Como la primera vez
Por: BlueBillCipher (BlueBillCipher)
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Sinopsis: Ha pasado ya mucho tiempo desde que Shinji se encuentra con ese chico en aquel andén. Algo es en él demasiado familiar, como si de un déjà-vu se tratara, y los sentimientos que provoca en el son inexplicables. Será bueno acercarse a ese chico y saber mas de él, tal vez surja algo más que una simple plática.
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Una mañana en la que el sol nos brindaba sus sutiles rayos con gentileza, una suave brisa abrazaba mi rostro, yo cerraba los ojos para dejar acariciarme por los frescos soplos del viento, entonces los abrí lentamente girando delicadamente la mirada, ahí estás, de nuevo, mis ojos suavemente hicieron una sutil muestra de asombro, algo en mi pecho comenzó a agitarse y como si tratase de evitarlo llevé mi puño hacia mi corazón intentando contener este suave movimiento que nace dentro de mí.
Lanzando un suspiro intento entender está sensación, mis parpados caen lentamente viendo a las vías del tren, los brotes que se escapaban entre las vías bailaban como mi pecho al momento al verte, con movimientos suaves y frágiles vibraban en una calma danza orquestada por el viento de los trenes que acaban de partir.
Al otro lado de la estación, a unos metros de mí, pude ver tu rostro difuminado entre tantos pensamientos que me atacan de manera simultánea cegando mis pensamientos. Siempre estás ahí, todos los días a la misma hora, en la misma estación, te miras tranquilo, tan etéreo, simplemente mirarte me causaba una sensación de tranquilidad. Tus cálidos ojos reflejan la iridiscente luz de la mañana, emanaban el reflejo de tu sosegada alma.
Sin una vaga razón algo dentro de mi despierta una extraña curiosidad provocando una inquietante necesidad dirigirte la palabra, querer tener una profunda conversación contigo, saber lo que te preocupa y lo que te aqueja, si te encuentras bien interna y exteriormente, pero luego miro al piso reaccionando ante un impulso de cobardía y de duda, preguntándome a mí mismo él porqué, y la tierna inquietud en mi pecho se torna a una pesadez que sube por mi garganta.
Agité la cabeza, cerré los ojos como si intentara contener lágrimas que nunca llegarían a emerger, un suspiro salió de mi pecho apretando con fuerza la corbata que descansaba toda desaliñada en mi pecho en mi pecho, y como si alguien más jalara de esta mi cuerpo, giro bruscamente hacia dirección a las escaleras, mi cabeza dudo por unos segundos pero solo me dije a mí mismo "Está bien si solo es hoy", y deje que mi curiosidad me controlara.
El sentimiento de ansiedad hizo que mi noción del tiempo se perdiera mientras caminaba por la estación hacia tu lado, mi cuerpo se movía y pero no estaba consciente de los pasos que daba gracias a los turbulentos pensamientos que llenaban mi cabeza chocando las unas a las otras como contracorrientes. Mis ojos se abrieron obligándome a detenerme en seco, ahí estabas , al lado mío, con un semblante sereno, con ambas manos descansando a tus costados de tus pantalones, parecías tan relajado, era como si dentro de ti hubiera paz.
"¿Qué debería hacer ahora?", mascullé para mí mismo mientras miraba con mirada caída y con el corazón agitado.
—¿Pasa algo? – tu suave voz me hizo estremecer desde mi interior, lancé un hipido de sobresalto llevándome a mi pecho ahora mi mano extendida.
—Yo... – balbuceé buscando una excusa entre el desastre en el que estaban hechos mis pensamientos.
—Tranquilo – el tono cálido de tu voz me calmo como un soplo de viento fresco.
"Todo está bien", murmuré suavemente para mí mismo en un intento de entrar en razón y esparcir ese sentimiento de ansiedad y poder verte a tus cálidos ojos.
—Tranquilo – extendiste tu mano suavemente colocándola en mi hombro derecho, y dejaste salir una pequeña mueca de alegría. Tus palabras eran serenas y reconfortantes, no quería dejar de escucharlas, algo en ellas se me hacía algo conocido, como si dentro de mí ya hubiera experimentado esta sensación, algo que anhelaba con toda mi alma, como si un recuerdo de una lejana infancia se hubiera despierto dentro de mí para calamar toda la ansiedad dentro de mí.
—Gracias – Suavemente tomé aire dejando salir un suspiro. Con los ojos cerrados elevé la mirada, lancé un suspiro, mis párpados se levantaron lentamente, tu mirada y la mía se encontraron frente a frente, algo dentro de mí se sacudió subiendo hacia mis ojos, tenía una sensación de querer llorar...
Tu rostro reflejaba una calma interior, y esa sonrisa que se dibujaba en tu delicado perfil me daba una alegría interior pero aquellos ojos caídos reflejaban una cierta melancolía cuando sonreías. Mi reflejo se perdía entre él en tus pupilas.
