Capítulo 64 : Isn't like you and me

"Llámame amiga, pero mantenme cerca de ti. Vuelve a llamarme y yo te llamaré cuando se acabe la fiesta. En silencio, cuando llego a casa y estoy completamente sola. Podría mentir, decir que me gusta así. Me gusta así. "

-When The Party's Over (Billie Eilish)


Jimin se mantuvo en silencio entre todas esas personas, observando el modo en el que Jungkook se movía con rapidez para apagar las luces de la casa antes de que Seokjin llegase. La escena que ocurría ante su mirada solo podría ser caracterizada como tierna, tanto que lograba activar esa parte de él que se mantenía deseando encontrar a una persona con la que compartir un tipo de amor que sus padres nunca podrían darle.

Desde la penumbra de la oscuridad que solo era rota por las velas de una tarta casera que definitivamente olía a hogar, Park pudo observar el modo en el que Jungkook se acercaba con cariño al que un día fue su entrenador para animarlo a soplar. Oh, mentiría si dijera que Jeon Jungkook y Kim Seokjin no eran una pareja de ensueño ante su mirada. Dos deportistas que podían entenderse, que parecían amarse incluso con la mirada y que de hecho estaban en completa sintonía cuando se trataba de realizar hasta el más mínimo movimiento.

Decir que deseaba algo como eso sería quedarse corto.

-¿Todo bien?

Jimin se estremeció levemente cuando percibió el modo en el que un largo brazo le rodeaba los hombros y se encogió en sí mismo al comprobar que el responsable de aquello era el muchacho atractivo que al menos una hora atrás le había abierto la puerta. Taehyung se colgaba de él buscando el equilibrio que sus muletas no le proporcionaban del todo entre el tumulto de gente que se acumulaba para cantarle el "Cumpleaños Feliz" al entrenador Kim.

-Todo bien. - susurró. - No conozco a muchas personas aquí, eso es todo.

Taehyung asintió con una pequeña sonrisa, desde el instante en el que sus ojos se encontraron con los de ese muchacho entendió el motivo por el cual los comentaristas deportivos lo habían apodado como el hada de Busan. El rostro del muchacho era dulce, tanto que parecía que en cualquier momento sus mejillas podrían estallar debido al sonrojo evidente que le ocasionó ser rodeado por los hombros.

-Nada de besar al chico delante de toda la familia. Hay niños y...¡Sorpresa!

La voz de la madre de Seokjin provocó que nuevamente la atención de Jimin y Taehyung se dirigiera hacia el frente. Los dos protagonistas de esa noche se encontraban envueltos en un adorable abrazo que dejaba ver las ganas de ambos por juntar sus labios. Si Park fuera el tipo de solterón harto del amor probablemente habría sentido la señal de que el azúcar se le subía a la cabeza, pero lo cierto es que formaba parte de ese porcentaje de personas sin pareja que se ponía películas románticas cada domingo, leía literatura con un poco de limón y ansiaba encontrar al príncipe azul de todos los cuentos de princesas. A él no le importaría ser llevado en brazos por un caballero de brillante armadura y un blanco corcel.

Si Fiona pudo encontrar a Shreck, él debería ser capaz de encontrar a alguien que al menos pudiera besarlo hasta que su cabeza se sintiese en el cielo. Claro que esos eran sueños absurdos, del tipo que nunca llegan a hacerse realidad. Menos todavía cuando tenía en cuenta que en cierta forma su papel como atleta lo convertía en una figura publica sin la posibilidad de permitirse ser abiertamente homosexual ante el mundo que lo rodeaba. Su sociedad estaba demasiado anticuada en cuestiones como esa.

-Lindo.

Taehyung habló cerca del oído de Jimin mientras observaba el modo en el que un beso cargado de sentimentalismo sucedía entre Jungkook y Seokjin a solo unos centímetros de ellos, sin importar la insistencia de la madre del entrenador Kim por evitar el que dicho beso llegase a algo más intenso de lo que los niños presentes deberían observar a sus tempranas edades.

-Supongo. - una voz nueva entró en escena a la par que el brazo de Taehyung se movía para abandonar sus hombros. - Apuesto a que nuestros besos lo son más, esos dos tienen azúcar en las venas.

Jimin solo pudo reaccionar abriendo los ojos un poco. ¿Otra pareja? A juzgar por el modo en el que la nueva persona estaba ayudándole a Taehyung con las muletas y rodeando la cintura del mismo con uno de sus brazos, la respuesta era más que obvia. Se trataba del novio de ese chico atractivo que había obtenido su completa atención, para ser más concreto.

