23 minutos después de haber comenzado la pelea

No sé cómo diablos paso esto, pero acá me encuentro transformada a mi lado humano otra vez frente a la única persona que ha sido capaz de inmovilizarme.

— ¿Cómo lo hiciste?

— ¿Hacer qué?

— *gruñido*

— ¡Ey!, el trato era que si te inmovilizaba hablarías como una persona normal, nada de gruñidos vale— dijo burlona — lo de cómo lo hice, te refieres a cómo te inmovilicé ¿cierto? — dijo mientras se sentaba frente a mi.

— Si.

— Pues llevo entrenando desde que tengo cinco años y sé cómo inmovilizar sin lastimar a casi todas las razas, y digo casi porque a los dragones es imposible inmovilizarlos sin dañarlos— dijo restándole importancia y yo como WTF, ¡Cinco años!

— ¿Qué edad tienes Sua?

— Recuerdas mi nombre eh— dijo y me percaté de como mis mejillas habían enrojecido, obvio que no había olvidado su nombre considerando que desde que la conocí no me la había sacado de la cabeza.

— Pues si lo recuerdo, ¿tú también has recordado el mío?

— La verdad es que no — *gruñí.

— Ey tranquila Siyeon, obvio que lo recuerdo, una cara tan linda como la tuya no es fácil de olvidar— y ahí estaba yo enrojeciendo una vez más — y sobre lo que me preguntaste, cumplí meses atrás veintiuno, así que soy mayor que tu — dijo y me guiño un ojo.

— ¿Y cómo sabes que eres mayor que yo? — pregunte cruzándome de brazos.

— Te recuerdo linda, que nos conocimos en la fiesta de tu cumpleaños número veinte, y si mi memoria no me falla a menos que haya caído en coma y no lo recuerde, eso fue hace menos de una semana.

— Así que eres una graciosita— dije enarcando una ceja.

— No lo soy, pero si me pides que lo sea lo seré— dijo luego de tomarme la mano y besármela en modo galán, pero ¿qué diablos pasa con ella?

— Sabes debo confesarte algo...— dijo volviendo a alejarse de mí, tras de ella había comenzado a salir la luna, haciéndola ver realmente hermosa, ¡QUÉ! ¡la luna!

— ¡LA LUNA!!!! — exclame poniéndome de pie.

— ¿Qué sucede con la luna? — preguntó mirando a la nombrada.

— Le dije a mi hermana que llegaría antes de una hora a casa o antes de que saliera la luna, sino que le dijera todo a papá del olor que sentimos— Sua me miro, entendió en seguida que había un problema con eso.

— Debo irme— dije y me levanté, pero antes de que diera un paso más Sua me detuvo, y me miro directamente a los ojos llegando a hacer que mi corazón latiese como un desquiciado.

— Antes de que te vayas por favor escucha— dijo y vi como un color rojo abordo sus pálidas mejillas — lo que te quería confesar era que yo...yo vine hoy con la esperanza de encontrarme contigo—. Dijo y bajo la mirada, sentía vergüenza y yo sentía que me moriría de ternura al verla así.

— Quería volver a verte porque...

— ¿Por qué ....?

— Porque no he podido dejar de pensar en ti desde la fiesta, sé que es algo estúpido, puesto que no me conoces ni yo a ti, pero no he podido evitarlo— mi corazón palpitaba en mi pecho cual galope de un caballo, ella había estado pensando en mí.

De pronto saca algo de su bolsillo y sin que pudiera fijarme en que era, ella me gira y me lo coloca en el cuello, al mirarlo, era una hermosa cadena con un delicado dije.

— Hace tres días la hice luego de haber soñado contigo— dijo tímidamente y yo sin poder creérmelo.

Me voltee y quede frente a ella — ahora si te dejaré ir, siento haberte detenido cuando tienes prisa, lo sient...— coloque mis manos en sus hombros y la atraje a mí para darle un suave beso en su mejilla.

Al alejarme ella se veía sonrojada y feliz, y con timidez hable antes de irme.

— Yo tampoco he podido dejar de pensar en ti— dije y tomé el collar en mis manos — gracias es un lindo detalle— dije y me marché rápidamente de allí corriendo lo más rápido que pude luego de transformarme a mi lado de lobo.

.

.

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— Padre, padre— exclamaba la joven Minji acercándose al líder del clan BlueSun.

— ¿Qué sucede Minji?

— Pues, mi hermana...

— ¿Qué sucede con tu hermana?

— ¡NADA!! — exclamó la joven Siyeon entrando al lugar, haciendo que Minji la mirase sorprendida y su padre confundido.

— Lo siento padre, he estado jugándole una broma a Jiu, pero ya todo está bien, ¿cierto Minji? — dije parándome junto a mi hermana quien me miro con los ojos bien abiertos y asentía automáticamente.

Mi padre negó con la cabeza e hizo un ademán con la mano en señal de que nos retiráramos y eso hicimos.

(...)

— Hermana— dijo Minji abrazándome cuando entramos en mi habitación.

— Enana, casi nos metes en un lío— dije tirándome sobre mi cama.

— ¿Yo? — dijo señalándose — pero si fuiste tú quien decidió ir a ver quién estaba en el bosque y me dijo que le avisara a papá en caso de que pasara algo, además ¿por qué me llamas enana? cuando la diferencia de altura es tan poca— me levanté de la cama, ella estaba subiendo el tono de voz — Minji, nos delatarás— dije y ella asintió.

— De acuerdo, entendido, no diré nada más— dijo susurrando luego de haberle destapado la boca.

Estuve pensando en si contarle o no Minji lo que había sucedido, pero no me quedo de otra debido a su insistencia, ella estaba que no podía creérselo. Le encanto el collar que Sua me había obsequiado y luego de que me dejase sola en mi habitación, estuve admirando el collar por un buen rato, hasta que Morfeo me llevó a su reino.