[III] Dos meses despues.

Habla: "Kyōka Jirō, eres realmente increíble."

Pensamientos: < El mocoso no parece de dieciséis años. >

Narrador: Prim-Omnisciente.

DOS MESES DESPUES.

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Han pasado alrededor de dos meses desde que Midoriya empezó en su nueva escuela. Debido a la insistencia de Nakano, se ha juntado más con sus compañeros y los ha conocido mucho mejor. A pesar de esto, siempre parece ser el más callado del grupo, lo cual es extraño considerando que la persona que estaba en su cuerpo era una charlatana cuando entraba en confianza. Pero esto se debe únicamente a una cosa: la gran cantidad de recuerdos que pasan por su cabeza. Antes solo tenía una pequeña parte de los recuerdos de Midoriya, pero ahora hay muchos más y la información puede llegar a ser abrumadora. Para no olvidar ningún detalle importante, empezó a escribir cada suceso en una libreta aparte, utilizando su propio idioma natal.

Cada día intentaba comunicarse. Hablar solo era ya una actividad muy común en el chico de secundaria. Siempre se le veía hablando solo en la terraza de la escuela cuando estaba solo, repitiendo siempre la misma frase: '¿Estás ahí?' '¿Hola?'". Esto se debía a que, en uno de sus sueños, de alguna forma pudo comunicarse con el verdadero dueño del cuerpo, o mejor dicho, pudo oírlo: un llanto interminable en el fondo de su mente y gritos de desesperación.

Después de ese encuentro, nunca volvió a escuchar al verdadero dueño del cuerpo. Sin embargo, las acciones que controlaba habían perdido su encanto. Aunque le gustaban los héroes en general, ahora se estaba interesando más por All Might, algo que no le agradaba del todo. Los gustos del dueño original estaban influyendo en él sin que se diera cuenta, aunque esto podría cambiar en cualquier momento.

El chico de secundaria estaba disfrutando su fin de semana recorriendo la gran ciudad en la que vivía, pero no estaba solo. A su lado caminaba un chico de tez blanca y cabello naranja que llevaba una camiseta de tirantes y unos shorts blancos, además de unas zapatillas negras. Midoriya, por otro lado, vestía una camiseta negra de mangas cortas, pantalones vaqueros negros y zapatillas carmesí.

"No hay problema", respondió Midoriya mientras escribía un mensaje a su madre para avisarle que llegaría a casa un poco tarde. "También tengo hambre, ¿vamos a buscar algo para comer, Suzuki?"

"Lo tienes ahí, Midoriya.", él ahora conocido como 'Suzuki' le respondió al chico.

Los niños fueron a un café que había en el vecindario y se pusieron a charlar de cosas normales, como "¿Qué harás este lunes después de clases?" o "¿Quieres salir con otros amigos el fin de semana?" Pero Midoriya solo aceptaba o respondía, no iniciaba ninguna conversación. Puede parecer maleducado, pero estaba tan sumido en sus pensamientos que respondía casi automáticamente. Sin embargo, ciertas preguntas llamaban su atención, ya fuera sobre un nuevo videojuego o anime. Era un poco friki, pero todavía tenía esa emoción por aprender algo nuevo o ver algo nuevo en su nuevo cuerpo. En su vida anterior, tenía una vida bastante diferente a la que tiene ahora; desperdiciaba mucho tiempo en videojuegos y aunque estudiaba de vez en cuando, siempre se quedaba atrás porque no le daba mucha importancia. Pero eso cambió desde que vino a este cuerpo. Japón era estricto, las escuelas eran exigentes y tenías que estar constantemente actualizado con lo que sucedía. Si hubiera sido él mismo, habría tenido problemas para adaptarse, pero al estar acostumbrado por el dueño original, no le resultaba difícil mantenerse al día.

"Aguántame un momento, voy al baño", dijo Midoriya mientras seguían esperando su orden, que consistía en un katsudon y un bistec.

"Claro, no hay problema", respondió Suzuki mientras sacaba su teléfono para ver algo en YouTube, sabiendo cómo era su compañero, quien probablemente tardaría.

Cuando el niño llegó al baño, hizo sus necesidades y, mientras se lavaba las manos, levantó la vista hacia el espejo que tenía frente a él.

< Eres asqueroso >. Pensó fugazmente. Aunque sabía que no era real, se lo estaba creyendo, mucho más que antes. Últimamente, su mente había empezado a jugarle de esta manera, mostrándole la culpa que sentía por dentro, lo asqueroso que se sentía por tomar el cuerpo del dueño y lo inquieto que lo hacía sentir. A pesar de que él estaba en ese cuerpo en ese momento, se sentía inquieto y nauseabundo por estos pensamientos que lo hacían sentir inferior y asqueroso. Si no se trataba a tiempo, temía que un día explotaría. Sin embargo, ¿quién le creería si revelara que provenía de otro mundo y que había robado este cuerpo? Lo considerarían loco y lo internarían en un psiquiatra para niños o, peor aún, en un manicomio.

