El Paquete Inesperado.
"Soy un extraño, soy un alien dentro de una estructura... ¿Realmente vas a amarme cuando me haya ido?... Con todos mis pensamientos y todos mis defectos... Siento que me muerde, siento que destroza mi piel, muy indeseable... ¿Realmente vas a necesitarme cuando me haya ido... Me temo que no lo harás... Me temo que no".
Despertó de repente, sobresaltado, otra vez esas malditas pesadillas... Ya debería estar más que acostumbrado a ellas, pero le avergonzaba bastante el hecho de haber tenido otro episodio frente a Leyna... Sabía que ella había pasado por lo mismo, ahora lo sabía... Pero no podía evitar sentirse así cuando era la segunda vez que actuaba raro frente a ella.
-Tranquilo, yo también las tengo- Admitió Betzler intentando calmarlo, luego de preguntar si podía usar el baño para cambiarse, la chica tomó sus cosas y salió de la habitación dejándolo solo con sus pensamientos.
Al verla irse, Jonas no pudo dejar de pensar en la conversación que tuvieron el día anterior. Jamás esperó que alguien se sintiera de la misma forma que él, ni siquiera que su historia fuera tan parecida a la suya... Era extraño, lo reconocía, pero ahora sentía que ella era la única persona con la que realmente podía hablar en ese momento.
Sin embargo, ahora tenían otra prioridad y eso era el mapa que habían encontrado en el estudio de su padre la tarde anterior... “¿Dónde está el cruce?”... Volvió a leer sin comprender aún a qué se refería... “¿Qué había en esas cuevas?”, “¿De qué cruce hablaba su padre en ese plano?”... Honestamente, no estaba seguro, la única certeza que tenía era que ese mismo día intentarían averiguarlo.
-¿Listo para irnos?- Preguntó la rubia al tiempo que le lanzaba su impermeable amarillo para irse. -¿O prefieres hacerlo en otro momento?-
-No, necesitamos respuestas- Declaró el muchacho mientras se ponía el abrigo que su compañera le había dado.
Luego de eso, ambos bajaron las escaleras para salir rumbo al destino establecido la noche anterior. Sin embargo, ninguno de los dos consideró la idea de que Hannah aún podría estar en la casa y, justamente, ella se encontraba fumando tranquilamente en la mesa de la cocina.
-Hey- Los saludó la Sra. Kahnwald al verlos bajar. -¿A dónde van?-
-A la escuela- Mintió el rubio rápidamente, lo cual generó cierta incomodidad en su compañera.
-Espero afuera, gracias por todo Sra. Kahnwald- Le agradeció la chica cordialmente, logrando que la mamá de su compañero asintiera en respuesta antes de que ella saliera.
-Me agrada, parece buena chica- Admitió Hannah abiertamente en cuanto Leyna se fue... Le alegraba que ella hubiera aparecido en ese momento, pero aún no podía dejar de pensar que había algo extraño en ella.
-Sí, lo es- Confirmó su hijo pensando en la tarde anterior... Hacía mucho tiempo que no hablaba tan honestamente con alguien, sin tener miedo de sentirse rechazado o loco por todo lo que había sucedido.
-Oye, no tienes que ir si no quieres- Le recordó su madre retomando la charla anterior. -Puedo llamarlos-
-Estoy bien- Aseguró Jonas intentando calmarla mientras se dirigía a la entrada para buscar a Betzler.
-¿Jonas?- Lo detuvo Hannah logrando que su hijo se volviera hacia ella. -Podríamos hacer algo juntos que nos guste, los dos solos-
-Mamá- Dijo Kahnwald dando a entender a su madre que debía irse.
-Está bien- Accedió la Sra. Kahnwald logrando que, finalmente, el muchacho pudiera salir de la casa a reencontrarse con su compañera.
-¿No crees que deberías quedarte con ella?- Preguntó la rubia en cuanto lo vió salir. -Está preocupada y tiene razón de estarlo-
-Estará bien Leyna, no te preocupes- Aseguró el rubio al tiempo que ambos emprendían su camino hacia el bosque.
