veintidós •

| PREPARACIONES |

         La última vez que observó a James Moore, este le señalaba, exponiendo a todo el mundo el aparente error que había cometido mientras se escondía a la espalda del jefe de su antigua zona.

         —El señor Von Hagen me pidió ser su acompañante en una importante cena de negocios. Necesita acercarse a su objetivo —explicaba a Luke en su oficina, un día después de su conversación con Marius, ya que, como esperaba, este no tardó en negarse.

         —No te arriesgarás, Roselle, no de esa manera —negó, aunque enseguida pensó en su conversación en los cuarteles del HQ. Se suponía que no inteferiría más en su trabajo para el NXX—. Lo siento, pero no es necesario y lo sabes —justificó.

         La agente dejó los documentos que revisaba sobre el escritorio y le miró. Se veía más pálida de lo normal y sus orbes se veían tan desenfocados; deseaba decirle la razón de ello, pero pensaba que empeoraría más su situación, de igual forma, ya había aceptado acompañar al más joven del equipo, así que no le quedaba más que ser sincera con su compañero.

         —Sé que es peligro, Luke, pero ya he aceptado, porque es necesario... —Puso sobre la mesa y observó el papeleo—. Es necesario acercarse a James Moore para obtener resultados —soltó por fin.

         En el momento en que el pelirrojo reconoció aquel nombre, su ceño se bajó considerablemente y se levantó de su asiento, intentando controlarse para no decir una estupidez, aunque no funcionó tanto como hubiese querido.

         —¡Este tipo... ! —bramó, encendido en cólera.

         Le había quitado gran parte de su vida, ¿cómo no odiarlo? Para comenzar, fue él quien la envió a Stellis con un rango menor del que merecía.

         —Tranquilo, entiendo que te parezca una locura, sin embargo, soy una pieza clave para el movimiento del señor Von Hagen. No debemos desperdiciar la oportunidad. —Se le escuchaba decidida, antes bien, no significaba que no tuviese miedo de enfrentar a una de sus pesadillas.

         Luke le mostró cuánto le preocupaba ese movimiento tan absurdo, no obstante, no pudo negarse más, no cuando ella estaba tratando de hacerle frente a su pasado. Iba a apoyarle entonces.

         —Me encargaré del nuevo trabajo, no debes preocuparte. Ve a esa reunión y muestra cuan profesional eres, mi querida Roselle. Estaré esperando.

         El día de la reunión llegó más rápido de lo que esperaba; muy en el fondo realmente deseaba que el tiempo se extendiera hasta el límite, pero aquel límite llegó más temprano que tarde.
Se tomó el día libre por petición de Artem y Luke, y en su apartamento aquella mañana, buscaba la manera de hacer que su rostro no palideciera al recordar el nombre del indeseado hombre.

         "No olvides cuidarte, Marius puede tener guardaespaldas, pero no por ello debes descuidarte. Te veré pronto, lo prometo, Roselle" —Artem.

         El mensaje seguía en su pantalla mientras se encontraba recostada en el sofá con pereza notable. No tenía muchas ganas de contestarle, y no porque estuviera harta del abogado, la razón era más bien que sentía vergüenza por no decirle el motivo exacto de porqué estaba acompañando al de hebras azules a aquel evento tan importante.
         No deseaba preocuparlo, pues el ojiazul llevaba días atareado hasta la coronilla; ni siquiera había podido presentarse a las juntas del NXX, y en consecuencia mucho menos tenía el tiempo de visitarle o invitarle a salir, y por supuesto, Roselle no quería molestarle con asuntos que a él no debían quitarle el sueño.

          Así que acompañaría a Marius con aquella excusa sobre que necesitaba un acompañante de adorno, y al estar Themis tan ocupada, ella fue la respuesta más cercana que tenía.

         Claro que, Artem se mostró muy reacio a la idea, pues pensaba lo que Luke al inicio, que era innecesario exponerse a tanto al peligro, pero al final, no pudo oponerse abiertamente. De esa manera, le deseaba una buena noche a lado del Von Hagen, ya que él no podía darle el tiempo que necesitaba por el momento.