—Ya todo va a estar bien – Tus palabras se esparcieron como un eco respondiendo a mis pensamientos. Mis ojos se humedecieron si de aquellas palabras se hubieran liberado una serie de recuerdos dolorosos.
Tenía la necesidad de abrazarte, quería abrazarte, quiero abrazarte..., pero dentro de mí había una lucha entre el raciocinio y mis sentimientos, una lucha en la que los sentimientos siempre ganan.
—Vamos, el próximo tren está por llegar ¿Puedo? – No me dio tiempo de responder, estaba completamente perdido dentro de mí.
Con un movimiento suave sentí como tu brazo rodeaba mi espalda, tomé aire precipitadamente ante el sentimiento de sorpresa y un cosquilleo recorrió desde mi nariz hasta mis mejillas, se sentían cálidas al igual que mi pecho, mis piernas temblaban y estas solo podían responder al ser guiadas por tus pasos.
No recuerdo cual fue la última vez que estuve de esta manera, tan apenado, nervioso y agitado, era como si una parte escondida dentro de mi hubiera despertado al encontrarme frente a frente contigo.
Mantuve la mirada baja sobre los brotes florecientes que se mecían entre las vías del metro, hasta que finalmente advirtiendo con una sutil ráfaga de viendo el tren arribo a la estación. Con ayuda de tu brazo me guiaste hasta e interior del vagón, mis piernas aun temblaban, de no haber sido por tu ayuda me hubiera tropezado más de una vez.
Tuve la necesidad de agradecerte pero un nudo en mi boca y la latente sensación que persistía en mi pecho me impedían hablar la más mínima palabra.
Me guiaste hasta un par de asientos en la parte media del vagón y yo solamente me dejé guiar por tus sutiles movimientos, mantuve una mirada baja sobre mis manos temblorosas.
—Kaworu, me llamo Kaworu.
Levanté repentinamente la mirada al escuchar tu nombre, y los suaves rayos del sol que inundaban los interiores del tren iluminó mi rostro y una fresca sensación recorrió todo mi cuerpo, mis manos por fin se calmaron y di un suave y profundo suspiro, finalmente podía esbozar una amplia sonrisa.
Te miré de reojo aun con la mirada un poco caída y llevé una mano hacia mi hombro.
—Shinji Ikari... mi nombre es Shinji – Dije elevando la mirada hacia el techo del vagón con ambos ojos cerrados.
—Es un placer conocerte Shinji – Me dirigiste una cálida sonrisa a la que correspondí asintiendo con un alegre gesto, ambos sonreímos al unísono – Parece que ya te he visto antes.
—Sí, suelo frecuentar esta estación – exclamé suavemente recordando brevemente como solía mirarte desde la distancia cada día que mi ojos te encontraban, pero algo de mí tenía le presentimiento de que no te referías a algo más que habernos visto en aquel andén, y yo igual lo sabía, algo en ti se me hacía familiar y reconfortante.
Las palabras empezaron a fluir de mi interior, en ese momento tenía la sensación de que nada importaba, la hora, el lugar, ni hacia donde me llevaba ese tren, lo único que quería era platicar contigo, estas contigo, era como si el tiempo se detuviera, me sentía ligero, feliz, como si los dos pensáramos y sintiéramos los mismo, era algo como estar en sincronía, supongo.
Quería permanecer junto a ti todo el día, cada hora y momento, pero al final debías de llegar a tu destino. El tren se detuvo y tú te levantaste lentamente mientras me mirabas con una tierna sonrisa, mi cuerpo de la misma forma se levantó como un impulso jalándome hacia ti.
—¿Podré volver a verte? – di un sobresalto y no pude evitar volver a exaltarme ante lo dicho.
—Claro – cerraste los ojos y esbozaste una sonrisa gentilmente – Sería un placer, Shinji —. Mi mano apretó mi pecho suavemente intentando esconder mi rostro afligido, tú solo asentiste con la mirada y sonreíste cálidamente.
Las puertas se abrieron y tú me lanzaste una última mirada, bajaste la mirada delicadamente y levantaste la mano con la palma abierta en señal de despedida.
—Nos vemos pronto Shinji, tal vez tengamos la oportunidad de tener una conversación más profunda la próxima vez, toma – Extendiste tu mano con un diminuto papel color azul, lo tomé lentamente, sin ver al contenido escrito en él.
Te dirigiste hacia una de semblante impasible que sostenía una bolsa tejida entre sus brazos, esta volteó a verme con una mirada serena y volvió a fijar la mirada hacia ti, tú solo hiciste un último gesto de despedida y te alejaste junto a aquella chica.
—Hasta pronto Kaworu...
Ilustraciones por:
- UndeadBear
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- Juli Lightwood (encabezado)
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