Al llegar, ambos sientieron cierto temor al entrar a la cueva, pero debían hacerlo si querían conocer la verdad sobre el asunto en cuestión... Así que, sin tiempo que perder, los chicos se armaron de valor e ingresaron a la caverna para buscar aquello que deseaban encontrar.
-Creo que necesitamos mejor iluminación- Reconoció la rubia al ver que su linterna no era muy buena para las excursiones bajo tierra.
-¿Te duele?- Preguntó el chico preocupado al ver la venda en la mano izquierda de su compañera... Y, siendo honesto, se sintió bastante mal de no haberlo notado antes.
-Un poco, pero no es nada- Admitió Leyna despreocupadamente mientras ambos continuaban revisando el mapa y el lugar.
Ambos estuvieron un rato largo examinando la cueva piedra por piedra y grieta por grieta, tanto que podrían decir que llevaban horas ahí adentro, pero nada... Nada que llamara la atención como para pensar que su padre buscaba algo puntual en ese oscuro y hostil rincón de Winden.
-¿Encontraste algo?- Preguntó Betzler llamando la atención de su compañero.
-Nada- Respondió Kahnwald con cierta frustración al tiempo que se sentaba en el suelo a pensar qué demonios debían hacer ahora.
-Lo encontraremos, no te preocupes- Lo animó la chica al tiempo que se sentaba junto a él. -¿Puedo preguntar algo a riesgo de que te moleste?-
-¿Qué?- Preguntó el rubio sin comprender a qué venía ese cuestionamiento.
-¿Qué pasó entre tú y Martha?- Preguntó la rubia dejando helado a su compañero, realmente no esperaba tener esa conversación con alguien... Menos con ella.
-Tuvimos algo en el verano, pero no prosperó- Admitió Jonas un tanto nervioso por la pregunta de su compañera, sinceramente pensó que él y Nielsen podían ser algo más que amigos pero, claramente, se había equivocado. -¿Qué hay de ti?-
-Hubo una ligera sospecha de que mi mejor amigo y yo terminaríamos en algo- Respondió Leyna con una leve sonrisa dando a entender que hubo alguien en su pasado pero, al igual que su caso, no prosperó. -Pero no era mi tipo y, además, a él le gustaba otra chica-
-Lo siento y... Lamento que hayas perdido tu tiempo aquí- Se disculpó el chico con pesar mientras alumbraba la cueva, se sentía mal por haber preguntado eso, pero ella simplemente hizo un despreocupado gesto para indicarle que todo estaba bien.
-Yo no, al menos sabemos cómo movernos aquí- Aseguró la chica mientras imitaba a su compañero. -Pero si realmente queremos encontrar algo en este agujero, necesitaremos mejores herramientas para trabajar-
Luego de eso, ambos salieron un tanto decepcionados del lugar, realmente esperaban encontrar algo en la dichosa cueva, todo indicaba que había algo raro en ella. Sin embargo, cualquier sospecha en relación a la caverna desapareció cuando, al llegar a sus bicicletas, encontraron que ambas tenían nudos rojos atados en sus manubrios... Eso no era una buena señal y, por la cara de su compañera, supo que ella pensaba lo mismo.
-¿Crees qué alguien nos esté siguiendo?- Preguntó Jonas nervioso al notar la seriedad en el rostro de Leyna.
-Si es así, no podemos volver a tu casa- Declaró Betzler finalmente al tiempo que hacía señas a Kahnwald para que tomara su bicicleta. -Sígueme y no hagas nada que llame la atención-
-Ok- Accedió el rubio mientras ambos subían a sus bicicletas y se alejaban lo más pronto posible del lugar.
Dieron vueltas un rato largo por el pueblo, incluso pararon en una pequeña cafetería para tomar algo y asegurarse de que nadie estaba tras ellos pero... “¿Quién podría ser?”, “¿Quién estaba tan interesado en ellos cómo para seguir sus movimientos?”, “¿Se trataba de la misma persona que se llevó a Mikkel y a Erik?”, “¿O sólo era alguien que intentaba jugarles una mala pasada?”... Ninguno lo sabía, lo único que tenían en mente era que debían prevenir cualquier cosa que pudiera suceder... Más en esta situación.
-¿Cómo supiste que hacer?- Preguntó el confundido muchacho al pensar en lo que su compañera le había pedido que hiciera.