         De pronto, el sonido de alguien llamando a la puerta le soprendió. Ello hizo que se levantara y corriera a ver por la mirilla, siempre a la defensiva por la naturaleza de su trabajo.

          —¿T-Themis? —murmuró al ver a la joven esperando con una sonrisa.

         Enseguida quitó el seguro y abrió la puerta.

          —Hola, Roselle —saludó contenta la abogada, entrando en la residencia cuando la dueña señaló muy nerviosa por su presencia.

         —Ah, hola, ¿necesitas algo? Con gusto puedo ayudarte —ofreció al cerrar la madera, sin saber que más decirle.

         —No leíste mi mensaje, ¿cierto? —adivinó la castaña, riendo después al ver el rostro de la contraria reflejar confusión—. Voy a tomar eso como un no.

         —Lo siento, lo siento. —Roselle agachó la cabeza enseguida con las mejillas rojas del bochorno. Recordó entonces que había estado evitando todos los mensajes de texto y llamadas entrantes.

          —No es nada, al menos sé que no me ignoraste. —Themis volvió a reír, pero la agente volvió a ponerse roja de la vergüenza—. Vine porque Marius me pidió ayuda. Dijo que la última vez que te vio no tenías idea de qué ponerte para la reunión de esta noche, y que conociéndote, lo olvidarías.

         ¿Cuándo iba a dejar de poner aquel rostro de tonta? A ese paso, nunca, porque lo que decía la de la falda era verdad.

         —Es cierto, no tengo idea de qué ponerme —confesó, colocando sus manos sobre sus mejillas. Había olvidado el detalle con tanto que pensar.

          —Bien, eso es justo lo que esperábamos que sucediera, así que ahora ve a cambiarte, porque iremos de compras —avisó, emocionada por la idea, mucho más que la que iba a ponerse las compras esa noche.

         —¿No tienes mucho trabajo últimamente? —cuestionó la pecosa, cohibida. Andaban por el centro comercial con una bebida en mano, observando los aparadores, aunque la atención de la abogada era la que más estaba en ellos.

         —El señor Wing fue amable con Marius cuando le pidió el favor dejarme la tarde libre. Tenemos mucho trabajo en la firma, es cierto, pero colaborar con el grupo del NXX también es una prioridad —explicó la castaña.

          Roselle entendió enseguida, era lo mismo que sucedía con Luke y ella, así que lo dejó pasar.

         A su lado y entre las demás personas que paseaban por el lugar, comenzó a pensar en que en los últimos años nunca tuvo tiempo para salir de compras, porque no era su afición llenarse el guardarropa cuando lo que más usaba era lo que consideraba "un uniforme de trabajo"; pero lo más interesante de todo, era como se sentía al experimentar una salida con alguien más, exactamente una mujer con la que podía conversar acerca de las prendas que veían mientras tomaban la misma bebida. Algo, como una amiga; una que nunca tuvo.
         De igual forma, no era como si fuesen tan diferentes de personalidad, e incluso no de forma física, ya que a pesar de no compartir edades, si que compartían el peso, la estatura y la talla, eso, con mínimas diferencias que nunca importaban.

          —Un vestido de gala, uno bonito... —murmuró la albina al observar con atención unos llamativos escaparates.

         —Entremos a esa tienda —señaló Themis al ver que le agradaba la vista.

          —Esa tienda, ¿no es la más expensiva del lugar? —inquirió nerviosa al ver el refinado letrero.

         —No es momento de preocuparse por el presupuesto, el señor Wing se ofreció a pagar el vestido más bonito que encontraramos. Dijo que debías verte preciosa a cualquier costo, pero no trataba de decir que no lo eras —se apresuró a corregir, recordando que el senior abogado también lo había hecho en el momento—. Pero no tomaremos su dinero, tenemos algo mejor, algo como el crédito infinito del señor Marius Von Hagen, que no permitió la primer oferta; dijo, que como su acompañante, él debía proporcionarte los detalles.

