O C H O (Primera parte)
Las calles pasaban a una velocidad moderada, dejando ver a las personas que caminaban en la acera, así como también le permitía admirar lo bonito que era la ciudad. JungKook llevaba el ramo de rosas sobre sus muslos y sosteniéndolo con ambas manos, el aire que se filtraba por la ventanilla media abierta, le daba una especie de tranquilidad para lo nervioso y temeroso que se sentía por dentro. Sin embargo, luego de aquel corto saludo frente a la universidad, TaeHyung se había mantenido callado en el camino, centrándose solamente en manejar.
El omega daba miradas rápidas al perfil bien hecho del alfa, notando una seriedad muy común en él. Su mirada se fue posando en el ramo que sostenía, notando una pequeña nota aún sellada, porque no se había atrevido a tan siquiera leerla.
-¿A dónde vamos? -soltó luego de un tiempo, teniendo a la misma vez una especie de deja vú.
El alfa sonrió. -No seas impaciente. -fue lo único que dijo con un tono juguetón.
JungKook se sintió un poco incómodo, esa actitud no era para nada habitual en él. ¿Qué tramaba?
Quiso insistir, pero comenzaba a aprender que eso no le serviría con TaeHyung, suspiró sintiéndose un poco somnoliento; la noche anterior no había sido buena y mucho menos su mente le había dejado tranquilo todo el día, teniendo un millón de preocupaciones y dudas que no le dejaban en paz. Entonces se permitió cerrar sus ojos un momento.
El alfa se detuvo un momento debido al semáforo en rojo, giró su rostro para así notar al omega con sus ojos cerrados y respirando lentamente, parecía estar a punto de dormirse; entonces solo en ese momento, se permitió admirar su rostro; viajando desde sus cabellos que caían en una cascada ocultando su frente, su ceño ligeramente fruncido, su piel un poco pálida y sus labios rosados entreabiertos.
Es muy hermoso...
Es solo mío...
Una sonrisa socarrona se formó en su rostro, girando de nuevo su rostro para seguir conduciendo. El silencio que había le hizo pensar en tantas cosas, tantas maneras en las que podía quebrantar a ese omega; el egoísmo y la codicia le estaban volviendo igual que sus padres... pero él no lo sabía, no se daba cuenta que eso le podría perjudicar en un futuro... no sabía que mantener esa máscara, después podría traerle arrepentimientos.
TaeHyung detuvo el auto frente a un portón alto y el barandal color negro, bajó un poco más su ventanilla para dar su información y así le dejaran pasar. Cuando estuvo chequeado, el portón se abrió lentamente, siguió conduciendo en aquel parque privado, donde pocas familias caminaban entre pláticas y sonrisas, la brisa en esa zona era más fresca y grande, a lo lejos un lago de aguas cristalinas era el punto de atención en la mayoría de los visitantes, el césped perfectamente cortado en una medida no exagerada hacía del lugar un atractivo total.
TaeHyung sabía que JungKook adoraba los lugares donde la naturaleza mandaba, así que no fue difícil el encontrar un lugar perfecto para llevar a cabo su plan. O eso creía él. -Jungkook... hemos llegado. -dijo desabrochándose su cinturón de seguridad.
Al no recibir respuesta, rodó los ojos y abrió la puerta para bajarse él primero; rodeó el auto para abrir la puerta donde el omega yacía durmiendo apaciblemente.
Al abrirla, no fue exactamente la voz ronca del alfa llamándole, ni siquiera cuando supo que el auto ya no se movía. No, lo que le despertó fue aquella brisa fresca que le relajó en cuestión de segundos, aquella claridad en su punto máximo por ser ya la tarde; fue ahí cuando su ceño se frunció ligeramente, abriendo con dificultad sus ojos, dando un brinquito cuando se dio cuenta que TaeHyung le estaba mirando con aquella mirada penetrante que tanto le llenaba de incomodidad.
-Al fin despiertas. -dijo no perdiendo la sonrisa burlona de su rostro.
- ¿Dónde estamos? -preguntó en su lugar, su voz sonando baja y somnolienta producto de recién despertar de aquella cómoda siesta.
-En un parque... sé que te gusta mucho la naturaleza así que opté por traerte aquí y así poder hablar... -dijo mirándole fijamente.
El omega permaneció en silencio un momento -como si analizara la situación. - para luego soltar un:
- ¿Puedes ayudarme a bajar?
