—Kook, ¿te pasa algo? —Jimin estaba preocupado, pero intentaba que él no me viera vulnerable y se preocupara, aunque no obtuve el resultado deseado.

—Sí, no te preocupes. Por hoy solamente vayamos a nuestro nuevo apartamento, es mejor si descansas con comodidad.

—No quiero estar más acostado, estoy cansado de ello —el pelinegro hizo un puchero, de esos que eran difíciles de resistir.

—Ah, está bien, pero al menos te prepararé algo delicioso mientras ves una película o algo, no puedes hacer mucho esfuerzo físico.

—Es una buena idea, aunque también quiero que hablemos, algo no está bien contigo y lo sé. Últimamente duermes menos y algunas veces andas los ojos rojos.

—Solo es insomnio, se me enrojecen los ojos por alergias —me reí, pero él permaneció serio.

—Es casi que imposible contraer alergia en un sitio tan limpio como este —habló con severidad.

Jimin siempre lograba sacarme absolutamente todo, esta no sería la excepción, por más que quisiera evitarlo para impedirle preocupaciones que no le competen.

¿Cómo le explicaría que últimamente me encerraba en el baño a llorar por un rato porque So Hee me alejó? Siempre fui pésimo para mentir o actuar como si nada, mi lengua decía una cosa, pero mis expresiones otra.

—Regresemos a nuestra nueva casa —lo ayudé a levantarse y encaminarse hasta la silla de ruedas. El doctor dijo que todavía no podía moverse mucho, la cirugía fue riesgoso y era necesario esperar la cicatrización de las heridas.

***

Por suerte el nuevo apartamento le gustó, además, era muchísimo más seguro. Ordené la mesa y luego dejé sobre ella algunos platillos.

La próxima semana comenzaría en mi nuevo trabajo, entonces podría sacar al menos un tiempo para mí, el cual necesitaba muchísimo después de tanta preocupación. Por más que quería intentar ignorar mis sentimientos no podía hacerlo.

¿Debía sentirme feliz porque ella me dijo que me amaba? ¿O triste porque después de eso me pidió alejarme?

Tenía muchísimo de no verla nunca más, o que se quedara con el estúpido de Taehyung, solo pensarlo me daba escalofríos.

¿Por qué se estaba acercando a un tipo como él? La salvé de él en varias ocasiones, por ello no lograba comprender la cercanía entre ambos, aunque tal vez solamente era él acosándola nuevamente.

¿Por qué me aleja? Podría ayudarla en lo que fuese necesario, pero extrañamente ella no quería acceder, ¿lastimarme? Me lastimaba más con alejarme.

—¡Jimin, la cena está servida! —lavé mis manos y luego tomé asiento.

—No comeré —dijo desde la silla de ruedas, estaba haciendo berrinche como un niño.

—¿Por qué no? Me esforcé mucho en prepararte algo delicioso.

—Ya estoy bien, pero, ¿qué hay de ti? Si no me das respuestas ahora mismo, me enojaré contigo —cruzó los brazos.

—Está bien, está bien, siempre ganas —suspiré, mientras él se acercaba a la mesa con su silla de ruedas y una enorme sonrisa.

Mi corazón de cierto modo estaba roto, tal vez algunas de sus palabras podrían ayudarme, traer calma y esperanza.

Sin embargo, mantendría la promesa de alejarme por un tiempo, si era lo mejor para ella, lo haría, respetaría su decisión. Estaba plenamente consciente de que sería bastante difícil y lucharía para no correr a ella.