Capítulo 70 : Time for Changes

"Estábamos tan felices en el movimiento y corrimos, no se pudo reducir la velocidad. Aunque sé que estas son las manos a las que podría pertenecer, mis piernas están cansadas. No somos las personas que solíamos ser, todavía estamos tratando de averiguar quiénes queremos ser. Me estás mirando y lo sabes, como si ya hubiésemos compartido palabras."

-Paper Planes

(ELINA)


La última semana de Diciembre parecía haber llegado en un parpadeo después de dejar esa casa que durante un tiempo supuso una jaula irrompible para Taehyung. Ahora, más feliz de lo que recordaba haberlo estado nunca, observaba las calles de Daegu decoradas con luces navideñas mientras su madre y Yoongi caminaban a solo unos centímetros del lugar en el que él se encontraba.

Su mañana había estado marcada por la visita al despacho del abogado que el base había contratado especialmente para asegurarse de ganarle la batalla a su padre, estaba cansado de alargar el proceso por el miedo a que su progenitora pudiese pagar las consecuencias de sus actos pero sencillamente era inevitable barajar esa opción como una de las que reunían mayor número de posibilidades de suceder.

Pronto, ahora de veras la respuesta llegaría en cuestión de días y a partir de ahí su vida podría dar otro giro completo.

-Insisto en que debería salir de esa casa lo antes posible, señora Kim. La denuncia que ha interpuesto Taehyung llegará como muy tarde durante alguno de los días que siguen a año nuevo, tenemos margen para encontrar la forma de alejarla del peligro que un hombre alcoholizado y violento supone. Puedo entender que ese lugar está lleno de recuerdos para usted pero si en todos estos años su marido no ha cambiado, no lo hará de repente. - Yoongi frenó sus pasos, esperando por costumbre a que Taehyung dejase de soñar despierto y los alcanzase. A veces su base podía quedarse mirando por minutos los detalles más simples de las calles. - Taehyung está completamente dispuesto a llevar hasta el final este proceso, únase a él. Debería divorciarse sin importar el estigma que le hayan enseñado que supone hacerlo. ¿Acaso sigue amando a ese hombre?

Taehyung trotó un par de pasos rápidos hasta alcanzar la mano de su novio. Aunque sabía que Yoongi no se sentía del todo cómodo con el contacto físico en público, debido a su puesto de trabajo o las miradas de las personas que los rodeaban, parecía que el estar caminando con su madre por el medio de una calle peatonal de Daegu había calmado todos esos miedos que de vez en cuando aparecían de manera generalmente inesperada.

El base deseaba poder conocer a la familia de su novio de la misma manera en la que este estaba comenzando a conocer a su madre, poco a poco y sin prejuicios de por medio que impidiesen que los dos pudieran mantener conversaciones pacíficas. Sin embargo, no pretendía presionarlo ni empujarlo a tomar una decisión tan importante como esa tan temprano. Taehyung era consciente de todas las relaciones fallidas a la espalda de su entrenador, al menos sumaba una decena de chicos presentados que no llegaron a quedarse a su lado por más de dos o tres meses. Así que lograba entender con facilidad que la tarea de llevarlo ante sus progenitores podría alargarse hasta que su relación fuese completamente estable. No llevaban mucho tiempo juntos, por muchas cenas y comidas que hubieran compartido todavía tenían obstáculos que esquivar antes de atreverse a ir un paso más allá en su relación.

Lentamente. A Taehyung no le importaba lo lento que estuviese siendo siempre y cuando los pasos que decidieran tomar juntos fuesen dados sobre terreno seguro. Yoongi ni siquiera había logrado decirle a sus padres que estaba completamente decidido a dejar la carrera de medicina, que de hecho ya estaba iniciando el proceso y ahora los únicos actos que realizaba que tenían que ver con esas materias que siempre había detestado se resumían en ayudarle a su pareja con el cuidado de la lesión que lo mantenía alejado de las canchas.

De la misma forma Taehyung no quería escuchar una sola palabra acerca de la oferta que meses atrás recibió por parte de la SUOS. Aunque sabía que su antiguo compañero de equipo estaba más feliz jugando al baloncesto en una universidad que disponía de verdadera financiación para los deportes que acogía, haberse mantenido charlando con Jimin durante días le enseñó que quizás ser un atleta de élite no era la mejor decisión para un espíritu libre que no deseaba esconder su alma bajo capas y capas de actuación. Él amaba entrar en la cancha porque eso apartaba el dolor de su alma, tener que jugar siguiendo las reglas que implicaba el ser una persona socialmente perfecta... Sencillamente eso le haría dar varios pasos hacia atrás en su vida hasta volver a los momentos en los cuales sus padres ignoraban su sexualidad y las escapadas a Bellum siempre se completaban a través de la ventana de su habitación y a escondidas. Ahora que por fin podía ser lo que quería después de años manteniéndose completamente aislado de la realidad ante su madre, no deseaba tener que controlar sus propios deseos por aquello que otros le exigirían para que el público general lo ovacionase.

