nueve
| EGOÍSTA |
Las palabras del psicólogo habían sido cortas, pero perfectamente entendidas por la agente del NSB, que no tardó en contarle al abogado. El resultado fue predecible, los dos tomaron el rumbo hacía los cuarteles del NXX cuando Vyn mencionó que era mejor reunirse antes que hacer otro movimiento.
Luke y Themis tuvieron problemas en la Villa Opalina, hubo un incendio y el pelirrojo había estado en el hospital por inhalar el humo provocado por las llamas. Motivo por el cual Roselle se encontraba inquieta y llena de vértigo, pues no tuvo más detalles incluso cuando cuestionó sobre su bienestar.
El albino solo informó, no esperó respuesta más allá de dos palabras y colgó. ¿No quería decir ello que intentaba esconderle algún hecho? Fuera lo que fuese, tenía miedo de descubrirlo, aunque poco pensaba en el comportamiento tan extraño cuando Luke estaba o había estado en peligro.
—Lo siento, y-yo necesito saber que sucedió —se disculpó con el castaño y corrió fuera del auto cuando estacionó.
Ni siquiera le dio el tiempo para apagar el motor, sin embargo, para Artem estaba perfectamente justificada su conducta apresurada. Le dejó ir sin hacerle perder tiempo, después de todo los límites de la mansión del Von Hagen eran seguros y ella sabía a donde dirigirse. Segundos después, él también abandonaba el auto, pidiendo que todo fuese una falsa alarma o algo similar sabiendo que Themis también estaba involucrada.
Roselle barrió los pasillos aún en tacones, pero sin su bolsa por olvidarla en el asiento del copiloto, y así, entró a la sala de juntas olvidando la cortesía de tocar levemente como acostumbraba.
—Roselle...
Su respiración agitada delataba su carrera hasta el sitio, mas no pudo decir una sola palabra cuando el detective a pasos de ella pronunció su nombre con aquella peculiar felicidad. Luego de ello, Artem entró a la habitación confundido por el silencio de en ese momento cinco personas sin contarlo a él. Por supuesto, la castaña abogada también estaba presente y sin aparente rasguño.
—Recibí una llamada del doctor Richter y vine porque pensé que... —Calló al intentar explicar su visita, ya que al momento de observar al de los orbes dorados por inercia, este sonrió cómplice y levantó los hombros, casi diciendo: perdón.
—Ah, sobre el incidente en la villa —atendió la abogada—. No te preocupes, Roselle, estamos bien.
—Themis me obligó a ir al hospital está mañana, estaba preocupada porque estuve en riesgo de quemaduras e intoxicación, pero por fortuna los médicos dijeron que todo estaba bien conmigo —explicó Luke, apenado por la situación. Conocía ese rostro en su amiga, ella podía pasar días sin dormir por la preocupación y necesitaba hacerle saber que todo estaba bien.
—Es bueno saberlo —respondió el del traje detrás de la agente mientras ella solo asintió bajando la mirada hasta el suelo.
Los dos estaban bien y aquello había sido solo una falsa alarma, que los recién llegados se preguntaron enseguida el motivo de ello. ¿Por qué Vyn se molestaría en hacerles tal broma pesada?
—De igual forma, es bueno que hayan venido. Tenemos que hablar del incidente, porque no fue uno exactamente, sino algo provocado —aclaró Marius, señalando el hecho con cierto motivo de sospecha en lo que estaban investigando.
No hubo quien se negara, Roselle y Artem ocuparon lugar en su ya apartado sitio y una reunión nueva no hizo más que comenzar ese mismo día.
Hablaron del incidente como tal, contando con detalle lo que había sucedido; Luke habló sobre su infiltración en el laboratorio y Themis sobre el hijo del jefe de la villa, ese que intentó atacarla cuando el fuego estaba llenando el bosque de llamas. Afirmaron que Hans Weller fue quien comenzó el siniestro con la intención de hacer que el detective y la abogada se fueran de su territorio, pues era imprescindible guardar las apariencias ante el incidente de la difunta Jazmine Kenders y sobre sus ingresos.
