a hablar.
—Hijo, hace unos días mientras arreglaba el patio salió mi vecina casi al mismo tiempo,—sonrió con melancolía—: Ella me estaba contando que iba a ir de viaje con su marido por su aniversario de bodas, que incluso el señor los había comprado como sorpresa, —suspiró acariciando los papeles—: Pero una de sus hijas enfermó y me comentó que le daba pena que se perdieran, —extendí las manos a mis costados sin entender cuál era su punto—: Me los ofreció pero yo los iba a rechazar..—sus ojos brillaron—: Hasta que me acordé tuyo, cariño.
Suspiré bajando la vista a mis zapatos antes de alzarla de nuevo hacía ella.
—¿Los aceptaste?—pregunté.
Asintió.
—Tú querías viajar, ¿No?—dejé caer con pesadez la espalda al respaldo—: Siempre habías dicho que querías salir de aquí y conocer gran parte del mundo y..
—Ma, pero no ahora—traté de ser dulce—: No es el momento para eso.
Sus ojos se iban a salir del rostro.
—Cariño, tampoco es que tienen fecha para mañana—intentó convencerme—: Puedes pensarlo, incluso creo que terminas las clases antes. Desde que recuerdo te ha gustado adelantar materias.
Negué sintiendo un nudo en el estómago, muchas cosas me había negado a contarle por lo mismo. Hacerse visión con alguien a futuro está bien pero a veces te puede costar caro, ¿Cuando ha pasado que dices algo y te sale bien? Muy pocas, porque lo que se hace callado es para alimentar tu felicidad no la de los demás.
Los ojos de la mujer que me dió la vida tenían mucha esperanza de que dijera que si, de que soltará todas las responsabilidades que me había puesto desde muy chico para poder ir y hacer lo que yo quisiera.
En segundo plano tenía lo que Mercy me había sacado a duras a penas porque se vio involucrada sin quererlo. Lina últimamente insinuaba más a mis padres, mis cosas más personales. Y me siento como un idiota al no involucrarla de la misma forma en la que ella me mete a mi. ¿Tengo culpa? Capaz pero no me sentiré pesado por algo que sólo quiero saberlo yo, aunque quiera gritar a los cuatro vientos que por fin somos más oficial que antes.
Antes seguía siendo mía, sólo que no lo sabía.
—Hay una chica.
Me sorprendí a mi mismo hablando, casi quise desear haberlo susurrado. Las cejas de mamá fueron a dar a su coronilla provocando que riera levemente.
—Mercy me había comentado algo.—soltó algo avergonzado.
—¡Le dije que no dijera nada!
Llevé las manos a mi nuca y miré de nuevo a los retratos.
—Cariño, no tiene nada de malo—sonrió sin mostrar los dientes—: Pero espero que no estés dejando de hacer lo que te gusta, ni dejando de ser quien eres por ella.
Sonaba a advertencia más que un consejo.
—Todo va bien.
«Dentro de lo que cabe»
—Bueno, seguro ella entendería tus sueños.—acarició los folletos.
«No los sabe»
—No hemos discutido eso.—no mentía—: De todas formas, no está en mis planes querer viajar ahorita.
Hice el ademán de levantarme, pero su mano extendida me detuvo. Fruncí el ceño antes de acomodarme de nuevo.
—Hero, no quiero que hagas como yo y dejar que por una pareja de momento dejes de lado lo que te hace feliz.—trató de sonar calmada—: Si lo haces, cuando llegues a mi edad te vas a arrepentir de desperdiciar oportunidades que la vida te da sólo una vez.
Entendía su punto, pero no sabía cómo explicarle que casi por tres años he estado detrás de la misma chica. Sacrificando muchas cosas solo por estar con ella, por más que al principio ni me mirara. Mamá capaz no lo entendería, y si eso era así, la futura relación de Lina con mi madre iba a ser muy lejana.
—¿Cómo haces con tus clases?—preguntó de la nada.
Junté mis manos en mis rodillas, alzando los hombros en despreocupación.
—Las veo todas.