Fue entonces cuando se escuchó un grito fuera del baño, lo que lo hizo sobresaltarse. El sonido que había escuchado era el de un disparo seguido de gritos de terror.

Midoriya salió del baño con precaución y se asomó para ver qué estaba sucediendo. Lo que vio lo dejó paralizado: un cuerpo yacía en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. El corazón de Midoriya latía con fuerza y las náuseas regresaron con más intensidad que antes, haciéndolo sentir como si fuera a vomitar en cualquier momento.

"Si siguen haciendo escándalo, lo van a seguir." Al lado del cuerpo yacente en el suelo, había tres personas con máscaras tapándose el rostro. El que habló parecía ser el líder, ya que en un instante le dio órdenes a sus compañeros. "D., ve por el dinero adentro." El que tenía una apariencia más animal asintió y rugió para intimidar a los empleados del local, que estaban tirados en los suelos aterrorizados, antes de acercarse a la caja registradora y desaparecer detrás de las puertas. "Ahora, F." El líder miró a su otro compañero con una sonrisa sádica, mientras otro disparo resonaba, esta vez hacia el techo del establecimiento, causando que todos gimieran de terror y algunos saltaran de susto.

< Estos tipos tienen experiencia, no es su primer robo. Mierda, mierda... ¿Qué hago? Todavía no me han descubierto, pero no soy un héroe, ni de lejos. Estoy aterrado, realmente tengo miedo > Midoriya se tocaba el corazón mientras estaba detrás de la puerta, teniendo un ataque de pánico. Sin embargo, inhaló y exhaló repetidamente buscando tranquilizarse sin mucho éxito.

"Todos, entreguen sus carteras y teléfonos, si no quieren acabar como este tipo." El que se llamaba "F" intimidó a las personas del restaurante mientras su brazo se convertía en una guillotina con una sonrisa sádica.

"P-Por favor... no te lleves eso." Uno de los clientes pidió con terror.

"¿¡Ah?! Tu no me ordenas, ¡¡¡pedazo de mierda!!!", otro charco de sangre salpico el lugar junto con más gritos de terror. La cabeza de ese hombre se desprendió de su cuerpo. Un corte de cuello perfecto.

Ahora, si Midoriya pudiera vomitar, lo haría. Estaba tan asqueado y horrorizado por lo que acababa de pasar que su cuerpo se quedó inmóvil mientras se tapaba la boca, tratando de no ser descubierto.

De repente, se escucharon las sirenas de los autos policiales. "¡Somos la autoridad! ¡Ríndanse ahora y entreguen a los rehenes inmediatamente!", se escuchó por el altavoz. Uno de los policías que estaba afuera, estaba armado con equipo especializado.

Cuando uno de los policías entró, los ladrones respondieron con una ráfaga de disparos que lo obligaron a retroceder. "¡Rápido, los héroes llegarán en cualquier momento, D!", gritó el líder, instando a su compañero a guardar el dinero con mayor rapidez en su bolsa. Midoriya, aterrorizado, sabía que no podía hacer nada para detenerlos. No quería arriesgar su vida ni la de los demás. Además, estaba seguro de que los ladrones no dudarían en abrir fuego si intentaba algo. Fuera, los policías seguían tratando de negociar con los delincuentes a través del altavoz.

Fue entonces cuando del techo del establecimiento se rompieron en cimientos que los hizo reaccionar a los delincuentes levantando su vista esquivando por poco la caída de los escombros.

"¡Que cara-AAAAHHHHGGG!" el tipo de las guillotinas fue golpeado rápidamente en sus costillas mientras estas se quebraban como ramitas y era azotado contra la pared haciéndolo escupir sangre dejándolo fuera de combate en cuestión de segundos.

Mientras el humo se iba, se pudo divisar una hermosa figura, la figura de un héroe.

"¡¡¡F!!! ¡¡¡Muere, héroe de mierda!!!" El líder grito con furia después de ver la condición de su compañero mientras jalaba de su gatillo repetidas veces azotando una ráfaga de tiros contra la heroína.

Esta reacciono mientras sus músculos se contraían y sonreía con emoción agachándose y empezando a correr hacia el villano esquivando hábilmente la ráfaga de tiros.

"Que emocionante." La voz transmitía la emoción mientras esquivaba con precisión y se deslizaba para en cuestión de segundos el hombre sea agarrado de su cuello con los muslos de la heroína para seguido ser estampado contra el suelo, sonando un sonido espantoso en la cabeza del villano para luego esta de un salto y de una patada en descendente lo hunde literalmente contra el suelo.

"LUNA FALL" Y con ese último ataque, derroto a los dos delincuentes en simples segundos. "¿Están todos bien?" La mujer se limpió el sudor con una sonrisa de suficiencia viendo a todos los demás, pero la sonrisa se borró cuando vio dos cadáveres. "Mierda." Susurró con molestia, no había llegado a tiempo y pago el precio.

