Capítulo 01.

ADVERTENCIA. Esta cosa trata sobre cosas sencibles como el abuso a menores e incesto, si este tipo de cosas te desagradan, DEJA DE LEER.

La sangre caliente de su hermano salpicó en su cara sin previo aviso. Su vista nublada pudo ver a sus amigos horrorizados por la grotesca escena frente a ellos. El animado ambiente de bromas pronto se volvió un silencio abrumador. Su vista borrosa dio a parar a lo que sus amigos miraban con asombro y miedo, la cabeza de su hermano estaba siendo aplastada por aquellos metálicos dientes. Un par de lágrimas bajaron por sus ojos, era imposible que su padre no se enterará.

Sus piernas temblaron, y antes de poder tomar con suavidad el cuerpo inerte de su hermano, escucho un grito agudo que venía del pasillo, su hermanita Elizabeth se encontraba ahí, llorando y con un gran pavor al verlo. Mayor fue su sorpresa al ver a su padre detrás de ella, no parecía triste, mucho menos enojado, solo tenía una expresión de seriedad como si ya hubiera visto algo tan horrible antes.

El grito de su hermanita provocó una reacción en cadena, sus amigos comenzaron a llorar y gritar, estaban perturbados, y en un par de segundos habían abandonado el local, horrorizados.

Su cuerpo no se pudo mover de donde estaba, su vista estaba tan nublaba y su cuerpo estaba por desfallacer.

Volteo de nuevo a ver a su hermano, su cabeza se deslizaba, como si en cualquier momento el cuerpo fuera a caer por completo.

Antes de que eso pasará lo tomo con cuidado, tratando de hacer el momento menos tenso. 

Lo dejo suavemente en el piso, recargandolo en sus brazos y sonriendo de manera nerviosa, mientras las lágrimas comenzaban a caer de sus mejillas.

—Vamos Evan... Deja de fingir... P-papá nos esta viendo. –

Hablaba entre susurros, sin dejar aquella sonrisa nerviosa, que hacía la escena más tétrica de lo que ya era. Sus manos incluso jalaron el cabello de el menor, buscando que respondiera, que llorará, que le mostrará a su padre que estaba perfectamente bien.

La ira llego a sí al ver que no reaccionaba, tomo de los hombros el pequeño cuerpo, sacudiendolo de forma violenta hasta que un empleado lo separó de el. Lloro, pataleo, miro a su padre para decirle que solo había sido una broma. Pero entonces pudo ver la mirada pesada de su padre, que miraba el cuerpo de su hijo menor. Lo vió acercarse al cuerpo y abrazarlo, acariciando el rostro ensangrentado, pero nunca llorando, solo con los ojos mirando a la nada.

Pronto la ambulancia llego, y con ella la policía. Después de un interrogatorio los cargos hacía Michael fueron revocados, pues al final del día era un simple niño.

Al volver a casa, su padre le dijo que recostara a Elizabeth, mientras que el iría al hospital a esperar noticias.

Su tono fue tan demandante que ni siquiera pudo hablar. Su hermana n9 quería acercarse a el, estaba asustada pero su padre le dijo que el "animatrónico malo" había sido quien le había hecho aquello a Evan.

Con eso logro convencerla, y dejo a ambos menores solos.

Michael siguio las ordenes de su padre, le dio algo de comer a Elizabeth y la llevo a su cuarto, la arropo y le dio un pequeño beso en la frente antes de salir de la habitación.

—Tranquila Elizabeth, Evan estará bien. –

Mintió mientras apretaba el marco de la puerta y apagaba las luces para así ir a su habitación.

Al estar en esta, abrazo su almohada, lloro, y lloro por lo que parecieron horas. No podía simplemente dormir, la imágen de su hermano lo acechaba al cerrar los ojos y simplemente pudo apretar con aún más fuerza aquella almohada que ahora estaba empapada de lágrimas.