-Soy hija de un policía y él me explico que, si alguien crees que alguien te sigue, jamás debes volver a casa hasta que sea seguro- Respondió la chica seriamente al tiempo que analizaba sutilmente su entorno para asegurarse de que no hubiera nada. -Hay que ir a lugares concurridos para evitar darles más información sobre nosotros, con algo de suerte, se cansara y se irá antes de que llamemos a la comisaría-
-Ya veo- Comprendió Jonas al tiempo que imitaba a su compañera mientras tanteaban el terreno. -Creo que estamos a salvo-
-Entonces llamaré a la policía en otro momento- Bromeó Leyna al tiempo que ambos salían de la cafetería para retomar su camino.
Una vez que se sintieron a salvo, ambos tomaron una ruta alterna para llegar a casa de Jonas, su mamá aún no había llegado, así que cerraron bien todo y subieron a la habitación de Kahnwald para conversar sobre la posible nueva excursión a la caverna y ver qué harían a continuación. Una vez ahí, Kahnwald y Betzler dejaron sus cosas en el escritorio, pero algo extraño llamó la atención de los chicos.
-¿Esperabas algo?- Preguntó Leyna al ver un paquete que tenía escrito el nombre y la dirección de su compañero.
-No- Respondió Jonas mientras se acercaba con una tijera y abría el paquete. Una vez que lo hizo, vio que había varias cosas adentro: Para empezar, había dos objetos bastante extraños, uno esférico y otro rectangular, pero no supieron lo que realmente eran hasta que Kahnwald tocó uno de ellos haciendo que liberando una potente luz.
-Wow, eso es genial- Admitió Betzler entusiasmada al ver como funcionaba el aparato. Luego de dejar las linternas, el muchacho vio que en la caja había dos detectores de radiación y una carta con la leyenda:
"No abrir antes del 4 de Noviembre a las 10:13 p.m."
Al ver esto, Jonas notó que Leyna comenzaba a marcharse y, para su sorpresa y la de ella, él tomó su mano y la detuvo. No quería que se fuera, mucho menos ahora que sabía de quién era esa carta... Sabía que ella había pasado por la misma situación y se sintió reconfortado cuando se sentó junto a él para leerla.
-¿Estás seguro de esto?- Preguntó la rubia algo insegura por lo que estaban por hacer.
-Sí- Respondió el rubio con total convicción antes de que ambos comenzaran a leer la carta:
"Querido Jonas:
Para cuando leas esto todo habrá sucedido irrevocablemente y no se podrá cambiar.
Hubiera querido explicarte esto antes y espero que cuando entiendas que todo está conectado... Comprendas mi decisión.
La verdad es un poco extraña, puedes intentar reprimirla, pero siempre logra salir a la superficie. Convertimos la mentira en nuestra verdad para sobrevivir, tratamos de olvidar hasta no resistirlo más.
No conocemos ni la mitad de los misterios de este mundo, vagamos en la oscuridad. Esta es mi verdad: El 4 de Noviembre de 2019 viajé en el tiempo hasta el año 1986. El niño del futuro se quedó allí y con el tiempo se convirtió en un hombre. Mikkel se convirtió en Micheal, pero nunca supo a donde pertenecía.
Si lees esto es porque ya me he ido, como niño y como hombre. Espero que puedas perdonarme, todo está conectado.
Mikkel/Micheal”.
Al terminar de leerla, ambos estaban llorando, con un nudo en la garganta, sin saber qué decir. Ninguno esperaba descubrir esto, ninguno esperaba que la desaparición del más pequeño de los Nielsen terminara en el suicidio de Michael Kahnwald... No era algo fácil de digerir, no podían creer que esa fuera la verdad.
-¿Podrías... Podrías quedarte?- Preguntó Jonas con tristeza haciendo que Leyna lo abrazara para contenerlo.
-Claro que sí- Accedió Betzler al tiempo que ambos se unían en un doloroso abrazo... La verdad más dolorosa había salido a la luz, abriendo aún más la herida que sangraba por la pérdida de su padre... Pero ahora, esa herida sangraba por dos vidas perdidas... Por Mikkel Nielsen y por Micheal Kahnwald.
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