"¡¡¡Señorita heroína eran tres!!!!" Uno de los empleados grito preocupado. Fue entonces que de atrás de la heroína salió el hombre bestia llamado "D" preparando para matar al héroe.

Los sentidos de la heroína se agudizaron a último momento y tuvo que contener el golpe del delincuente siendo enviada hacia atrás.

"Maldita heroína... lo vas a pagar por dañar a Francis y al jefe"

< ¡¿Es que no saben decir otra cosa?! > La heroína pensó con molestia mientras sentía que el golpe dejo temblando sus brazos un poco. Nunca se esperó un tercer integrante cuando habló con los policías habían dicho que eran dos, según lo que vieron al entrar antes.

"Ahh... Ahh... ¡GRAAAAAAAHHH!!!" El delincuente rugió mientras sus músculos se contraían y su pelaje de animal cubría la mayor parte de su torso superior. Él estaba usando su Don.

La heroína bajó sus brazos y se preparó para atacar de la misma forma, corriendo hacia el villano. Ambos chocaron fuerzas mientras hacían esfuerzos, pero ella no esperó que la lanzara contra la pared. Frenó su golpe y dio una vuelta para frenar su impacto con la pierna.

"Mueran, bastardos de mierda!" gritó el villano, dirigiéndose hacia los civiles del área, específicamente donde estaba el compañero de Midoriya, que lloraba aterrorizado. Midoriya se detuvo en seco, su corazón lleno de terror al pensar que su compañero de clases moriría frente a él.

La heroína saltó para frenar el ataque, pero no llegaría a tiempo. A pesar de que su mente y su corazón estaban aterrorizados, Midoriya quería salvar a su compañero. No le importaban los demás.

Entonces... sin pensarlo y sin saberlo realmente. Corrió para auxiliar a su compañero.

"¡¿Un mocoso?!" La heroína parecía realmente preocupada por lo que ese civil estaba haciendo y saliendo de las puertas del baño, corriendo hacia su compañero.

< ¡VOY A MORIR, VOY A MORIR! > Midoriya estaba aterrorizado mientras corría. < ¿POR QUE LO HICE? > Estaba aturdido, confundido y lleno de adrenalina, sus piernas antes de siquiera pensarlo se había movido, solo para salvarlo... salvar a su compañero de una muerte. A pesar de que no hablaron mucho y todo, eran amigos... era un amigo que conocía y se llevaba bien.

"¡¡¡NO TE METAS EN MI CAMINO!!!" El villano se frenó un segundo preparado para matar a Midoriya que corría contra él.

"Midoriya!!!!" Suzuki grito preocupado, pero la heroína sonrió, ese mocoso había conseguido el tiempo necesario y freno un mínimo segundo al villano.

En un instante, la mandíbula del hombre se rompió como si nada, haciéndolo que se impacte contra la pared mientras sollozaba de dolor.

"Gracias por el tiempo, mocoso..." Midoriya miró a la heroína por un momento la cual le había dirigido la palabra. "Pero... ¡deja que los profesionales se encarguen de esto!"

< Mirko...>. Midoriya pensó mientras una emoción brotaba desde su ser, al oír las gracias de esa heroína que seguidamente de sus palabras saltó y quebró uno de los brazos de la bestia, haciéndolo gritar de dolor aún más hasta que perdió la conciencia.

Todo había pasado tan rápido que Midoriya sintió que sus piernas ya no lo sostenían. Suzuki lo abrazó preocupado mientras declaraba el miedo y el terror que lo invadían tras lo sucedido. Pero, de repente, Midoriya ya no tenía miedo. En su lugar, una profunda admiración empezaba a aparecer desde el fondo de su corazón. Olvidó todo lo ocurrido hace solo minutos mientras veía a la mujer charlar con los policías. Su emoción empezaba a arder desde el fondo de su alma: la heroína era tan genial. Sin embargo, su éxtasis se interrumpió cuando la heroína giró su cabeza y le sonrió mientras le levantaba el pulgar con suficiencia.

En ese momento, el corazón de Midoriya latió con fuerza y él devolvió la sonrisa de Mirko, mientras las lágrimas de emoción llenaban sus ojos. Era la primera vez que se sentía como un verdadero héroe, aunque Mirko también lo regañó por su imprudencia.

Así fue, mi primer encuentro con villanos reales. Pero ese solo fue el comienzo de mi vida. No sabía lo que tendría que enfrentar años más tarde. La verdadera responsabilidad de ser Midoriya Izuku recaería sobre mis hombros, como el décimo.

[Fin del capítulo]

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Leiste: 2800 palabras

Finalmente apenas termine de reescribir el capitulo 5 publiqué este tercero, me desvele por ustedes, porque los quiero queridos lectores! Son las 4 de la mañana, joder, a dormir.

¡Espero les haya gustado el capitulo banda!

Reseñas del capitulo aquí:

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