Y además de sus simples movimientos cercanos, era obvio que lo era si tenía en cuenta el importante hecho de que el dueño de la voz nueva se estaba inclinando para besuquear los labios de Tae. Los dos parecían bastante conectados y centrados en su propio mundo en ese instante, lo suficiente como para que él quedase relevado a una anécdota sin importancia.

Sin duda era cierto eso de que los chicos que valían la pena generalmente estaban tomados. Que depresiva cena le esperaba.

-¿Cómo están tus padres Jiminie?

Jimin alzó la barbilla al escuchar su nombre y le dedicó una mirada a Seokjin mientras jugueteaba con la comida sobre su plato. No había nada en esa mesa que se correspondiera con la estricta dieta que su entrenadora le estaba haciendo llevar, lo cual era un problema porque después de semanas sin probar comida real él no sabía si lograría controlar sus notables ganas de comenzar a devorar en cuanto la tarta fuese servida.

Si evitaba ese rico pollo al limón o las patatas fritas con las que lo habían servido, probablemente podría regalarse a sí mismo un poco de pastel casero de ese que había hecho la madre de Seokjin.

-Bueno, ya sabes como son. Ellos están bien, aunque por supuesto siguen negándose del todo a creer que soy homosexual. Aún así, ayudaste bastante en la tarea de que empezasen a aceptarlo poco a poco.

-Ya sabes que puedes contar conmigo. Tienes mi teléfono personal todavía, ¿cierto?

-Lo tengo, te llamaré si las cosas se complican pero todo parece estar avanzando bien. Lento pero al menos...

Pero al menos funcionaba. Su padre ya se atrevía a hablarle mirándolo a los ojos y su madre había comenzado con esa mala costumbre de regalarle maquillaje creyendo que el hecho de ser homosexual lo convertía directamente en un chico que debía consumir productos femeninos. Aunque en su caso realmente disfrutaba de algunas cremas con olores dulces que se separaban de la aburrida menta a la que siempre le parecía que olían esas que presumían de ser creadas pensando en el género masculino.

Sus padres y él tenían muchísimo que avanzar todavía, sin embargo estaban en un punto mucho más equilibrado ahora. Mucho más de lo que lo habían estado cuando les confeso que le gustaban los hombres y no había ningún tipo de posibilidad de que eso llegase a cambiar.

-Nunca he entendido porque a los padres les importa tanto eso de que sus hijos sean homosexuales. - intervino el padre de Seokjin. - Cuando Jin nos lo contó estaba tan aterrado que lo único que pudimos hacer fue abrazarlo con fuerza. Detesto que algunos pongan la sexualidad por encima de lo que son sus hijos como seres humanos.

Oh, los padres de Jimin también habían estado aterrados. Aterrados de no tener nietos y de que su hijo tuviese algún tipo de problema mental. Si no hubiese sido por la intervención de Seokjin quizás todo se hubiera salido de contexto.

Sus progenitores incluso habían invertido en una de esas casas situadas en un buen vecindario en la que podría mantener una buena vida de casado cuando encontrase a la mujer adecuada. Con todo eso de que el matrimonio en Corea está muy ligado al aspecto económico entre las partes formantes del mismo... Bueno, suponía que ellos habían querido estar al nivel de la futura novia que nunca llegó. Y aunque ahora quisieran estar al nivel de un futuro novio, no podría haber una boda real que disfrutar. No mientras el matrimonio entre personas del mismo género siguiese sin ser contemplado en su país. Así que las estancias de esa enorme casa se quedarían probablemente vacías por el resto de sus días, su pequeña mascota y él no habían llenado más de tres habitaciones.

-¿Por qué no hablamos de otra cosa? - el chico de aspecto atractivo pidió con un tono agobiado, lo suficiente como para atraer una vez más toda la atención de Park. - Es un tema complicado para algunos, mi padre tampoco lo acepta y... No me gusta recordar eso constantemente.

-Podemos hacerlo.- indicó a su lado la pareja de este. - ¿Quieres hablar sobre los resultados del juego de baloncesto que nos estamos perdiendo debido a que es el cumpleaños de mi mejor amigo?

Taehyung sonrió, como si lo que su novio le había dicho fuese la cosa más divertida del mundo. Las manos del chico atractivo no tardaron en situarse cerca de las de su pareja sobre la mesa, sin importarle que en esa cena hubiera personas que no los conocían de absolutamente nada.