Se sentía tan miserable, no podía creer que le había hecho eso a su hermano pequeño. Y aún así sintiéndose horrible consigo mismo creía que era lo que su hermanito merecía, por ser tan llorón y mimado. Busco y busco a quien hecharle la culpa, pero entonces escucho el carro de su padre, se asomo por la ventana a verificar que era el.

Corrio a la habitación de Elizabeth a verificar que no estuviera despierta, pues solía enojarse cuando esta no dormía. Volvió a su habitación con prisa, sobre todo al escuchar la dificultad que tenía su padre para abrir la puerta. Supo que estaba borracho al escucharlo tropezar en cuanto entro.

Entro a su habitación tratando de no hacer ruido y dejando entreabierta la puerta, como siempre lo hacía al saber que había hecho algo mal.

Sabía que si lo encontraba despierto iba a darle la paliza de su vida, así que se escondió entre sus sabanas, fingiendo dormir tan plácidamente como siempre, como si no hubiera mandado a su hermano al hospital.

Escucho la puerta principal cerrarse, luego pesados pasos por la cocina, siguiendo el trayecto de siempre, subiendo las escaleras, caminando por el pasillo y finalmente deteniéndose en su puerta.

Su corazón estaba acelerado, apreto con fuerza sus sabanas y miro la puerta con algo de miedo. La puerta se abrió de forma lenta, para no hacer ruido y no levantar a la pequeña infante que dormía en la habitación de al lado.  Ahí estaba su padre, borracho y notoriamente enojado. Se tambaleo dentro de la habitación, y cerro la puerta con seguro detrás de el.

Trago saliva al sentir aquel peso sobre su cama, su padre estaba sentado a espaldas de el, mirándolo de una forma que lo hacía ponerse aún más nervioso.

Todo su cuerpo temblo al sentir una fría y larga mano acariciar su cuello, para luego mover su camisa y dejarlo al descubierto. Luego sintio su cuerpo ser recostado boca arriba y a su padre sentándose frente a el.

Estaba confundido, ¿Porque no lo estaba golpeando? No podía abrir sus ojos, sabía que su padre se ponía violento cuando lo llegaban a ver a los ojos estando alcoholizado.

No tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió sus pantalones siendo arrebatados, dejándolo solamente con su ropa interior.

Aquellas manos que habían estado tranquila ahora estaban acariciando de forma violenta su torso, subiendo hasta su pechoy luego volviendo a bajar, esta vez para acariciar sus muslos.

Solto un quejido, alarmando a su padre quien se dio cuenta que estaba despierto. Al verlo una sonrisa macabra se formo en su rostro.

—P-papá... ¿Que estas haciendo? – Preguntó asustado, mientras William lo ignoraba, aún apretando con fuerza aquellos pequeños muslos.

Le dolía, su padre ya no parecía disfrutar hacerlo, parecía simplemente querer lastimarlo. Solto un quejido cuando el mayor encajo sus uñas con intención de herirlo, arrastrándolas hacía abajo y dejando esa area irritada.

—Me duele... – dijo en un lloriqueo, comenzando a forcejear y tratando de alejarlo. Aunque fue en vano. Fue tomado de los brazos con fuerza y obligado a quedarse en su posición original.

Aquellos ojos no se despegaban de el, lo miraban como si en cualquier momento fuera a ahorcarlo hasta morir.

Cuando supo que lo mejor era no moverse, dejo de forcejear, haciendo que aquella sonrisa burlona volviera a aparecer.

De nuevo aquellas manos volvieron a apretar con fuerza su cuerpo, sabía que al amanecer estaría lleno de moretones. No podía evitar quejarse, era doloroso. Sin duda prefería mil veces ser golpeado hasta sangrar antes de seguir sintiendo eso.

Solto un pequeño grito al sentir una mordida en su pecho, seguida una de otra y otra. No podía dejar de hacer ruidos, era doloroso, se sentía como si le fuera a arrancar la carne.