El mayor asintió, tomando el pesado ramo de flores con una mano, y con la otra le ayudó a bajar al omega. Lo primero que el menor hizo fue estirar sus músculos entumidos por la posición en la que había dormido anteriormente, para luego mirar el lugar. -Es muy bonito. -expresó al sentir la brisa abrazarle.
-Me alegra que te gustara... espera sacaré unas cosas. -avisó.
Con una sonrisa abrió la parte trasera del auto, sacando una canasta grande y un poco pesada; JungKook se dio cuenta y le miró confundido... no era tonto, sabía que el alfa jugaba muy bien sus cartas, haciendo de todo para contentarlo, haciendo cosas que a él le encantaban... astuto.
Se aproximo rápido para quitarle el ramo de rosas, para que así pudiera tomar la canasta con más facilidad. -Gracias. -le dijo acompañado de una sonrisa.
Comenzaron a caminar; TaeHyung con la canasta y JungKook aferrándose al imponente ramo, sintiendo el aroma que despedían y al mismo tiempo la brisa fresca chocar con ellos. Fue allí donde se dedicó a mirar el perfil del alfa, caminando a su lado, TaeHyung lo notó y le miró también, pero el omega no pudo aguantar su mirada, retirándola por completo y fijándose ahora, en el paisaje frente a sus ojos.
-¿Sucede algo JungKook? -preguntó un alfa confundido, sintiendo al contrario tenso, pensativo y eso le confundió.
Jungkook se removió inquieto, no quitando su vista del paisaje y negó. -No era necesario... -respondió cortante, aún sintiendo los estragos de su molestia, de cómo le trató la noche anterior. Sabía que debía ocultar la emoción que le daba no solo a su omega, sino a él también el poder estar en ese lugar, era hermoso, sí, pero también debía darle una pequeña lección a aquel alfa que ahora le veía confundido por el repentino comportamiento.
TaeHyung tragó aquellas maldiciones que quería soltarle. Recordando vagamente un: sea paciente, de su secretaria. -Yo... -comenzó, pensando en qué demonios podía hacer para tener de nuevo su mirada. -Sé que no debí actuar así anoche JungKook, pero a veces no puedo controlarme, tú me hiciste enfadar, pero también sé que mi actitud no fue la correcta... -tragó en seco, trago su orgullo cuando de sus labios salió aquella frase, frase que hizo que JungKook le mirara sorprendido. -Lo siento.
¿Se ha disculpado?
El omega le miró en silencio, no sabía que decirle, no sabía cómo actuar. No se esperaba una disculpa... una sincera.
TaeHyung le miró expectante, como si quisiera que le dijera un "te perdono" pero grande fue su sorpresa cuando JungKook le miró serio. -Un lo siento no basta TaeHyung.
No lo perdonaré así de fácil...
Debe ganárselo... pensó firme.
-Jungkook... -le llamó deteniendo su caminar.
El omega se detuvo también, mirándole. -Déjame... remendar mi error entonces. -le dijo apresando la canasta. -Dame una oportunidad ¿sí? -suplicó esta vez.
El omega le miró, pensándolo una y otra vez... él también tuvo cierta culpa. -Bien, pero solo una Kim. -dijo con pesar. Siguiendo su camino.
Llegaron a un sector un poco alejado, pero que daba vista al lago, además de tener un frondoso árbol el cual les dio sombra; TaeHyung colocó la canasta sobre el césped, buscó la manta que su nana le había puesto, cuando la encontró la extendió para así luego comenzar a colocar los platillos. Su nana le había cocinado Bibimbap, pues el tiempo había sido limitado; también le mandó un postre el cual era una tarta de fresas finalizando con jugo de naranja. La idea del picnic se la había dado su secretaria pues luego de preguntarle qué era lo que a JungKook le gustaba, y el recordó algunas cosas que había notado luego de platicar con MinHa, ella inmediatamente le ayudó en todo lo posible.