-Bueno, puedo predecir como acabará ese juego. De todas formas todavía podemos verlo esta noche antes de ir a dormir. ¿Te apetece?

-Supongo... - la mirada de Yoongi se apartó por un instante de Taehyung y se paró justo sobre las pupilas de Jimin.

El nadador dudó por un instante, no le costaba percibir que a la pareja de Taehyung no parecía encantarle la idea de que él estuviese comiéndose al chico atractivo con la mirada pero sencillamente no lograba evitarlo. Le causaba cierto interés, desde sus facciones bonitas hasta la manera en la que parecía sonreír constantemente. En cada una de las ocasiones en las que Park se obligaba a mantener la mirada lejos de Taehyung, algo ocurría que lo hacia terminar con sus ojos completamente atentos a cada uno de los movimientos del muchacho.

Y el novio de este no se quedaba demasiado atrás si se trataba de aspectos llamativos. Maldita sea, esa pareja parecía la perfecta combinación para una portada de Swimmers que haría a Jimin temblar de la cabeza a los pies. Los dos eran especialmente guapos y con personalidades completamente contrarias. Mientras que Taehyung le aportaba al nadador la sensación de estar nadando en un mar de calidad cuando lo miraba, el muchacho a su lado hacia temblar su cuerpo con esos iris repletos de frialdad que le erizaban la piel en el aspecto más animal del concepto. Su libido estaba por los aires a esas alturas de la cena.

Tanto que ni tan siquiera logró escuchar a Jungkook mencionando que subiría al piso superior del departamento. Toda su atención estaba clavada en la pareja que comía tranquilamente frente a él, porque incluso los sitios que habían decidido tomar en la mesa parecían ser cuestión de un juego del destino.

En el instante en el que todos los invitados terminaron de cenar el ambiente se tornó un poco más familiar, por lo que Taehyung y Yoongi decidieron caminar hacia la terraza de la casa en la que la piscina desmontable que Jungkook le regaló a Seokjin había sido montada horas atrás. Sin prisa, los dos se sentaron sobre uno de esos cómodos sofás de exterior que se mantenían más como elemento decorativo que como mueble de uso diario.

El viento del invierno era frío pero en contraposición con la calefacción del interior de la casa se sentía en cierta forma agradable. Con los abrigos sobre los hombros y las manos juntas, la pareja se mantuvo pegada y en silencio por unos minutos. La ciudad de Seúl se escuchaba completamente viva a lo lejos, desde el apartamento situado a las afueras en el que Jin y Jungkook vivían. Todo indicaba que la zona elegida por el mejor amigo de Yoongi era tranquila y tenía el suficiente nivel de privacidad como para que estos pudiesen vivir de modo rutinario sin tener miedo a ser perseguidos por periodistas entrometidos.

Taehyung sentía que todo era agradable ese día, sus manos unidas a las de Yoongi guardaban la calidez que solo alguien importante podría proporcionarle y el modo en el que ambos lograban mantenerse de una forma tan cómoda en silencio llenaba su corazón de esperanza. Esperanza de lograr obtener un bonito futuro al lado de la persona que le gustaba, incluso si su novio seguía sembrando autocontrol sobre sus acciones para no demostrar cariño en exceso. Había mejorado mucho, su entrenador ya no se escondía tanto como antes cuando sentía la necesidad de obtener un poco de atención o cariño.

-¿Te estás divirtiendo? - Yoongi sonrió un poco cuando percibió al pequeño cachorro equilibrarse sobre las piernas de su novio para lanzarse a atacar sus manos en una forma juguetona.

Taehyung asintió en el instante en el que escuchó la pregunta de su pareja, sin tan siquiera dudarlo por un instante. Esa tarde había logrado conseguir olvidarse del detalle de que tendría un trabajo menos por un mes completo hasta que las reformas de la lechería finalizasen.

Yeontan se encontraba jugueteando sobre su regazo y aunque parecía un poco menos agitado de lo que lo había estado durante la mañana, todavía permanecía repleto de energía para perseguir y mordisquear los dedos de sus manos que se encontraban entrelazados con los del entrenador Min. A Taehyung le encantaba ese pequeño cachorro, incluso si llevaba poco tiempo con él ya podía decir que era una de las decisiones mejor tomadas de su vida. Adoptar una mascota suponía una experiencia nueva y repleta de responsabilidades, sin embargo ahora que su vida estaba obteniendo un enfoque diferente el hecho de tomar ese deber lo llenaba de ganas de sonreír.

