Capítulo V: "Run"

Ahora que lo pensaba tal vez no había sido tan buena idea decir que sí. Pensé de verdad que no me afectaría tanto ver a Gian, pero ahora que lo pensaba no sonaba a tan buena idea. Otro detalle que no recordaba era el hecho de que le había dicho a Stef que iría con él a la casa de su abuela ese mismo día. Tendría que disculparme con él.

Me preguntaba si Patricia estaría ahí, pero supongo que no, ella nunca estaría de acuerdo con la boda. Boda... ¿Alguna vez pensé en casarme? Creo que no, es decir bastante ya tenía con el miedo a que mi papá me descubriera como para pensar en casarme algún día, ahora simplemente no puedo pensar en ninguna relación. Mentiras cuando la palabra relación llega a mi mente solo pienso en Gian di Castello, es lo único que llega a mi cabeza.

No, no puedo, no debo y no quiero pensar en Gian Di Castello, comprendo perfectamente que él es parte de mi historia, una parte importante, pero no por eso debo suspirar cuando los recuerdos de nuestro tiempo juntos regresan a mi cabeza.

Es imposible concentrarme en lo que estoy haciendo sin pensar en Gian... No, él no tiene poder sobre mí, su recuerdo no tiene poder sobre mí, ese es mi mantra.

—Danny, Daniele. Aló tierra a Danny. — Era Chiaa quien estaba frente a mi. Estábamos en su casa, realizando un trabajo para la clase de Historia Italiana II.

—¿Qué decías?

—Te preguntaba si para el almuerzo debería llevar un regalo.

—Creo que no, es el anuncio de su compromiso, honestamente no sé. nunca he estado en un anuncio de compromiso, creo que es a las fiestas de compromiso que se llevan, aunque nunca he estado en una, en bodas sí, en mi pueblo al ser pequeño iba todo el mundo, muy lindas las bodas a las que asistí, casarse cerca del mar es precioso, sabías que...

—Estabas pensando en Gian. ¿Verdad?

—¿Qué? — pregunté fingiendo sorpresa.

—Soy una de tus mejores amigas, sé que cuando hablas tanto estás emocionado o nervioso y has estado en las nubes desde que llegamos.

—...Tal vez... un poquito... mucho... — dije finalmente sintiendome apenado por pensar en la persona que me fue infiel.

—No pongas esa cara de pena, no tiene nada de malo que pienses en él. Puede que no fuera una relación de años, pero vivieron muchas cosas juntos, es imposible que no lo pienses.

—Lo sé, pero aún duele.

Ella tomó una de mis manos en las suyas.

—Danny... ¿Has pensado en volver con Gian?

Yo abrí los ojos desmesuradamente.

—¿Qué? No, no puedo. ¿Por qué me preguntas eso?— pregunté nervioso y alarmado.

—Es que no sé, lo que pasó aún me parece raro.

—Las infidelidades no son nada raro.— dije sintiéndome herido nuevamente al recordarlo.

—¿No has pensado que si quisiera estar con Emanuele no estaría ahora con él? De manera abierta.

—Tal vez solo lo quería para esa noche.

—¿Y perderte por eso? ¿No se te hace raro? Además no lo recuerda.

—Chiara dejemos el tema. ¿Sí? — pedí sintiéndome triste nuevamente, una cosa era que tuviera que aceptar lo que sucedió y otra muy distinta es que tuviera que estar martirizandome con eso.

—Lo siento Danny, perdón, de verdad no te quería hacer sentir incómodo.

—Ya, solo dejemoslo así.— dije intentando restarle importancia.

La madre de Chiara entró oportunamente con dos porciones de pastel de fresas recién hecho y dos vasos de limonada rosa.

—Espero que disfruten el pastel, es una nueva receta. — dijo mientras nos entregaba los platos. —Estoy pensando ponerla en el menú.

La madre de Chiara había empezado a vender postres por encargo.

—Está delicioso. — dije después de probarlo, lo que era cierto la masa era muy esponjosa, el sabor era excelente, se podían apreciar los trozos de fresas en el centro y qué decir del betún, era como probar un pedazo de cielo. — Su repostería es la mejor señora Giordano.