Hablaban y hablaban, sin embargo, la señorita Wright se mantuvo en silencio junto a Artem, hasta que se les cuestionó sobre su visita a Ian Johnson en la estación de policía, pero de igual forma ella no pudo dar detalle. Pensaba, distraída, en como el hombre del que estaba enamorada se había encontrado entre tanto peligro, y no tardó en molestarse por su apatía ante su propio riesgo, aunque no lo expresó durante la junta.
—Es un gran avance en nuestras investigaciones, no debemos perder la vista de todas las pistas que hemos recaudado, en especial las de la Villa Opalina. —Vyn dio por terminada la reunión con sus palabras, siendo el primero en ponerse de pie para ser seguido por los demás.
Se despidieron con cortesía, motivados para seguir avanzando y abandonaron la sala de reuniones, no obstante, el más joven pidió hablar con el psiquiatra a solas dejando a los cuatro restantes ir hacia la salida.
—Seguiremos trabajando después de descansar y no hay pero que valga —advirtió la castaña hacia el detective cuando los cuatro caminaban juntos por el corredor, cada uno con su actual pareja de trabajo.
—No quiero ser regañado, así que está bien, descansemos primero —acató el de los orbes tono coral, fingiendo desánimo, pues si bien él no necesitaba descansar, deseaba que Themis lo hiciera.
Siguieron caminando, los dos que lideraban siguieron compartiendo palabras, aunque asuntos sin importancia, y fue como Artem notó lo decaída que se encontraba Roselle a su lado.
—Vayamos a comer algo, o si prefiere que la lleve a su apartamento, no tengo problema —ofreció en voz baja cuando los otros estaban distraídos.
—Si no es molestia, creo que prefiero ir a mi apartamento —contestó ella, dirigiéndole una mirada agradecida por su preocupación.
—Claro, la llevaré —aceptó el abogado con el gesto tranquilo.
Al ser consciente de la pequeña conversación y las miradas que intercambiaban, Luke se detuvo cuando estuvieron a punto de abandonar la residencia, justo en la puerta.
—Lamento haberte hecho preocupar, Roselle. —Entonces repentinamente se volteó a verle de frente y fue sincero.
Los cuatro se detuvieron en consecuencia y se observaron mutuamente.
—Lo importante es que estás... están bien —corrigió la muchacha para hablarles a los dos involucrados. Realmente no se sentía con ánimos de hablar con el detective, pues era un mal momento para su persona.
—Espero que los dos estén bien de igual manera, no le deseamos a nadie complicaciones como la de la villa. Fue aterrador —comentó Themis, recordando el desastre sin poder evitarlo.
—Nosotros estaremos bien, por fortuna no necesitamos exponernos de esa manera —continuó el abogado, teniendo razón.
—Aun así, no duden en llamar si encuentran alguna situación, complicada, les ayudaremos, pero sobre todo, no la busquen. —Parecía un buen consejo viniendo desde la experiencia del pelirrojo, pero su compañera de la NSB pensó enseguida en lo cínico que se estaba comportando.
—Claro, muchas gracias, lo tendremos en cuenta —respondió Artem al ver como Roselle se quedaba en silencio una vez más.
Sabía que Luke había notado lo increíblemente molesta que se sentía, pues aunque supiera como esconderlo, él seguía siendo un detective y los dos años trabajando en consonancia eran suficientes para conocerla, y tal vez fue la ignorancia sobre sus sentimientos amorosos lo que le llevó a detonar la bomba en ese mismo momento. Al menos eso pensaba la dama.
—¿Estás... molesta? —inquirió, despeinando su cabello con aquel gesto de niño regañado.
Roselle le miró fijamente y con ingenuidad parpadeó.