-Ese chico no te ha quitado los ojos de encima en toda la noche, creo que le gustas. - Yoongi llevó una de sus manos hacia el cabello de Taehyung. Los bucles de este seguían creciendo a medida que los días pasaban y le gustaba la idea de que su base no estuviese mostrando prisa por cortarlos. - El atleta que Jin solía entrenar. Sabes de quien te hablo.

Taehyung asintió con una sonrisa mientras acomodaba de mejor forma a Yeontan sobre sus piernas y alzaba la mirada hacia Yoongi. Él había sido observado por Jimin casi en la misma medida en la que este había sido observado por ellos dos, incluso si Yoongi se empeñaba en negarlo era completamente obvio que al menos el físico del atleta captaba el interés de su parte más simple. Esa que siempre era removida por las hormonas.

-Sé de quién me hablas y lo he notado. - sonrió. - No tienes nada de lo que preocuparte, si quisiera estar con otra persona nunca habría decidido iniciar algo contigo.

Yoongi se limitó a asentir, lo sabía y confiaba dentro de sus posibilidades en su pareja. El base le había demostrado en infinidad de ocasiones lo sincero y leal que era, por lo que la posibilidad de sentirse inseguro ante las palabras de este era casi imposible.

-No puedo culparlo, creo que sé el motivo por el que ese muchacho no puede quitarte la mirada de encima.

La primera cosa que Min Yoongi había notado el día que conoció a Tae como su entrenador de baloncesto, fue el modo en el que este siempre parecía estar dispuesto a luchar contra el mundo incluso por personas que conocía tan solo desde un par de días u horas atrás. Yoongi se había empeñado en regañarlo por ello, no debido a que esa forma de ser no le agradase sino porque llanamente era consciente de la forma en la que los seres humanos podían llegar a pagar la amabilidad con rencor. Con todo, la realidad era que esa característica siempre lo había entusiasmado en secreto.

Eran pocos los chicos como el suyo. Kim Taehyung estaba repleto de ese tipo de brillo puro y bonito que lo hacía todo mucho más fácil y agradable. Aunque siempre le costaba confiar, con él era diferente. Con su base podía darse a sí mismo el capricho de tener la sensación de que no sería vilmente traicionado en cuanto le diera la espalda.

-Él también es lindo. - Taehyung no se molestó en ocultar su opinión. -¿No lo crees? En el mundo de la natación lo conocen como "el hada de Busan".

-Incluso si es bonito eso no tiene nada que ver conmigo. - Yoongi no lo estaba admitiendo pero tampoco negando. Sería absurdo decir que Park Jimin no estaba lleno de esa especial aura de atleta guapo e intocable, pero él no era el tipo de hombre que pudiese tomar interés en los chicos bonitos solo porque lo fueran. Necesitaba algo más que una cara bonita digna de portadas por las que las marcas de lujo se peleaban. - Una cosa es ser atractivo, tú lo eres. Y otra cosa completamente diferente es generar interés, él no me genera absolutamente nada pero tú sí lo haces. Tú eres mi pareja y él solo es un niño guapo que vive de la natación.

Taehyung sonrió, llevando su mano hasta uno de los brazos de Yoongi para pellizcarlo levemente.

-No seas tan serio al respecto. Podemos decir que otro chico es guapo sin necesidad de que eso signifique que queremos algo con esa persona. Ni siquiera necesitas justificarte. - Taehyung se acomodó sobre el sofá y llevó sus ojos hasta la mirada insegura de Yoongi. Por mucho que su entrenador se empeñase en negar sus sentimientos, era obvia la manera en la que sus palabras estaban haciendo que su muro de sobreprotección se derrumbase. - Tú eres la persona que me gusta y me interesa también, pero Park Jimin es el hada de Busan. Por supuesto que me puede encantar la sensación de ser observado por un hombre al que la mitad de Corea desearía poder besar o tan siquiera encontrarse por la calle. Él es guapo, adorable y atractivo. ¿Qué problema hay en admitirlo? Como has mencionado, tú eres el que se despierta y duerme a mi lado cada día.

-No estás siendo precisamente delicado con esa forma de expresar que el chico te interesa.

-No me interesa en el aspecto que crees. También necesito más que una cara bonita para obtener interés, de lo contrario seguiría pensando que tú eres el demonio hecho persona o que no tienes ni rastro de solidaridad en el cuerpo. El caso es que las apariencias siempre engañan, así que puedo decir sin problema que me gusta su físico porque no hay forma de que eso no ocurra con alguien como él. Sin embargo, no me escucharás mencionar que estoy enamorado de ese atleta. - Taehyung sonrió. - Es guapo, eso es todo. ¿Qué hay con admitirlo en voz alta? Tú también eres hermoso.