—Ay, eres tan dulce Daniele.

—Él tiene razón mamá, eres la mejor.

Una idea cruzó por mi mente.

—La recomendare con mi primo para que usted haga su pastel de boda.

Por alguna razón Chiara se sorprendió al escucharme, sus ojos se abrieron bastante y me miró incrédula.

—Me halagas Danny, pero nunca he hecho un pastel de bodas.

—Seguramente le quedará estupendo.

—Tienes mucha fe en mí. Aunque siempre he pensado en hacer el pastel de la boda de Chiara.

Veo que la mencionada se pone un poco incómoda ante esto.

—Eh... bueno aun estoy muy joven para pensar en boda y eso, sí...

—Sí lo sé, además primero hay que tener novio para casarse...

En ese momento su madre me recordó a las tías que siempre preguntan por las parejas de los demás.

—Sí, exacto y yo soy soltera, los estudios, la carrera, el futuro, eso me tiene ocupada.

La mire levantando una ceja, la última vez que verifique ella no era soltera.

—Sabes algo gracioso Danny cuando Chiara tenía quince, se tiró en el sofá diciendo que moriría soltera si no se casaba con uno de esos niños chinos que son muy famosos. — comentó riendo.

No pude contener la risa al imaginarme a Chiara con semejante drama y más al ver como se puso roja hasta las orejas.

—¡Mamá, tenía quince! No me hagas recordar ese momento de cringe de mi juventud.

—Ay ya los dejo. — dijo riendo.

Yo aun seguía riéndome mirando a Chiara.

—Entonces... morirás soltera hasta que Tae venga a casarse contigo. —Gracias a ella y a Bella me sabía todos los integrantes de BTS.

Un cojín impactó en mi cara.

—¡Tenía quince!— exclamó.

—Ya está bien, no me burlare... ahora... hablando de otra cosa. Aún no le has dicho a tus padres de Bella.

—No.

—Es que aún no sé cómo, me asusta.

—No tiene caso esconderlo, es mejor que se enteren porque se los digas. Sé que es difícil, pero tus padres se ven muy comprensivos. No tomes mi caso como ejemplo.

Ella suspiró profundamente.

—Solo digo por una persona que vivió oculto por muchos años, es mejor decir este tipo de cosas.

—Sí... sé que tienes razón, pero aun no.

No insistí en el tema porque es asunto de Chiara y Bella y porque comprendo que es difícil. Así que luego de devorar el delicioso pastel seguimos con el trabajo.

💗💗

💗

Suspiré frente a la puerta del apartamento, yo también tenía una confesión que hacer. Después de tomar valor abrí la puerta, no debía seguir con mi mala costumbre de disculparme por todo, o de querer complacer a todo el mundo, eso no había salido muy bien la última vez.

Stefano no se hallaba en la sala y de hecho la casa estaba silenciosa, me dirigí a la habitación y tal vez debí de haber tocado pues no me esperaba lo que ví, Stef parece que había terminado de tomar una ducha y se estaba vistiendo, cerré la puerta tan pronto como lo vi desnudo, me quedé un poco sorprendido en el casi mes que llevamos conviviendo nunca habían pasado inconvenientes de este tipo. Me recosté en la puerta en la parte de fuera, me sentía bastante avergonzado. Tranquilo Daniele fue un accidente.

De verdad la diosa fortuna no es mi amiga, Stef abrió la puerta y como esta se abre hacia adentro cai hacia atras por suerte este me atrapo como en una película romántica.

—Disculpa. — dije evitando mirarlo.

—¿Estás bien? — pregunto intentando mirarme y puedo jurar que su voz salió más profunda de lo normal.

—Sí como nunca.— respondí aun nervioso intentando incorporarme ya que por como me sostenía parecía una escena de una comedia romántica. Mire el rostro de Stef estaba demasiado cerca del mío, el calor me invadió y sé que debo haberme puesto del color de una fresa madura, me aleje de sus brazos apresurado para volver a tropezar aunque esta vez me sostuvo de los hombros.