—Deja de hacer eso... —le pidió en un susurro, tragándose el enojo ante los dos que presenciaban su iniciada conversación—. Es increíble la manera en que actúas, tan relajado cuando fuiste un estúpido.
El insulto resbaló, rompiendo la falsa esencia de paz que había existido unos segundos antes. Tanto Artem como Themis, desviaron la mirada al saber que ella estaba siendo seria al respecto.
Sin embargo, su molestia era tan extrema, que apenada por haberse expresado con sinceridad decidió escapar.
Cuando los tres apenas lo notaron, la puerta de la mansión se cerraba tras la espalda de la agente.
—La llevaré a casa, no deben preocuparse, seguro no quiso decir eso —hizo saber el del traje, emprendiendo el camino hacia ella.
Antes bien, no pasó mucho cuando el detective le alcanzó y salió detrás de la chica sin que pudieran detenerlo. En consecuencia, Artem se detuvo y Themis se mantuvo detrás de él sin tener la fuerza para seguirlos, sabiendo perfectamente que era un tema que solo ellos dos podían arreglar.
Fuera, cuando Luke encontró a su compañera, corrió detrás de ella gritando su nombre, como si se repitiese la escena de algunos días atrás, pero invertida.
—Roselle, lo siento, sé porque estás molesta, no debí preguntar algo tan tonto cuando es evidente —dijo, alcanzándole en un trote desesperado.
—Existe un protocolo, Luke, y aún así fuiste a meterte a ese laboratorio como un temerario. —Entonces ella por fin pudo expresarse, dándole el rostro con las cejas hacia abajo, comprendiendo que no podía escapar más.
—Es que no podía hacerlo, era un movimiento que tenía que hacer... —De nuevo ponía la excusa de la falta de tiempo.
Cuando el dedo señalador le picó el pecho con insistencia y le hizo retroceder, también calló para permitirle hablar a su compañera.
—Eres un agente de la NSB, y como tal, debes respetar la manera de actuar, no debes olvidarlo. No trabajo con un niño, debiste llamarme y yo enviaría los refuerzos necesarios, informaría al cuartel y avisaría sobre las complicaciones del movimiento imprudente que hiciste —regañó por fin, anteponiendo el trabajo, pues era una de sus quejas.
Luke se mantuvo en silencio, cediendo ante lo que merecía, ya que lo sabía, había actuado como un tonto.
—Se supone que eres el mejor en lo que haces, por eso soy tu compañera, pero solo ves a Themis y crees que puedes ser el héroe de esta historia solo porque tienes que protegerla —siguió, aunque hablando de más y vacilando al final cuando lo notó.
Era ella entonces quien se estaba comportando como una tonta, así que cuando él no respondió de nuevo, intentó seguir con su camino, al menos ya se había desahogado.
—Themis es uno de mis tesoros más valiosos, no existe manera en que no quisiese protegerla, aun si tengo que morir por ello —confesó el joven, bajando la voz.
Se daban la espalda, Luke apenado de lo que había hecho, pero orgulloso de sus mismas palabras y sentimientos; y Roselle, apretando los puños a sus costados, totalmente fuera de sí, pues dolía ver como menospreciaba su vida como moneda de cambio por otra. Deseaba decirle lo mucho que se preocupaba por él, lo mucho que lo amaba y tal vez con ello la discusión terminaría ahí, con su persona derramando lágrimas por ser su corazón tan débil, sin embargo, tampoco quería llorar más por él.
—¡Entonces ya no quiero ser tu compañera! —exclamó, perdiendo la última esperanza de al menos ser aquello para él.
El detective abrió bien los ojos, pero no se volteó en su lugar, ni siquiera cuando escuchó los tacones alejarse, solo, cuando levantó la mirada, Artem corría hacia Roselle y apenas pudo mirarle una parte del hombro y espalda.
—Si ello hará que no llores cuando me vaya, está bien, Roselle. Ya no quiero hacerte más daño con mi egoísta deseo de quererte solo para mí.
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