ocho •
| DETALLES |
La mañana siguiente recibió a Roselle con el sol a medias, cubierto por algunas nubes que no presentaban amenaza de lluvia, y como acostumbró los últimos días, fue puntual hasta la mansión del niño rico por la junta que se llevaría a cabo. Suponía, Luke y Themis habían avanzado un poco al menos en el último día y por ello las demás investigaciones también lo hicieron.
Al llegar, bajó del auto y agradecíó al conductor con cortesía, luego entró en el inmueble a paso lento sabiendo que estaba por sobre la hora establecida y podía relajarse, pero ello le llevó a pensar en el viaje de su compañero y la abogada.
No habían vuelto por la noche, estaba segura de que el pelirrojo le avisaría, antes bien, no recibió ningun mensaje. Eso significaba que habían pasado la noche en la villa, y sin duda su imaginación fue un terrible factor para bajarle los ánimos. Aunque, estaba segura de que Luke no era de esos chicos que no dejaban ir ninguna oportunidad, en cambio, su relación con Themis lo llevaba a ser más cauteloso con lo que de verdad quería mostrar.
—No debo sobrepensar —se regañó siguiendo con su camino y apretando la bolsa bajo su brazo. Los tacones siguieron su marcha, y cuando entró en la estancia de la sala de juntas tuvo que mirar bien a los presentes.
Marius estaba, evidentemente presente en su hogar, él sería el primero en entrar a la sala y preparar todo para los demás como siempre, sin embargo, esa mirada graciosa que le daba junto con aquella sonrisa que no decía nada bueno, le atacaron nada más se dio cuenta del otro puntual.
—Buenos días... —saludaron los dos hombres educados, mientras uno le llamaba "señorita", el otro por su apellido.
Artem estaba justo allí, portando aquel traje que le adornaba como a un modelo de revista, y cuando sus azulinos orbes le vieron y sonrió, ella supo que pasaría la vergüenza que no tenía ánimos de soportar.
Se levantó con decisión y extendió hacia ella un ramillete de flores en tonos amarillos, totalmente complacido con la expresión que ella hizo.
—¿S-son para mí? —balbuceó con pena. ¿Acaso no era obvio? Después de todo, él le estaba entregando las flores directo a las manos.
—Claro, son... especialmente para usted, señorita Wright —se vio obligado a responder el mayor. Tenía la misma vergüenza que ella, pero a diferencia él la tomaba y hacia posible lo imposible, de no ser así, tal vez no fuese el abogado exitoso que era día a día.
Más tarde que temprano, Roselle salió de su ensoñación. Nunca nadie le había dado un obsequio tan bonito, al menos sus padres le daban chocolates en el día del amor y la amistad, y Luke acostumbraba regalarle comida que ella pudiera disfrutar, sin embargo, hacerlo frente al heredero de Pax le provocaba querer esconder la cabeza en el suelo como una avestruz.
—Muchas gracias... pero, ¿puedo hablar con usted unos segundos allá afuera? —Su pregunta no fue exactamente una pregunta, no cuando su rostro estaba completamente carmesí por el detalle.
Artem le acompañó como le pidió, hasta encontrarse en aquel mismo corredor en donde una vez Luke y él se confrontaron.
—¿Sucede algo malo? —inquirió el hombre preocupado, pues ella intentó hablar primero, pero se vio realmente imposibilitada.
—¿Por qué trajo las flores aquí? ¿Está intentando hacer que todo el mundo sea consciente de...?
No terminó de hablar, porque al ver cuanto esfuerzo le costaba por las diferentes razones, el abogado interrumpió. Primero colocando sus manos abiertas sobre sus delgados hombros, para luego decir:
—Solo estoy tratando de conquistarla, ¿no son las flores algo que se obsequia con ese fin?
Roselle agachó la cabeza, pues le miró directamente a los ojos durante sus palabras. Creía que el color de su rostro no podía empeorar, pero se equivocaba, porque tener a un hombre como Artem siendo amable solo para ella, era como un sueño que muchas damas hubiesen deseado tener. Él era, un verdadero sueño.
—Roselle —pronunció, siendo consciente de que comenzaba a gustarle llamarle por su nombre cuando estaban a solas—. Que hayamos estado de acuerdo en tratar, no quiere decir que esto sea falso. ¿Lo entiendes? Así que no importa si alguien más lo sabe, tampoco quiero mantenerlo en secreto.
Si bien la dama entendía que el objetivo era olvidar a Luke enamorándose verdaderamente del castaño, nunca pensó en los lejos que ello podría llegar. Después de todo, él tenía razón, no había motivo para esconderlo, porque era real.