Abrió los ojos con indignación.
—¿Desde cuándo? Porque desde que tengo memoria siempre haz dicho que quieres hacer sólo las principales para salir más rápido.—¿Lo peor? Es que si estaba en lo cierto.
Pero le faltaba tanta información..
«Mi culpa por no haberle contado antes»
—Un par de años para acá.—dije como si nada—: Ma, ¿Qué importa ahora? Estoy por terminar y..
—Es por ella, ¿Cierto?—me interrumpió—: ¿Ella te dijo para ver materias juntos?
—Ella no me dijo nada, yo lo hice porque quise.—aclaré rápidamente—: Para estar juntos.
—¿Juntos? ¿De novios?—ahora parecía molesta.
—Juntos, no éramos.. ¿Oficial?—me rasqué la nuca queriendo salir de la conversación—: Ma, ¿Podemos acabar con esto?
—¡No!—dejo los papeles en la mesa—: Quiero que seas sincera conmigo, soy tu mamá, sabes que voy a estar siempre para tí. Pero de la nada me vienes con que estás de novio hace años y yo ni idea y me hace sentir mala madre que me andes ocultando cosas, hijo.
—No eres mala madre.—mis ojos se querían salir del rostro—: Soy cerrado con mis cosas y eso no está mal.
Parecía más nerviosa que antes.
—Pero hay cosas que tengo que saber,—llevo las manos a su pelo, peinando las puntas—: ¿Cómo es ella?, ¿Te dijo que no debías decirme? ¿Quería mantener su relación en secreto?
Me dejé caer por completo en el sofá llevando mis manos a mi rostro para frotarme los ojos.
«Yo solito me metí en esto»
—Ma, nada de eso.—me enderecé, inclinandome más hacia adelante—: Incluso no estábamos juntos hasta hace unos días.
—¿Por qué?
Su mirada estaba dura.
—A su mamá nunca le caí bien y fué todo un problema porque se la llevó, se mudaron y no te imaginas todo lo que hice para que ahora me deje entrar a su casa para una mínima visita,—estaba soltando todo—: Te juro que ella no es como piensas, ella es todo lo bueno que me ha podido pasar en el último tiempo.
—Hero...
Tenía los ojos cristalizados.
—No,—dejé caer mis manos en mis rodillas—: Cuando me alejaron de ella te juro que me volví loco, ya no sabía que hacer. Con nada,—miré los cuadros—: Yo trataba de mantener mi desastre fuera de su alcance pero sencillamente cuando me alejaron de ella perdí todo.
Intentó hablar de nuevo pero la calle, levantándome para sentarme a su lado.
—El orden que ella conocía cuando se fue ya no estaba, todo eso se había perdido.—Mamá estaba a punto de llorar, golpee una de las patas de la mesa con el pie haciendo que diera un respingo.
Me levanté de nuevo no encontrando comodidad estando quieto.
—Ahora que la tengo conmigo de buena manera, que sé que ella me quiere, no me voy a alejar de ella por un viaje que quería cuando era más chico.
Eso pareció molestarle.
—¡Lo sigues queriendo!—una lágrima bajó por su mejilla—: Estás dependiendo mucho de ella.
—¡¿Y qué si es así?!—ladré—: La acabo de dejar en su casa y no sé si puedo esperar hasta mañana para volver a verla,—se sorprendió—: Así que imagina como seria si me largo por un viaje estúpido en el que no la puedo ver.
Le dediqué una última mirada y antes de poder decir algo de lo que me arrepienta, caminé hacia el pasillo.
—Ella te destruyó.—negué inmediatamente antes de voltearme.
Sonreí sin ganas.
—No, sin ella yo me destruyó.
Y por muy maleducado que fuese, esa fué mi última palabra antes de salir como alma que lleva al diablo hacia la camioneta.
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¡Aloo! Prometo intentar terminar esta antes que termine el año, lo prometo.
¡Esa canción es tan ellos que me hace llorar! Lo juro, es muy ellos lpm
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Un beso, recuerden que son lo más bello de wattpad❤
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