D I E Z
El amor es un arma de doble filo, TaeHyung lo supo a la corta edad de dieciséis años.
Fue en un día soleado, todos platicaban en sus respectivos grupos dentro del salón de clases, incluido él. Ese día el tema más hablado fue del ingreso de una estudiante de intercambio.
TaeHyung había escuchado mucho sobre ella, sin embargo en cuanto todos estuvieron en sus asientos y la puerta se abrió dando paso a la señorita Lee, su corazón se aceleró tal cual adolescente. Ella entró con un aire de superioridad, pero con una sonrisa que cegaba a cualquiera.
Los asientos eran de pareja. Él era el único con un escritorio solo, debido a que no le gustaba compartir su espacio. Y bueno eran beneficios de ser hijo de uno de los CEOS más importantes en la ciudad.
La voz de su maestra le sacó de su estupefacción. —Buenos días chicos. De hoy en adelante tendrán una nueva compañera, sean buenos con ella ¿si?
Todos al unísono respondieron "si" con una boba sonrisa.
Ella dio dos pasos al frente y con voz tan única saludó. —Hola, soy Minseo... Cuiden de mí.
Minseo...
TaeHyung podía recordar a la perfección su nombre. Y como no hacerlo.
—Minseo puedes sentarte al lado de TaeHyung.
En ese instante, TaeHyung sintió todo detenerse. Lo único que pudo ver fue a Minseo acercarse con una sonrisa y sentarse a su lado.
Aroma a orquídeas, un aroma único... Pero que a TaeHyung le fascinó desde el primer momento.
Ella amarró su cabello rubio en una perfecta coleta, la clase dió inicio, pero TaeHyung solo pudo concentrarse en ella.
Su sonrisa, su aroma, su pulcra piel... Era bella y carismática.
Fue así durante todas las clases de ese día, las del día siguiente y el siguiente... Una semana había transcurrido y él tomó el valor de hablarle.
El salón se encontraba solo, acababa de finalizar la clase, estando todos en recreo; eran los únicos dentro.
Su corazón bombeó fuerte cuando ella se preparaba para salir, presionó su lapicero en el escritorio y soltó el aire, su mirada dudosa pasó a ser una seria y segura.
—¡Minseo!
La omega se giró, sonriendole pero con cierta duda en su rostro. —¿Si?
Su voz... Era muy bonita y melodiosa.
—Yo... Me preguntaba si... —dudó, quiso arrepentirse pero era Kim TaeHyung, él nunca daba un paso atrás. Ella le miró atenta. —¿quieres ir a tomar una malteada?
Bien, lo había dicho.
Minseo sonrió. —¿Por qué no? Vamos a la salida.
El alfa asintió contento. —Perfecto.
La campana que daba aviso a la salida, resonó en todo el lugar.
Emocionados salieron todos, sin embargo Minseo se giró al notar al alfa ido frente a la pizarra. —Hey. —le llamó, pasando la palma de su mano frente su rostro para así llamar su atención.
Un brinquito fue la respuesta, haciéndola reír, y ¡Oh Dios! Él lo amaba.
—Se hace tarde... Vamos.
—Claro, perdón.
Ambos tomaron sus mochilas y salieron en busca de la cafetería, la cual quedaba a tres cuadras de la escuela.
Hoo se había detenido, sonriendole cómplice a TaeHyung. —Llameme luego señor.
El joven alfa había sonreído y se había marchado junto a una alegre Minseo.
Desde allí su amistad se había fortalecido, desde allí él comenzó a caer por ella...
Quién diría que luego se arrepentiría de ello.
Ahora se preguntarán... El porqué recordaba eso justo ahora.
Tal vez si la azafata no hubiera encendido la pantalla mostrando una entrevista a la artista que florecía en los últimos días.
¡Oh! quizás él no hubiera removido un agridulce recuerdo.
Choi Minseo, aparecía como él la recordaba, sonriente y elegante, con aquel toque de superioridad que no era nada más que una fachada...
No sabía porque pero... La imagen que sus ojos veían ahora, le hicieron recordar lo idiota que fue dando todo en una relación que no floreció como él hubiera querido.
