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Ellie Goulding sonaba en la radio en cuanto salí envolviendo una toalla en mi cintura. Apenas escuché su voz a lo lejos tuve que acercarme a subirle.

"We, we don't have to worry bout nothing
'Cause we got the fire, and we're burning one hell of a something
They, they gonna see us from outer space, outer space"

A lo que regresé al cuarto ella sonreía mientras murmuraba la canción. Ya tenía su ropa interior puesta.

—Me gusta esta curva.

Comenté abriendo la gaveta en busca de un par de bóxers.

—¿Cuál?—dijo mirando a ambos costados de su cuerpo, tocándose la cintura.

Sonreí y giré sobre mis pies para observarla.

—La de tu sonrisa—se sonrojo—: Es mi favorita.

Dándole la espalda de nuevo, dejé caer la toalla quedándome como Dios me trajo al mundo. No me hacía falta voltear para saber que estaba con las mejillas encendidas todavía.

Colocándome la ropa interior sin prisas, abrí una de las puertas del closet en busca de un short de deporte negro para estar en casa. Con el pecho descubierto y descalzo me aproximé a su lado para dejarle un beso en la coronilla.

Ya no iba a salir.

—Estaré en la cocina—avisé—: Vístete tranquila.

Asintió cerrando los ojos cuando de nuevo mi boca cayó en su frente. Antes que de mis ganas de quedarme ganaran la contienda salí rápidamente de la habitación.

Abrí la nevera y saqué el jugo de mora que tenía, lo dejé en el comedor mientras regresaba a hacer unas tostadas. Me hice una nota mental de volver a insistirle a Mercy para que me acompañara a hacer la compra.

No me apetecía mucho.

Y no era porque no me gustara estar con ella sino porque sabía que estaría hablando del amigo de Lina. No recuerdo el nombre, no me interesa aprendermelo tampoco.

Mi castaña apareció cuando colocaba las tostadas en el pequeño horno.

Sonreí, cargaba el pantalón que usaba ayer cuando llegó y la camiseta con la que durmió. Estaba en medias y una carcajada se me escapó al ver que eran blancas con dibujos animados, específicamente de Bob esponja.

Su ceja se alzó en cuanto se dió cuenta que mi vista estaba en sus pies.

—¿Algún problema con Bob esponja?

—No, ninguno—sonreí regresando mi vista a su rostro, estaba despeinada. Preciosa—: Bueno si, uno.

Se cruzó de brazos.

—¿Cuál?

—Es ridículo—contesté y me reí al ver sus ojos abrirse exageradamente.

Le di la espalda al sentir el olor que provenía de los panes, me agaché y poniéndome los guantes los saqué. Cuando iba a girarme para llevarlas al comedor sus brazos me rodearon el torso.

Sentí su mejilla posarse en mi espalda y en cómo sus manos se unían en mi abdomen, me encantó esa sensación. Pero no la del pequeño nudo que se me formó en el estómago cuando escuché que suspiró.

—Gracias—murmuró.

Mis cejas se juntaron—: ¿Por qué?

—Por no dejarme—respondió y me tensé—: Por aguantar esto, por aceptar la situación, no se...—tomó aire—: gracias por no dejarme a pesar de la situación más difícil y...

Me giré entre sus brazos, interrumpiendola—Calla,—observé como su barbilla caía en mi pecho, me miraba desde abajo y juro que sentí el piso moverse en cuanto ví aquel brillo en sus ojos—: Lo haría otra vez.

—Cualquier otro se hubiera ido, no todos aguantan estás cosas.

—No soy cualquiera—contesté más tosco de lo que pretendía, temiendo de que lo fuera a tomar como que estaba molesto la levanté en brazos, dejándonos ahora cara a cara—: No me importa hacer esto de los planes de Cynthia una y otra vez,—sus ojos no se alejaban de los míos, quería besarla—: Eso y más,—roce la punta de su nariz con la mia—: Con tal de verte, de tenerte así...—susurré bajando mi vista a su boca—: No soy cualquiera.

—No lo eres—dijo acariciando mi nuca.

Joder, quería besarla. Pero no quería que pensara que no me importaba la conversación.

—¿Y qué soy?—una pequeña espina me pegó en el pecho al preguntar eso, temía por la respuesta.

Y al no recibirla al instante más. Inclinó la cabeza levemente sin dejar de verme, pagaría todos los millones del mundo para saber que está pensando.

—Mi Hero.

Al diablo con la conversación sería.

Me lancé a su boca en cuanto terminó la oración, sus manos se adueñaron de mi pelo sólo como ella sabía hacerlo y que la música siguiera sonando de fondo sólo convertía al momento como lo segundo mejor ocurrido en el transcurso de la mañana.

Lo primero fué en el baño, eso se me va a olvidar jamás.

La manera en que su confianza en mi aumenta sólo hace que nos quiera encerrar en una cajita de cristal, dónde nadie nos pueda decir que hacer. Dónde nadie nos ponga algún pero, y en principal, dónde nadie la aleje de mi.

Sabía que mejor que yo existían mil y un más, pero nadie la iba a amar tanto cómo yo la amo. Nadie la merece, yo no la merezco.

Pero me considero un completo egoísta como para dejar que otro si quiera piense en ella.

Me giro sobre mis pies para dejarla en la encimera, me acomodo entre sus piernas para seguirla besando a mi antojo.

Hasta que su estómago hizo un llamado.

Me separo unos escasos centímetros a regañadientes y sonrió al verla igual que yo. Labios hinchados y respiración acelerada, pero a diferencia de mi ella cargaba un sonrojo bastante llamativo.

—Mi nena tiene hambre, y no de mí.

Ella se ríe y se cubre el rostro para ocultar su sonrojo. Siguiéndole con la risa, tomó sus muñecas para alejarlas, detestaba que se cubriera.