Ser un profesor de gimnasia de repente ya no sonaba tan mal, dormía cada día en la misma cama que un entrenador de baloncesto y lo cierto es que esa monotonía tan humana era lo que llenaba sus días de calidez familiar. No deseaba desprenderse de la felicidad, así como tampoco deseaba obtener fama por su manera de moverse en la cancha. Los sueños de Kim Taehyung habían cambiado tanto en tan poco tiempo que incluso a él mismo le costaba entender los motivos.

Ahora, en ese preciso instante, tan solo deseaba poder seguir caminando con su madre y Yoongi por las decoradas calles de Daegu.

-No es tanto acerca del amor. - la madre de Taehyung habló con la mirada fija en el frente. - Sino acerca de costumbre. Puede parecer que el padre de mi hijo siempre ha sido un monstruo pero eso se aleja mucho de la realidad. Hubo un tiempo en el que sostenía a Taehyung entre sus brazos como si fuese el tesoro más valioso del mundo, lo sigue siendo para mí. Y también hubo momentos en los que se esforzaba para esquivar las zancadillas que la vida nos ha puesto una vez tras otra solo para conseguir que nosotros pudiésemos vivir bien. Él no lo ha tenido fácil... En consecuencia supongo que decidió dejar de luchar y se permitió perderse por completo en esa nube de violencia que la bebida le provoca. Fue un hombre bueno cuando lo conocí. Era alguien estable y cariñoso, incluso abierto de mente.

-Pero eso ya no es así, mamá. Yo ni siquiera puedo situar al hombre que describes más allá de un par de recuerdos fugaces y varias fotografías.

-Lo sé. - añadió la señora Kim. - Desde el día en que tu padre comenzó a beber después del trabajo para matar esa sensación de enfado que le crecía en el pecho cada una de las veces que su jefe era injusto o lo trataba de manera inadecuada... Desde esa época en la que decidió dejar de esforzarse por su familia para matar las penas entre bebidas que acabaron por volverlo loco... Desde que... - la señora Kim se detuvo con un enorme suspiro emanando de su boca y las arrugas que rodeaban su mirada triste parecieron marcarse bajo las luces navideñas. - No queda nada del hombre que una vez amé, yo sé eso. Mucho menos del marido cariñoso que hace tiempo te sostenía con devoción y salía a jugar contigo en el jardín de casa.

Los ojos de Taehyung se aguaron un poco al escuchar las palabras de su madre. Eran pocos los recuerdos que tenía de la época en la que su familia había estado unida y llena de momentos felices, pero si pensaba en el padre que un día tuvo casi podía llegar a sentir que la vida había sido demasiado injusta al poner en el camino de un hombre bueno el alcohol. Su padre se había ido convirtiendo en el monstruo que actualmente era de forma gradual.

Ya no existía. Taehyung prefería pensar que esa persona que una vez hace mucho tiempo lo abrazó hasta dejarlo sin respiración y revolvió su cabello ondulado sin pensar que este era demasiado femenino... Él realmente sentía que pensar que ese hombre que fue su padre ahora estaba completamente muerto.

Bajo tierra no podía dañarlos.

-Mamá. - Taehyung frenó sus pasos, provocando que las dos personas a su lado hicieran lo mismo. - Promete que lo pensarás. Puedo entender que todavía estás apegada a los recuerdos bonitos que llegaste a vivir en esa casa, pero un edificio no puede ser el motivo para que decidas quedarte al lado de un hombre que ya ni siquiera recuerda sus propios sentimientos.

Taehyung sabía que la mayoría de personas seguían confundiendo a su madre con su abuela cuando los dos caminaban juntos por las calles y esa avanzada edad de su progenitora a veces era responsable de la reticencia que esta mostraba a llevar a cabo un divorcio. El base también sabía que ahora los pulmones de su madre funcionaban mal, que necesitaba respiradores, pastillas para el asma y mucha paciencia para lograr convivir con un hombre que la trataba peor de que lo que sería tratado un esclavo.

Ella no estaba preparada para vivir sola por mucho más tiempo y aunque le dolía la perspectiva de verla decaer cada día un poco más, él era el primero que debía abrir los ojos ante la realidad. Si continuaba casada y conviviendo con su padre, la vida terminaría llevándosela lejos mucho antes de lo que debería.