—¿Seguro estás bien?

—Perfectamente.

Él me miró incrédulo arqueando una ceja mientras retiraba sus manos de mis hombros.

—Disculpame por caerme en ti y por entrar sin tocar, pensé que no estabas aquí, como la casa estaba tan silenciosa, así que entre así sin más, de verdad disculpa.

—No hay porque yo debí de asegurar la puerta. ¿Cómo te fue con Chiara? ¿Ya cenaste? — pregunto encaminado a la cocina.

—Todo salió bien, no he cenado aún, podemos ordenar algo si quieres.

—No, de todos modos iba a cocinar.

—Stef tengo algo que decirte. — dije siguiéndolo a la cocina y quedandome en el umbral.

—¿Sí?

—Sobre el domingo. — continúe un poco nervioso jugando con las pulseras de mis manos, sí llevaba varias en un intento de cubrir las marcas de ojos curiosos. — No podre ir contigo a casa de tu abuela, es que ese día Piero me invitó a un almuerzo, anunciará su compromiso con Dante y pues quiere que la familia esté ahí, lo siento mucho de verdad.

Pude ver como sus hombros se tensaron a la mención de las palabras: "toda la familia"

—Entiendo. — dijo sonando calmado. —No te preocupes, podemos ir otro día.

—Gracias por entender.

No negaré que luego de eso el ambiente estuvo un poco tenso, me sentía un poco mal pues sé que la abuela de Stef es muy importante, lo recompensaré el próximo domingo y le llevaré alguno de los postres que hace la madre de Chiara.

 💘💘

 💝

Los días antes de que suceda algo tienden a pasar con una rapidez abrumadora, como si el mismo mundo quisiera llegar rápido a las partes interesantes. Estaba nervioso desde el sábado en la noche, con el deseo de que por fin fuera domingo y al mismo tiempo que no llegara.

Gian no salía de mi mente, siendo la causa primordial de mis desvelos. mi oscuro objeto del deseo. El hecho de que mensajera solo para saber de mi o llamara solo para escucharme no mejoraba la situación. ¿Cómo se puede amar tanto a alguien que te traicionó? Me sentía frustrado conmigo mismo y con mi corazón, me enojaba que deseaba tanto verlo, sentía como si no hubiera aprendido nada.

Finalmente a pesar de mis dudas el tiempo siguió corriendo y los minutos se convirtieron en horas llegando así la mañana del domingo. No recuerdo haber tardado tanto en vestirme como esa mañana, todo lo que me ponía me parecía mal, quería verme muy bien, no queria verme mas que muy bien, no mentiría y diría que no quería hacer que tuviera que mirar dos veces, si quería hacerlo babear por lo que perdió.

A las once de la mañana ya me había decidido por algo, lo que fue un alivio pues Alex pasó por mi junto con Damian quien nos llevaría en el jeep. No hablamos de Gian, ni de nada relacionado, nos mantuvimos hablando de su convivencia juntos, sabía que mi tía ya no vivía en la mansión, pero tampoco la mencionaron.

El trayecto fue demasiado rápido. ¿La quinta no estaba más lejos? Creo que la movieron de lugar a este sitio no se llegaba tan rápido.

Ya todos estaban ahí, solo faltabamos nosotros, Dolce salió a mi encuentro moviendo animadamente la cola, entré a la casa donde Franco me recibió con un fuerte abrazo, preguntando amablemente sobre cómo estaba y cosas relacionadas a la universidad, pase a saludar a los presentes entre los que se hallaba Gian.

Como siempre se veía demasiado bien para ser cierto. Con su ropa casual y esa sensual sonrisa bailando en sus labios, me acerqué para darle la mano, pero él me saludó con besos en ambas mejillas envolviendome en su aroma que no he podido borrar.

—Te ves precioso Danny. —dijo haciéndome temblar por la vibración de su voz, pero lo oculté

—Gracias, lo sé.— respondí con una leve sonrisa. ¿De dónde salió eso? En verdad no pensé en decirlo, solo salió de mi boca. La expresión del rostro de Gian valía oro, definitivamente no lo estaba esperando.