Un carraspeo le sacó de su ensoñación, viendo como JungKook le miraba curioso mientras se sentaba frente a él, en el mini comedor donde comerían.
Hace tres horas el omega había despertado, lo había visto ir al baño y también había visto a la azafata alcanzarle un vaso con agua.
JungKook había entrado en celo...
Es por eso que TaeHyung le había recomendado comer juntos. Sin embargo ahora se arrepentía un poco, no sabía si hablar o callar.
Dio un sorbo a su vino.
Los ojos de JungKook brillaron. —¿la conoces?
Las manos de TaeHyung temblaron. —¿Yo?... Si, ¿es una artista después de todo no?
Suspiró aliviado cuando JungKook asintió convencido. —Es mi favorita.
Lo siguiente fue el grito de JungKook, acompañado de un gruñido en cuanto su camiseta se vio salpicada de vino. —¡Yah, TaeHyung!
El alfa torpemente le ayudó a limpiar los rastros que habían en la cara y cuello. Repitiendo nerviosos "lo siento"
JungKook hizo una mueca de asco. —Eish creo que entró en mi boca.
El mayor sonrió con malicia. Acercándose aún mas al rostro sonrosado del omega. —¿A sí?
Éste alzó su mirada, abriendo sus ojos en grande por la cercanía, muy... MUY peligrosa. —¿Q-qué haces?
Oh, y JungKook se arrepintió en cuanto su voz salió cortada.
TaeHyung se alejó sonriente. —Quería ver como reaccionabas.
—Es una tregua TaeHyung... Estoy cansado de pelear así que comportate.
Silencio. El alfa hizo una mueca sintiéndose inconforme. —Dejame hacerte una pregunta... Después comeremos.
El menor soltó su tenedor, rodó sus ojos. —Hazla ya, tengo hambre.
—¿No necesitarás ayuda en tu celo?
JungKook abrió sus ojos, sintiéndose expuesto y con su rostro totalmente rojo.
—¡He tomado supresor! tonto, no te necesito. Puedo solo y...
El alfa rió deteniendo su hablar. —Ya lo veremos.
Y cuando el omega creyó que podía comer tranquilo y dejar de lado el tema, fue sorprendido.
—Hay miles de formas para dar placer sin necesidad de penetrar JungKook.
El alfa soltó un quejido en cuanto su pantorrilla recibió el golpe. —¡Callate y come alfa pervertido!
Pero solo rió, orgulloso de ver las reacciones de JungKook. Olvidando su tormento del principio y dedicándose a convivir con su peculiar omega.
Disfrutar de esa "tregua" era el plan de TaeHyung en esa luna de miel.
Tanto así que había eliminado el envió de correo a HoSeok, esperando que el contrario no hubiera alcanzado a leer todo.
No quería problemas ni estropearlo más. Él solo quería disfrutar su estadía en ese hotel junto a JungKook.
Era lo único que anhelaba.
La oficina se encontraba en un pulcro silencio. MinHa se encontraba seria y con los brazos cruzados; del otro lado el señor Kim le veía de forma calculadora.
—No preguntaré otra vez MinHa.
Ella rodó los ojos. —Ya te dije que no sé con quién fue que TaeHyung hablaba. ¿Por qué insistes tanto? Sabes que nunca lo defiendo.
El asintió. —Lo sé, es solo que JungKook actuó de forma... Rara.
—Ese estúpido alfa tuvo que tener la culpa, sabes que no nos incumbe lo que suceda con ellos, son sus problemas personales.
—Lo siento, pero me es inevitable no hacerlo.
—Seolhyun habló hoy... Sigue molestando con tener un puesto importante en nuestra compañía. —el tono frustrado le hizo sonreír a su esposo. —Aigo, no te rías, es una mujer irritante.
—Cariño, ignorala.
—Para ti es fácil, no la tienes detrás de ti todo el tiempo. Si le pasa algo no responderé. —formó un puchero. —Iré a trabajar. Falta un mes para la reunión con los encargados de la sede en Estados Unidos.
