Las continuas Embestídas, Los continuos Chillidos de dolor, El suave golpe de las cadenas. Ella comienza a gritar y eso lo enoja, quiere dormir, Quiere descansar, Quiere que ella deje de...

—¡Makomo, ya calla...!

Y entonces  vuelve a la realidad. El agua pasa por sus dedos, llevándose consigo aquellos residuos de comida. Sabito Suspira y termina finalmente de lavar los trastos.

Suspira nuevamente, Aquél olor cada vez se vuelve más fuerte.

Tanjiro comenzó a gimotear ante el dolor que sentía en su vientre, con las mejillas rojas termina sentado en  el suelo, Arañando sus ropas ante el intenso Calor que sentía.

—Okā-san— Gimoteo, entre los espasmos que su pequeño y frágil cuerpo presentaba, Su cara estaba roja, sudando con descontrol— ¡Okā-san!, ¡Okā-san!— Pero el mismo entendía que solo podía llorar y gritar por su madre, pero lastimosamente, Ella jamás vendría a ayudarlo.

Fue entonces que allí escuchó la puerta abrirse. Con miedo intento levantarse pero sus piernas le jugaron mal y término cayendo en el suelo, agitado, totalmente rojo.

—Eso que estas experimentando se llama "Celo", Como en las perras, Necesitas aparearte o sufrirás peor— Comentó aquél hombre, acercándose a su adolorido cuerpo, el cual temblaba ante la subida de temperatura — Vamos, Vamos, Pequeño Conejito, Solo tienes que estirar tu pequeño trasero hasta aquí para que pueda ayudarte.

Tanjiro gimió de dolor cuándo otro espasmo invadió su cuerpo, Sus lágrimas caían con fuerza, su vientre parecía derretirse. Sabito solo sonrió, se acercó a su cuerpo y se inclinó con gracia, grabando en su mente su rostro lloroso, los sonidos que hacia, Ah, Era tan hermoso para el...

—Tu vientre explortara si no vienes, Tu útero, Todo dentro de ti hará "Bomm" si no sacias ese calor que te consumé.

Kamado volvió a sollozar, levantando la mirada y haciendo las lágrimas mamcharan su rostro. No quería que ese hombre le hiciera lo que ya era muy obvio, No quería, Sin embargó...

—O..tō-san...Salva...me

Continuará