-Ven, ya está listo. -le dijo con una sonrisa, esta vez amable, y no sabía porque aquel gesto de sonreírle esta vez, lo había sentido correcto, no sabía si era por la felicidad y tranquilidad que le transmitía el lugar, o porque lo dijo mirando el perfil perfecto del omega, mientras veía lo hermoso que era el lago frente a sus ojos. Fue ahí cuando JungKook se giró y asintió nervioso, pero sintiéndose extrañamente bien, caminó junto a la brisa que le abrazaba en ese momento, sintiéndose cálido; cuando se sentó sobre la suave manta en colores pasteles, miró todo lo que sobre ella había, todo perfectamente colocado y sorprendiéndose de que humo se elevaba de la comida. - ¿Qué es todo esto TaeHyung? -le dijo mirándolo confundido, pero por dentro extrañamente feliz, y ni que hablar de su lobo omega, el cual meneaba su cola totalmente feliz y encantado.
El alfa solo frunció los hombros restándole importancia. -Mi nana cocinó todo, dijo que debía alimentarte bien, que debía cuidarte y...
Jungkook alzó una ceja expectante. - ¿y?
El mayor le miró y con aquella voz ronca, y su mirada seria le dijo: -Valorarte... Ella es como una madre para mi JungKook. -compartió. -Así que ella siempre vela por que yo sea el alfa correcto...
El omega se sintió extraño de saber esa información, no sabiendo como tomarla, se obligó a sonreír. -Entiendo... ella debe quererte mucho, pero... y ¿MinHa?
El mayor se tensó un momento. -Con ella nunca me he llevado...
Jungkook sintió un apretón en el pecho cuando vio el semblante tenso pero que aquellos ojos destellaban en un sentimiento triste, en el fondo, aunque TaeHyung se negara a aceptarlo, le dolía... pero había cosas que su orgullo no le permitía aceptar, no le permitía perdonar.
El menor asintiendo, se propuso solo por ese instante olvidar las diferencias entre ambos, solo era una comida después de todo... aplaudió mirándolo decidido. -Bien TaeHyung, hay que comer... olvidemos nuestros problemas por hoy.
El alfa asintió dudoso, sabiéndose perdido ante aquella sonrisa que el omega le ofrecía... olvidando un momento sus deseos oscuros y concentrándose en nadie más que JungKook, no su físico sino en lo brillante que podía llegar a ser su personalidad, sus sentimientos... sonrió también.
Y si ambos pensaron que esa tarde sería solo una simple salida, donde "solucionarían, pero al tiempo olvidarían sus diferencias" estaban equivocados... porque en lo muy profundo de ambos corazones aquella chispa diminuta se iba formando... solo era cuestión de tiempo para saber quién de los caería primero.
JiMin salió de su cuarto totalmente arreglado y con una sonrisa en su rostro; demostrando lo feliz y ansioso que se encontraba. - ¡Adiós! -gritó pasando por la cocina.
La señora Park elevó una ceja. -¿y a dónde crees que vas?
-Saldré... nos vemos luego. -se despidió y antes de que su madre reprochara algo, él ya había cerrado la puerta, corriendo con euforia al ver a cierto alfa recargado en el auto color negro.
- ¡Hyung! -dijo reteniendo el impulso de abrazarlo, saludándolo solamente con su sonrisa.
-Hey. -dijo sonriendo feliz. -Vamos. -dijo abriéndole la puerta de copiloto. El omega agradeció y se subió, estando en su puesto, no pudo evitar morder su labio inferior por los nervios, limpiando sus manos contra los jeans azules que llevaba debido al sudor en ellas. Su atención giró entorno a lo bien que se veía YoonGi en aquella ropa casual, totalmente de negro pues si bien la diferencia de edad era un poco grande... ellos congeniaban muy bien, YoonGi se veía muy joven vestido así, a comparación de aquellos costosos trajes.
Entonces la tarde se les pasó volando, yendo a lugares casuales; YoonGi complaciendo todo lo que un jovial omega le pedía, incluso le arrastró a esos puestos de comida donde el jamás había estado. JiMin le reprendió que no debía guiarse por apariencias... pero lo que JiMin no sabia era que el alfa era eso, una apariencia engañosa.
El regreso a casa fue normal, JiMin platicando de su día, preguntando una que otra cosa a YoonGi y viceversa; más la sonrisa del omega flaqueó un poco cuando vio que ya estaban frente a su casa. -Hemos llegado JiMin-ah. -dijo sonriéndole como hasta el momento había hecho.
El omega sintió su pecho doler cuando no hubo un beso de despedida, nada mas que un "te marco luego" acompañado de un rápido abrazo.