Pasamos al comedor en el patio donde ya habían puesto la mesa. Dante y Piero se veían extremadamente felices y pude notar el anillo en los dedos de ambos. Después de saber que pasaron por tanto para poder estar juntos, se merecían ser felices.

Una vez sentados todos a la mesa, Piero tomó la palabra.

—Quería agradecerles a todos por venir.

—No teníamos de otra —dijo Carlo divertido.

—Ignoremos a Carlo. — sugirió Alex. —Continua.

—Como les decía, gracias por venir. Me siento muy feliz de contar con la presencia de todos, este almuerzo lo hice para anunciarles que Dante aceptó casarse conmigo.

Todo el mundo aplaudió acompañado de gritos emocionados más de Chiara y Bella más que nadie.

—Felicidades, se merecen lo mejor del mundo. — dijo Alex poniéndose de pie, abrazando a ambos.

—Te morirás de aburrimiento, pero aun así felicidades. — dijo Carlo abrazando a Dante.

Todos los presentes le dedicamos nuestros buenos deseos y uno que otro comentario en especial de parte de Carlo, luego pasamos a comer. Se había dispuesto una mesa en uno de los jardines de la finca ya que hacía muy buen tiempo.

El tema principal era la boda, sobre el lugar de realizarla, la fecha que aún no tenían y muchas cosas más, yo intentaba prestar atención a la conversación y no a las miradas poco disimuladas de Gian, lo evitaba a toda costa.

—Pueden hacer la boda en mi casa, ya parece un palacio de cuentos. — dijo Bella haciendo referencia a la casa en que vivía de niña con sus padres.

—Sería muy bonito. — corroboro Chiara.

—A mi me gusta la idea, me imagino la decoración. — dijo Dante que estaba bastante emocionado. —Podría ser una boda temática, sería muy divertido.

Me encantaba la forma en que Piero lo miraba con esa sonrisa llena de amor.

—¿Que dices amor te gusta la idea? — preguntó Dante dirigiéndose a Piero

—Todo lo que elijas me parece perfecto.— respondió con la misma sonrisa.

—Sé que apenas están planeando, pero ya que mi padre les dijo lo de la casa y Bella les ofreció la suya para la boda, para la luna de miel pueden ir a la isla.

Yo me paralice al oír la mención de la isla, por más que quise evitarlo no pude detener mis pensamientos de todo lo que sucedió en ese lugar, mire a Gian de soslayo y vi que él también me daba una disimulada mirada.

—Ustedes de verdad son los mejores.— dijo Dante refiriéndose a todos ya que nos habíamos involucrado bastante en el tema de la boda.

—Yo debo de ir primero para comprobar que todo esté en orden. —dijo Carlo mientras tomaba un sorbo de su copa.

—Ya he ido y comprobado que todo está en orden. — dijo Gian y al decirlo me miró solo que esta vez no disimulo en lo más mínimo.

Me siento acalorado, sentí todo el peso de su mirada sobre mi mientras las imágenes de lo que sucedió en esa isla se repetían en mi cabeza.

— Disculpen. — dije poniéndome de pie de pronto.

—¿Estás bien Danny?

—Sí, solo iré al baño. — respondí sin querer mirar a nadie.

Entre apresurado a la casa, debería dejar esa mala costumbre de salir huyendo de estas situaciones. Fui al baño de visitas que estaba cerca de las escaleras, una vez dentro me apoye en el lavamanos con la respiración entrecortada. El recuerdo de sus manos sobre todo mi cuerpo estaba latente en mí, decidí mojar mi cara como si el agua fuera a disipar lo que tengo grabado a fuego en mi memoria.

Salí después de unos minutos para chocar con una pared sólida, solo que no era una pared sino el pecho de Gian Di Castello, no quería levantar la vista, pero él me tomó el rostro del mentón.