—Lo comprendo, muchas gracias por las flores, de verdad me encantaron. —Las abrazó con cariño, y por supuesto, con bochorno.
Artem sonrió al ver lo feliz que le había hecho el detalle, pues por mucho que intentara ocultarlo, su lenguaje corporal decía la verdad. Sin embargo, por mala fortuna de pronto pudo ver a Themis en su lugar aceptando el regalo, pensando en cuál sería su reacción si alguna vez se hubiese atrevido a confesarle sus sentimientos, tal como hacía con Roselle en ese momento.
Entonces le soltó lentamente y observó el suelo.
La joven agente, a diferencia levantó la mirada y encontró su gesto inquieto. Quiso preguntarle si algo estaba mal, antes bien, no quiso cuestionarlo, pues de alguna forma sabía que tenía ello que ver con su compañera abogada.
—Hay que volver a la sala, el señor Von Hagen se sentirá ofendido si lo dejamos más tiempo solo —hizo saber, llamando su atención enseguida.
—Claro, volvamos, adelante. —Se quitó del camino apresurado y le dejó andar delante de él como todo un caballero, y así, volvieron a la sala.
Faltaban cinco minutos cuando Vyn Richter entró en la sala dirigiendo un saludo amable a todos los presentes, y sin más comenzaron con la reunión. En esa ocasión, Roselle ocupaba el lugar de Luke y Themis, ya que le pareció un tanto innecesario sentarse junto al abogado cuando había asientos libres para todos, y por su parte, Artem estaba bien con ello debido a los pensamientos anteriores sobre el regalo y sus sentimientos.
Hablaron de sus investigaciones individuales, en esa ocasión como dos equipos. Marius y Vyn habían avanzado poco, pues a diferencia necesitaban estar en sincronía con los demás avances. Y cuando llegó el turno de los que se encargaban de los asuntos legales, Artem dejó que la joven agente se ocupara.
—Hemos encontrado una brecha con ayuda de Themis y sus notas, así que nos encargaremos de ello. El señor Jhonson, el hombre que cambió su veredicto con la investigación del Rio Opalina e hizo perder el juicio a la señorita Kenders, estuvo elaborando alucinógenos y fue expulsado de la sociedad universitaria por mala conducta; ahora está en custodia de la policía y creemos que existe un agente externo que le hizo mentir en el juicio —informó, pues a pesar de todo el drama de su amor por Luke y el intento de olvidarlo de la mano de Artem, en realidad si estaban avanzado laboralmente.
—Le haremos una visita —concluyó Artem al final.
La oficina de la estación policial se encontraba tranquila cuando arribaron y el oficial Morgan los atendió enseguida sabiendo que harían acto de presencia.
—Mi nombre es Roselle Wright, actualmente ayudo al señor Wing con la investigación que está llevando a cabo, un gusto conocerle oficial Morgan —se presentó educada, intentando no ser consciente de la imponente figura del contrario como trabajador de la ley.
—El gusto es mío, señorita Wright, espero que trabajar en sintonía resuelva lo que están buscando —deseó el mayor. Aunque se le veía rudo, era muy amable y ello relajó a la joven cuando se dieron la mano.
—Bien, necesito ver al señor Jhonson —Artem esperó, después de todo ya había saludado, y cuanto antes obtuvieran respuestas, era mejor.
—Adelante, los llevaré hasta la sala de interrogación. —Señaló el camino después.
Roselle entró nerviosa por la puerta sin saber a donde dirigirse, pues los hombres le dejaron entrar primero, cosa que no deseaba, porque le incomodaba cuando en realidad el abogado era el que se encargaría de hablar con el sospechoso y culpable de los diferentes hechos que lo llevaron hasta allí. Así que siendo sincera, se colocó a la espalda del castaño cuando tuvo la oportunidad y mencionó con cuidado que ella les seguía.
Artem, sabiendo el motivo exacto le permitió rechazar la caballerosidad del oficial.
El hombre de anteojos que se encontraba detrás del vidrio parecía estar pasando por el peor momento de su vida, y cuando observó al abogado presentarse con el rostro totalmente serio, su ánimo decayó hasta el suelo y su miedo creció inigualable. Hecho que no comprendió la joven agente de primeras, pero luego entendió cuando el ojiazul comenzó a hablar.
—No tengo absolutamente nada que decirle, quiero que llamen a mi abogada, la señorita Rosworth. —Aunque no iba a ser fácil que él hablara, y ya lo estaban viendo.
Con sus palabras, el castaño bajó el ceño y cuestionó por la razón de desear que la abogada de Baldr's estuviera presente, conociendo con detalle como era que el buffet "enemigo" trataba sus asuntos, no obstante, Ian no respondió asertivamente y no hubo lugar para negarse a que llamaran a la solicitada.