Su sonrisa se borró cuando iba a medio camino, y el sonido del auto en señal de que se había marchado, llegó a sus oídos. Aquello lo desilusionó más. -Ni siquiera esperó a que entrara... -murmuró mirando de reojo la solitaria calle. El cielo oscureciéndose un poco más, así como sus ánimos, los cuales decayeron más cuando esperó por un mensaje del contrario, pero no obtuvo nada de ello.
Bufó molesto desordenando sus cabellos. ¿Qué esperaba de alguien como él?
Ni siquiera somos nada... ¿pero por qué me duele más?
Y esa fue la primera vez que el omega se sintió... usado.
Por otro lado, YoonGi se encontraba aún en su auto; pensando una y otra vez en lo que ese omega le hacía sentir... tenía miedo, no quería lastimarlo, pero era justamente eso lo que hacía y aquello le molestaba, sabía que era impulsivo y se dejaba llevar fácilmente... pero tampoco quería arrastrar a JiMin a su vida... no quería dañarlo, pero ¿Qué podía hacer alguien como él? Porque bajo esa mascara de egocentrismo que mostraba ante los demás, cerrándose así a sus sentimientos... solo era eso, una máscara que mantenía fuerte y firme, no queriendo volver a vivir su doloroso pasado otra vez... porque YoonGi temía enamorarse.
Estaba perdido...
Hermosamente perdido...
TaeHyung aparcó el auto con facilidad, habían llegado por fin a casa... no sabía si llamarlo así era correcto, pero por el momento no podía definir bien lo que había pasado... el omega se encontraba confuso respecto a la inexplicable felicidad que sentía el haber convivido con el alfa durante aquella tarde.
Dos toques en su ventanilla y la puerta ser abierta fue lo que le hizo brincar asustado, otra vez sintiendo aquella especie de deja vú, giró su rostro y miró a TaeHyung reírse.
-Idiota. -dijo entre dientes, pero siendo escuchado por el mayor.
Detuvo su risa y le miró serio. Jungkook se encogió en su puesto. -Jungkook.
El aludido le miró culpable. -Perdón... me asustaste y... -suspiró con pesar. -Esta bien, no malas palabras.
TaeHyung asintió regresando su sonrisa. -Buen chico.
Y no supo porque, pero aquello le dio escalofríos a JungKook.
Entraron en silencio a la casa, esta vez el aroma a jazmín llenaba todo su alrededor; el omega miró curioso los aromatizantes en algunas esquinas de las paredes. Vio trabajadores moverse de un lado a otro. - ¿Por qué tanta gente?
-Mi edad ya no esta para limpiar. -contestó alguien más, viendo como una omega de avanzada edad le miraba sonriente y caminaba hacia ellos.
Jungkook le miró apenado. -Lo siento. -sus mejillas tomaron un color rojo.
-Aigo pero que tierno es... -Youngok habló mirando al omega resistiendo el impulso de apretar esas mejillas donde un tono rosado era evidente y luego miró a TaeHyung el cual rió levemente por el comentario.
-Si bueno... iré a darme un baño. -dijo pasando por su lado, no sin antes sonreírle y asentir a su nana; subiendo las escaleras recordó un detalle. -Jungkook. -llamó volteándose de nuevo, mirando a los dos omegas mirándole atentos. -Te espero en mi habitación. -y sin esperar respuesta o sin tan siquiera mirar el leve sonrojo en el contrario, siguió su camino. No perdiendo la sonrisa juguetona en ningún momento.
Youngok se giró para ver la expresión del omega, sonriendo al notar el ahora intenso sonrojo. Con suavidad tocó el hombro derecho de JungKook, recibiendo ahora totalmente su atención. -Sígueme. -le dijo girándose para guiarlo, al parecer a la cocina. En silencio le siguió, llevando la canasta ahora liviana y el ramo de rosas. No era molestia para él, el que el alfa ni siquiera le ayudara, no, claro que no... frunció levemente el ceño cuando sintió sus brazos ya adormecidos, se apresuró a dejar la canasta en un costado del enorme desayunador y sacudir el brazo para regresarlo a la normalidad.
Curioso observé a Youngok, la omega puso un florero grande de cristal sobre la mesa alta, situada en el rincón de la cocina, justamente donde los rayos de luz -ahora suaves, por el atardecer. - entraban.
-Pongamos esas bellas rosas en agua. -le dijo sonriente, acercándose para tomar el ramo, no sin antes darle la pequeña tarjeta que venía con él, la cual aún no se atrevía a leer.
