D O S
El silencio en el salón era intimidante para él omega que temblaba de nervios y miedo. Miró en dirección donde estaban sus padres, para luego ver a los ojos de su ahora prometido y quiso huir, quiso llorar e ir donde la que si era su madre; no con la mujer que había tomado ese lugar y le veía como fuente de dinero. Le dolía ver como desde la muerte de su madre, su padre había cambiado totalmente al dejarse influenciar por esa mujer que por obligación llamaba madre.
Un aplauso sonó en aquel tortuoso silencio viendo como Seolhyun aplaudía fuerte y lento haciendo que los demás lo hicieran junto a ella; todas las miradas eran dirigidas hacia él. Unas de asombro, otras de envidia pero nadie le miraba con rostro feliz al saber que se casaría. Y estaba bien, no las esperaba porque el tampoco quería estar en esa situación.
Esto no era como lo pensó alguna vez, casarse para él era un paso extremo en su vida, algo que quería que fuera inolvidable. Todos sus sueños se habían convertido en nada, el se casaría sin terminar su universidad, se casaría con alguien que no amaba, con alguien que no le amaba, se casaría con alguien totalmente desconocido.
Tenía miedo de lo que pasaría al casarse porque sus expectativas eran bajas por decir que no las tenía. Es decir, él no esperaba nada bueno viniendo de Kim Taehyung, sabía que ese anillo colocado en su dedo anular -que era precioso- pero su valor era vacío. Era la firma de su infierno. Era símbolo de su infelicidad.
Me han arruinado la vida, como me duele ver que ha sido mi propia familia...
Sus ojos se nublaron por las lágrimas que querían salir y solo pudo tragar aquel nudo formado en su garganta, su pecho dolió y su sangre se calentó en ira al ver como Taehyung le miraba con una sonrisa cínica; se burlaba de él y quiso abofetearlo pero no podía...
—Bueno bueno, veo que todos se admiraron de más. — El señor Kim habló sacando a todos de su estupefacción. —Hay otro anuncio, desde este día, mi hijo Kim Taehyung comenzará a tener el mando en la empresa... Quedando definitivo al momento de su boda.
Todos aplaudieron ante la noticia y Taehyung sonrió triunfante a ver la cara inexpresiva de su hermano a lo lejos, quiso reírse pero solo dio una sonrisa triunfal. Claro que habían personas en contra de ello pero, ¿Qué podían hacer ellos cuando el mando era de su padre?
Realmente había cerrado bocas con esa gran decisión aún si eso había sido tomado por su estúpido compromiso y prontamente matrimonio.
—Con mi prometido — habló fuerte ésta vez Taehyung, acercando mas al omega y pasando su brazo por la cintura. JungKook quiso alejarse pero el reforzó mas el agarre y le susurró entre dientes un "Quedate quieto"; no perdiendo su sonrisa continuó. —Decidimos realizar la boda el próximo domingo. Así que esperen su invitación.
JungKook frunció sus cejas al escuchar "Decidimos" definitivamente un mal presentimiento se apoderaba de él.
Vio como todos regresaban a lo que estaban haciendo, la música comenzó de nuevo. El show de los Kim ha finalizado y sintió un leve mareo, cuando estaba por caer un brazo se lo impidió, viendo al dueño se alejó como si su tacto quemara.
—¿Estas bien?— Taehyung le preguntó sin expresión en su rostro.
—No te importa, deja de tocarme como si te perteneciera. Quitate — JungKook le dio un leve empujón y bajando con dificultad las escaleras por el reciente mareo, camino para dirigirse al bufete, sin mirar atrás, aunque sonrió victorioso pues ya habían sido dos veces en las que trataba así al alfa, vio de reojo y agradeció el no ser seguido esta vez.
—Tu ya me perteneces omega.
La mañana había dado inicio y JungKook se encontraba desayunando para luego irse a la universidad. Si algo deseaba es que pudieran darle la oportunidad de seguir estudiando.
—Joven JungKook, su padre le solicita en su oficina.
El omega asintió un poco molesto, no quería ver a su padre. Desde aquella noche que catalogó como la peor de su vida y que habían pasado tres días, desde entonces trataba el menor contacto con su padre y madre.
Resignado se levantó sin terminar su amado desayuno que había sido perdido por culpa de su padre. —Retira los platos por favor. — Habló a una de las sirvientas. Ella solo hizo lo ordenado.