          Ante la explicación tan larga, Roselle suspiró con sus orbes escondidos. Consideraba aquello como una molestia para cualquiera de los hombres, además ella podía fácilmente pagarse la prenda ideal para esa velada, aunque no estaba acostumbrada a pagar sumas exageradas. Como agente de la NSB tenía un buen sueldo: la mayor parte de sus ingresos recaían en su vida diaria y la otra iba hacia sus padres en un pueblo rural fuera de Stellis. Tenía sus ahorros, claramente.

         —Sin embargo, Roselle, tienes la oportunidad de escoger —permitió la dama—. Aunque si me preguntas, yo elegiría la oferta de Marius por las razones que ya conocemos.

         —Aceptaré la amabilidad del señor Von Hagen, así que busquemos algo que le guste —especificó al final, sabiendo que debía escoger una oferta y la del peliazul sonaba más lógica, tal como pensaba Themis.

         Terminaron entrando a la tienda y buscaron algo acorde. No obstante, ciertamente una prenda del escaparate ya había llamado a Roselle cuando se detuvo frente a él, así que al final, después de probárselo y que este fuese del agrado de las dos, terminó siendo empacado en una caja blanca rectangular. Lo siguiente que hicieron, fue buscar el calzado y la joyería, aunque teniendo el vestido, les fue bastante fácil escoger algo de la misma naturaleza, y así, acabó su día de compras, no sin antes sentarse en el área de comida para aprovechar la salida, en especial porque Themis no había almorzado al salir de su trabajo.

         —Todo listo, solo, no olvides comenzar a arreglarte con tiempo para que todo termine en su lugar —aconsejó la castaño, llevándose a la boca una papa frita.

          —Gracias por la ayuda, de verdad, no sé que hubiera hecho si no llegabas —rio, más tranquila por la situación tan relajante. Comerse una hamburguesa sin duda le quitaba el estrés que sentía, mucho más si con Themis se sentía tan cómoda para hablar.

         —No hay que agradecer, para eso estoy —atendió la abogada—. Y ahora veo que no tienes idea de que hacer con todo esto —adivinó por segunda vez en el en día.

         Roselle creyó que lo estaba escondiendo tan bien, pero a diferencia de antes, el bochorno no la invadió completa.

          —Si tienes el tiempo, también me gustaría que me ayudaras —pidió, ya sin poder hacer nada con su situación tan desastrosa.

         Themis no perdió el tiempo de aceptar tal tarea, prometiendo dejarla totalmente lista para esa noche, y sobre todo, que le emocionaba mucho la idea. Tampoco se molestó en guardarse lo que la pecosa pensaba con aquella salida, mostrando abiertamente que se había divertido en su compañía.

         —Oye, Roselle, no quiero ser entrometida, pero he querido preguntarte esto desde la última junta... —soltó la abogada cuando estuvieron en silencio por un rato, casi acabando el alimento—. El señor Wing y tú, ¿están saliendo como una pareja?

La involucrada con el castaño sintió la pregunta tan repentina, que casi escupió la bebida que tomaba. Pero si lo pensaba con claridad, en realidad Themis siempre estuvo buscando el momento adecuado para obtener una respuesta, una que evidentemente ella no deseaba darle, mas, ya que estaban ahí y ella había hecho tanto por su persona, sabía la respuesta que debía darle.

         —S-sí, comenzamos a salir apenas la semana pasada —contó, avergonzada.

         No lo notó por bajar la mirada justo después, pero el rostro de la joven frente a ella se ensombreció con la verdad, pero fingió alegría segundos después.

         —Es increíble, espero que todo vaya bien con los dos. Merecen ser felices —deseó, con el corazón en la mano.

         —Gracias, t-también lo espero —atendió la novia, intranquila al recordar el motivo del que aquella relación había resultado.

         Si, debían ser felices, nadie negaba el hecho.

No me ha salido ninguna carta del evento nuevo 😓
En fin, Luke chiquito 💙

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