Fuera de la sala, mientras Morgan hacia unas llamadas, Roselle y Artem se mantuvieron a la espera en silencio, aunque realmente pensaban sobre lo sucedido. Él sobre el hecho de que Baldr's estuviese en medio de todo aquello; y ella confundida, pues no era consciente de variados detalles que por su naturaleza estaban fuera de su jurisdicción como ayudante y recién llegada.
—Parece que, esto no va a terminar tan bien para el señor Jonhson —murmuró el abogado, cuando una mujer alta y castaña entró en la oficina luciendo una figura esbelta y ropas finas. Era atractiva desde la perspectiva en que se viera.
Roselle quiso preguntarle acerca de su conclusión, pero la abogada Rosworth llegó hasta ellos y saludó con un poco cinicismo, presumiendo conocer al senior de Themis Law Firm.
—¿Qué sucede? ¿Acaso no podemos ser amigos por la rivalidad que hay entre nuestras firmas? —se burló poco después de que el hombre del traje negro no contestara a su saludo.
—Señorita Rosworth, ¿es Baldr quien está protegiendo a Ian Johnson? —Ignoró sus demás palabras, listo para ir al punto de su encuentro.
—Por supuesto que no —confesó la dama, de nuevo con cinicismo, aunque luego observó a Roselle en la sala. —¿Nueva en el oficio? —se dirigió a la agente del NSB, pero no le dejó contestar—. Parece que hoy en día Themis Law Firm está recibiendo a los aprendices. ¿Dónde está la joven promesa? Aquella que está protegida por el gran Artem Wing, ¿de verdad aprendió tan rápido y se marchó?
Hablaba de Themis, por supuesto.
—Tiene otros asuntos que atender, así que por el momento la señorita Wright está aprendiendo del oficio. Me gustaría que fuese más educada al momento de referirse a ellas dos —renegó el castaño, escondiendo perfectamente cuanto le molestaba la presencia de la compañía rival y sus crudos comentarios.
A pesar de mirarle con notorio asco, la más joven de los tres no pudo decirle una sola palabra, pues indudable era que la otra buscaba provocarles un mal rato que ninguno de los dos iba a conceder.
—Podemos volver a lo que nos concierne —señaló el ojiazul, alejando la atención de su compañera.
Ingrid repitió exactamente las mismas palabras que antes, Baldr no estaba protegiendo a Ian Jonhson por el asunto del tráfico de alucinógenos, a lo que Artem respondió severo sobre los intereses de la firma como tal, y fue así como la misma dama se vio intrigada por la intervención del gran abogado en ese caso, sin embargo, él mismo mencionó que el dinero nunca era un factor que realmente le interesara.
Dejando de lado la conversación como tal, Roselle encontró increíble la manera en como se dirigía el mayor hacia la mujer. El hombre era tan serio y profesional, era severo, imponiéndose ante los demás a diferencia de como se comportaba con el grupo del NXX. Se dijo enseguida, si Artem se viera obligado a dirigirse a su persona de aquella manera, sin duda lloraría por la presión de ser sobrepasada, aun siendo profesional en su campo, no quitaba el hecho de que no estaba formada para discutir con alguien más y en su juventud siempre fue una persona introvertida.
Le entró miedo de solo pensarlo, antes bien, su cuerpo se relajó cuando el litigante ignoró a la señorita Rosworth y le observó a ella sonriendo con amabilidad. Luego le mostró el camino y los dos se marcharon dentro de la sala de interrogación sin ver o despedirse de la elegante dama.
—Lamento no haberle advertido sobre la señorita Rosworth, debe estar confundida con nuestro trato mutuo, aunque no se preocupe, le hablaré de ello más tarde.
—Estuve un poco incómoda con sus palabras, pero no se preocupe, entiendo —aceptó Roselle apenada.
—Bien, volvamos con Jonhson...
Interrumpió en la sala el sonido de la vibración de alguna llamada entrante, le pertenecía a la joven agente, que no tardó en disculparse.
—Es... el señor Richter —informó al observar la pantalla. No entendía por qué le llamaba y ello se vio reflejado en todo su rostro—. Voy a contestar, puede ir yendo.
Artem asintió, también un tanto confuso por el emisor, antes bien, avanzó hacia la sala de interrogación tal como ella quería.
Una vez sola, Roselle contestó, aunque le hubiese gustado no hacerlo.
No voy a poner toda la conversación de la señora esa y Artem porque seguro ustedes ya saben que sucedió y sería una perdida de tiempo, así que bueh, ustedes saben. Muchas gracias por leer! 💙🐇
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