Subiendo la escaleras, entró sin tocar. Ese era el comportamiento que había obtenido desde aquella noche; su tiempo en la universidad era lo mas significativo para él, al lado de sus amigos. Lo demás lo hacia por compromiso, de mala gana y su humor en casa era el peor de todos porque ahí sentía la realidad de lo que su vida se había convertido.
Sin más se paró frente a él, sin sentarse. —Buenos días JungKook.
Su padre le saludó y el solo rodó sus ojos. —¿Qué debe decirme?, llevo prisa.
El señor Jeon negó con su cabeza sintiéndose culpable al ver que el animado JungKook de antes y que le hablaba con cariño ya no existía más. Así que decidió hacer corta su plática. —Hoy tienes cita con la esposa de Kim, ella te llevara a comprar lo necesario para la boda.
JungKook no dijo nada, solo asintió. —Me largo.
Al darse la vuelta, su padre volvió a hablar pero no le dio la cara, las ganas de llorar vinieron a él. —Veo que no llevas el anillo. Al menos pontelo cuando vayas con ella.
—¿Terminaste?— su voz saliendo congestionada por el llanto que se alojaba en él. —Eso es todo, ten buen día hijo.
—Igual tú — contestó frío, su pecho dolió por su indiferencia. ¿Pero que podía hacer él?
Ambos culpables, su padre por arrastrarlo a esa vida y él por tratar a su padre así, por lo que su vida era ahora. Un conteo para casarse con el alfa que no amaba.
Salió rápido de ahí, sintiendo asfixiarse en ese lugar. No viendo como su padre había derramado una solitaria lágrima, tras un perdón que no fue escuchado.
JungKook había limpiado con fuerza las lágrimas y respiró profundo, su cuerpo apoyándose sobre la puerta que había cerrado con fuerza. Cuando pudo estabilizarse bajó las escaleras, siendo atendido por el chofer, el auto comenzó a moverse y el no tenía ánimos de platicar como siempre.
Sus colores no eran los mismos, la decisión que habían tomado le estaba robando poco a poco su brillo. Su omega gimoteando por el dolor y la tristeza. Su corazón dolía. Cerró sus ojos para dejarse llevar por el sueño y olvidar su desgracia por un momento.
La universidad frente a los ojos de JungKook era lo que había ganado con esfuerzo, él no había permitido que sus padres intervinieran en ello. El había entrado tras demasiados desvelos y dolores de cabeza al estudiar y así realizar el examen; recordó la felicidad que había sentido ese día al ver un "felicitaciones, ha sido aceptado en nuestra universidad"
Ahora solo le faltaban dos años para salir y durante ese tiempo había conocido a sus grandes amigos; JiMin y SeokJin. Ambos compartían una que otra materia común ya que los tres llevaban distintas carreras. Tantos retos dentro de ella, costaba desvelos, jalones de pelo por tanto estrés y llantos al desvelarse tratando de entender un tema o tarea.
Sus notas eran sobresalientes, eso le ayudaría mucho en su vida pues eso significaba que puertas serían abiertas hacía él. Oportunidades que esperaba tomar.
Entró tras despedirse de su chofer. Entendiendo que el pobre hombre no tenía la culpa de los problemas que tanto se cargaba.
A lo lejos divisó a JiMin y SeokJin sentados en la grama del patio, platicando. Sonrió y camino a su dirección, deteniéndose abruptamente cuando alguien que ya conocía perfectamente se cruzó en su camino.
—Hola JungKook — habló sonriendole al omega.
—YugYeom, me asustaste — el omega se puso un poco nervioso.
YugYeom era un alfa que pertenecía al equipo de natación de la universidad, el siempre había admirado lo profesional que era el chico con el deporte y recordó como en primer año se había sentido atraído por él. Pero lo descartó al saber que el chico solo era un mujeriego total.
—Lo siento, ¿Estas ocupado hoy?— preguntó el alfa en un tono de coqueteo que el omega no dejo pasar por alto.
—La verdad sí, ¿Por qué?— el omega retrocedió al sentir como el alfa se acercaba. —Hay una fiesta hoy en la noche.
—Creo que será en otra ocasión. —Jungkook rodeó al alfa para así seguir su camino.
—JungKook, se te cayó esto. — el omega maldijo cuando vio el anillo de compromiso. Se lo arrebató y lo colocó en su dedo anular. —Gracias.