-Si has logrado entender mi sexualidad incluso cuando nunca has aceptado nada que tenga que ver con la homosexualidad... - el base dejó colgada en el aire esa frase que los tres pudieron entender sin necesidad de más palabras.

-Si ha entendido que el amor entre dos personas del mismo género existe y es válido, a pesar de las enseñanzas que mantiene como ideología propia, quizás pueda llegar a plantearse seriamente un divorcio. Las mujeres no deben estar condenadas a quedarse y mostrarse fieles ante un marido que las maltrata. - Yoongi estaba tratando de ser lo más claro que podía. - No tiene que mantenerse al lado del hombre que un día fue bueno si ahora ya no lo es. Y nosotros estamos dispuestos a ayudarla si decide alejarse de él.

Con un suspiro escapando de sus escarchados labios y el vaho en forma de nube suspendida en el aire invernal, la madre de Taehyung por fin dio un asentimiento a esa petición que su hijo había estado realizando desde el día en el que decidió dejar su casa.

-Bien, después de año nuevo tomaré una decisión certera. Solo necesito algunos días más para hacerme a la idea.

Jimin no recordaba haberse sentido tan sumamente cansado en mucho tiempo, desobedecer a su entrenadora siempre derivaba en consecuencias para sí mismo sin importar cuales fuesen sus motivos. De todos modos no habían sido un par de veces, sino más de seis las que en esa semana decidió ignorar las demandas de la mujer que definitivamente se estaba encargando de convertir su vida en un infierno.

Ahora salía del gimnasio un poco antes de lo habitual, ignoraba los reclamos de su entrenadora que contuviesen insultos hacia su persona o su nivel de natación y se esforzaba menos en la piscina cada vez que sentía que sus músculos se encontraban en el límite. No solo estaba comenzando a modificar su comportamiento general a la hora de enfrentarse a la mujer que se había encargado de borrar todo rastro de pasión de su cuerpo, sino que también quería reencontrarse con esa felicidad que hace un tiempo el hecho de sumergirse en el agua le proporcionaba.

Park Jimin había decidido que quería nadar por él mismo y no por las absurdas expectaciones de otras personas. Así que pondría un poco de orden en su vida antes de que esta terminase por resultarle del todo insoportable y quizás en el proceso podría encontrar una pareja. Ver a Yoongi y Taehyung interactuar con pasmosa facilidad o a Jin y Jungkook sonreír felizmente cada vez que se encontraban, provocaba que su corazón doliera un poco ante la necesidad de poder experimentar lo que ser amado significaba.

-Vamos a cambiar de ejercicio...

Ya no podía más. Su vida diaria había llegado a ese límite que no deseaba sobrepasar y la charla pendiente con su padre acerca de romper el contrato con la entrenadora que este había elegido especialmente para él meses atrás, suponía la mayor parte de sus dolores de cabeza. No quería seguir nadando si lo que le esperaba por el resto de su carrera eran exagerados mandatos y malas palabras cada una de las veces en las que se mostraba como el humano que era. Park Jimin no era débil pero sí tenía debilidades.

Yoongi y Taehyung, de nuevo ellos habían supuesto un punto importante para su cambio de mentalidad. No podría ser perfecto ni aunque pusiera cada hora de su día en el intento de ello pero al menos ahora sabía que había más personas en el mundo como él, gente imperfecta que de algún modo encontraba la manera de revelarse ante las zancadillas que el destino seguía colocando en sus caminos. El base salió del armario ante un padre homofóbico y se enfrentó a este a pesar del miedo que la figura del mismo le ocasionaba, seguía haciéndolo a diario al mantenerse al lado de su pareja. Y en cuanto al entrenador Min, Jimin había escuchado por parte de Taehyung que finalmente estaba dejando ir una carrera de medicina que le había sido casi impuesta por parte de sus familiares más cercanos.

Si ellos dos podían escribir su propia historia a través de decisiones arriesgadas únicamente destinadas a lograr una pizca de felicidad, entonces él también necesitaba intentarlo. Entrenaba durante horas, su espalda siempre parecía doler cuando se acostaba en cama dispuesto a dormir e incluso su mente se encontraba llena de pensamientos negativos que le hacían desear olvidarse completamente de todos esos sueños con los que había crecido. Así que por extraño que sonase precisamente gracias a esos dos chicos con los que había compartido cama y confidencias en medio de la madrugada, esos que se habían filtrado en su vida de manera inesperada, estaba siendo capaz de enfrentarse a sus propias decisiones. Por primera vez desde hace mucho tiempo Jimin quería dejar que el mundo lo viese tal y como era, sin máscaras y sonrisas falsas de por medio.

