LAYLA WILLOWS se sucumbia ante los pensamientos y eso era algo que odiaba, más si se trataba de su familia fallecida.

Su padre y hermano habían muerto en la guerra y su querida madre había sucumbido ante la tristeza, entrando en depresión, así tiempo después, recayendo en el alcohol para finalmente morir de sobredosis. Dejando a una pobre Layla sola en el mundo, aunque se había convertido en una mujer fuerte, una familia la había acogido llevándosela a Inglaterra donde conoció a su querida amiga, Margaret Carter, aunque ella le decía Peggy.

Ambas se habían ofrecido para entrenar a los soldados en América, donde sorpresivamente las habían aceptado, se abrieron paso entre un mundo de hombres que decían no.

Pero eso no las detuvo pero quién diría que la perdición de Layla estaba en Steve Rogers, aquel indefenso chico de Brooklyn quien había conquistado su corazón con palabras vacías y poco intelecto.

Layla había sido tonta y por creer en Steve Rogers, sucumbió ante la muerte y la locura.