—De acuerdo, te veo en casa.
MinHa asintió, poniéndose de pie.
Al salir de su oficina sonrió triunfante. Al menos sabía que su esposo le apoyaba respecto a Seolhyun. —Nadie me quitará el puesto, ilusa.
Su teléfono vibró, sacándolo contestó. —Diga.
—MinHa, debemos vernos.
Dando un resoplido, contestó. —NamJoon, estoy ocupada.
—¿Estas evitando a tu propio hermano?
La voz indignada le hizo rodar los ojos a MinHa, odiaba cuando su hermano se colocaba en plan berrinches.
—Habla a las siete. Debo colgar.
La llamada finalizó. Acomodó su largo cabello castaño y entró con las carpetas del muevo proyecto. Sus ánimos decayendo en cuanto la vio sentada en la sala de recepción.
—¡Seolhyun que sorpresa!
Y si, su día hoy sería pésimo.
—Los pasteles de fresa estaban muy ricos, gracias hyung. —JiMin agradeció con una sonrisa alegre, delineando con su pulgar la venosa y pálida mano de YoonGi.
—Me alegra que te gustara, solía ir mucho a esa cafetería...
—¿En tus días de estudiante? —preguntó con curiosidad.
El mayor asintió. —Así es.
¿Te parece ir al centro comercial?
—¡Si!
Ambos llegaron al estacionamiento, el alfa luego de abrirle la puerta al omega y colocarle el cinturón de seguridad, cerró la puerta y dio la vuelta.
Ignorando el celular el cual vibraba insistente, se adentró al auto. —Pon música JiMin-ah. Siéntete cómodo.
El omega asintió. Dejando una canción alegre, miró el cielo.
¿Debería visitar a madre?
JiMin sonrió, prometiendo hacerlo pronto. Ir al orfanato le daba un sentimiento agridulce pero había prometido visitarles seguido.
—Hyung... ¿Sabes qué me gustaría hacer?
YoonGi asintió sin despegar su vista del camino. —Dime.
—Ir al parque de diversiones.
YoonGi paró el auto frente al semáforo en rojo.
Su cabeza se giró en cámara lenta hacía el omega que sonriente veía el cielo despejado.
Su memoria viajó a un día como ese, pero de hace dieciséis años.
—YoonGi-ah, ¿quieres algodón de azúcar?
El pequeño asintió corriendo donde el puesto de aquel rico dulce se encontraba.
Justo en ese momento, una madre del orfanato llevaba en fila a pequeños niños, el les vio con curiosidad y su madre igual.
En la vista de YoonGi, aquel niño de mejillas rosadas y gorditas, era su centro de atención.
Tanto así que su mirada se encontró con aquel pequeño de siete años.
Viendo como con una sonrisa movía su mano diminuta a modo de saludo y...
—¡YoonGi!
El mayor parpadeó, sintiendo sus mejillas húmedas.
¿Cuándo había comenzado a llorar?
Sacudió su cabeza y tras el ruido de las bocinas pidiendo que se moviera. Un poco aturdido lo hizo, su mente confundida porque aquél sentimiento de nostalgia había sentido la primera vez que había visto a JiMin y no, su primera vez no había sido el día de la boda. Había sido frente a la universidad de artes.
—¿Ocurre algo?
YoonGi negó, aparcando frente al centro comercial. Suspiró pues su conmoción había sido muy evidente como para negarla. —Si... ¿Puedes responderme una pregunta? —dijo volteándose, mirándole inseguro.
El menor asintió nervioso. —Dime.
—¿Tú... Vienes de un orfanato?
Holiiiii
Cumpliendo como siempre🌚
Bien, aquí iniciamos conociendo los pasados de los hermanos Kim TaeHyung y Min YoonGi, acompañado del de JiMin.
Por eso espero vayan poniendo atención a cada parte.
Continuamos con la maratón 2/6
Cuidense muchísimo, mantengan se seguras y espero todo mejore en esta difícil situación😪
Tengan una linda noche💜
Les ama
Hotcakeworld
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