Estaba cansado de actuar, de jugar a ser "el hada de Busan" que siempre se encontraba dispuesto a mostrar una bonita sonrisa ante las cámaras de la prensa deportiva.

-¿Me estás escuchando?- la voz chillona sonaba de fondo mientras sus brazos se movían de forma automática, su cuerpo se encontraba completamente concentrado en el ejercicio de remo pero su mente estaba tan alejada del gimnasio que ni siquiera podría haber distinguido una sola de las palabras de su entrenadora. - Park, deja de remar y mírame. No tengo ganas de discutir en este instante.

Jimin frenó el movimiento de sus brazos tan solo porque deseaba llevar un poco de agua hasta su boca para calmar la sequedad que los nervios le provocaban. Sus ojos fueron hacia su entrenadora para analizar ese ceño fruncido al que se tenía que enfrentar todos y cada uno de los días de la semana. ¿Era normal que la cara de la mujer situada ante él le causase malestar? Odiaba el simple hecho de ver las expresiones que esta le regalaba cuando algo no era realizado del modo en el que se esperaba.

-Perdona, no he escuchado ni una sola palabra. - suspiró. - A veces hablas demasiado y me pierdo.

-Te pierdes... - la rabia surgió del tono de voz usado por la entradora Choi con una claridad alarmante. - Solo un idiota como tú podría perderse con un entrenamiento tan sencillo. Te lo he dicho muchas veces, no voy a permitir que me dejes quedar mal en las competiciones. Más vale que comiences a tomarte esto en serio o de lo contrario puedes olvidarte de mi ayuda.

Y entonces dejó escapar esa carcajada que había estado atrapada en su garganta desde el preciso instante en el que conoció a la señora Choi. ¿De verdad ella creía que esa era la manera adecuada de darle la energía para hacerlo bien en una competición? Sus métodos no solo eran crueles, sino también absurdos y contraproducentes. Cada día que pasaba a su lado las ganas de entrar en la piscina caían con más fuerza, en picado, hasta el punto en el que comenzaba a asustarse.

-No te preocupes. Después de las competiciones finales podrás buscarte a otro joven talento que explotar a cambio de una llamativa cifra en tu cuenta bancaria. No estoy dispuesto a renovar el contrato contigo sin importar cuanto te adoren nuestros patrocinadores o lo mucho que mi padre haya puesto sus buenas intenciones en conseguir que una persona como tú me entrene. Conseguiré el apoyo de la gente por mí mismo y con un entrenador o entrenadora que sepa hablar sin usar palabras hirientes. Tampoco me importa ese estúpido título que te pones sobre la frente cada vez que mencionas que todos tus atletas llegan a las olimpiadas.. - Jimin se puso de pie, uno de sus dedos señalando directamente la cara de su entrenadora sin importar lo irrespetuoso que eso en realidad era. - Y me importa poco lo que opines, no toleraré insultos más tiempo del necesario. Nuestro contrato tiene fecha de caducidad, señora Choi.

-¿Te estás escuchando a tí mismo? - la entrenadora dio un paso hacia atrás. - No habrá ni una sola persona que quiera entrenarte cuando empiece a contar lo inmaduro y poco trabajador que eres. Ser un atleta requiere de todo el tiempo del que dispones pero tú solo quieres comer y tirarte en el sofá para descansar. Estoy harta de escuchar que te duelen los músculos, que tu espalda va a romperse o que la pierna te cosquillea. Todos los nadadores que conozco sufren dolores que dejan a un lado para conseguir sus objetivos, solo eres un niño inmaduro y antisocial. - la señora Choi dejó que la ira se escapase a través de sus palabras. - Estoy segura de que a Swimmers le interesará escuchar mi opinión sobre este falso atleta que todos consideran como el chico bonito de la natación en Corea. Solo eres un niño caprichoso que no tolera tener que esforzarse. Nunca vas a llegar alto con tus propios métodos.

-Ajá.

No quería seguir discutiendo, eso fue lo que lo llevó a escabullirse con la mujer persiguiéndolo por las instalaciones del gimnasio hasta que logró esconderse en las duchas individuales. Si ella todavía lo molestaba ahí, entonces podría comenzar a plantearse presentar una denuncia formal por acoso.

Jimin se había cansado.

Cansado de tolerar el modo en el que otros manejaban su vida con hilos mientras él se veía obligado a sacrificar cada pellizco de felicidad real que las yemas de sus dedos llegaban a tocar. 




------------------------

Holii!!

Ha sido un sábado agotador y solo va la mitad del día, así que no me haré responsable de la posible enorme cantidad de faltas de ortografía en este cap. Supongo que me lo podéis perdonar por hoy solamente jeje

Espero de veras que os haya gustado baes.

Un beso,

os amo

Mel

💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top