-Bueno... Entonces supongo que al igual que a tí, me resulta un chico con cierta belleza exterior. - Yoongi se encogió de hombros, comenzando a sentirse un poco incómodo con el rumbo que había tomado su charla con Taehyung.- Pero tú eres diferente. Tu belleza me enciende y la suya es...

-Adorable.

Los dos sonrieron.

-Sí, bueno... Un poco adorable también. - asintió Yoongi. - Pero su forma de ser y actuar es más bien del tipo intocable. Se ve como una estrella con sus vaqueros ajustados y ese suéter de punto gris.

-Lo hace, ¿verdad? - Taehyung sonrió con más ganas. - El tipo de belleza que te hace querer descubrir si su boca es suave.

-¡Taehyung!

-¿Qué? ¿No estábamos siendo sinceros? Has visto sus labios y...

-Ya. Vamos a dejar de hablar de ese chico. No hay un solo motivo por el que él tenga que convertirse en el centro de nuestras conversaciones.

Taehyung estaba a punto de contestar algo cuando percibió que en el interior del departamento la gente comenzaba a tomar sus abrigos y pertenencias para despedirse de Seokjin y Jungkook. Todos charlaban de manera animada mientras alzaban sus manos en un movimiento repetitivo de despedida. Todos menos Park Jimin, quien nuevamente cabizbajo se acomodaba en uno de los sofás de la casa y estiraba su mano para juguetear con Holly, Mei y Peach.

Los tres perros parecían ser el refugio de ese chico que no había logrado socializar de ninguna manera durante la entera duración de la cena. Y a Taehyung le volvió a golpear el corazón en el interior de su pecho cuando lo vio sonreír con una horrible tristeza a través de la cristalera de la terraza.

-Él parece estar triste todo el tiempo, Yoons. - susurró. - Me recuerda un poco a mí mismo en ese aspecto. Fingir estar bien es una de las cosas más complicadas del mundo.

Yoongi se encogió de hombros, colocando sus brazos sobre el respaldo del sofá de la terraza mientras trasladaba su mirada hacia la dirección que parecía haber obtenido la atención de su novio.

-Tú eres diferente. No creo que ese chico tenga los mismos problemas que nosotros. - los dedos de sus manos se cerraron con fuerza. - Lo escuchaste durante la cena, incluso sus padres aceptan el hecho de que es homosexual. Su carrera va en ascenso e incluso está siendo considerado como uno de los mejores atletas de su generación según lo que Jin nos ha mencionado. Su vida está fuera de problemas mundanos y apuesto a que no tiene que contar cada uno de sus billetes para llegar a fin de mes sin miedo a quedarse corto. No es como nosotros Taehyung. Incluso si lo piensas un millón de veces. ¿Qué motivos podría tener para estar triste?

Taehyung no lo sabía, no tenía la menor idea de qué era lo que hacía que un chico joven considerado una estrella en alza se sintiera tan sumamente depresivo. Más allá de sus sonrisas cuadradas, los hoyuelos de sus mejillas de piel perfecta o su mirada brillante.

-No lo sé Yoon, a veces las personas somos mucho más que algunos méritos y queremos más que cumplidos de desconocidos para sentirnos bien. La mente es compleja y los sentimientos lo son todavía más. - mencionó. - Lo que sí te puedo decir es que incluso si en Busan lo llaman "hada", todo lo que yo veo ante mis ojos es a un chico que no sabe cómo lidiar con sus propios miedos y frustraciones. La coraza que se ha puesto alrededor de esas sonrisas practicadas es demasiado familiar para mí, ni siquiera sé cómo ignorar el detalle de que aunque sus labios se curvan felizmente ese sentimiento nunca llega hasta sus ojos.

Kim Taehyung no lo sabía pero de repente le encantaba la idea de lograr averiguarlo.

-Él no es como nosotros. - insistió Yoongi en un susurro casi mudo. - Nunca podrá serlo.





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Hiii!!

Nuevo sábado y nuevo cap que espero que os guste. Para los que en su momento leísteis I Hate U Mr.Handsome, esa parte de la historia entre Tae, Yoongi y Jimin ya está llegando y sucederá en el próximo capítulo ;)

Espero de veras que os haya gustado.

Os amo mucho.

Un beso,

Mel


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