—Vine a ver si te encontrabas bien. — dijo con el tono de voz bajo y vibrante que usaba en tantas ocasiones y que se escuchaba delicioso en su voz profunda

—Sí, estoy bien. — dije intentando no perderme en sus ojos azules que miraban directamente a los míos.

Sentí que el tiempo se detenía mientras nos mirabamos en esa área sola de la casa, su mano continuaba en mi mentón, su vista abandonó mis ojos para posarse en mis labios, yo hacía todo lo posible por no mirarlo igual, inconscientemente mordí mis labios, mi corazón latía esperanzado, mi mente le gritaba a mi cuerpo que se moviera y se alejara de ahí lo más rápido posible, que huyera del hechizo de Gian como lo he estado haciendo todo este tiempo. La mano que sostiene mi mentón se mueve y puedo ver como Gian acaricia mis labios con su pulgar, siento su tacto de fuego sobre ellos, no puedo evitar dirigir mi mirada a los suyos y recordar las veces que nos devoramos, no puedo evitar que la excitación se haga presente, Gian es una droga para mí, mi cuerpo lo necesita. Se acerca lentamente a mis labios y la sensación se dirige a un solo lugar, el sentido común está a punto de abandonarme como de costumbre en su presencia.

—Baby boy. — dice con esa voz como una caricia, pero...

—No soy tu baby boy y tu no eres mi daddy. — Tomó toda mi fuerza de voluntad decir esas palabras aunque moría por besarlo.

La expresión de su rostro no tiene precio, supongo que creía que caería en sus encantos, y bien pues sí casi caigo, pero el poco sentido que me quedaba me salvo, me voy a retirar, pero Gian me tomó de un brazo haciéndome regresar a donde estaba, esta vez me pone contra la puerta del baño aprisionandome con sus brazos.

—Tienes razón no eres mi baby y no quiero que lo seas.

Bien eso no me lo esperaba, pero obvio su baby único y original es Emanuele como él mismo lo dijo yo soy solo la mala copia.

—No soy tu daddy y tampoco quiero serlo. Quiero que seas mi pareja, mi novio y eventualmente casarme contigo.

Estoy en shock. ¿Casarme con él? ¿Es que el ambiente de la boda de Piero lo contagió?

—¿Qué? ¿Te estás escuchando, Gian?

—Sí, sé lo que dije y lo mantengo.

—¿Eventualmente casarme contigo? No estamos juntos. ¿Se te olvida lo que me hiciste?

Sus brazos dejan de aprisionarme, me toma de las manos, acariciando mis dedos con los suyos.

—Sé que no me crees el hecho de que lo olvidara todo, quiero empezar de nuevo contigo Daniele, pero esta vez quiero hacer las cosas de manera correcta. — dijo mientras levantaba mi mano para dejar un beso en mis nudillos.

—Yo...— en verdad no tenía idea de qué decir.

—No tienes que decir nada y comprendo perfectamente que me odies ahora, pero haré todo en mis manos para cambiar eso.

—No puedes devolver el tiempo.— dije en voz baja.

—Lo sé, estoy bastante consciente de eso, pero sí puedo demostrarte lo mucho que te amo.

Desvié la mirada de sus ojos, según él había dicho no sería tan insistente, pero hay cosas que son más fáciles de decir que de hacer.

—Te recomiendo que no pierdas tu valioso tiempo en eso.

—El tiempo invertido en ti no es tiempo perdido.

—No te cansas ¿Eh? — pregunté levantando de nuevo la mirada para encontrarme de nuevo con sus ojos con su mirada seductora, sé que lo hacía solo para ponerme nervioso, pero dos podemos jugar este juego.

Me puse de puntillas y lo besé, pude sentir lo sorprendido que estaba al sentir mis labios sobre los suyos, lo único que hice fue juntar nuestros labios solamente, pero se sintió como si nos besaramos hasta perder el aliento a juzgar por los latidos locos de mi corazon, Gian reaccionó rápido poniendo sus manos en mi cintura y pasando su lengua por mis labios pidiendo acceso a mi boca el cual le di, la sensación de estar así con él era maravillosa, era demasiado delicioso para negarme, sus manos bajan lentamente y siento cómo se posan en mis glúteos, es ahí cuando termino el beso y me alejo de él. Gian me mira con una expresión de confusión en el rostro.