-Gracias. -dijo con timidez, observando aquellas rosas ser situadas en el florero y apretando la tarjeta en sus manos, aquel sentimiento de confusión le embargó de nuevo, pero no tuvo tiempo para pensarlo demasiado pues la voz de la omega le distrajo.
- ¿Él ha sido amable contigo? -cuestionó amable, pero con el toque directo, sin malas intenciones; sirviendo jugo de naranja en dos vasos, pasándole uno al omega y tomando asiento frente a él.
-Gracias... -dijo tímido, pensando en que rayos podía decirle... no era como si hasta el momento llevaran una buena relación. -Él... -dudó. -ha sido amable, aunque tiene sus cosas. -dijo incómodo y expectante al querer ver que expresión ponía ella, se sorprendió cuando la omega rió asintiendo. -TaeHyung tiene muchos defectos... su carácter es muy fuerte. -admitió y JungKook asintió sabiendo que no se equivocaba.
-Él, no parecía feliz con la idea de... casarse JungKook-ah, así que. -sonrió. -No debes mentirme... soy buena para detectar cuando alguien miente y tus ojos no me engañan... no quiero que pienses que soy entrometida, solo quiero que nos llevemos bien, no temas, solo se sincero.
JungKook abrió sus ojos sorprendido y bajó la cabeza con pena. -Él ha sido difícil desde el primer momento, pero yo también cometí errores con él... así que no se si deba echarle la culpa solo a él. -finalizó, sintiéndose consiente porque sabía muy bien que él también tenía un carácter difícil, era contestón y malcriado y no era de más saber que ellos... no podían llevarse bien, ¿verdad?
Ella asintió. -Te entiendo, me costó un montón hacerlo cambiar; ¿sabes...? tal vez no deba decirte esto, pero... TaeHyung oculta su verdadera personalidad, el tiene sus defectos y un orgullo grandísimo pero su corazón es blando, siempre se oculta en su rudeza y egoísmo, ajustándose a lo que sus padres desean ver en él, tanto así que el se ha apropiado de esa personalidad, tomándola como suya y no dándose cuenta que él no es de esa forma, pero el...tuvo una niñez difícil y ni que decir de la adolescencia, esas son cosas que él debe contarte cuando esté preparado, pero hay algo que quiero pedirte JungKook-ah.
El omega le miró atento, sintiéndose un poco mal porque no sabía si podía cumplir sea lo que sea que ella le llegara a pedir, porque fingir no era algo fácil para él.
Entonces algo en el se removió cuando escucho aquellas palabras. -Ve más allá de esa máscara de frialdad, aventurate a conocer al verdadero Kim TaeHyung... el puede ser muy especial para mí, pero... si un día el te daña, creeme que yo no dudare en protegerte JungKook-ah, porque desde el momento en que sus caminos se encontraron, eres parte de la familia. No seas como ella...
¿Ella?
¿A quien se refería?
Al parecer ella lo notó, y carraspeó incómoda, pero cuando ella iba a hablar, el aroma ya conocido para él se iba acercando y ambos se quedaron quietos, cuando TaeHyung entró a la cocina viéndolos sin expresión.
-Jungkook, sígueme.
-Taehyu... -Youngok habló arrepintiéndose de haber dicho algo tan delicado.
El alfa dirigió su mirada, viéndole con molestia. -Ahora no Youngok, avísame en cuanto la cena esté lista.
Sin más JungKook fue tomado del brazo, tirando la nota por el movimiento un poco brusco, TaeHyung le sacó de la cocina; el omega intentaba seguir los pasos rápidos, tropezando de vez en cuando y su respiración se alteró cuando el agarre se fortaleció.
Entonces todo se aclaró en su mente confusa... TaeHyung había escuchado la conversación.
Se le notaba molesto y JungKook no podía pensar con claridad, queriendo saber cuál era ese pasado doloroso, por que estaba molesto de repente y sobre todo... ¿Quién era la mujer que se mencionó?
Decidí dejarlo hasta aquí, no quería aturdirlos con un capítulo largo...
Subiré la otra parte en esta semana que viene, he estado un poco ocupada estos días y eso irrumpe mi inspiración... :(
Espero les guste el cap y vayan poniendo atención a cada detalle...
Nos leemos pronto <3
Hotcakeworld💙
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