El omega corrió adónde un JiMin y SeokJin ya le miraban curiosos. Agradeció a la diosa cuando YugYeom no preguntó ni le siguió. Ahora caminaba con el anillo colocado en su dedo anular. Sabiendo que sus amigos querrían saber el trasfondo de todo y el se los contaría o al menos eso intentaría hacer.
—JungKook ¿todo bien?— JiMin preguntó al notar el semblante distraído de su amigo.
—¿Uh?, si si... Es solo que hay algo que debo contarles. — JungKook cubría su anillo con su otra mano.
—No me digas que ya sales con YugYeom. —SeokJin soltó el comentario casualmente riendo por la cara que puso el omega.
—De que hablas hyung, claro que no. Es algo que tiene que ver con... Esto — el omega levantó su mano y mostró el anillo.
Un silencio incómodo se formó, ambos; beta y omega veían estupefactos el anillo. —¿Qué diablos es esto Jeon?
Y si, JungKook tuvo que contar cada detalle hasta llegar al detalle del anillo. Soltó todo sintiendo como liberaba aquello que le provocaba insomnio cada noche. Fue abrazado por ambos, lo consolaron y el solo se dejó hacer porque el dolor instalado en su pecho era agonizante.
Ese día aprendió que no estaba solo porque si bien el tenía en cuenta que padres ya no tenía, sus amigos eran lo único que le quedaba y eso lo agradecía demasiado, porque sus cargas no pesaban.
No pesaban cuando tenía a alguien escuchándolo, abrazándolo y apoyándolo.
—Señor, éstos son los papeles que me pidió. — DaeHee colocó los papeles de forma ordenada sobre el escritorio del alfa.
Salió de la oficina no sin antes hacer una reverencia. Taehyung observó descaradamente la figura moldeada de la que era su nueva secretaria. Debía admitir que era hermosa.
Volvió su atención a la computadora. Ahí estaba una gran mansión ubicada a las afueras de Seúl. Su padre había insistido en que era un buen lugar para ellos. La servidumbre ya estaba contratada por su padre así que el solo estaba verificando los últimos detalles. Después de tanta discusión pudo convencer a sus padres de llevarse a su nana, él la quería con él.
Ellos no se lo negaron y optaron por intercalar a la ama de llaves de su nueva casa con Youngok y por supuesto que el alfa estaba satisfecho con ello.
La casa era muy bonita debía admitirlo y estaba en una buena zona. Dejando todo bien respecto a su residencia decidió leer los papeles que había solicitado. Los estados de cuenta y otras cosas más que hoy el manejaría.
Ser el encargado de todo era la mayor ambición de Taehyung y hoy faltaban días para estar al mando. —Traeme un café.
El alfa pidió a su secretaria, sonriendo al verla entrar a los minutos con la taza de café. —Aqui tiene señor.
—Gracias. — Taehyung notó cómo ella se inclinaba para dejar la taza. Soltando un gruñido en satisfacción por la vista.
—El señor YoonGi quiere hablar con usted.
—Dile que pase — Taehyung sonrió al ver como su secretaria caminaba moviendo descaradamente sus caderas.
Su expresión cambió radicalmente al verlo. El alfa que entró con aire imponente y su cara sin expresión alguna. Observándose ambos alfas de forma retadora.
Taehyung quiso reírse de ese alfa, decirle que le había ganado. La rivalidad entre los dos era demasiada. —Min YoonGi, toma asiento.
El alfa se sentó sin perder su contacto visual, sonrió con sorna al mencionar cada palabra. —Felicidades por tu compromiso, hermano.
El alfa menor no perdió su sonrisa al ver el enojo del que era su hermano mayor. Sabiendo que había tocado una fibra sensible en él.
¿Crees que has ganado Kim?
He ganado Min
Eso está por verse...
Bueno este será un mini maratón de tres capítulos...
Gracias por leer y comiencen con sus teorías!
Debo aclarar dos cosas:
1. Suelo escribir cosas dulces y eso pero con esta historia quiero probar mi lado oscuro y triste... No todo sera dolor peeero ajá xd
2. Seolhyun es la madrastra de JungKook pero éste le llama madre. (Solo eso diré jeje)
Ella es Youngok❤
Gracias por leer esta historia <3
Hotcakeworld⚡
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