—No te emociones tanto, solo te estaba dando una probada de lo que perdiste por andar de estupido y que jamás recuperarás.— dicho esto me encamine hacia el patio donde estaban los demás dejando a un confundido Gian, no puedo negar que se sintió muy bien hacerlo.

Regresé a la mesa donde nadie comentó mi ausencia y siguen aún muy entusiasmados con el tema de la boda. A los pocos segundos de estar sentado Chiara me codeó disimuladamente.

—Tienes que contarme qué estuviste haciendo— dijo en voz muy baja y entredientes lo que me dificulto captar el mensaje de inmediato.

Gian tardó unos minutos más en regresar y desde que lo hizo se dedicó a mirarme descaradamente y a humedecerse los labios más de la cuenta, yo me hice el desentendido, de lo contrario no sé lo que pudiera suceder.

Nos quedamos un rato más en la quinta, rato que aproveche para estar con Dolce, Gian seguía mirándome como un cazador a su presa, pero lamentablemente ese lobo no se iba a comer a este conejo por más que quisiera.

—Cuenta ¿Que pasó entre ustedes? — preguntó Chiara sentándose a mi lado.

Su capacidad de percepción es envidiable.

—Nada... solo que... Nos besamos...

Abrió los ojos desmesuradamente mientras se llevaba una mano a la boca intentando ocultar su sorpresa.

—¿Qué? — exclamó en voz baja. —Pero... ¿Por qué o qué? ¿Que paso? ¿Cómo sucedió?

Le conté una versión resumida de los hechos.

—Estás consciente de que él no lo dejara así. ¿Cierto?

No dije nada en verdad no lo había considerado, solo el momento se sintió tan bien.

—Y eso indica que no. — dijo Chiara ante mi silencio.

—Bueno no importa que lo intente en algún momento desistirá— dije intentando convencerme a mí mismo.

Ya entrada la tarde nos despedimos de Franco, de todos modos todos tenemos responsabilidades el lunes. Voy muy tranquilamente hacia el jeep de Damian para regresar a la ciudad ya que vine con ellos cuando siento un leve toque en mi muñeca izquierda, me detengo de pronto sabiendo muy bien que se trata de Gian, no quiero girarme para verlo y encontrarme con sus profundos ojos nuevamente.

—Ni pienses por un minuto que ese fue nuestro último beso, no descansaré hasta convertirte en mi esposo. — dice en mi oído, puedo sentir su respiración haciéndome temblar, mordí mis labios sin poderlo evitar, sin evitar que las vibraciones de su voz me afectataran, pero esa nueva persona en la que parecía estarme convirtiendo impidió que se lo hiciera notar o que me quedara como un conejito embobado.

Me gire dedicandole una pequeña sonrisa.

—Buena suerte con eso. — dicho esto seguí caminando hasta el jeep y subí en él sin mirar atrás.

...Mucho tiempo sin actualizar lo sé. 😓

Primero: ¡Happy pride month!!!! 🌈🌈

Perdonenme he estado pasando por malos momentos con crisis de ansiedad y una ruptura de una larga, larga y horrenda relación. Plus el trabajo, de ahora en adelante actualizare más a menudo, por lo menos semanal.

Bueno... un poco corto y desde la exclusiva perspectiva de Danny, pero era necesario subirlo.

Cambie el nombre del capítulo pot Run porque creo que la letra le va más.

¿Qué opinan del capítulo?

Comentarios, opiniones, sugerencias, emotional outbursts, todo como siempre es bienvenido.

Millones de besos a mis bellos lectores, love you guys. 😘😘😘😘😍

Nota aparte nada relacionada: Debería existir un grupo que se llame las esposas de Kim NamJoon, no sé si existe pero debería, de tener teléfono crearía uno por whatssap... pero si quieren babear conmigo por RM, siempre me pueden contactar por mis redes.

Bye. 

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