—P-papá, para porfavor... –

Lloriqueo nuevamente buscando alejarse una vez más. Esta vez recibiendo una fuerta cachetada como respuesta.

—Trate de hacer esto más bonito para ti. –

Su mandíbula fue apretada por su papá, aquellos ojos llenos de furia hacían a su pequeño cuerpo temblar, no quería lloriquear sabía que lo molestaría más, pero simplemente no pudo evitarlo. Las lágrimas salían sin parar, y sus lloriqueos se intensificaban. La mano de su padre ahora cubría completamente su boca, para impedirle soltar sonido alguno.

—Mira chamaco pendejo, ya me tienes hasta la madre con tus putas mamadas. – el agarre se hizo más fuerte, no podía ni siquiera volteat el rostro. Solo sintio su ropa interior ser jalada y después el sonido de un cierre. — Después de haberle hecho eso a tu hermano ni de broma te quedaras sin castigo. –

Y entonces supo a que se refería. Sin previo aviso sintio el pene de su padre entrar a aquel horificio que nadie nunca había tocado. Un gran grito de dolor trato de escapar de sus labios, pero la gran mano de su padre no se lo permitio.

El dolor no paraba, y el sabía que no pararía. William solo seguía entrando, causando más daño en su interior. Las sabanas comenzaban a tomar un tono rojizo y eso solo alegraba más y más a el mayor.

—P-para... –

Dijo entre lloriqueos el infante, mientras con toda su fuerza buscaba quitar la mano de su boca. Los quejidos de dolor no paraban, y esto solo hacía a William no querer detenerse.

La sangre que seguía saliendo de Michael solo hacía más placentero el momento, dandole oportunidad de moverse con más libertad. Las embestida eran cada vez más dolorosas, y eso era facil de adivinarse por las expresiones y los gritos de el menor.

Una suave caricia fue dejada en su cabello, al igual que un par de besos. Y aún con ese comportamiento tierno las embestidas no pararon ni un segundo.

—Sht... Tranquilizate, esto lo hago porque me desobedeciste, y ahora por tu culpa tu hermanito termino en el hospital, tu te lo buscate. –

Murmuraba con suavidad su padre. Sabía que había sido su culpa, pero, ¿Aquello era por su bien? Había recibido más castigos, pero aquello era el mismo infierno.

Sus quejas y ruegos no se detuvieron, solo quería que parará. Pero entonces se volvió aún más violento. Su cuerpo fue volteado bruscamente, y de nueva cuenta sintió aquel pene invadirlo, mordió la almohada para callar esos gemidos de dolor que luchaban por salir. Las fuertes manos de William ahora tomaban sus muñecas, lastimandolas sin ningún tipo de piedad.

El lascivo sonido de dos pieles chocando continuamente ahora inundaba el cuarto, seguido de los jadeos de su padre, que parecía disfrutar mucho de aquello.

Las mordidas volvieron a hacerse presentes, esta vez aún más fuertes, más hirientes.

El dolor que estaba experimentando no le permitía ni respirar con normalidad, sentía que iba a desmayarse pronto. Lo sentía pero entonces sintio algo más. Un liquido comenzo a derramarse y entonces aquel tormento termino.

Su padre salió de el y sin decir nada subió el cierre de su pantalón y dejo un beso en su frente, para después salir de la habitación.

Michael comenzó a llorar en silenció, su cuerpo se hizo bola y aún con el dolor que sentía logro acomodarse en posición fetal, se cubrió con sus cobijas hasta las orejas y entonces dejo salir todo.

Se sentía sucio, aquello había sido horrible... ¿Porqué esas cosas solo le pasaban a el? Sus lamentos continuaron, hasta que sin darse cuenta pudo dormir...

Aunque no en paz, pero al menos su tormento había acabado...

¿O no?

O HERMANOOO LA MERA WEA ENFERMIZAA EAA

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