Me adueñe de sus mejillas, las acune entre mis manos para besarla de nuevo. Está vez por unos segundos. Tomé una de las tostadas del plato y la llevé a su boca, me reí en cuanto ella agarró otra y me hizo morderla.

Fué el desayuno más raro de mi vida, pero sin duda lo volvería a hacer. No hubo morbo, tampoco prisas, sólo ella y yo cómo tenía que ser.

Deseaba tenerla cada segundo conmigo, quería más de estos momentos.

Incluso nuevos.

—Acompañame a hacer la compra—propuse sacudiéndome los dedos de las migajas de pan.

Juntó sus cejas, dándose un repaso—: Bueno, pero déjame cambiarme.

Hice un sonido con mi boca en negación.

—Anda así, estás preciosa—me acerqué a su boca pero no la besé. Sólo me quedé viendo como su boca se entre abrió esperando lo que no iba a llegar. Me reí besando rápidamente su mejilla—: Bob esponja no te quita encanto.

Una carcajada se me escapó en cuanto su mano aterrizó sobre mi hombro. La tomé por debajo de los brazos para dejarla sobre sus pies.

—Sólo ponte unos zapatos,—besé su coronilla—: Ya regreso.

—¿A dónde vas?—preguntó haciendo un mojin.

Sonreí.

—A vestirme,—extendí los brazos a los lados dándome un repaso—: ¿O quieres qué sea el centro de atención?

Gruño.

—Ponte ropa.

Reí y apresuré el paso hasta el cuarto. Una vez con una camiseta roja encima, los zapatos y la billetera en el bolsillo me adentré en el baño.

Justo cuando estaba por terminar la puerta se abrió dejándola a la vista ya con zapatos, se acercó hasta donde estaba, dejó un beso en mi mejilla y tomó la crema de dientes para ponérsela en el cepillo que cargaba en mano.

La vista que daba el espejo me enternecio. Ambos, como pareja, juntos y conviviendo.

Joder, que el tiempo pase lento.

Una vez listos, el viaje hasta el supermercado fue gracioso para mí. Su nariz se arrugaba al no encontrar una canción de su gusto en la radio, ninguna. Cuando llegamos, tomó el carrito de compras todavía quejándose de las emisoras matutinas.

Por mi parte, cada vez que vengo a estás cosas pienso que el supermercado se hizo más grande. Si fuera todavía un niño, fácilmente me perdería de la mano de mamá, por estas cosas es que le digo a Mercy que venga conmigo. Me siento tan perdido, nunca se que buscar.

Lina sin embargo, parecía esperar mis órdenes.

—¿Por qué me miras así?—pregunté apoyando mis manos a un lado del carrito.

—Solo espero que me digas a qué pasillo ir—dejó salir su labio inferior, un puchero.

—¿Y sí te digo que no sé?—incliné la cabeza, mirando como juntaba sus cejas.

—¿No haces tus propias compras?

—No, bueno sí—acepté mirando hacia otro lado—: Pero vengo de acompañante, Mercy hace todo—alzó la ceja y me reí levemente—: Mi hermana.

—Oh,—se sonrojó—: Bueno, en ese caso...—divagó—: ¿Qué necesitas?

Sonreí.

—¿Qué crees que necesito?—alcé una de mis cejas esperando que ella me entendiera.

Obviamente no fué así.

Me llevó por cada pasillo, me habló sobre las mejores marcas de pastas, dónde conseguir los mejores jugos, y como saber cuándo las verduras están en su mejor punto. Todo en caso de que en algún momento me tocara hacer la compra a mi solo.

Esperaba que no fuera así.

Varias señoras se nos quedaban mirando a lo lejos, ver cómo decidíamos entre un producto u otro les parecía tierno pero a mí, sólo me hacía pensar.

En distintos momentos me le quedé viendo cuando ella pensaba que la escuchaba, asentía para que mi brazo no tuviera que recibir la represalia.

Cuando estábamos en caja, ella recogía las cosas y las metía en bolsas. Se aseguraba que lo seco, lo líquido y lo que se pudiera romper estuviera bien distribuido.

Me intentó pelear frente a la cajera cuando le dije que yo llevaría todas las bolsas. Refunfuñó varias veces, demasiadas, hasta que la dejé llevar las más ligeras.

Con una sonrisa en rostro ella tomó el ticket y caminó hacia la salida mientras yo aseguraba las más pesadas. Al levantar la vista la que nos atendió pasaba su mirada de ella hacía mi.

—Se ven lindos juntos—comentó sonriendo.

Una leve carcajada se me escapó, voltee a ver a la castaña que me esperaba pacientemente juntó al guardia de turno con el recibo.

Al estar a su lado el señor lo selló y nos dejó salir, me fuí hasta la parte trasera de la camioneta para dejar las cosas en la cajuela.

—¿Estás bien?—preguntó por lo bajo—: Has estado algo callado.

Una vez con toda las bolsas dentro, cerré la puerta de la cajuela dejando salir un sonido sordo. Apoyé mi mano en esta para mirarla.

—¿Qué piensas sobre vivir juntos?

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¡Último capítulo del año! Quería que fuera largo por lo mismo, ah.

Feliz año adelantadito a lo más bello de wattpad, muchas gracias por estar conmigo otro año. Y si eres nuevx pues... ¡Bienvenidx a mis líneas!

Espero que todos la pasen muy bien, de todo corazón les digo que dejen ir todo lo malo y abran la puerta a lo nuevo. Todo se puede solucionar, todo es posible.

Cómo dice mi bio, ¡Vacilate la vida!

Los amo mucho, en serio. ¡Muchas gracias por todo!

Runnn al 2021.

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